Es evidente que los aniversarios me ponen sentimental. Lo prueba el hecho incontrovertible de recientes entradas del blog, como las dedicadas a Hannah Arendt o el presidente Kennedy, por citar solo dos ejemplos. Mañana, 6 de diciembre, se cumplen treinta y siete años de la aprobación de la Constitución de 1978 en referéndum y no podía dejar pasar la ocasión para ajustar algunas cuentas al respecto: sobre sus evidentes virtudes; sus también evidentes, con el paso del tiempo, defectos; la necesidad, también evidente, de reformas puntuales pero ineludibles; las falacias y mentiras que encierran muchas críticas a la misma; y por último, un poco de información documental. Esto último es deformación profesional académica. Y es que la lealtad debida a la Constitución, no puede cegar nuestro entendimiento: ha llegado la hora de reformarla.
En cuanto a las virtudes de la Constitución de 1978 seré brevísimo: ha garantizado a los españoles la época más esplendorosa de su historia en cuanto a progreso social y libertades civiles y políticas; no solo la más espléndida, también la más duradera.
Algunos de sus defectos, que el paso de los años ha dejado al descubierto, están clarísimos: un sistema electoral y partidista que no responde a las necesidades de los ciudadanos, cada vez más alejados de la política y más cabreados con sus representantes y con las propias instituciones; una administración de justicia que no funciona; un régimen autonómico que hace aguas por todas partes ante el "salto hacia la nada" de los nacionalismos y el inmovilismo suicida del gobierno de la nación; un senado que no sirve ni cumple su función de representación territorial; y una corrupción galopante a todos los niveles producto del maridaje incestuoso del poder económico-financiero con el poder político. Sí, me doy cuenta de que lo dicho son manchurrones de brocha gorda, pero es que ni yo soy un fino pintor ni esto es un tratado académico.
Soluciones posibles, también a brochazo grueso, una reforma parcial pero profunda de la Constitución, desde luego, ya, bastante más profunda que la perfilada por el dictamen del Consejo de Estado en 2006, a estas alturas absolutamente superado.
Es imprescindible una reforma radical del funcionamiento de los partidos, que obligue a estos, constitucionalmente, a financiarse de manera absolutamente transparente y con publicidad de sus cuentas; a dotarse de órganos de control independientes de sus ejecutivas; a celebrar elecciones primarias obligatorias para la elección de todos sus cargos internos así como de sus candidatos a los órganos representativos, a todos los niveles; y a celebrar congresos a fecha fija, donde la dirección responda de su actuación ante sus respectivos afiliados.
Es imprescindible una reforma del sistema electoral general en la que el principio rector sea la ineludible e indelegable responsabilidad de los elegidos ante sus electores. Y para ello, sería necesario relegar el sistema electoral proporcional al olvido y establecer un sistema electoral mayoritario simple a dos vueltas, en distritos electorales uninominales. Y eso a todos los niveles: municipal, autonómico y nacional.
Es imprescindible una reforma de la administración de justicia en la que los jueces se encarguen única y exclusivamente de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado, dejando la instrucción de los procedimientos a los fiscales, absolutamente independientes en su función de los órganos políticos. Y por supuesto, el establecimiento del "jurado puro" (sin intervención de los jueces) como único órgano competente para determinar la culpabilidad o inocencia de los imputados en procesos penales y de corrupción, y en aquellos civiles que por su naturaleza así determinen las leyes.
Pero también se hace necesaria una reforma en profundidad del titulo VIII de la Constitución, en clave federal, que establezca y determine taxativamente cuales son las competencias indelegables de carácter estatal, y deje todas las demás a lo que decidan los respectivos Estatutos de Autonomía; los mecanismos de financiación, colaboración y cooperación de las Comunidades autónomas con el Estado; que garantice la igualdad civil y política y los derechos reconocidos por la Constitución a todos los españoles en todo el territorio nacional y la supremacía de las leyes estatales sobre cualquier ley autonómica, y de la Constitución nacional sobre las constituciones o estatutos autonómicos y sobre cualquier ley.
