Mostrando entradas con la etiqueta Teatro clásico. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Teatro clásico. Mostrar todas las entradas

miércoles, 27 de mayo de 2020

[CLÁSICOS DE SIEMPRE] Hoy, con "Cisterallia", de Plauto



Representación de Cisterallia en el Teatro Romano de Mérida



Continúo con esta entrada la sección dedicada a las obras de autores grecolatinos subiendo al blog la comedia titulada Cisterallia (La cestita), de Plauto. La pueden leer en este en este enlace en su texto original latino, y verla en esta otro, en español, en una representación en el Teatro Romano de Mérida, en 2019.

No se conoce la fecha de nacimiento de Plauto, que se ha fijado hacia el  254 a. C. por una noticia de Cicerón, pero sabemos que murió en el 184 y que un lapso vital históricamente muy revuelto. Se trasladó a Roma de joven y allí fue soldado y comerciante. Murió enormemente rico, envuelto en una gran popularidad. Plauto usa un rico y vistoso lenguaje de nivel coloquial que no elude la obscenidad y la grosería entre retruécanos, chistes, anfibologías, parodias idiomáticas y neologismos, usando un vocabulario muy abundante de una gran variedad de registros. Se le atribuyen hasta 130 obras.

Cistellaria (La cestita) es una comedia del autor latino Plauto. Se trata de la típica comedia de reconocimiento, en la que el personaje principal, en este caso la cortesana Selenia, es abandonada al nacer, y logra ser reconocida por sus familiares ya de adulta, gracias a un objeto que la identifica, en esta ocasión la cistella que da título a la pieza. Tampoco faltan en la obra otros elementos típicos del género, como la intriga amorosa, sexo antes del matrimonio... No obstante, a pesar de todos estos elementos, tan típicos de la comedia de Plauto, se trata de una de las obras más serias del autor, y también parece ser una de las más apegadas al original griego en el que se basa.​ En efecto, en ella faltan algunos de los elementos cómicos y bufonescos característicos de Plauto, si bien tampoco hay que descartar que aparecieran en alguno de los fragmentos que no se nos han transmitido, habida cuenta del estado fragmentario en que se nos ha conservado el texto. Teniendo en cuenta el apego al original griego, la falta de elementos bufonescos y la escasez de cantica, es muy posible que se trate de una de las primeras piezas compuestas por Plauto. Esta tesis, además, parece quedar corroborada por el final del prólogo pronunciado por el dios Auxilio (versos 199-202), en el cual podría estar aludiéndose a la situación militar existente en los últimos años de la segunda guerra púnica, poco antes de la victoria de Zama del año 202 a. C.

La obra transcurre en la ciudad griega de Sición, delante de la casa de Selenia, alquilada por Alcesimarco, y en la casa de Demifón. Alcesimarco y Selenia son dos jóvenes que se aman. Sin embargo, el padre de Alcesimarco no aprueba esta relación, ya que todos creen que Selenia es hija de una cortesana, de nombre Melénide. A pesar de que Selenia ha sido educada honestamente y nunca se ha dedicado a la prostitución, el padre de Alcesimarco prefiere que su hijo se case con la hija de Demifón, un viejo y rico vecino suyo. Al final, tras una serie de divertidas peripecias, se descubrirá que Selenia no es hija de la cortesana Melénide, sino del mismísimo Demifón, con lo cual los dos jóvenes podrán finalmente casarse.




La diosa Talía, musa del teatro



La reproducción de artículos firmados por otras personas en este blog no implica compartir su contenido. Sí, en todo caso, su  interés. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





HArendt




Entrada núm. 6057
https://harendt.blogspot.com
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

viernes, 1 de mayo de 2020

[CLÁSICOS DE SIEMPRE] Hoy, con "El atormentador de sí mismo", de Terencio



Manuscrito de una comedia de Terencio. Siglo XI


Continúo con esta entrada la sección dedicada a las obras de autores grecolatinos subiendo al blog la comedia titulada El atormentador de sí mismo, de Terencio. La pueden leer en este enlace. Y verla, en este otro, representada por la compañía extremeña Clipeo Teatro, en 2018.

