lunes, 23 de julio de 2012

Esther Tusquets entrevistada en TV3 - Divendres: Les bones maneres es perden

viernes, 20 de julio de 2012

¿Comienza el principio del fin de Rajoy?




Madrid, ayer




¿Comenzó ayer en España el final de la era Rajoy? Los españoles parecemos decididos a recuperar nuestra dignidad de ciudadanos y hacernos de nuevo con el control de nuestro destino. Y ello, ante la incapacidad de un gobierno mendaz y cobarde de ofrecer una sola propuesta coherente para salir de la crisis en la que estamos sumidos. ¿Lo conseguiremos? 

Sí, hay que forzar la dimisión del presidente. ¿Cómo? ¿Y luego?... No creo que nadie tenga una respuesta clara: ¿Reférendum, nuevas elecciones, un gobierno de unidad nacional? Todo menos quedarnos de brazos cruzados mientras los ciudadanos claman por soluciones y el gobierno, incapaz de articular la más mínima respuesta coherente, se lanza dando tumbos en una fuga hacia adelante que nos lleva, como dicen en Canarias, "proa al marisco"...

El profesor José Ignacio Torreblanca, escribía hace unos pocos días en su blog un inquietante artículo en el que desvelaba algunas claves de lo que está pasando en España y en el seno de la Unión Europea: estamos en guerra, dice, en una guerra sin bajas por fuego enemigo, sin edificios ni construcciones derruidas, sin el estruendo de las bombas ni el fragor de las batallas, pero sí con muertos, heridos, ruina y desolación. Una guerra distinta para la que los estados nacionales y la Unión no estaban preparados. Las previsiones constitucionales sobre estados de alarma, de sitio o de guerra no sirven para esta novísima y alarmante situación, para esta guerra tan posmoderna... 

Por otro lado,un durísimo alegato del escritor Luis García Montero en El Huffington Post, nos muestra algunas otras claves más para entender el qué y el por qué está pasando lo que está pasando. Y quiénes son los culpables. 

Y el editorial de hoy en El País, ecuánime y ponderado, llamando al diálogo; algo que parece imposible ante un presidente enrocado en posiciones maximalistas y cada vez más aislado de la realidad. 

Pero eso es lo que hay, mientras nosotros lo permitamos... Sean felices, por favor, a pesar del gobierno. Cada vez les queda menos. Tamaragua, amigos. HArendt




España se echa a la calle




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"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)
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jueves, 19 de julio de 2012

Rubalcaba en el Congreso: "El Gobierno, como los malos toreros, se ha quedado solo"

miércoles, 18 de julio de 2012

18 de Julio: Setenta y seis años después





El historiador Ángel Viñas




Después de haber subido ayer al blog (en dieciocho entradas sucesivas) la película de Jaime Camino "Dragon Rapide" (1984), sobre los días que precedieron a la sublevación militar del 18 de julio de 1936 en los que tanto protagonismo histórico tuvo la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, no tenía pensado escribir nada sobre la fecha que hoy se recuerda. 


No deja de resultar llamativo que apenas se haya hecho mención a ella en los medios de comunicación. Hay algunas excepciones, claro está. El historiador Ángel Viñas, en El País de ayer, publicaba un interesante artículo en el que presta atención a los grupos políticos que de forma más o menos encubierta fraguaron el golpe de Estado y animaron a los militares a rebelarse contra el gobierno republicano. Son datos novedosos, que forman parte de un libro de próxima publicación, que el autor adelanta en el artículo. Lo son porque hecha por tierra el protagonismo que siempre se ha atribuido en su preparación a falangistas, carlistas e incluso a la CEDA de Gil Robles. Por el contrario resalta el papel que jugaron en esos preparativos golpistas los monárquicos de Renovación Española, y por supuesto, los gobiernos de Alemania e Italia, sobre todo éste último. 


La coda final del artículo la dedica el profesor Viñas a criticar la "no-desclasificación" de los documentos militares que rebelan esos hechos en base, entre otras razones, a no “perjudicar” las relaciones diplomáticas con Italia, pero desvelar la fría agresión italiana, dice, que es lo peor que un país puede hacer a otro, no dañará las relaciones con él. Sí lo hace, añade, un gobierno, el nuestro, temeroso del pasado y que tampoco se fía de sus ciudadanos. Y eso sí que da que pensar. En la Unión Europea, tras tantos años, España vuelve a ser diferente, termina.


