lunes, 23 de junio de 2025

DE LAS ENTRADAS DEL BLOG DE HOY LUNES, 23 DE JUNIO DE 2025

 






Hola, buenos días de nuevo a todos y feliz lunes, 23 de junio de 2025. En muchos deportes de riesgo, dice en la primera de las entradas del blog de hoy el filósofo Diego S. Garrocho, una de las primeras cosas que aprendes al empezar a practicarlos es a ensayar la caída. Es temerario montarte en un caballo si no sabes reaccionar en el caso de que el animal pierda las manos, y los motoristas se ponen casco no por si se caen, sino para cuando se caigan. Los actores escriben en un papelito su discurso, por si al final les dan el Oscar. Pero en política, me temo, todo el mundo debería tener pensado su final con detalle por un sencillo axioma ontológico: todo termina. En la segunda, un archivo del blog de julio de 2017, se hablaba del blog de Yoani María Sánchez Cordero (La Habana, 4 de septiembre de 1975) una filóloga y periodista cubana que ha alcanzado notoriedad mundial por su blog Generación Y, desde el que hace una descripción crítica de la realidad de su país; es el blog cubano con más seguidores, es traducido a diecisiete idiomas por un equipo de voluntarios y ha llegado a tener más de catorce millones de accesos al mes e inspirado miles de comentarios. El poema del día, en la tercera, es del poeta español Javier de Bengoechea, lleva por título Suene tu nombre, y comienza con estos versos: Digo tu nombre, España. / (Sílabas rumorosas / temblando entre mis labios, / corazón en la boca. Y la cuarta y última, como siempre, son las viñetas de humor, pero ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν" (toca marchar); volveremos a vernos mañana si las Euménides y la diosa Fortuna lo permiten. Sean  felices, por favor. Tamaragua, amigos míos. HArendt














DEL PROBLEMA DE NO ENSAYAR LAS CAÍDAS

 






Quien crea que este Gobierno puede mantenerse en pie o bien es un fanático o bien es algo peor, escribe en El País [Aprender a caer, 16/06/2025] el filósofo Diego S. Garrocho. En muchos deportes de riesgo, comienza diciendo Garrocho, una de las primeras cosas que aprendes al empezar a practicarlos es a ensayar la caída. Es temerario montarte en un caballo si no sabes reaccionar en el caso de que el animal pierda las manos, y los motoristas se ponen casco no por si se caen, sino para cuando se caigan. Los actores escriben en un papelito su discurso, por si al final les dan el Oscar. Pero en política, me temo, todo el mundo debería tener pensado su final con detalle por un sencillo axioma ontológico: todo termina.

La colección de escándalos que atraviesan al PSOE evidencia el final irreversible de un ciclo. Que las dos manos derechas de Sánchez se encuentren inmersas en sórdidos casos de corrupción compromete de forma letal al presidente del Gobierno. Cualquier persona en su circunstancia se encontraría con el crédito agotado, pero el maltrecho historial de la palabra de Sánchez y su heterodoxa relación con la verdad hacen inverosímil cualquier explicación que se reduzca al orden del lenguaje.

Lo peor no es lo ya publicado. Lo más inquietante es lo que puede acabar saliendo y la siniestra coherencia de lo ya sabido con unas formas y maneras que no pueden extrañar a nadie. Algunos venían avisando desde hacía tiempo —y ahora sabemos que con razón— de la abolición de la moral pública. Un ejemplo revelador: solo en los últimos días hemos visto a tres ministros intentar desprestigiar a la UCO sosteniendo públicamente la mentira de que la Guardia Civil planeaba asesinar al presidente. De hecho, la propia portavoz del Gobierno fue capaz de mantener el bulo en la rueda de prensa del Consejo de Ministros después de que ya hubiera sido desmentido. Sin pestañear.

El clima en el que puede cocinarse una mentira de ese tipo u ordenarse el señalamiento de jueces y periodistas rima demasiado bien con las fechorías que van publicándose por capítulos. Y nadie, absolutamente nadie, es ya capaz de perimetrar un espacio de seguridad que pueda ponerse a salvo del pudor futuro. En las próximas semanas seguirán publicándose noticias que nos helarán la sangre, y quienes fueron cooperadores necesarios de la atmósfera en la que se hizo posible todo esto fingirán sorpresa e indignación.