El Senado, como cámara de representación territorial, debería estar conformado por los gobiernos de las respectivas entidades autónomas, con un número ponderado de votos para cada una de ellas en función de su población, de manera similar a como se organiza y funciona el Consejo de Ministros de la Unión Europea, y sus competencias y facultades, legislativas y de cualquier otro tipo, determinadas explícitamente en la Constitución.
Sobre el Tribunal Constitucional entiendo que debería limitar su función a la estricta defensa de la Constitución frente a cualquier ley o acto de gobierno contraria a la misma, y a la defensa de los derechos fundamentales establecidos en ella, una vez agotadas todas las vías procesales ordinarias. En cuanto al nombramiento de sus miembros bien podría ser por designación real (a propuesta del Gobierno, lógicamente), con la aprobación cualificada y agravada de las Cortes Generales (Congreso y Senado) entre juristas de reconocido prestigio, y con mandato vitalicio, o hasta su renuncia voluntaria o impedimento físico apreciado por el propio Tribunal Constitucional y aceptado por las Cortes.
Sobre la erradicación de la corrupción política de la vida pública está todo por hacer. Y no creo que haya recetas mágicas para solucionarla: ¿Transparencia y publicidad obligada constitucional y legalmente de todos los actos y contratos de las administraciones públicas y en su funcionamiento interno? Bien, ¿y cómo se hace eso?
Un poco de historia sobre la Constitución de 1978 y su proceso de la elaboración tampoco está de más. Y para eso, nada mejor que recurrir a los documentos. Por ejemplo, el diario El País mantiene permanentemente actualizado un impresionante dosier con miles de documentos sobre la Constitución, actualizado diariamente desde mayo de 1976, que pueden ver en el enlace de más arriba, con noticias, artículos de opinión, entrevistas y reportajes que ponen al día el estado de la cuestión.
Desde este otro enlace de la página web del Congreso de los Diputados pueden ustedes acceder a las notas y minutas de la ponencia que elaboró el anteproyecto de constitución, a los Diarios de Sesiones de las respectivas comisiones constitucionales del Congreso y del Senado que debatieron el proyecto constitucional y de los plenos de ambas cámaras; al dictamen de la comisión mixta Congreso-Senado que dio forma al texto final del proyecto de Constitución; y al de la sesión conjunta de las Cortes Generales de 27 de diciembre de 1978 en la que el Rey sancionó solemnemente la Constitución. Y en este otro, al Boletín Oficial del Estado, extraordinario, de 29 de diciembre de 1978, en el que se publicó el texto oficial de la Constitución.
Y desde estos dos últimos enlaces que siguen a continuación pueden acceder al texto comentado, artículo por artículo, de la Constitución de 1978 y a los textos, íntegros, de todas las Constituciones, anteriores a la actual, que han estado vigentes en España, desde la de 1812 a la de 1931.
Aludo de pasada a algunas de las falacias que en contra de la Constitución de 1978 se vienen repitiendo machaconamente. Algunas de una simpleza tal que caen por su propio peso.
Primera: La Constitución fue elaborada a espaldas del pueblo español por los continuadores del régimen franquista sin contar para nada con él. Vamos con unos datos elementales: la constitución es elaborada y aprobada después de amplísimos debates por unas cámaras legislativas producto de las primeras elecciones libres celebradas en España desde 1936, tres años después de muerto el general Franco, en las que participan todos los partidos políticos libremente. Sometida a referéndum nacional obtiene 17.873.301 votos favorables (el 87,87% de los votantes, que equivalen al 67,71% del censo electoral), 1.400.505 votos en contra (el 7,89% de los votantes, que equivalen al 5,25% del censo electoral), 632.902 votos en blanco y 133.786 votos nulos. Los hechos son los hechos, como decía el camarada Lenin, y todo lo demás, opiniones. Y lo que hay que respetar es el derecho a opinar, no la opinión misma.