Setenta y seis años son muchos años, pero es cierto que parece que para algunos españoles la guerra civil no ha terminado aún. Hasta que mi padre se jubiló, a principios de los años 60 del pasado siglo, estuvo coleccionando durante años la revista norteamericana "Life", en español, que encuadernaba por semestres en unos hermosos libros de tapa dura y lomos de cuero verde, que a mi, con apenas diez u once años, me  encantaba ojear. Recuerdo en especial un número de mediados de los años 50, en el que la revista dedicaba un reportaje especial lleno  de fotografías y entrevistas a personas que aún vivían y que habían nacido antes del inicio de la guerra civil norteamericana, en 1861.

Fue un reportaje que me impresionó vivamente y que he recordado ahora, pensando en que cualquier español vivo que haya participado en la guerra civil de 1936-1939, debe tener como mínimo 92 años de edad. No creo que sean muchos los que queden, pero hubiera sido interesante hacer un reportaje similar al de la revista "Life".

Casualmente hace apenas dos días terminaba de leer la última novela de Eduardo Mendoza, "Riña de gatos. Madrid, 1936" (Planeta, Barcelona, 2011), que también se desarrolla en el Madrid de los inicios de la primavera de 1936, cuando se está fraguando el golpe militar. El protagonista de la misma es un joven profesor inglés en Historia del Arte, y experto de reconocido prestigio en la obra y vida de Velázquez, que ha llegado a Madrid en esos días para un trabajo profesional. Sin buscarlo, se ve envuelto en la trama conspiratoria político-militar que dará lugar unos meses más tarde al golpe de Estado y a la guerra civil. No les rebelo más sobre la misma por si tienen interés en leerla. Les aseguro que es una trama interesante, con una fina ironía y sentido del humor, y algunas lucubraciones del personaje principal que rozan la política-ficción, o que pudieron ser verdad...

A mis padres y mis hermanos mayores (a mi me faltan diez años para venir al mundo), el inicio de la guerra civil les coge en Barcelona. Mi padre es en ese momento sargento de la Guardia Civil, y esta destinado en el Parque de Automovilismo de Barcelona como chófer al servicio del coronel Escobar, jefe de la misma en la Ciudad Condal. Lógicamente, la guerra la hace del lado de la República, y es destinado a varios puntos de la zona republicana, siempre como chófer. A finales de 1938, es detenido y encarcelado en un barco prisión en el puerto de Barcelona. La razón, el que antes del inicio de la guerra había estado afiliado a Falange Española y las autoridades republicanas desconfiaban de su lealtad. Con otros dos compañeros guardias civiles logra fugarse del barco y a pie, llegar hasta la frontera francesa. En Francia son internados en un campo de concentración cercano a Lyon hasta que, finalizada la guerra son devueltos a España. Durante esos meses, mi madre no ha sabido nada sobre su paradero ni si estaba vivo o muerto. Finalizada la guerra, los vencedores le enjuician nuevamente por no haberse sublevado en 1936. El no haber participado en acciones de armas, y su antiguo carnet de Falange, le salvan del paredón pero no de la desconfianza. Le destinan (o destierran) a la isla de El Hierro, donde permanece entre 1940 y 1945. Pasa a la reserva, como comandante honorífico de la Guardia Civil  en 1956, en Madrid, donde vive desde 1950 hasta su muerte, en 1989.

Como tantas familias españolas, la mía se vio dividida, no solo físicamente, por la guerra civil. Toda la familia de mi madre, mis abuelos maternos y mis tios, eran republicanos y socialistas, lo que no impidió que mi madre, su hija mayor, fuera siempre una mujer profundamente religiosa, apolítica (por prudencia) y de ideas conservadoras. Y que en casa estuviera terminantemente prohibido hablar de política o de religión. El único hermano varón de mi padre, luchó del lado franquista, en la Legión, donde llegó a teniente. Curiosamente, figura en las listas de republicanos ejecutados por los franquistas en Asturias durante la guerra civil, lo que es inexacto pues murió ya anciano en los años 80. Se lo he hecho saber en varias ocasiones a las asociaciones de víctimas del franquismo asturianas, sin resultado alguno: sigue figurando en las listas de víctimas de la represión.

