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domingo, 22 de diciembre de 2013

Añoranzas del 68: "Sous les pavés, la plage"


¡Cuarenta y cinco años ya! ¡Cómo pasa el tiempo!... 1968 fue un año mítico para mí: por razones personales y por otras también personales -todas lo son si nos afectan- pero de otra índole.

Con mi madurez casi como quien dice recién estrenada, ese año había cumplido mi servicio militar en el regimiento de infantería "Inmemorial del Rey" (la más antigua unidad militar del mundo); había obtenido mi primera titulación universitaria; estrenábamos nuestra casa en Las Palmas donde aún vivimos; y nacía mi primera hija... Así que, a cubierto de todo temor, asistía emocionado a las revueltas estudiantiles en Berkely (California) y en otras universidades europeas que culminarían con la asonada casi revolucionaria de los estudiantes franceses de París, en mayo, que a punto estuvieron de acabar con la V República. Si no triunfó fue porque los sindicatos obreros se echaron para atrás; quizá -pensaron- "esto no va con nosotros". No estuve allí, pero casi... Al menos en espíritu sí que estuve...

De todo lo que se contó, se supo, se fabuló sobre aquel mítico "mayo del 68" del que no quedan ni cenizas, yo recuerdo con especial cariño dos anécdotas. La primera, la película "Soñadores" (2003), del realizador italiano Bernardo Bertolucci, con una sensacional y espléndida Eva Green, de la que los franceses, siempre tan suyos -algunas veces, con razón- dicen que tiene los senos más bellos del mundo...  La segunda, la que convirtió en lema oficioso de la revuelta estudiantil una pintada realizada con aerosol en la universidad de la Sorbona por un genial publicista anónimo: "Sous les pavés, la plage" (Debajo de los adoquines está la playa). 

La playa no apareció, pero los adoquines sirvieron para levantar una barrera infranqueable a la policía antidisturbios. Y cuando todo terminó, nunca más fueron repuestos..., por si acaso. ¿Qué queda del espíritu de "Mayo del 68"?, ¿acaso la "spanish revolution" de 2011? Me temo que nada o más bien poco, pero aun visto desde la distancia y el tiempo fue precioso. 

El novelista Andrés Trapiello escribía hace unos días un artículo en La Vanguardia titulado "Parad el mundo", lleno de nostalgia sobre aquellos momentos que algunos tuvimos la dicha de vivir, por simple fortuna de la edad. No solo queríamos parar el mundo para bajarnos, como decían las pintadas, sino para cambiarlo; también pretendíamos ser realistas pidiendo lo imposible, como decía otra; o encontrar la playa bajo los adoquines de París. No pudo ser, pero se intentó.

He seleccionadio dos cortísimos pero muy bellos avances (I y II) de la película "Soñadores" en los que la revuelta estudiantil parisina es solo el paisaje de fondo; les animo a verlos porque merecen la pena. Y perdónenme el ejercicio de añoranza de un tiempo pasado que quizá no fue ni mejor ni peor, pero que sí fue nuestro.

Sean felices, por favor. Y como decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt


Entrada núm. 2013
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Pues tanto como saber me agrada dudar (Dante Alighieri)

martes, 22 de noviembre de 2011

Bertolucci y su Mayo del 68





La actriz Eva Green




Entre ayer tarde y hoy por la mañana he visto por televisión la película “Soñadores” ("The dreamers"), dirigida por Bernardo Bertolucci en 2003. Nada que ver con “El último emperador”, o “Noveccento”. Esta es una película intimista que me confirma mi predilección por el cine europeo, el cine de esa “vieja Europa” tan denostada por el Sr. Aznar, que se construye sin efectos especiales, persecuciones automovilísticas, malos y buenos y maniqueismo a tope. ¡Bien por él!, por el cine europeo;  no por Aznar.

Guapísima la actriz francesa Eva Green (Isabelle), muy bien secundada por Michael Pitt (Matthews) y Louis Garrel (Theo). La acción, en París. Primavera de 1968. Con el trasfondo de la revuelta estudiantil universitaria, poco y mal secundada por los obreros, que a punto estuvo de costar a Francia la V República.

Matthews, estudiante norteamericano llega a París para estudiar allí durante un semestre y perfeccionar su francés. Cinéfilo empedernido, asiste a las proyecciones de la Cinemathéque Francaise y allí conoce a Isabelle y Theo, dos hermanos de su misma edad, estudiantes universitarios también, y también como él, apasionados del cine, que aprovechando que sus padres van a estar ausentes durante un mes le invitan a mudarse a su casa.   

Conviviendo con ellos, Matthews percibe que la relación entre los hermanos es más “íntima” de lo que había imaginado. Su aparente sofisticación, tan envidiada por el norteamericano común, acaba atrayéndole hacia una relación que terminará por convertirse en una relación “a tres” a la que pondrá fin el estallido del movimiento estudiantil y su represión por el gobierno francés, siempre tangencial en la película.

Película salpicada de “guiños” cinéfilos, tan usados por Bertolucci, y propiciados por el “juego de las prendas” al que se someten los tres amigos continuamente, escenificando momentos de películas que deben identificar y que de no superar, implican el “pagar una prenda” de carácter sexual.

La película contiene bellísimos planos de desnudos de los tres protagonistas, especialmente de la actriz Eva Green, de la que dicen que tiene los senos más bellos del cine francés, con escenas de sexo bastante explícito (¡bien por el cine europeo!) que harían palidecer de envidia a los puritanos censores del cine comercial norteamericano.

Y como no, Bertolucci saca a relucir de nuevo el tema del incesto, como ya hiciera en “La Luna” o “El último emperador”, con un tratamiento exquisito. Una bella película de la que he disfrutado “a tope” y que recomiendo fervientemente.

Acompaño la entrada con el vídeo de un fragmento de la película, uno de los más "políticos" e intimistas de la misma, aquel en el que Matthews, el joven norteamericano, reflexiona ante su amigo Theo sobre el alcance de lo que está ocurriendo en París en esos días y la necesidad de implicarse en unos hechos que el considera históricos. 

Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt





El cineasta Bernardo Bertolucci




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Entrada núm. 1422 -
Reedición de la publicada en el blog el 26/9/2006
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"Tanto como saber, me agrada dudar" (Dante)
"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)
"La historia del mundo no es un suelo en el que florezca la felicidad. Los tiempos felices son en ella páginas en blanco" (Hegel)

"Soñadores" (2003), de Bernardo Bertolucci