Hay volantazos que, a partir de un determinado momento, ya no resultan verosímiles y en la circunstancia en la que se encuentra este Gobierno solo queda minimizar el daño guionizando el final. Porque quien crea que esto puede mantenerse en pie o bien es un fanático o bien es algo peor. Pobres de aquellos que no ensayaran la caída.













[ARCHIVO DEL BLOG] DEL SECUESTRO DE LAS REDES SOCIALES. PUBLICADO EL 03/07/2017













Yoani María Sánchez Cordero (La Habana, 4 de septiembre de 1975) es una filóloga y periodista cubana que ha alcanzado notoriedad mundial por su blog Generación Y, desde el que hace una descripción crítica de la realidad de su país. Es el blog cubano con más seguidores, es traducido a diecisiete idiomas por un equipo de voluntarios y ha llegado a tener más de catorce millones de accesos al mes e inspirado miles de comentarios.
Ella y su página personal han sido galardonados con numerosos premios y distinciones. El diario español El País le concedió en 2008 el Premio Ortega y Gasset de periodismo, en el apartado de periodismo digital. La revista Time la seleccionó en 2008 entre las cien personas más influyentes del mundo. Generación Y fue elegido por Time y la cadena estadounidense CNN como uno de los veinticinco mejores blogs del mundo. Asimismo, ganó el concurso The BOBs de la Deutsche Welle. Además, ha sido la primera bloguera en obtener un premio Maria Moors Cabot, en 2009.
Los represores también han aprendido a publicar en Twitter y lo hacen con las trampas de la demagogia. Los populismos y autoritarismos han comprendido que las nuevas tecnologías se pueden convertir en un instrumento de control, denunciaba Yoani Sánchez en un artículo en El País el pasado sábado.
Hace más de un lustro las redes sociales hervían por la primavera árabe y los rostros de aquellos jóvenes manifestantes se iluminaban con las pantallas de sus teléfonos móviles, comienza diciendo. Eran años en que Twitter se veía como un camino hacia la libertad, pero poco después los represores también aprendieron a publicar en 140 caracteres.
Con cierta suspicacia primero y con mucho oportunismo más tarde, los populistas han encontrado en Internet un espacio para difundir sus promesas y captar adeptos, añade. Se valen del increíble altavoz que brinda el mundo virtual y colocan las trampas de su demagogia, en la que quedan atrapados miles de internautas.
Las herramientas que una vez dieron voz a los ciudadanos se han ido transformando en un canal para que los autoritarismos entronicen sus discursos, continúa diciendo. Asimilaron que en estos tiempos de posverdad, un tuit repetido hasta el cansancio resulta más efectivo que colocar vallas en la carretera o pagar por espacios publicitarios.
Los regímenes totalitarios han pasado a la ofensiva en la web, afirma. Les tomó algo de tiempo darse cuenta de que podían usar las mismas redes que sus opositores, pero ahora lanzan a los policías informáticos contra sus críticos. Lo hacen con la misma metódica precisión con que han vigilado por años a sus disidentes y controlado la sociedad civil de sus naciones.
Desde hackeos de sitios digitales hasta la creación de falsos perfiles de usuarios, los Gobiernos antidemocráticos están probando todo aquello que les ayude a imponer matrices de opiniones favorables a su gestión, comenta. Cuentan a su favor con la irresponsable ingenuidad con que muchas veces se comparte contenido en el ciberespacio.
Uno de estos giros radicales lo ha dado el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dice más adelante. Durante las protestas de 2013, cuando era primer ministro, quiso promulgar varias leyes para restringir el uso de Facebook y Twitter. A la red del pájaro azul la llegó a catalogar como “una fuente permanente de problemas” y “una amenaza para la sociedad”.
Sin embargo, cuando se produjo el intento de golpe de Estado en Turquía el año pasado, Erdogan echó mano de estas herramientas para convocar al pueblo hacia las plazas e informar de su situación personal, señala. Desde entonces se ha dedicado a expandir su poder también a golpe de tuits, reafirmando en el mundo virtual la deriva dictatorial de su régimen.