Creo, sinceramente, que setenta y seis años son muchos años ya para que los españoles nos sigamos guardando rencor por unos hechos que casi ninguno de nosotros vivimos directamente. Soy decidido partidario de que los españoles del bando republicano que murieron en la guerra civil o víctimas de la cruel represión que siguió a ésta, tengan el reconocimiento, homenaje y respeto que se merecen. Que sus restos se busquen, se devuelvan y se entreguen a sus familiares. Que se quiten de iglesias y plazas las placas que hablan de los "caídos por Dios y España" y se sustituyan por otras que hablen y rindan recuerdo perenne a todos los que perdieron su vida en un enfrentamiento fratricida sangriento e inútil. Pero sobre todo me gustaría que dejasen a los historiadores que hagan su trabajo en paz y con todos los archivos abiertos a su disposición para esclarecer definitivamente qué pasó, por qué pasó, y quiénes fueron los responsables de que pasara. Y así, evitar que vuelva a pasar.

Y sean felices, por favor, a pesar del gobierno. Tamaragua, amigos. HArendt





El "Dragon Rapide"





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martes, 17 de julio de 2012

Dragon Rapide-Parte 18 (19 de julio de 1936)

Dragon Rapide-Parte 17 (18 de julio de 1936).

Dragon Rapide-Parte 16 (18 de julio de 1936).

Dragon Rapide-Parte 15 (18 de julio de 1936).

Dragon Rapide-Parte 14 (17 de julio de 1936).

Dragon Rapide-Parte 13 (16 de julio de 1936).

Dragon Rapide-Parte 12 (15 de julio de 1936).

Dragon Rapide-Parte 11 (14 de julio de 1936).

Dragon Rapide-Parte 10 (13 de julio de 1936).

Dragon Rapide-Parte 9 (12 de julio de 1936).

Dragon Rapide-Parte 8 (11 de julio de 1936).

Dragon Rapide-Parte 7 (11 de julio de 1936).

Dragon Rapide-Parte 6 (10 de julio de 1936).

Dragon Rapide-Parte 5 (9 de julio de 1936).

Dragon Rapide-Parte 4 (9 de julio de 1936).

Dragon Rapide-Parte 3 (6 de julio de 1936).

Dragon Rapide-Parte 2 (5 de julio de 1936).

Dragon Rapide-Parte 1 (4 de julio de 1936).

miércoles, 4 de julio de 2012

El invierno en Mendoza (Argentina)





El escritor argentino Alberto Atienza





Una de las mejores cosas que tienen las redes sociales que se tejen a través de internet es la posibilidad de encontrar "almas gemelas" en los sitios más insospechados. Yo he encontrado varias a lo largo de estos seis años de existencia de Desde el trópico de Cáncer. Una de las más satisfactorias ha sido la del escritor y periodista argentino, de Mendoza, la bella ciudad a los pies del Aconcagua, Alberto Atienza, con cuya amistad me honro desde hace varios años, y cuyas publicaciones asiduas en la revista mendozina "La Quinta Pata", sigo con interés y placer.

No comparto la ideología de esa publicación, pero eso no empequeñece en lo más mínimo mi afecto por el autor del reportaje que, con su permiso, reproduzco más adelante, y publicado en dicha revista el pasado 17 de junio.

Es un reportaje frio, duro, desolador; como el invierno mendozino, y al mismo tiempo lleno de humanidad y esperanza y solidaridad hacia los más desprotegidos, que desgraciadamente cada vez son más, mientras los políticos de todo pelaje y condición miran hacia otro lado. Y es que, como bien dice el tantas veces citado por mí en estos días, el filósofo alemán Jürgen Habemas, no se puede prever como las políticas de austeridad, que de todas formas resultan difíciles de imponer desde la política interior, pueden conciliarse con el mantenimiento a largo plazo de un nivel aceptable del Estado social.

Pero no escribo más. Hoy, todo el protagonismo se lo dejo a mi amigo y admirado escritor y periodista Alberto Atienza. Les dejo con él. .

Los tres vídeos que he puesto como acompañamiento de la entrada son una producción de La Quinta Pata sobre la historia del movimiento peronista argentino. 