Segunda: La mayoría de los españoles que votaron la Constitución de 1978 ya no viven, y los que no pudieron votar entonces tienen derecho a votar ahora una nueva Constitución. ¿Por qué?, me pregunto yo en mi cándida ignorancia. La Constitución de Estados Unidos es de 1789, la de Suiza de 1848, la de Nueva Zelanda de 1853, la de Canadá de 1867, y la del Reino Unido (que no tiene ni siquiera constitución) tiene su origen en una disposición real de 1215. De los veintiocho Estados de la Unión Europea catorce de ellos tienen Constituciones anteriores a 1978, una de ellas del siglo XIX (Luxemburgo). ¿Ustedes perciben especialmente cabreados a los ciudadanos vivos de esos países por no haber votado sus Constituciones vigentes? ¿Sí?... Pues yo no, la verdad, pero no vamos a discutir por eso.
Tercera: La forma monárquica del Estado fue impuesta, otra vez, a espaldas de los españoles. Perdón, pero no cuela. Conviene recordar que los partidos de izquierda y algunos nacionalistas propusieron en el debate parlamentario de la Constitución la forma republicana de gobierno. Está en los Diarios de Sesiones. Perdieron todas las votaciones al respecto. Y el resultado del referéndum fue el qué fue, así que guste o no la forma monárquica de la jefatura del Estado en España es legítima, legal y constitucional y está aprobada por el pueblo español. ¿Eso convierte en ilegítima la propuesta de una forma de Estado republicana? En absoluto: los partidos que defiendan la misma que lo propongan en sus programas electorales, obtengan representación parlamentaria suficiente para aprobarlo en las Cortes Generales y someterlo a referéndum. Y Dios (y los españoles) dirán lo que estimen oportuno, pero dejen de dar la tabarra con el tema, por favor, que resulta cansino... Porque así, y no de otra manera, es como funciona la democracia.
Cuarta (o tercera-bis): La forma monárquica de Estado convierte a los ciudadanos en súbditos. Perdón, una vez más, pero tampoco cuela. ¿De verdad ustedes se atreverían a decirles eso a británicos, daneses, suecos, noruegos, holandeses, belgas, luxemburgueses, canadienses, australianos, neozelandeses, etc., etc.?... Todos ellos son democracias con forma monárquica de Estado. ¿Siguen pensando que es verdad, que británicos, daneses, suecos, noruegos, holandeses, belgas, luxemburgueses, canadienses, australianos, neozelandeses y un largo etcétera, son súbditos y no ciudadanos de sus respectivos Estados?... ¿Sí? Pues allá cada cual, pero no me vale.
Concluyo mi personal manera de homenajear a la Constitución que a todos nos ampara con este vídeo en el que pueden ver y escuchar, interpretada por el grupo musical Jarcha, la canción icono de aquellos no tan lejanos años de mediados de los 70: "Libertad sin ira". Un lema que no nos vendría mal recuperar, sobre todo lo de "sin ira". Feliz día de la Constitución, y hasta el próximo aniversario, que esperemos ya celebrar con una Constitución renovada. Y termino como debí comenzar, con un emocionado ¡Viva la Constitución! Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt
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Entrada núm. 2528
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"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)
Es muy posible que a algún purista le parezca una blasfemia lo que pretendo hacer durante unas semanas: unir en la misma entrada algunos de los más bellos sonetos de amor y a mis viñetistas cotidianos preferidos. Bien, pues lo siento por los puristas, pero un servidor piensa que hay pocas cosas en la vida más serias que el amor y el humor, así pues, ¿por qué no juntarlos? Todo ello sin mayores pretensiones, aun reconociendo que meter en el mismo envoltorio un soneto de amor y unas viñetas humorísticas, por muy preñadas que estén de crítica social y realidad cotidiana, puede no resultar una fórmula afortunada. En cualquier caso, espero que sean de su agrado.