En marzo pasado, los administradores de Twitter tuvieron que admitir que varias de sus cuentas, algunas vinculadas a instituciones, organizaciones y personalidades en todo el mundo, habían sido hackeadas con mensajes de apoyo a Erdogan, sigue diciendo. El sultán azuzó a sus huestes cibernéticas para dejar claro que tampoco en Internet se anda con juegos.
En América Latina varios casos refuerzan el proceso de apropiación que los autoritarismos vienen haciendo con las nuevas tecnologías, dice poco después. Nicolás Maduro ha abierto en Twitter uno de los tantos frentes de batalla con los que pretende mantenerse en el poder y acallar las revueltas populares que estallaron desde inicios de abril.
Los venezolanos no solo deben lidiar con la inestabilidad económica y la violencia de las fuerzas policiales, sino que Internet se ha vuelto para muchos de ellos un territorio hostil donde los chavistas gritan y amenazan con total impunidad, comenta. Desvirtúan sucesos, convierten a victimarios en víctimas e imponen etiquetas como quien lanza golpes.
Las imágenes de los manifestantes asesinados por la Guardia Nacional Bolivariana las enfrenta el Palacio de Miraflores lanzando bulos sobre una supuesta conspiración internacional para destruir el chavismo, afirma. Contra la fiscal general, Luisa Ortega Díaz, la batida ha sido encarnizada en las redes sociales, donde los simpatizantes de Maduro la han tildado, como mínimo, de loca.
De tanto intentar manipular tendencias y adulterar estados de opinión en la web, el oficialismo venezolano ha terminado por pillarse los dedos con la puerta. señala. Recientemente fueron suspendidas más de 180 cuentas de Twitter que repetían cual ventrílocuos consignas gubernamentales. La penalización podría extenderse a otras tantas vinculadas a instituciones y medios acólitos.
El ministro de Comunicación venezolano, Ernesto Villegas, definió esta suspensión de cuentas como una operación de “limpieza étnica” y Maduro amenazó a los administradores de la red de microblogging con una frase cargada de desfasado triunfalismo: “Si ellos apagaron 1.000 cuentas, vamos a abrir 1.000 más”, sigue diciendo.
Con su conocida incontinencia verbal, el sucesor de Hugo Chávez estaba revelando la estrategia que su régimen ha seguido en los últimos años en Internet, comenta Sánchez. La de plantar usuarios que confundan, mientan y, sobre todo, desvirtúen lo que está ocurriendo en el país. Un cercano aliado les enseñó esa estrategia.
En Cuba, los soldados del ciberespacio tienen una larga experiencia en el fusilamiento de la reputación digital de los opositores, el bloqueo de sitios críticos y el entrenamiento de trolls para inundar la zona de comentarios de cualquier texto que les resulte especialmente molesto, afirma más adelante. Pero su principal arma es dosificar el acceso a Internet entre los más confiables o mantenerlo a precios prohibitivos para la mayoría.
“Tenemos que domar el potro salvaje de las nuevas tecnologías”, sentenció Ramiro Valdés, uno de los comandantes históricos de la Revolución, cuando en la isla comenzaron a aflorar los primeros blogs independientes y las cuentas de Twitter gestionadas por opositores, continúa diciendo Yoani Sánchez.
Desde entonces, mucho ha llovido y el castrismo se ha lanzado a la conquista de esos espacios con la misma intensidad que vocifera en los organismos internacionales, añade. Su objetivo es recuperar el espacio que perdió mientras miraba con suspicacia las nuevas tecnologías. Su meta: acallar las voces disidentes con su algarabía.
En la Casa Blanca, un hombre pone a su país y al mundo al borde del abismo con cada tuit que escribe, comenta. Todas las noches en que Donald Trump se va a la cama sin publicar en esa red social, millones de seres humanos respiran aliviados. Ha encontrado en los 140 caracteres una manera de gobernar en paralelo, sin limitaciones.
No son los tiempos ya de aquella red liberadora que enlazaba inconformidades y servía de infraestructura para la rebeldía ciudadana, concluye diciendo. Vivimos días en que los populismos y los autoritarismos han comprendido que las nuevas tecnologías se pueden convertir en un instrumento de control. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





















DEL POEMA DE CADA DÍA. HOY, SUENE TU NOMBRE, DEL POETA ESPAÑOL JAVIER DE BENGOECHEA

 






SUENE TU NOMBRE


Digo tu nombre, España.
(Sílabas rumorosas
temblando entre mis labios,
corazón en la boca.