Y sean felices, por favor, a pesar del gobierno. Tamaragua, amigos. HArendt




El Aconcagua (Argentina) 






FRIO, FRIO...
por Alberto Atienza
La Quinta Pata
17 de Junio de 2012


Tres grados bajo cero, atacan a los “sin techo”. Vidas humanas en peligro demandan urgente salvataje. El perrito de Alberto Díaz Pérez, 35 años, lo acompañó hasta último momento. Una mujer adoptó a este fiel animal. Detrás de su imagen la “cama” donde dormía el hombre que podría haber sido salvado si se hubieran ocupado de él. El joven murió el 27 de junio de 2011 en el piso de la céntrica Plaza Independencia. Noches de tres grados bajo cero “El poncho de los pobres” según Yupanqui, el astro rey, sale tardío. Manda a la tierra rayos anémicos, sin calor. Parece un elemento de utilería, un sol amarillo, colgado de un ciclorama con un foco de viejas 60 bujías por alma.

Estufas, calefactores, mejoran los climas hogareños. Funcionan a toda vela. No interesa gastar más energía eléctrica o gas si la pasamos bien. Desayuno: unos mates bien calientes, facturas con dulce de leche y crema pastelera, Zopaipillitas en la tarde, con té o, lo mejor: chocolate con leche, bien espeso, como el que tomaba Alvar Núñez Cabeza de Vaca. Que el frío quede afuera. Y así será. Dios sea loado que podemos disponer de un techo y del confort que nos permite dejar al invierno en la calle.

Tres grados bajo cero. Oscuridad total. De las tinieblas emerge el dolor que aprieta las mandíbulas, endurece la piel y la hace tiritar. Frío. Cuando cae sobre un cuerpo deja de llamarse así y se convierte en puro sufrimiento. Si no fuera porque muchos creen lo contrario, podría afirmarse que lo tenebroso y el frío son la esencia del infierno. Cartones abajo que una vez envolvieron a un televisor de 32 pulgadas. Una manta que conoció días sin agujeros por los que pasa gélido aire. Papeles de diarios, con grandes fotos de sonrientes políticos que nunca durmieron bajo la intemperie en noches de junio o julio. Plástico no biodegradable, plástico traidor, casi eterno, que se niega a posar como abrigo y acumula agujas de rocío. 

“Los sin techo” Casi un eufemismo. Mañana será el nombre de un grupo de rock punk. O saldrá una de esas melosas canciones que le cante “al sin techo que dejó tu amor” La única forma de conocer el verdadero significado de la frase, sus plenas connotaciones, la profundidad de su abismo, es dormir al aire libre en una noche de invierno. Nadie, que cuente con un hogar lo hará. Acecha la hipotermia. La muerte en un reposo. El cuerpo va apagándose de a poco. Invade la pulmonía, si se llega a la mañana. El alcohol, barato para abrigar la carne por dentro por un rato y convocar una bella imagen de infancia con una madre, sonriente (no existe algo más bello que la sonrisa de una madre dedicada a su hijo) una mamá abrigadora, que lo cubría de noche con suaves lanas y tibios besos. El sueño, calido, como el viaje en una nube de verano.

Hablando pronto y no mal ¿Qué clase de pueblo es el que permite que seres humanos duerman bajo el crudo cielo de invierno? Muere un desposeído joven en una plaza y es noticia porque antes un fotógrafo registró su doliente imagen. Fallecen por el frío hombres en otros puntos de la provincia y se van de esta tierra llamada Mendoza, que los condenó con la indiferencia, sin boato de prensa. Nadie se entera de que alguna vez existieron. Otros se enferman, por las bajísimas temperaturas que atacan su lecho desde abajo, desde la tierra y que le caen de la negrura de la noche. Agonizan en un hospital y el vago diagnóstico final consigna, sin una línea de historia de ese humano malogrado, que sucumbió por “paro cardiorrespiratorio” Nada más. Nadie envuelve el último suspiro de ese hombre, breve aire, alentado por simples sueños: un techo, una cama caliente, comida y, acaso, algunas carcajadas. Los otros sueños, los de vecinos cubiertos, no son los del viajero que se fue con el frío. Más allá, a pocos metros, en una casa, un joven convoca a cada segundo al amor de su vida. Ella, en otro lugar, lo llama a él. Un señor a mitad de camino entre vigilia y manso sopor, saca cuentas para subirse a un reluciente cero kilómetro. Hay quien vuela bien con poesía en lugar de almohada. Los sueños no tienen frontera para los “con techo” Los de los otros, los “sin nada” son simples. Hasta se pueden traducir en una sola palabra: sobrevivir.

