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martes, 19 de enero de 2016

[Poesía y humor] Hoy, "Mientras por competir con tu cabello", de Luis de Góngora




Luis de Góngora


Es muy posible que a algún purista le parezca una blasfemia lo que pretendo hacer durante unas semanas: unir en la misma entrada algunos de los más bellos sonetos de amor y a mis viñetistas cotidianos preferidos. Bien, pues lo siento por los puristas, pero un servidor piensa que hay pocas cosas en la vida más serias que el amor y el humor, así pues, ¿por qué no juntarlos?  Todo ello sin mayores pretensiones, aun reconociendo que meter en el mismo envoltorio un soneto de amor y unas viñetas humorísticas, por muy preñadas que estén de crítica social y realidad cotidiana, puede no resultar una fórmula afortunada. En cualquier caso, espero que sean de su agrado. 

El soneto es una composición poética compuesta por catorce versos de arte mayor, endecasílabos en su forma clásica, que se organizan en cuatro estrofas: dos cuartetos y dos tercetos. En el primer cuarteto suele presentarse el tema de la composición, tema que el segundo cuarteto amplifica. El primer terceto reflexiona sobre la idea central expresada en los cuartetos. El terceto final, el más emotivo, remata con una reflexión grave o con un sentimiento profundo desatado por los versos anteriores. De Sicilia, el soneto pasó a la Italia central, donde fue también cultivado por los poetas del "dolce stil nuovo" (siglo XIII). A través de la influencia de Petrarca, el soneto se extiende al resto de literaturas europeas.

Continúo hoy la serie de sonetos de amor con el titulado Mientras por competir con tu cabello, de Luis de Góngora y Argote (1561-1627). Poeta y dramaturgo español del Siglo de Oro, máximo exponente de la corriente literaria conocida, más tarde y con simplificación perpetuada a lo largo de siglos, como culteranismo o gongorismo. Su obra será imitada en su siglo y en los posteriores como si se tratara de un clásico latino. Estudió en la Universidad de Salamanca, donde llamó ya entonces la atención como poeta, tomó órdenes menores en 1575 y fue canónigo beneficiado de la catedral cordobesa. Desde 1589 viajó en diversas ocasiones por Navarra, León, Andalucía y ambas Castillas. Compuso numerosos sonetos, romances y letrillas satíricas y líricas, y músicos como Diego Gómez, Gabriel Díaz o Claudio de la Sablonara le buscaron para musicar estos poemas. Se enemistó con Quevedo, a quien acusó de imitar su poesía satírica bajo pseudónimo. El 1613 divulgó en la Corte su poema más ambicioso, las Soledades, poema que desató una gran polémica a causa de su oscuridad y afectación, creándole gran legión de seguidores: los llamados poetas culteranos. Aunque en sus obras iniciales ya encontramos el típico conceptismo del barroco, Góngora, cuyo talante era el de un esteta descontentadizo, quedó inconforme y decidió intentar según sus propias palabras "hacer algo no para muchos" e intensificar aún más la retórica y la imitación de la poesía latina clásica introduciendo numerosos cultismos y una sintaxis basada en el hipérbaton y en la simetría; igualmente estuvo muy atento a la sonoridad del verso, que cuidaba como un auténtico músico de la palabra; era un gran pintor de los oídos y llenaba epicúreamente sus versos de matices sensoriales de color, sonido y tacto. 


Las viñetas que acompañan la entrada son todas de hoy mismo y han sido publicadas en los diarios El País y El Mundo, de Madrid, y Canarias 7 y La Provincia, de Las Palmas de Gran Canaria. 

Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



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MIENTRAS POR COMPETIR CON TU CABELLO

Mientras por competir con tu cabello
oro bruñido el sol relumbra en vano,
mientras con menosprecio en medio el llano
mira tu blanca frente al lilio bello,

mientras a cada labio, por cogello,
siguen más ojos que a clavel temprano,
y mientras triunfa con desdén lozano
del luciente cristal tu blanco cuello,

goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lilio, clavel, cristal luciente,

no sólo en plata o vïola truncada
se vuelva, mas tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.

Luis de Góngora



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VIÑETAS DE HOY







Entrada núm. 2583
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"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)