Publio Terencio Afro fue un autor de comedias durante la República romana. Se desconoce la fecha exacta de su nacimiento, aunque Suetonio menciona que murió en 159 a. C. a la edad de treinta y cinco años. Sus comedias se estrenaron entre 170 y 160 a. C. A lo largo de su vida escribió seis obras, todas conservadas. En comparación, su predecesor Plauto escribió alrededor de ciento treinta obras. Las obras de Terencio utilizan un escenario griego pues las convenciones de la época impedían que los sucesos 'frívolos' tuvieran lugar en Roma. Terencio trabajó concienzudamente para escribir en un latín conversacional, y la mayor parte de los estudiosos consideran que su estilo en latín es particularmente agradable y directo.

"Heautontimorumenos", en español, El que se atormenta a sí mismo, fue representada por primera vez en el año 163 a. C.,  y es la tercera de las seis comedias de Terencio que se han preservado. Sobre las fuentes de Terencio a la hora de componer esta comedia, se sabe que Menandro escribió una obra homónima, por lo que lo más lógico es pensar que ésta fuese la base de la la pieza de Terencio. 

El personaje al que alude el título de la obra, el hombre que se castiga y atormenta a sí mismo, es Menedemo y lo hace porque ha sido un padre demasiado estricto y severo y, como consecuencia de ello, su hijo Clinia se ha escapado de casa y se ha alistado como soldado en un ejército en el extranjero. Sin embargo, la trama no gira sólo en torno a las mortificaciones del anciano padre, sino que se centra sobre todo en el enredo amoroso, como es habitual en las comedias helenísticas y, por ende, también en las comedias romanas. En efecto, Clinia regresa antes de lo previsto porque está enamorado de una muchacha, de nombre Antífila. A partir de ahí, Terencio traza una doble intriga amorosa, la de Clinia y Antífila y la del amigo de Clinia, Clitifón, con una cortesana, Baquis.

Es ésta la comedia terenciana que tiene un argumento más complejo y embrollado. Sin embargo, baste decir que a lo largo de la obra se suceden muchos y complicados enredos, pues los dos muchachos, Clinia y Clitifón, intentan engañar a sus respectivos padres y, sobre todo, conseguir el dinero necesario para que Clitifón pueda unirse con Baquis. Sin embargo, conforme a las reglas del género, al final todo termina con un desenlace feliz: Clinia y Antífila contraen matrimonio, puesto que se descubre que esta última es hermana de Clitifón; por su parte, Clitifón consigue ser perdonado por su padre y éste acepta que se case con Baquis.

El "Heautontimorúmenos" fue bastante popular en la Antigüedad romana. En el s. I a. C. aún seguía representándose. Más aún, unas inscripciones de Pompeya atestiguan que el personaje de Menedemo todavía gozaba de popularidad un siglo después, en el s. I de nuestra era. La obra también ha ejercido una notable influencia en época moderna y contemporánea. En Italia, Ariosto lo imita en su Cassaria de 1508 (de hecho, la primera escena del Acto II es una traducción casi literal de la tercera escena del Acto II de la obra de Terencio) y en su Suppositi de 1509 (en esta última, el personaje de Eróstrato encuentra su modelo en el de Menedemo). En la Francia de la primera mitad del s. XVIII, Barthélemy-Christophe Fagan se inspira en el Heautontimorúmenos para escribir la comedia titulada L'Inquiet (1737). Un siglo después, Baudelaire emplearía la expresión heautontimorumenos, para el poema LXXXIII de Las flores del mal, conocido precisamente como la pieza de Terencio. En Inglaterra, All Fools de G. Chapman (1599) también es claramente deudora de la comedia que aquí nos ocupa. Por último, en España, el Marqués de Santillana recogió en el prólogo de sus Proverbios de gloriosa e fructuosa enseñanza algunos de los consejos que aparecen en el Heautontimorúmenos y en otra obra más de Terencio, Adelphoe. Incluso se encuentran huellas de la Andria y el Heautontimorumenos en La guardia cuidadosa y en La isla bárbara, de Lope de Vega.

Finalmente, no podemos olvidar que el verso 77 del Heautontimorúmenos, Homo sum, humani nihil a me alienum puto, ha sido ampliamente citado y comentado, tanto por autores antiguos (Cicerón, Séneca, San Agustín) como modernos y contemporáneos (Unamuno), puesto que se considera la máxima expresión del pensamiento humanista de Terencio. Incluso ha sido adaptado por el pensamiento humanista de la Iglesia Católica contemporánea. No en vano, en el Concilio Vaticano II, en el proemio de la Constitución pastoral Gaudium et spes, se escribió nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón.