Hablando mal ¿Quiénes somos para ignorar y por ende dejar de lado a alguien que está en peligro de muerte? Hacemos como que no sabemos nada. Miramos al desguarnecido, que permite que lo contemplen sin enojarse, sin reaccionar, como si fuera un manso animal o una planta. Lo miramos y, siempre, estamos tan ocupados Dios que no podemos ir a tu cena. La cena con Dios. Ofrecerle comida, ropa, palabras, algo, a ese ser que todos los días muere un poco más. Estamos tan ocupados Dios que no movilizamos a nuestros amigos y parientes para conseguirle un techo, una cama digna a ese humano que nos ve pasar, con nuestros abrigos, que nos sacan del frío de las calles, como si fuéramos dentro de una burbuja. Nos mira ese hombre quebrado, de pie, pero caído. No nos envidia. No siente rencor. Está en su clima: frío a toda hora. El país de la efímera hoguera que calienta manos, frente y llena los ojos de humo y lágrimas. Más que país es otro mundo en el que se halla. Sabe que el lujoso auto no se detendrá. El conductor lo fija por un segundo en sus retinas y le veda el ingreso a su pensamiento. Le niega existencia. Así hacen todos. Las noches pasan. Hasta que llega la última. Y todo sigue igual. Como si nada hubiera ocurrido. Una vida humana se extinguió en la oscuridad.

Hacemos como que no nos damos cuenta y, sucede, no nos damos cuenta. No interesa que nuestra conciencia se abra para que ingrese un indigente, de ropas sucias, ajadas. Estamos para otra cosa. Vinimos al mundo con otra misión que la de alternar con menesterosos. Nada justifica lo anterior pero es real. Con pocas excepciones. Y surge la pregunta: ¿Qué pasa con los encargados de velar por la integridad de la población? Esos que ganan sueldazos con un tope del 25 por ciento. Nada. Nadie hace nada ¿No se da cuenta esa gente a cargo de áreas bautizadas con importantes palabras, llenas de buenos propósitos: “acción social” “bienestar social” “salud” que no cumplen con el cometido de sus empleos, que están cobrando por lo que no hacen, al dejar librados a su suerte (que es la muerte) a los silenciosos y casi invisibles “sin techo”? ¿Ningún abogado les dijo que posiblemente están incurriendo en un delito calificado como “abandono de persona”? Es simple. Se les paga para prodigar beneficios a la población y les dan espaldas a los que duermen en calles, plazas, en escalones de negocios, hasta en acequias. Existen medios de ayuda, solventados por los contribuyentes ¿Por qué no los aplican en esos casos críticos? ¿Por qué miran los funcionarios (seguramente que los ven) a esos seres sufrientes, como si no fueran humanos? ¿Quiénes son ellos? ¿Por qué los elegimos?

No existen censos creíbles. A nadie le interesan los “sin techo” Algunos, para blanquear tanta frialdad de sentimientos (llevan un invierno perenne en sus almas) dicen: “son borrachos, por eso viven así” En algunos casos es al revés. Otros: el vulgar axioma: “No trabajan porque no quieren” directo antecesor del fallo que aun aparece en álgidos labios: “Algo habrán hecho” Hace cuatro años fueron censados más de 50 desposeídos, dos de ellos mujeres. Eso se debió a que una buena señora, Norma Galar, les preparaba los domingos una sabrosa y nutritiva comida “Es lo único consistente que ingieren una vez a la semana” decía. Las viandas se repartían en plaza Sarmiento, frente a la Catedral de Loreto con sus luces y bocanadas de incienso, dedicada a la misa, en que los comulgantes comían el cuerpo de Cristo. Ni eso les convidaban los curas de ese templo a los abatidos vecinos. No los veían. Los fieles, al término de la liturgia, imbuidos de arrepentimiento y gozo, tampoco reparaban en los “sin techo” con sus bandejas, en esa suerte de desayuno-almuerzo-cena, semanal.