Nombre en desuso, bello
como una caracola.
España, resonancia
terca, maravillosa).

España, te pronuncio
y me suenas a sombra,
a campana en la niebla
cerrada de la historia.

España, España, España,
y otra vez, y otra, y otra,
toquemos a rebato
para que Dios nos oiga.




JAVIER DE BENGOECHEA (1919-2009)
poeta español




















DE LAS VIÑETAS DE HUMOR DEL HOY LUNES, 23 DE JUNIO DE 2025

 


































domingo, 22 de junio de 2025

DE LA CÁRCEL Y LA EJEMPLARIDAD. ESPECIAL DE HOY DOMINGO, 22 DE JUNIO DE 2025

 






Es tan admirable como inquietante comprobar que prácticamente todos los líderes políticos mundiales que nos vienen a la cabeza como referentes éticos en el ejercicio honesto del poder han pasado años, y por lo general muchos, en la cárcel, escribe en  la revista Ethic [Cárcel y ejemplaridad, 12/06/2025] el politólogo Víctor Lapuente. La cárcel no reinserta siempre a los delincuentes, pero sí a los inocentes, comienza diciendo Lapuente. Quienes han sido encerrados por crímenes que no habían cometido o por las acciones justas que sí habían realizado contra regímenes injustos parecen estar hechos de otra pasta –o haber sido modelados por otra pasta entre los barrotes–. Es tan admirable como inquietante comprobar que prácticamente todos los líderes políticos mundiales que nos vienen a la cabeza como referentes éticos en el ejercicio honesto del poder han pasado años, y por lo general muchos, en la cárcel. Lech Walesa en Polonia, Václav Havel en la extinta Checoslovaquia, Nelson Mandela en Sudáfrica, Michelle Bachelet en Chile o el recientemente fallecido Pepe Mujica en Uruguay. Todos fueron encarcelados o torturados de forma cruel antes de alcanzar la presidencia de sus países y es como si, en la dureza y soledad de la prisión, hubieran adquirido una resistencia moral contra los vicios del poder.

Y fueron tentados. Si alguien podía haberse erigido en aprendiz de dictador en la Europa del Este antes de Viktor Orbán o los hermanos Kaczynski fueron quienes presidieron las transiciones a la democracia; quienes, con las instituciones de la libertad todavía titubeantes, tenían la ocasión de manipular los instrumentos de poder a su favor. Y, por ejemplo, extender el mandato presidencial más allá de lo aceptable constitucional o legítimamente. Pero Lech Walesa o Václav Havel no siguieron la senda que, después, adoptarían tantos dirigentes pioneros de las democracias nacidas tras la caída del muro de Berlín.

Aunque el caso más destacado es el de Nelson Mandela. Desde George Washington, probablemente no ha habido primer presidente de una democracia con mayor presión social para que se aferrara a las riendas del poder de por vida. Dada la legitimidad adquirida durante años de resistencia frente al cruel régimen del apartheid, nada lo habría detenido si Mandela hubiera decidido perpetuarse en el sillón presidencial. Todo lo contrario, había un fervor popular, como en los EE.UU. de finales del siglo XVIII con Washington, animando a que el presidente electo se convirtiera en monarca. Y no solo eso no ocurrió, sino que Mandela renunció a las prebendas del poder, con dos decisiones históricas: primero, rechazando colonizar la oficina presidencial con militantes de su partido y colaborando por tanto con funcionarios públicos que habían trabajado para el régimen anterior; y, segundo, dejando voluntariamente la presidencia sudafricana tras apenas servir un solo mandato.

El carácter de Mandela queda reflejado en una de las escenas más conmovedoras de la película Invictus, dirigida por Clint Eastwood y basada en el libro de John Carlin sobre la presidencia de Nelson Mandela. En ella se muestra el primer día de Mandela en el palacio presidencial, tras su victoria electoral que puso fin al apartheid en Sudáfrica. En esta escena, varios funcionarios blancos se preparan para empacar sus pertenencias personales. Están anticipándose a un evento evidente: serán despedidos por un presidente al que, siendo opositor, ellos mismos habían encarcelado durante nada menos que 27 años. Sin embargo, se equivocaban por completo. Para sorpresa de todos, Mandela reúne a los empleados y les dice: «Si queréis iros, estáis en vuestro derecho. Y si en vuestro corazón creéis que no podéis trabajar con el nuevo gobierno, entonces es mejor que os marchéis. Pero si estáis empaquetando porque teméis que vuestro idioma o el color de vuestra piel o para quién trabajasteis en el pasado os descalifica para trabajar hoy, estoy aquí para deciros que no tengáis tal miedo. Hoy es hoy, el pasado es el pasado. Ahora miramos al futuro». Mandela optó por no hacer una purga en aras de un objetivo más grande. Puso por encima de todo la reconciliación nacional en una sociedad profundamente dividida, en lugar de aplicar el rodillo que muchos miembros del Congreso Nacional Africano demandaban.