La diosa Talía, musa del teatro



La reproducción de artículos firmados en este blog no implica compartir su contenido. Sí, en todo caso, su  interés. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





HArendt




Entrada núm. 5975
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

lunes, 6 de abril de 2020

[CLASICOS DE SIEMPRE] Hoy, con "Formión", de Terencio



Cartel anunciador de una representación del Formión, de Terencio


Continúo con esta entrada la sección dedicada a las obras de autores grecolatinos, subiendo al blog la comedia titulada Formión, de Terencio. La pueden leer en este enlace.

Publio Terencio Afro fue un autor de comedias durante la República romana. Se desconoce la fecha exacta de su nacimiento, aunque Suetonio menciona que murió en 159 a. C. a la edad de treinta y cinco años. Sus comedias se estrenaron entre 170 y 160 a. C. A lo largo de su vida escribió seis obras, todas conservadas. En comparación, su predecesor Plauto escribió alrededor de ciento treinta obras. Las obras de Terencio utilizan un escenario griego pues las convenciones de la época impedían que los sucesos 'frívolos' tuvieran lugar en Roma. Terencio trabajó concienzudamente para escribir en un latín conversacional, y la mayor parte de los estudiosos consideran que su estilo en latín es particularmente agradable y directo. 

La obra se inspira en el Epidikazómenos de Apolodoro de Caristo, comediógrafo griego del s. III a. C., que también sirvió de fuente de inspiración para otra obra de Terencio, la Hecyra. Formión, sin embargo, es la única obra terenciana que ha renunciado al título griego y que recibe un nombre en latín. La obra no tuvo una buena acogida cuando fue representada por primera vez. No obstante, sí conoció un gran éxito después de la muerte de Terencio. Por comentarios de Cicerón sabemos que disfrutó de una amplia popularidad, hasta el punto de que el nombre Formión pasó a designar a las personas que discuten audazmente sobre materias que no dominan.

Formión es un parásito picapleitos que se vale de su astucia, sus habilidades retóricas y sus supuestos conocimientos legales para ganarse la protección de los más poderosos y vivir a su costa, que conoce como nadie las debilidades del género humano y las aprovecha en su propio beneficio. Demifón es un anciano, hermano de Cremes y padre de Antifón. Cremes es otro anciano, hermano de Demifón y padre de Fedria. Antifón es el joven hijo de Demifón tímido e indeciso, cobarde e indolente; se asusta y se preocupa con mucha facilidad, y es de esas debilidades de las que se aprovecha Formión. Seducido por la palabrería de éste, se limita a esperar que el parásito le resuelva los problemas o que las cosas se solucionen por sí mismas. Otros personajes son Fedria, el joven hijo de Cremes; Geta, esclavo de Demifón; Dorión, mercader de esclavos; Sófrona, nodriza de Fania; Nausístrata, mujer de Cremes; Davo, un esclavo, y Cratino, Hegión y Critón, asesores de Demifón. 

Demifón y Cremes son dos viejos hermanos que deben emprender un largo viaje y dejan a sus hijos, Antifón y Fedria respectivamente, al cuidado de un esclavo, Geta. Los dos jóvenes se enamoran de sendas muchachas: Fedria lo hace de una esclava, pero carece de dinero para poder liberarla; Antifón, por el contrario, logra casarse con Fania, una pobre huérfana, gracias a una estratagema que idea el parásito Formión. En efecto, éste, basándose en una ley que obligaba al pariente más próximo de una huérfana a casarse con ella o, al menos, a darle sustento, ha declarado que Antifón es el familiar más próximo de Fania.

El problema surge cuando los dos ancianos regresan de su viaje y descubren lo que han hecho sus hijos durante su ausencia. Por fortuna para Antifón, Cremes también tiene algo que ocultar, ya que él es el padre de Fania, la chica con la que se ha casado. De este modo, cuando se descubre el secreto de Cremes, a Demifón no le quedará más remedio que aceptar el matrimonio de Antifón con Fania. Por lo demás, el resto de personajes son perdonados por lo que han hecho: Cremes es perdonado por su esposa Nausístrata, por haber tenido a Fania fuera del matrimonio; Fedria es disculpado por haber tenido una aventura con una esclava a la que no podía liberar; y todos perdonan al parásito Formión por sus tejemanejes y argucias.