Dicen que las personas, hombres en su gran mayoría, que no tienen donde dormir en toda la provincia son más de 200. Sabemos de algunos, como el que pernocta
en Corrientes entre José F. Moreno y Salta, ciudad. Otros, itinerantes, que se estacionan en plazas. Antes era común verlos pasar la noche en la Terminal de Ómnibus. Los guardias nocturnos no dejaban que se recostaran sobre los desocupados asientos. Debían dormir sentados. De tanto hacer eso uno de ellos, que nunca habló aunque se sabía que no era mudo, Salomón de nombre, dibujante de carteles, a ese muchacho se le edemizaron los pies de una forma gigantesca. Hace rato que no se lo ve por ningún lado. Y así sucede. En una mañana no se divisan y de ahí en más entran para siempre en el mundo del olvido absoluto.

¿Qué se puede hacer para salvarlos? Muy simple. Instalar una casa, como corresponde, con agua caliente, estufas, camas limpias, una cocina, un baño o más de uno. Formar un equipo de especialistas en el auxilio de humanos en crisis y médicos. Cuando estén bien comidos, vestidos, con sus dolencias en vías de curación y hasta contentos, iniciar la posible recuperación de esos seres. Muchos son jóvenes aun. Otros no. Hay que buscar y existen soluciones para todos. Cuando uno de ellos reingrese a la existencia, abandone ese hogar de salvataje e inicie su derrotero de hombre libre y digno, hay que hacer una fiesta. Algo así como el alegre recibimiento popular que se le tributó al primer pececillo que nadó en el Río Tamesis luego de que ese cauce fue descontaminado. La celebración de la vida, que se instala de nuevo en su lugar.




Mendoza (Argentina)




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¿Qué es el peronismo? (I), por La Quinta Pata

¿Qué es el peronismo? (II), por La Quinta Pata

¿Qué es el peronismo? (III), por La Quinta Pata

lunes, 2 de julio de 2012

Glosas sobre Europa (II): Leyendo a Habermas





Las Naciones Unidas (Nueva York)




Jürgen Habermas dedica el capítulo I de "La constitución de Europa. Un ensayo" (Trotta, Madrid, 2012) a una exposición pormenorizada del concepto de dignidad humana y de la "utopía realista" de los derechos humanos, tal y como fueron promulgados en la Declaración Universal de Derechos Humanos por las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948.

La inviolabilidad de la dignidad humana, el respeto a la dignidad humana de toda persona, dice, prohibe que el Estado disponga de cualquier individuo simplemente como un medio para alcanzar otro fin, incluso si ese otro fin fuera el de salvar la vida de muchas otras personas (pág. 14).

Poco más adelante (pág. 16) sostiene que la dignidad humana es la fuente moral de la que todos los derechos fundamentales obtienen su sustancia, y ello es así, porque la dignidad humana es una y la misma en todas partes y para todo ser humano y fundamento de la indivisibilidad de los derechos fundamentales (pág. 20), y porque la exigencia de los derechos humanos no puede ser privada de su impulso moral esencial: la protección de la igual dignidad de cada cual (pág. 35).

Antes, ha criticado con dureza el uso que de las políticas de derechos humanos hacen a menudo las grandes potencias en defensa de sus propios intereses: "Cuando las políticas de derechos humanos se convierten en una simple tapadera para encubrir, y en vehículos para imponer, los intereses de las grandes potencias, o cuando una superpotencia  desdeña la Carta de la ONU y se arroga unilateralmente el derecho de intervención; cuando violando el derecho internacional humanitario, invade un país y justifica este acto en nombre de valores universales, entonces se confirma la sospecha de que el programa de los derechos humanos consiste en su abuso imperialista" (pág. 34). Bush, Aznar y Blair seguro que nunca leyeron a Jürgen Habermas. 


Como complemento de la entrada he puesto un vídeo de Amnistía Internacional sobre Derechos Humanos que les recomiendo encarecidamente. Y sean felices, por favor, a pesar del gobierno. Tamaragua, amigos. HArendt





Mafalda y los Derechos Humanos







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Amnistía Internacional y Derechos Humanos

domingo, 1 de julio de 2012

Glosas sobre Europa (I): Leyendo a Habermas





Atenas, cuna de Occidente



Desde que inicié la aventura de "Desde el trópico de Cáncer" hace ya seis años, tuve claro que mi pretensión no era tanto la de expresar mis opiniones propias -aunque esto resulte inevitable como consecuencia del papel que me atribuyo- como la de dejar constancia de la importancia que, como glosador, daba a lo glosado. De ahí, el subepígrafe del blog: Observando el mundo a través de la mirada y la palabra de los otros. En resumen, y como he repetido en ocasiones anteriores, que lo interesante no está, ni por asomo, en lo que yo comento sino en lo comentado por mí. 