En el cono sur hemos tenido también ejemplos de presidencias heroicas tras experiencias personales traumáticas, como las de Michelle Bachelet en Chile, quien fue sometida a tortura psicológica y golpes en 1975 bajo la dictadura de Pinochet, o Pepe Mujica en Uruguay. Este caso es particularmente relevante, pues la estima popular de la que llegó a gozar Mujica fue estratosférica durante su presidencia, de 2010 a 2015. Consiguió el milagro de que sus políticas agradaran al capitalismo global, hasta el punto de que la revista The Economist nombró a Uruguay «país del año» en 2013, y, al tiempo, llevó a cabo políticas progresistas de lucha contra la pobreza, además de medidas sociales como la legalización de la marihuana, el aborto y el matrimonio homosexual. Todo ello mientras vivía en una humilde casa, conducía su viejo escarabajo azul y volaba en clase turista.

Y el buen hombre tuvo que morir el mismo día en el que el descendiente de George Washington, Donald Trump, recibía como regalo un jet privado de 400 millones de dólares, bañado en oro, por parte de Qatar, un régimen con un dudoso récord en protección de derechos humanos. Muere la buena ética y revive la mala estética.





sábado, 21 de junio de 2025

DE LAS ENTRADAS DEL BLOG DE HOY SÁBADO, 21 DE JUNIO DE 2025, DÍA DEL SOLSTICIO

 





Hola, buenos días de nuevo a todos y feliz sábado, 21 de junio de 2025, día del solsticio. Está en juego la dignidad de la democracia misma, y lo menos que cabe pedir al presidente Sánchez es que se someta a una moción de confianza y/o convoque elecciones, afirma en la primera de las entradas del blog de hoy el politólogo Fernando Vallespín. En la segunda, un archivo del blog de junio de 2024, se hablaba del solsticio de verano es un fenómeno astronómico que tiene lugar cuando el eje de rotación de la Tierra se inclina hacia el sol en su punto más extremo, y que eso sucedía porque la Tierra no gira en un ángulo recto perfecto en relación con su órbita alrededor del sol, sino que tiene una inclinación de unos 23 grados y 27 minutos, que es la latitud en la que se ubican los trópicos, el de Cáncer (que da nombre a este blog) al norte, y el de Capricornio al sur. El poema de hoy, en la tercera, es del poeta español Miguel de Unamuno, se titula A España, y comienza con estos versos: Labio, ézpañá, paladeo tu nombre, rosa carnosa, / fresco y rojo de cereza, y agua se me hace la boca. Y la cuarta y última, como siempre, son las viñetas de humor, pero ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν" (toca marchar); volveremos a vernos mañana si las Euménides y la diosa Fortuna lo permiten. Sean  felices, por favor. Tamaragua, amigos míos. HArendt













DE LAS EXCUSAS QUE YA NO SIRVEN

 








Está en juego la dignidad de la democracia misma, y lo menos que cabe pedir al presidente Sánchez es que se someta a una moción de confianza y/o convoque elecciones, afirma en El País [Sin palabras, 15/06/2025] el politólogo Fernando Vallespín. Hace 12 años, comienza diciendo, me valí de una columna con este mismo título para mostrar mi perplejidad e indignación por los escándalos de corrupción que poco a poco iban propagándose por nuestro espacio público. Les recuerdo que entonces, enero de 2013, fue el momento álgido de los casos Urdangarín y Bárcenas. Ahora nos enfrentamos al de Cerdán/Koldo/Ábalos. Después de releerla, he estado tentado de dejarla tal cual, copiarla sin más como si se tratara de algo ocurrido en el presente. Triste, muy triste, sí. Hay, sin embargo, dos hechos que hacen que la situación sea distinta: primero, ese elemento sórdido en el que irse de putas parece formar parte intrínseca de la quiebra del orden mental que acompaña a la venalidad; como si trasgredir determinadas normas contuviera un elemento orgiástico que hiciera de catalizador de otros instintos reprimidos. En este sentido, la situación actual se aproxima más al caso Roldán, con esas inefables fotos en Interviú con el protagonista en calzoncillos.