La diosa Talía, musa del teatro



La reproducción de artículos firmados en este blog no implica compartir su contenido. Sí, en todo caso, su  interés. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





HArendt




Entrada núm. 5897
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

miércoles, 11 de marzo de 2020

[CLÁSICOS DE SIEMPRE] Hoy, con "El eunuco", de Terencio



Fotograma de una representación actual de El eunuco


Continúo con esta entrada la sección dedicada a las obras de autores grecolatinos, subiendo al blog la comedia titulada El Eunuco, de Terencio. La pueden leer en el enlace inmediatamente anterior, y ver una representación de la misma por el Clípeo Teatro en este vídeo  de diciembre de 2017.  

Publio Terencio Afro fue un autor de comedias durante la República romana. Se desconoce la fecha exacta de su nacimiento, aunque Suetonio menciona que murió en 159 a. C. a la edad de treinta y cinco años. Sus comedias se estrenaron entre 170 y 160 a. C. A lo largo de su vida escribió seis obras, todas conservadas. En comparación, su predecesor Plauto escribió alrededor de ciento treinta obras. Las obras de Terencio utilizan un escenario griego pues las convenciones de la época impedían que los sucesos 'frívolos' tuvieran lugar en Roma. Terencio trabajó concienzudamente para escribir en un latín conversacional, y la mayor parte de los estudiosos consideran que su estilo en latín es particularmente agradable y directo. 

El original latino no indica dónde se localiza la acción de El eunuco, pero gracias a los diálogos, es fácil deducir la ubicación: la trama se desarrollaría en una calle de Atenas, entre las casas de Fedria y Querea (a la izquierda), la de Tais (en el centro) y la de Trasón (a la derecha). La obra comienza con un prólogo en el que Terencio se defiende de las críticas recibidas por plagio y falta de originalidad. Dejando a un lado el prólogo y centrándonos propiamente en la trama, debemos señalar que la protagonista de la obra es Tais, una joven cortesana de la que están enamorados dos personajes, un joven de nombre Fedria y un militar llamado Trasón. El primero le regala a Tais un eunuco feo y viejo, mientras que el segundo le ofrece una bella esclava de dieciséis años, Pánfila. Querea, el hermano de Fedria, se enamora de Pánfila y, haciéndose pasar por el viejo eunuco, se introduce subrepticiamente en casa de Tais, para abusar de ella. Posteriormente, Querea le contará a Antifón lo que ha hecho con Pánfila y cómo se ha aprovechado de su sueño para violarla, en lo que constituye una de las páginas más eróticas del teatro latino. El caso es especialmente grave, por cuanto Pánfila no es una esclava, sino una muchacha libre a la que Tais piensa devolver a sus padres. Sin embargo, como es habitual en el género, al final todo se solucionará y se llegará a un desenlace feliz, gracias a la boda de Querea con Pánfila. Mientras tanto, Tais se reconciliará con Fedria.





La diosa Talía, musa del teatro



La reproducción de artículos firmados en este blog no implica compartir su contenido. Sí, en todo caso, su  interés. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





HArendt




Entrada núm. 5815
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

viernes, 14 de febrero de 2020

[CLÁSICOS DE SIEMPRE] Hoy, con "La Andriana", de Terencio





Continúo con esta entrada la sección dedicada a las obras de autores grecolatinos, subiendo al blog la comedia titulada La Andriana, de Terencio. La pueden leer en el enlace inmediatamente anterior, y ver una representación de la misma (en italiano) por el Liceo Classico di Rionero, en este vídeo  de diciembre de 2016.  

Publio Terencio Afro fue un autor de comedias durante la República romana. Se desconoce la fecha exacta de su nacimiento, aunque Suetonio menciona que murió en 159 a. C. a la edad de treinta y cinco años. Sus comedias se estrenaron entre 170 y 160 a. C. A lo largo de su vida escribió seis obras, todas conservadas. En comparación, su predecesor Plauto escribió alrededor de ciento treinta obras. 