Hace unos días traje a colación en una de las entradas del blog al filósofo alemán Jürgen Habermas. Lo hice después de leer su más reciente libro: "La constitución de Europa. Un ensayo" (Trotta, Madrid, 2012), publicado originalmente en Alemania a finales del pasado año. 

Nacido en 1929, Jürgen Habermas fue ayudante de Th.W. Adorno, H.G. Gadamer y de K. Löwith, y es considerado el representante más sobresaliente de la llamada "segunda generación" de la Escuela de Frankfurt, y un referente indispensable para la filosofía y las ciencias sociales contemporáneas. Ha sido profesor en las universidades de Frankfurt, Princeton y Berkely, y fue premiado con el Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales el año 2003.

"La constitución de Europa. Un ensayo" no es un libro muy extenso, apenas un centenar de páginas, pero resulta muy interesante por su contenido, lo reciente de  su publicación y por las propuestas que formula en orden a la profundización de la unión de los pueblos y los Estados de Europa. Comprende tres apartados diferentes. El primero, lo dedica al concepto de dignidad humana y la utopía realista de los derechos humanos. El segundo se centra en la crisis de la Unión Europea a la luz de una constitucionalización del Derecho Internacional, con especial atención al proceso de constitucionalización de Europa. El tercero desarrolla la idea del proceso que llevaría de la comunidad internacional a la comunidad cosmopolita.

Más interesantes que esos apartados me han parecido a mí los tres que componen el anexo, titulados, respectivamente: Tras la bancarrota, El destino de la Unión Europea se decide en el euro, y ¿Un pacto a favor o en contra de Europa?.

Mi intención sería de la comentar a lo largo de entradas sucesivas en el blog algunas de esas propuestas que formula el profesor Habermas en su libro, y muy especialmente, en ese último apartado sobre un pacto a favor o en contra de Europa. No estoy muy seguro de conseguirlo, pero intentarlo lo intentaré.

Como primicia, reproduzco la primera de las respuestas de Habermas a la entrevista concedida al diario alemán Die Zeit, el 6 de noviembre de 2008, reflejada en el libro, y que no ha perdido ni un ápice de actualidad. Le pregunta el entrevistador que "qué es lo que más le preocupa del colapso del sistema financiero internacional y de la crisis mundial que amenaza todo el sistema". Y esta es la respuesta de Habermas:

"Lo que más me preocupa es la injusticia social que clama al cielo y que consiste en que los costes socializados, derivados del fallo del sistema, afectan con mayor dureza a los grupos sociales más vulnerables. Una vez más, dice, los que tienen que pagar las consecuencias económicas reales del mal funcionamiento -previsible- del sistema financiero son los que no figuran, en ningún caso, entre los vencedores de la globalización.Y han pagado no en valores monetarios, como los accionistas, sino en la dura moneda de su existencia cotidiana. También a escala global se consuma ese destino severo con los países económicamente más débiles. Ahí reside el escándalo político. Buscar ahora chivos expiatorios me parece evidentemente una hipocresía. También los especuladores han actuado siempre dentro del marco legal ajustado a la lógica, socialmente aceptada, de la maximización del beneficio. La política se ridiculiza a sí misma cuando se pone a moralizar en lugar de apoyarse en el derecho coercitivo del legislador democrático. Ella, y no el capitalismo, es la responsable de que las cosas se orienten hacia el bien común."

¿Lo habrán leído nuestros dirigentes políticos europeos y nacionales? Tengo mis dudas... Como complemento de la entrada he puesto en el blog sendos vídeos sobre la Escuela de Frankfurt y la famosa Teoría sobre la Acción Comunicativa de Habermas. Y sean felices, por favor, a pesar del gobierno. Tamaragua, amigos. HArendt  





Jürgen Habermas




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Entrada núm. 1674
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La Escuela de Frankfurt

Teoria de la acción comunicativa