El soneto es una composición poética compuesta por catorce versos de arte mayor, endecasílabos en su forma clásica, que se organizan en cuatro estrofas: dos cuartetos y dos tercetos. En el primer cuarteto suele presentarse el tema de la composición, tema que el segundo cuarteto amplifica. El primer terceto reflexiona sobre la idea central expresada en los cuartetos. El terceto final, el más emotivo, remata con una reflexión grave o con un sentimiento profundo desatado por los versos anteriores. De Sicilia, el soneto pasó a la Italia central, donde fue también cultivado por los poetas del "dolce stil nuovo" (siglo XIII). A través de la influencia de Petrarca, el soneto se extiende al resto de literaturas europeas.
Continúo hoy la serie de sonetos de amor con el titulado Esposas dulces, lazo deseado, de Luisa Carvajal y Mendoza (1566-1614), una de las mejores poetisas místicas española. De familia noble extremeña, a la muerte de sus padres, con seis años de edad, fue enviada a Madrid a vivir con su tía abuela materna, María Chacón, aya de las infantas Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela, hijas de Felipe II. A la muerte de esta, con diez años de edad, va a vivir a Soria con su tío materno, Francisco Hurtado de Mendoza, marqués de Almazán. Allí recibe una educación intelectual esmerada: latín, lectura de los clásicos, conocimientos cristianos y la práctica de la caridad, una de las ocupaciones más importantes de las mujeres nobles. Cuando su tío es nombrado virrey de Navarra se traslada con él a Pamplona. En 1592 fallecen sus tíos y Luisa reclama su herencia paterna, que la dona a la Compañía de Jesús, con quienes había estrechado lazos. En 1595, conmovida por la ejecución en Inglaterra del jesuita inglés Henry Walpole, decidió dedicar su fortuna a la creación y mantenimiento del Colegio Inglés de Jesuitas en Lovaina (Bélgica). Comienza a escribir acerca de sus experiencias místicas y desarrolla la mayor parte de su producción poética. El 24 de enero de 1605 parte hacia Londres, a donde llega justo antes de la llamada Conspiración de la Pólvora (Gunpowder Plot), en que un grupo de católicos intentó volar por los aires el Parlamento inglés para derrocar el Gobierno del rey Jaime I, y allí se dedica a la peligrosa tarea de proteger a estos acusados. En 1608 fue encarcelada pero pudo salir indemne gracias al apoyo de la embajada española en Londres. En 1613 es encarcelada por segunda vez, por supuesta conspiración, pero el rey Felipe III la obliga a volver a España. No existen ejemplares originales de sus poemas. En el Real Monasterio de la Encarnación, en Madrid, se conservan 178 cartas, así como todos sus manuscritos, incluido su testamento. La temática de toda su obra es eminentemente religiosa. En poesía, ensayó todas las formas que se usaban en el barroco.
Acompañan la entrada una selección de viñetas de los dibujantes habituales en el blog.
Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt
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ESPOSAS DULCES, LAZO DESEADO
¡Esposas dulces, lazo deseado,
ausentes trances, hora victoriosa,
infamia felicísima y gloriosa,
holocausto en mil llamas abrasado!
Di, Amor, ¿por qué tan lejos apartado
se ha de mí aquella suerte venturosa
y la cadena amable y deleitosa
en dura libertad se me ha trocado?
¿Ha sido por ventura haber querido
que la herida, que al alma penetrada
tiene con dolor fuerte y desmedido,
no quede socorrida ni curada
y, el afecto aumentado y encendido,
la vida a puro amor sea desatada?