Terencio, de origen bereber, nació como esclavo romano (tomó su nombre del senador Terencio Lucano, en cuya casa sirvió como esclavo) pero fue liberado por éste debido a que despertó admiración dadas sus extraordinarias cualidades. Posiblemente y debido a su nombre Afer ('el africano') sea oriundo de Cartago.Como Plauto, Terencio adaptó obras griegas de la última época de la comedia ática. Fue más que un traductor, como han confirmado los descubrimientos modernos de antiguas obras griegas. Sin embargo, las obras de Terencio utilizan un escenario 'griego' más convincente en lugar de romanizar la situación: las convenciones de la época impedían que los sucesos 'frívolos' tuvieran lugar en Roma. Terencio trabajó concienzudamente para escribir en un latín conversacional, y la mayor parte de los estudiosos consideran que su estilo en latín es particularmente agradable y directo. Elio Donato, maestro de San Jerónimo, es el comentarista de Terencio más antiguo conocido. Su popularidad durante la Edad Media y el Renacimiento está atestiguada por la gran cantidad de manuscritos que contienen sus obras o parte de ellas; la estudiosa Claudia Villa ha estimado que existen 650 manuscritos que contienen su obra posteriores al año 800. La autora medieval Hroswitha de Gandersheim argüía que había escrito sus obras para que sus monjas no malgastasen su tiempo leyendo a Terencio. La primera edición impresa de las comedias de Terencio data del año 1470 en Estrasburgo, mientras que no existe constancia de puestas en escena de sus obras hasta 1476, año en el que se representa Andria (La Andriana) en Florencia.

Andria fue su primera obra, escrita a los 19 años. Terencio la adaptó desde la traducción de la obra de Menandro concretamente de Andria y Perinthia. Fue representada en Roma por primera vez, alrededor del 170 a. C. También fue la primera de sus obras representada después de la antigüedad, en 1476 en Florencia. En Andriana se cuenta la historia del viejo Simón, que se ha asociado con su vecino Cremes para que sus hijos, Pánfilo y Filomena, se casen. Pánfilo, sin embargo, tiene un romance secreto con Glicerio, una chica que todo el mundo cree que es hermana de la cortesana Chrysis, quien espera un hijo de él. Simón descubre la relación de su hijo en el funeral de Chrysis y, profundamente irritado por esta "rebelión", le comunica la inminencia de la boda con Filomena, no obstante Cremes ha cancelado el acuerdo. El joven, sin embargo, está decidido a no traicionar a Glicerio y finge aceptar pasivamente el matrimonio. La historia se complica: Cremes ha cambiado de opinión y consentimientos. Los malentendidos se aclaran con la llegada del viejo Critón, amigo de la fallecida Chrysis, que reconoce a Glicerio como la hija que Cremes creía muerta en un naufragio en la isla de Andros, Pasibula. La obra termina con la boda doble: Pánfilo se casa con Glicerio y Carino, un amigo de Pánfilo, desposa a Filomena.




La diosa Talía, musa del teatro



La reproducción de artículos firmados en este blog no implica compartir su contenido. Sí, en todo caso, su  interés. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





HArendt




Entrada núm. 5733
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

lunes, 20 de enero de 2020

[CLÁSICOS DE SIEMPRE] Hoy, con "Báquides (Las gemelas)", de Plauto



Representación actual de Las gemelas, de Plauto


Continúo con esta entrada la sección dedicada a las obras de autores grecolatinos, subiendo al blog la comedia titulada Las gemelas (Báquides), de Plauto. La pueden leer en el enlace inmediatamente anterior, y desde este vídeo pueden ver una escena de la representación de la misma en el Teatro Romano de Mérida el año 2007. 

No se conoce la fecha de nacimiento de Plauto, que se ha fijado hacia el  254 a. C. por una noticia de Cicerón, pero sabemos que murió en el 184 y que un lapso vital históricamente muy revuelto. Se trasladó a Roma de joven y allí fue soldado y comerciante. Murió enormemente rico, envuelto en una gran popularidad. Plauto usa un rico y vistoso lenguaje de nivel coloquial que no elude la obscenidad y la grosería entre retruécanos, chistes, anfibologías, parodias idiomáticas y neologismos, usando un vocabulario muy abundante de una gran variedad de registros. Se le atribuyen hasta 130 obras.