El segundo hecho diferencial es que pensábamos que ya habíamos puesto punto y final a esa fase; que, como se dice ahora, estábamos en otra pantalla. La crudeza del escándalo tira por la borda el designio explícito con el que se inició la primera etapa del actual Gobierno socialista: desterrar la corrupción y encaminarnos por la vía de la regeneración de la moral pública. Hay aquí, por tanto, un daño colateral, el de las expectativas frustradas. Y este es el más difícil de aliviar, porque los protagonistas no han sido, además, cargos periféricos de alguna provincia remota, sino actores centrales en la vida del partido durante los años medulares del mandato de Sánchez. Es inevitable pensar, pues, que aquello que motivó la entrada de estos personajes por la puerta grande en la política nacional no era por lealtad a algún proyecto, sino para satisfacer sus más viles intereses privados. Y esta sospecha hace que se emborrone aún más ese elemento esencial de la democracia, la confianza en nuestros dirigentes. El impacto va más allá de la decepción momentánea; inevitablemente, contamina también a aquellos, la mayoría, que ejercen la política guiados por firmes convicciones éticas y un sincero compromiso con lo público.

Por eso mismo, por el desgarro que produce en la confianza en el sistema, la reacción exige algo más que esa contrita petición de perdón con el consiguiente anuncio a la vez de seguir con el business as usual. Está en juego la dignidad de la democracia misma, y para este tipo de situaciones excepcionales esta forma de gobierno demanda algo no menos extraordinario. Recordemos que en su día sirvió para justificar toda una moción de censura; ahora lo menos que cabe pedir al presidente es que se someta a una moción de confianza y/o convoque elecciones. No hacerlo sería caer en el cinismo o en la incongruencia cognitiva: ¿por qué lo que entonces se vio como una necesidad imperiosa no se considera imprescindible ahora?

Pero también reclama algo que no se resuelve confirmando sin más a quien ejerce el poder o cambiándolo por otro. Me refiero a la adopción de medidas eficaces de regeneración democrática consensuadas entre los partidos. En casi todos los casos de corrupción que asoman se aprecia cómo las lealtades partidistas se ponen siempre por encima de las convicciones éticas, del mismo modo que todo proceso de reforma institucional, en vez de reforzar los contrapoderes tiende a hacerlos más permeables a los intereses de partido. La columna de hace 12 años la acababa reclamando un reseteo ético e institucional de nuestro sistema político, la urgencia de acceder a otra cultura cívica. Visto lo visto, ya no sé si seguir haciéndome ilusiones. Como bien dice Judith Shklar, “el dolor de la decepción política no viene del fracaso de los líderes, sino del descubrimiento de que uno creyó sinceramente”.


















[ARCHIVO DEL BLOG] EL DÍA DEL SOLSTICIO. PUBLICADO EL 20/06/2024

 