Luisa de Carvajal
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VIÑETAS
Entrada núm. 2526
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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)
El profesor de la Universidad Nacional de Tucumán, Argentina, David Lagmanovich, dice sobre los microrrelatos que la noción de brevedad ronda siempre las consideraciones sobre la minificción. Aunque la brevedad no sea, ni con mucho, el único rasgo que es necesario observar en estas brillantes construcciones verbales, resulta lógico que para el lector común, e inclusive en cierta medida para el escritor, resalte de manera especial. Fue, en efecto, la primera característica que llamó la atención de lectores y críticos de esta forma literaria: la que primero produjo desconcierto y, a partir de allí, admiración. Ocurre, sin embargo, sigue diciendo, que tal noción es eminentemente subjetiva. Se puede considerar “breve” un relato de ocho o diez páginas, pero también lo será uno de un par de páginas, e igualmente -y con mayor razón- algún texto de extensión aun menor, que podremos describir en función de un determinado número máximo de líneas o de palabras, y no de páginas ni de párrafos. Pesan en este sentido la tradición de una literatura, y también la implícita comparación -casi instintiva, casi subconsciente- que formulamos con otros textos que conocemos, o bien con lo que se considera cuento o relato en nuestra propia literatura o en una distinta de ella. ¿Habremos de aceptar, se pregunta, una categoría nueva, la del microrrelato brevísimo o hiperbreve, aunque el nombre resulte redundante? ¿O bien entenderemos que hay casos en que el escritor extrema alguna de las características que también tienen otros textos de este tipo, y ese hecho es percibido por el lector como un factor de diferenciación? Ustedes deciden.
Inició hoy esta nueva sección sobre microrrelatos con el titulado Después de la guerra, de Alejandro Jodorowsky (1929), escritor chileno de origen judío-ucraniano, nacionalizado francés, y destacado novelista, dramaturgo, poeta, ensayista, guionista y actor. Escribe indistintamente en español francés. Fundó con Roland Topor y Fernando Arrabal el movimiento Pánico. Vive en París desde 1974.
El cuento de Jodorowsky tiene 33 palabras. Y dice así:
DESPUÉS DE LA GUERRA
El último ser humano vivo
lanzó la última paletada de tierra sobre el último muerto.
En ese instante mismo supo que era inmortal,
porque la muerte sólo existe en la mirada del otro.
Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt
Alejandro Jodorowsky
Entrada núm. 2525
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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)
El 1 de diciembre de 1955, hoy hace sesenta años, una mujer negra de 42 años llamada Rosa Louise Park, sube a un autobús de transporte público de la ciudad de Montgomery, Alabama (Estados Unidos) y se sienta en una de las zonas reservadas a los blancos. El conductor del autobús la requiere para que abandone ese asiento y se coloque en la parte del vehículo reservada a los ciudadanos de color. Rosa Park se niega a levantarse y ceder su asiento a una persona de raza blanca. El conductor del autobús la denuncia y Rosa Parks, tras pasar por el juzgado, es encarcelada por haber perturbado el orden con su conducta. Ese hecho, aparentemente trivial, es la chispa que pone en marcha el movimiento pro-derechos civiles de la población negra de los Estados Unidos.
En respuesta al encarcelamiento de Rosa Park, Martin Luther King, un pastor bautista relativamente desconocido en ese tiempo, organiza una protesta contra la compañía de autobuses públicos de Montgomery en la que colabora también la activista y amiga de la infancia de Rosa Parks, Johnnie Carr. En ella se convoca a la población negra a organizarse para moverse por la ciudad por sus propios medios y no tomar los autobuses urbanos. La huelga tiene un éxito fulgurante. La compañía de autobuses entra en déficit, y poco después las autoridades locales dan por acabada la práctica de la segregación racial en los autobuses. Este suceso provoca la generalización de protestas similares en otras ciudades del Sur de los Estados Unidos contra esa y otras prácticas segregacionistas. Un año después de este suceso la lucha judicial contra la ley segregacionista de la ciudad de Montgomery y del Estado de Alabama llega a la Corte Suprema de los Estados Unidos, que declara inconstitucional la segregación en los transportes públicos de todos los Estados Unidos.