Plauto le dio el título de Las dos Bacchis porque en efecto las dos heroínas de la comedia son dos huérfanas samias cuyos padres las llamaron así por estar iniciados en los misterios de Baco.

Estas dos jóvenes gemelas se parecen como dos gotas de agua. Pobres y huérfanas, ponen precio a su hermosura. Una de ellas se establece en Atenas. Mnesíloco, hijo del viejo Nicóbulo, ve a la seductora cortesana y queda presa de sus encantos, pero el enamorado mancebo tiene precisión de hacer un viaje a Éfeso por encargo de su padre. La comisión que lleva lo retiene en esta ciudad durante dos largos años y allí sabe por unos viajeros que su amante se ha fugado. Desolado, escribe a su camarada y gran amigo Pistóclero para que averigüe su paradero. En efecto, la cortesana se había ido a Creta en busca de su hermana, pero hacía poco que habían regresado ambas a Atenas.

Pistóclero cumple el encargo de su amigo mas al cumplirlo cae a su vez en las redes de la otra Bacchis, a pesar de las predicaciones y advertencias de su honrado maestro Lydo. Este pedagogo entera a Mnesíloco cuando regresa de los amores de Pistóclero y Bacchis. De ignorar Mnesiloco que las Bacchides son ya dos y de la semejanza de ambas nace el enredo pues se cree que la Bacchis cortesana de su amigo es la suya y se indigna contra ambos. Se convence después de que su enojo es infundado cuando se entera de que son dos e idénticas las cortesanas. Cada uno de los dos amigos se apodera de la suya y se procuran fondos para entregarse a los placeres.

En esta pieza cómica se ofrece un contrato para nosotros detestable que se daba, sin embargo, en las costumbres de la antigüedad: el de alquilar una mujer sus encantos por tiempo determinado. Una de las cortesanas efectivamente se ajusta por un año con un rico militar por el precio de veinte minas. Con este motivo, intervienen en la acción dos personajes cómicos: un pobre parásito del capitán Cleómaco que por acudir a casa de las cortesanas reclamando que cumplan el pacto convenido con su amo es despachado con una paliza y un siervo enredador que media en las intrigas amorosas de los dos jóvenes, el cual con sus ardides y trapacerías no solo les consigue el dinero que necesitan para librar a la comprometida Bacchis de su empeño y para sus goces y liviandades sino que por último el diablo del esclavo consigue introducir a los ancianos padres en el burdel de las impúdicas bacantes.

En el antiguo teatro romano, sin ofensa del sentido moral reinante y aun en armonía con él, se presentaban estos cuadros demasiado al desnudo proponiéndose sin duda hacer odioso el vicio al mostrarlo en toda su repugnante y ridícula desnudez.




La diosa Clío, musa del Teatro



La reproducción de artículos firmados en este blog no implica compartir su contenido. Sí, en todo caso, su  interés. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





HArendt




Entrada núm. 5655
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

miércoles, 25 de diciembre de 2019

[CLÁSICOS DE SIEMPRE] Hoy, con "Cásina", de Plauto




Fotograma de una representación actual de Cásina, de Plauto


Continúo con esta entrada la sección dedicada a las obras de autores grecolatinos, subiendo al blog la comedia titulada Cásina, de Plauto. No se conoce la fecha de nacimiento de Plauto, que se ha fijado hacia el  254 a. C. por una noticia de Cicerón, pero sabemos que murió en el 184 y que un lapso vital históricamente muy revuelto. Se trasladó a Roma de joven y allí fue soldado y comerciante. Murió enormemente rico, envuelto en una gran popularidad. Plauto usa un rico y vistoso lenguaje de nivel coloquial que no elude la obscenidad y la grosería entre retruécanos, chistes, anfibologías, parodias idiomáticas y neologismos, usando un vocabulario muy abundante de una gran variedad de registros. Se le atribuyen hasta 130 obras.

Cásina, es una de las obras de teatro del comediógrafo latino Plauto. una reescritura de una comedia griega de Dífilo titulada Klepoumènoi que Plauto tituló Sortientes. La pueden leer desde este enlace, y ver, si lo desean, en este vídeo, que recoge la representación de la misma, por parte del grupo teatral Versus, en junio de 2018.


