La activista saharaui Aminetu Haidar
Llevo varias semanas intentando leer algo medianamente inteligible, sensato. objetivo y apartidista sobre el afer Aminetu Haidar, en huelga de hambre desde hace 21 días en el aeropuerto de Lanzarote (Islas Canarias), y el conflicto desatado por su causa entre Marruecos y España. Hasta hoy, y gracias al artículo que en El País (7/12/2009) escribe José María Ridao, diplomático español y escritor, y titulado, precisamente, "Haidar, en términos exactos". Porque hasta ahora, todo lo leído al respecto se movía entre las declaraciones altisonantes de los "hooligans" del FPOLISARIO, los insultos al gobierno de Marruecos y las acusaciones de traición al Gobierno de España. Por cierto, jaleadores vociferantes con muy poca preocupación por el destino final de Aminetu Haidar, y muy poco respeto, real, por su persona.
Por aclarar algunas cuestiones previas, lo primero que habría que hacer es no confundir al pueblo saharaui con el FPOLISARIO (Frente Popular de Liberación de la Saguia-el-Hamra y Rio de Oro), porque tan saharauis son los que residen en el Sahara Occidental como los exiliados forzosos de los campamentos argelinos de Tinduf, campamentos y exiliados que deberían haber vuelto hace mucho tiempo a su tierra y a su patria y que si no lo han hecho ya es porque esos campamentos y esos exiliados le sirven de coartada al FPOLISARIO y a Argelia en su contencioso político-territorial con Marruecos. No creo que la causa del FPOLISARIO, un partido único que se arroga la representación del pueblo saharaui, merezca el sacrificio de Aminetu Haidar ni del pueblo del Sahara Occidental.
Segunda cuestión, el Reino de Marruecos es un estado pre-moderno y pseudo-democrático gobernado, para desgracia de su pueblo, por un sátrapa medieval vestido de Armani, del que no cabe esperar gran cosa en cuanto a respeto a los Derechos Humanos se refiere. Pero..., es un socio preferente de España y de la Unión Europea, y seamos realistas, en política internacional y por desgracia, no hay amigos ni enemigos, sólo intereses. Hay que reconocer que el Gobierno de España ha pecado de inocente y pardillo, y que algunas de las cuestiones que plantea José María Ridao en su artículo merecen una respuesta aclaratoria urgente por parte de nuestro gobierno. Cuidando de no tensar más de lo que ya está el conflicto, pero haciendo ver a Marruecos, y a su rey, que ellos son los únicos responsables de la tropelía.
Tercera cuestión, Aminetu Haidar está en su derecho de seguir en su postura aún a costa de su vida, pero alguien -no se quién, pero espero que no muy tarde- la debería intentar convencer que con su sacrificio no va a resolver la situación de su pueblo, ni del que está en el Sahara Occidental ni del que está en el exilio. ¿No hay nadie en el mundo capaz de imponer un poco de sensatez a los insensatos?
Juan Goytisolo es escritor, español, y vive desde hace muchos años en Marruecos. Es un hombre de una gran sensibilidad que conoce muy bien y de primera mano a la sociedad marroquí y a su pueblo. Entre tanto oportunismo, desatino y estupidez, fuera de los cauces anegados de las posiciones políticas irreductibles, se agradecen voces que impongan serenidad y cordura como hace en su artículo de El País (9/12/2009) titulado "¿Condenados a no entenderse?". Y sobre todo, que antepongan, ahora, la vida de un ser humano, Aminetu Haidar, a toda otra consideración política. Mi voz suena muy poco, la de Juan Goytisolo puede, debe sonar mucho más. Sumémonos a ella. Salvemos a Haidar, por favor; merece la pena intentarlo. Todo lo demás puede esperar. HArendt
Por aclarar algunas cuestiones previas, lo primero que habría que hacer es no confundir al pueblo saharaui con el FPOLISARIO (Frente Popular de Liberación de la Saguia-el-Hamra y Rio de Oro), porque tan saharauis son los que residen en el Sahara Occidental como los exiliados forzosos de los campamentos argelinos de Tinduf, campamentos y exiliados que deberían haber vuelto hace mucho tiempo a su tierra y a su patria y que si no lo han hecho ya es porque esos campamentos y esos exiliados le sirven de coartada al FPOLISARIO y a Argelia en su contencioso político-territorial con Marruecos. No creo que la causa del FPOLISARIO, un partido único que se arroga la representación del pueblo saharaui, merezca el sacrificio de Aminetu Haidar ni del pueblo del Sahara Occidental.
Segunda cuestión, el Reino de Marruecos es un estado pre-moderno y pseudo-democrático gobernado, para desgracia de su pueblo, por un sátrapa medieval vestido de Armani, del que no cabe esperar gran cosa en cuanto a respeto a los Derechos Humanos se refiere. Pero..., es un socio preferente de España y de la Unión Europea, y seamos realistas, en política internacional y por desgracia, no hay amigos ni enemigos, sólo intereses. Hay que reconocer que el Gobierno de España ha pecado de inocente y pardillo, y que algunas de las cuestiones que plantea José María Ridao en su artículo merecen una respuesta aclaratoria urgente por parte de nuestro gobierno. Cuidando de no tensar más de lo que ya está el conflicto, pero haciendo ver a Marruecos, y a su rey, que ellos son los únicos responsables de la tropelía.
Tercera cuestión, Aminetu Haidar está en su derecho de seguir en su postura aún a costa de su vida, pero alguien -no se quién, pero espero que no muy tarde- la debería intentar convencer que con su sacrificio no va a resolver la situación de su pueblo, ni del que está en el Sahara Occidental ni del que está en el exilio. ¿No hay nadie en el mundo capaz de imponer un poco de sensatez a los insensatos?
Juan Goytisolo es escritor, español, y vive desde hace muchos años en Marruecos. Es un hombre de una gran sensibilidad que conoce muy bien y de primera mano a la sociedad marroquí y a su pueblo. Entre tanto oportunismo, desatino y estupidez, fuera de los cauces anegados de las posiciones políticas irreductibles, se agradecen voces que impongan serenidad y cordura como hace en su artículo de El País (9/12/2009) titulado "¿Condenados a no entenderse?". Y sobre todo, que antepongan, ahora, la vida de un ser humano, Aminetu Haidar, a toda otra consideración política. Mi voz suena muy poco, la de Juan Goytisolo puede, debe sonar mucho más. Sumémonos a ella. Salvemos a Haidar, por favor; merece la pena intentarlo. Todo lo demás puede esperar. HArendt
Aminetu Haidar en huelga de hambre en Lanzarote
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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)