Justo en este mismo instante en que se publica esta entrada en el blog, las 21:51 horas del 20 de junio de 2024, hora de Canarias, se produce el Solsticio y el hemisferio norte entra en el verano, y el hemisferio sur en el invierno.
El solsticio de verano es un fenómeno astronómico que tiene lugar cuando el eje de rotación de la Tierra se inclina hacia el sol en su punto más extremo. Esto sucede porque la Tierra no gira en un ángulo recto perfecto en relación con su órbita alrededor del sol, sino que tiene una inclinación de unos 23 grados y 27 minutos, que es la latitud en la que se ubican los trópicos, el de Cáncer (que da nombre a este blog) al norte, y el de Capricornio al sur. 
Eso es lo que nos dice la ciencia, pero hay vida más allá de la ciencia. Pese a los muchos siglos de ciencia en el fondo de nuestras conciencias alienta un animismo primitivo que tiene que ver con lo natural más que con la ciencia. Lo comentaba justamente hace un año en El País el escritor Julio Llamazares. 
A coger el trébole, decía Llamazares, el trébol de cuatro hojas, ese que da buena suerte, encender y saltar hogueras o bañarse en los ríos o en el mar bajo la Luna: millones de personas en el mundo saldrán un año más de sus casas la noche de este domingo, cumpliendo con un rito pagano para unos y cristiano para otros.
La noche de San Juan, aunque no coincide exactamente con el solsticio de verano (el de invierno en el hemisferio sur) tiene su origen en él y como tal es tomado por muchísimas personas, que consideran la fiesta una celebración panteísta. Pese a los muchos siglos de religiones modernas, en el fondo de nuestras conciencias alienta un animismo primitivo que tiene que ver con lo natural más que con la filosofía y la ciencia.
A la vez que el mundo avanza hacia la tecnificación robótica, que la informática y la astronomía conectan el conocimiento humano y el universo, cada vez menos ignoto, la humanidad sigue teniendo necesidad de misterio, de algo que la haga sentir viva por encima de la tecnología. Enganchados a móviles y a ordenadores, necesitamos a la vez sentir que estos no lo solucionan todo y que hay algo que se les escapa, algo que nos pertenece y que ya estaba dentro de nuestros espíritus antes de que aparecieran ellos. Algo que tampoco tiene que ver con la religión como nos la presentan, en todo caso con sus antecedentes mágicos. En el fondo de todos nosotros, lo queramos o no, hay un eco de la historia de ese tiempo en el que las preguntas aún no tenían respuestas, o por lo menos no todas ellas.
La noche de San Juan en Occidente va unida a la superstición, una rémora para quienes consideran que todo tiene una explicación científica. Posiblemente estén en lo cierto, pero eso no les faculta para descalificar a quien necesita creer en algo diferente de lo que la tecnología y la ciencia nos presentan como único real. Sin entrar en creencias milenaristas o en fantasías heterodoxas, de esas que las televisiones también nos venden como si fuera una publicidad más, hay gente que necesita seguir pensando para vivir que no todo tiene explicación y que cabe aún el misterio en este mundo, llámese poesía o representación sin más. Por eso, en noches como estas, la de San Juan o la de Navidad, la más corta y la más larga dependiendo de los hemisferios terrestres, todos sentimos un estremecimiento y un desasosiego que tratamos de convertir en fiesta, para no reconocer que nos asusta el misterio del tiempo y nuestro desvalimiento como especie, en medio del gran enigma del universo y de la eternidad que intuimos detrás de él. “El mayor de los soles en un lado / y del otro luna nueva / lejos de la memoria como aquellos pechos / Y en medio el abismo de la noche estrellada, / el cataclismo de la vida”, escribió el poeta griego Yorgos Seferis mirando el cielo de Atenas un solsticio de verano, sin saber que esa noche quedaría para siempre prendida de su poema como de tantos poemas escritos por tantos hombres y mujeres a lo largo de la historia, la mayoría de ellos perdidos para siempre con las luces de la noche, con las hogueras y las ilusiones brotadas al calor de su fantasía, tan fugaz. Otro poeta, este de la pintura, lo escribió con sus pinceles en un lienzo cuyo título, Noche estrellada, resume todos esos poemas, los conocidos y los por escribir. “Las piedras de molino muelen todo / y todo en astros se convierte / En vísperas del día más extenso”, dejó escrito Seferis. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt

















DEL POEMA DE CADA DIA. HOY, A ESPAÑA, DEL POETA ESPAÑOL MIGUEL DE UNAMUNO

 





A ESPAÑA


Labio, ézpañá, paladeo tu nombre, rosa carnosa,
fresco y rojo de cereza, y agua se me hace la boca.
Es tu saliva batido, de tu lengua, la española,
tomé el pan de la palabra, un pichón de la paloma.
Nuestras lenguas se mezclaron, España, y sentí la ola
de brasa, desde la nuca en mis entrañas ahonda.
Mordí en tus labios, España, del paraíso en la poma,
y al darte mi blanca sangre, me diste tu sangre roja.
Me siento padre del pueblo, por ti perdura en mi obra,
me desmayo en el arrobo de hacerte, España, señora.



MIGUEL DE UNAMUNO (1864-1936)
poeta español




















DE LAS VIÑETAS DEL BLOG DE HOY SÁBADO, 21 DE JUNIO DE 2025