En ella, un viejo libertino se enamora de la amante de su hijo llamada Cásina. El viejo intenta casarla con un esclavo suyo con quien ha estipulado ciertas e infames condiciones. Un esclavo del hijo descubre a la madre de éste el repugnante y cínico convenio y el viejo al fin concluye por verse humillado y despreciado de todos y Cásina reconocida hija de un ciudadano libre se une en matrimonio con el hijo del anciano a quien sí primero favoreció la Suerte, después fue vencido por la astucia como dice Prisciano en el argumento de esta comedia.

Cásina, escrita en torno a 200 a. C. es ya una “obra de madurez” de Plauto; la historia de la literatura plautina no ha sido, sin embargo, tan generosa con Cásina como con Miles o Anfitrión, por ejemplo, quizá debido a su “escabrosidad” interna, y se nos ha transmitido como “una obra más” del elenco plautino. Al modelo griego se agregan en esta comedia latina groseros chistes y obscenidades acomodados al gusto de los romanos. La Cásina ha llegado hasta nosotros censurada, sobre todo, en sus últimas escenas.

No obstante, se desarrolla en ella uno de los temas preferidos de Plauto y aquí brilla con luz propia el prototipo de un personaje imprescindible en la posterior Comedia Universal: “el viejo verde”, que agudiza su ingenio ante la adversidad para poder satisfacer sus amores. Cásina se diferencia también de “sus hermanas de mayor renombre” en el desarrollo escénico y en que su lenguaje está en consonancia con el tema que trata: menudean frases, alusiones y gesticulaciones que a buen seguro harían las delicias de la plebe romana de la más baja estofa. Esto puede explicar el hecho de que Cásina haya estado vetada en pasadas etapas históricas y se haya puesto como “paradigma” del Plauto barriobajero que busca la carcajada a cualquier precio.




La diosa Talía, musa del teatro



La reproducción de artículos firmados en este blog no implica compartir su contenido. Sí, en todo caso, su  interés. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




HArendt




Entrada núm. 5573
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

viernes, 29 de noviembre de 2019

[CLÁSICOS DE SIEMPRE] Hoy, con "Los gemelos", de Plauto



Fotograma de una representación actual de Los gemelos, de Plauto


Continúo con esta entrada la sección dedicada a las obras de autores grecolatinos, subiendo al blog la comedia titulada Los gemelos, de Plauto. No se conoce la fecha de nacimiento de Plauto, que se ha fijado hacia el  254 a. C. por una noticia de Cicerón, pero sabemos que murió en el 184 y que un lapso vital históricamente muy revuelto. Se trasladó a Roma de joven y allí fue soldado y comerciante. Murió enormemente rico, envuelto en una gran popularidad. Plauto usa un rico y vistoso lenguaje de nivel coloquial que no elude la obscenidad y la grosería entre retruécanos, chistes, anfibologías, parodias idiomáticas y neologismos, usando un vocabulario muy abundante de una gran variedad de registros. Se le atribuyen hasta 130 obras.

Los dos Menecmos, o Los gemelos, de Plauto, que pueden leer en el enlace inmediatamente anterior, fue escrita en una fecha indeterminada entre el 216 y el 186 a.C. No se conoce el original griego del que procede esta obra de Plauto, pero se cree que debió ser una de las muchas comedias griegas llamadas Los gemelos o Los iguales, habiendo cambiado el comediógrafo latino el título de la obra primigenia por el nombre del personaje principal, como era su costumbre. 

Los gemelos es considerada una de las mejores comedias de Plauto, si no la más sobresaliente, destacando, además, por ser una de las muestras más significativas de la comedia de enredos y precursora e inspiración para muchas otras obras cómicas escritas posteriormente, entre las que podríamos destacar La comedia de las equivocaciones, de William Shakespeare, y Los dos gemelos venecianos, de Carlo Goldoni.