Rosa Parks se convierte en un icono del movimiento de derechos civiles. Se va a vivir a Detroit, Michigan, a principios de 1960, y comienza a trabajar para el famoso congresista negro del partido demócrata John Conyers, en una relación que durará más de veinte años. En 1999 recibe la Medalla de Oro del Congreso de los Estados Unidos de América. Muere a los 92 años, y sus restos son honrados en la Rotonda Central del Capitolio, en Washington, convirtiéndose en la primera mujer y la segunda persona de color en recibir este honor. Ocho años después del gesto de Rosa Park, concretamente el 28 de agosto de 1963, veo emocionado por televisión pronunciar un memorable discurso a aquel casi desconocido pastor protestante de ocho años antes llamado Martin Luther King. Pero no es el discurso de Luther King lo que más me impresiona. A mis diecisiete años esas cosas se me escapan. El recuerdo que más persistentemente ha quedado grabado en mi memoria es el de una inmensa multitud de gentes, negros y blancos, hombres y mujeres, niños y ancianos, caminando hacia el "Lincoln Memorial" de Washington con pancartas y gritos, repitiendo una y otra vez el mismo eslogan: "Freedom, now!" (¡Libertad, ahora!). A mí, que era de "francés", se me quedaron grabadas a fuego en el alma.
No dejen de ver este vídeo: son los diecisiete minutos más trascendentales de la historia reciente de los Estados Unidos de América y tuvieron lugar ese 28 de agosto de 1963. Un discurso casi tan trascendental como aquel que otros hombres ansiosos de su libertad pronunciaron un 4 de julio de 1776 en la ciudad de Filadelfia, Pensilvania, aunque sus compatriotas negros tardarían aun 187 años en verlo convertido en realidad tangible.
Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt
Entrada núm. 2524
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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)
El cuento, como género literario, se define por ser una narración breve, oral o escrita, en la que se narra una historia de ficción con un reducido número de personajes, una intriga poco desarrollada y un clímax y desenlace final rápidos. Durante los próximo meses voy a traer hasta el blog algunos de los relatos cortos más famosos de la historia de la literatura universal. Obras de autores como Philip K. Dick, Franz Kafka, Herman Melville, Guy de Maupassant, Julio Cortázar, Alberto Moravia, Juan Rulfo, Jorge Luis Borges, Edgar Allan Poe, Oscar Wilde, Lovecraft, Jack London, Anton Chejov, y otros... Espero que los disfruten. Continúo hoy la serie con el cuento titulado Míster Taylor, de Augusto Monterroso (1921-2003), Escritor guatemalteco, de origen hondureño, conocido por sus relatos breves. El medio y la época en que se formó, la Guatemala de los últimos treinta y los primeros cuarenta, del dictador Jorge Ubico y de la Segunda Guerra Mundial, contribuyeron sin duda a su pensamiento. Al estallar en 1944 las revueltas contra el dictador, desempeñó un activo papel que le llevó a la cárcel, pero logró escapar y pedir asilo en la embajada de México. Tras la revolución de octubre de ese año encabezada por Jacobo Arbenz, Monterroso fue designado para un cargo en el consulado de Guatemala en México, donde permaneció hasta 1953. Tras la caída de Arbenz se exilió en Chile, donde trabajó como secretario de Pablo Neruda, para retornar a México en 1956, país en el que se estableció definitivamente hasta su muerte. Narrador y ensayista, empezó a publicar sus textos a partir de 1959, año en que se publicó la primera edición de Obras completas y otros cuentos, conjunto de incisivas narraciones donde comienzan a notarse los rasgos fundamentales de su narrativa: una prosa concisa, breve, aparentemente sencilla que sin embargo está llena de referencias cultas, así como un magistral manejo de la parodia, la caricatura, y el humor negro. Es considerado como uno de los maestros de la mini-ficción, en la que aborda temáticas complejas y fascinantes, con una provocadora visión del mundo y una narrativa que deleita a los lectores más exigentes. Su cuento Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí, es considerado como el microrrelato más breve de la literatura universal hasta la aparición de El emigrante de Luis Felipe Lomelí. El año 2000 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt
Augusto Monterroso
Entrada núm. 2521
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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)