Menecmo y Sosicles son dos hermanos gemelos de Siracusa que fueron separados cuando niños. Menecmo parte con su padre y Sosicles se queda con su madre. A la muerte del padre, Menecmo acaba siendo adoptado por una familia de buena posición de la ciudad de Epidamno. Su abuelo, al enterarse de la desaparición del niño, cambia el nombre a Sosicles por el de Menecmo. La comedia comienza cuando Sosicles, ya adulto, que lleva mucho tiempo fuera de Siracusa, donde está afincado, buscando a su hermano perdido, recala en Epidamno. Entonces, desesperado y casi arruinado, tienen lugar una serie de acontecimientos y confusiones, debidas al extraordinario parecido entre los hermanos, que terminarán con el reencuentro de los gemelos.

Desde este otro enlace pueden acceder a la representación teatral de Los gemelos llevada a cabo por la compañía Clásicos Luna y el Proyecto Educativo Colectivo del IES Pedro de Luna de Zaragoza en el Teatro Romano de Sagunto en abril de 2011.




La diosa Talía, musa del Teatro



La reproducción de artículos firmados en este blog no implica compartir su contenido. Sí, en todo caso, su  interés. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt






HArendt




Entrada núm. 5491
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

lunes, 4 de noviembre de 2019

[CLÁSICOS DE SIEMPRE] Hoy, con "Los cautivos", de Plauto





Continúo con esta entrada la sección dedicada a las obras de autores grecolatinos, subiendo al blog la comedia titulada Captivi (Los cautivos), de Plauto, que pueden leer desde el enlace anterior.

No se conoce la fecha de nacimiento de Plauto, que se ha fijado hacia el  254 a. C. por una noticia de Cicerón, pero sabemos que murió en el 184. Un lapso vital históricamente muy revuelto. Se trasladó a Roma de joven y allí fue soldado y comerciante. Murió enormemente rico, envuelto en una gran popularidad. Plauto usa un rico y vistoso lenguaje de nivel coloquial que no elude la obscenidad y la grosería entre retruécanos, chistes, anfibologías, parodias idiomáticas y neologismos, usando un vocabulario muy abundante de una gran variedad de registros. Se le atribuyen hasta 130 obras.

Captivi es una de las obras más celebradas del comediógrafo latino Plauto. Esta pieza ofrece un tipo único en su repertorio y en toda la antigua literatura latina de este género, constituyendo lo que en la literatura moderna llamaríamos "drama", que se por su moralidad del resto de sus obras, como él mismo con honrada ingenuidad y complacencia declara al principio y al fin de esta bella composición.

El argumento de Los cautivos es sencillo. Trata del noble sacrificio de un siervo por salvar a su dueño, y de los sufrimientos y angustias de un padre por el amor de sus hijos. A un pobre anciano de Etolia, llamado Hegion, le fue robado un hijo de los dos que tenía por un pícaro esclavo. El otro hijo, de nombre Filopólemo, cae prisionero en la guerra que a la sazón sostienen los etolios con los eleos. El amoroso padre se dedica a comprar cautivos de la Elida para ver si puede por tal medio conseguir canjear a su amado por alguno de ellos. Entre los cautivos eleos que han sido adjudicados por el pretor se hallan los dos míseros jóvenes que se presentan ante el público al comenzar el drama, sujetos con cadenas: el capitán Filócrates y un siervo suyo llamado Tíndaro. Los dos cautivos idean la estratagema de cambiar de trajes y de nombres por cuyo medio se promete el señor que el viejo Hegion le enviará libre a su patria para relaizar sus proyectos. El anciano cae fácilmente en el lazo y deja ir al supuesto siervo para Elidia con el encargo de arreglar con el padre de Filócrates el cambio de su hijo. Otro cautivo eleo hace ver después a Hegion el engaño de que ha sido objeto. El desconsolado anciano indignado de la farsa que contra él se ha urdido ordena a sus lorarios o azotadores que encadenen al generoso siervo Tíndaro enviándole sin piedad a ejecutar penosos trabajos en los subterráneos. Por último el pundonoroso Filócrates regresa de su patria trayendo consigo a Filopólemo y al infame siervo que había robado hacía muchos años el otro hijo. Dicho esclavo declara que vendió el niño robado a un opulento señor de la Elida llamado Teodoromedo, es decir... el padre de Filócrates. Pegnion, el niño robado, era, pues, el mismo siervo Tíndaro.



La diosa Talía, musa del teatro



La reproducción de artículos firmados en este blog no implica compartir su contenido. Sí, en todo caso, su  interés. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



HArendt




Entrada núm. 5413
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)