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jueves, 21 de mayo de 2020

[A VUELAPLUMA] El mundo






"Ignoro si la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, comienza diciendo el periodista Màrius Carol en el A vuelapluma de hoy [Algo más que un sueño. La Vanguardia, 12/5/2020] conoce un cuento corto de Augusto Monterroso, titulado El mundo , que le puede resultar inspiracional. Dice así: “Dios todavía no ha creado el mundo; solo lo está imaginando, como entre sueños. Por eso el mundo es perfecto, pero confuso”.

Monterroso era un escéptico, también en materia religiosa, que prefería pensar que el mundo no ha acabado de ser creado y de ahí su imperfección que nos confunde. Dentro de este universo, Europa es una realidad más soñada que real, donde el egoísmo de los estados frena cualquier avance que la convierta en potencia. Así que no hay que perder la fe –Von der Leyen es de un partido de base cristiana– pero debemos conseguir que la UE sea un poder menos confuso. Y la presidenta de la Comisión tiene en sus manos que Europa resulte algo más que el sueño de los Konrad Adenauer , Jean Monnet o Robert Schuman . Es evidente que no depende solo de ella, pero su liderazgo en un momento tan delicado de la historia del mundo puede ser capital. No lo tendrá fácil, pues Alemania empuja a la Unión hacia una salida de la crisis, que puede arrastrar a países como España, Italia e incluso Francia a una recesión de consecuencias imprevisibles. Lo expertos avisan de la amenaza de una ruptura en el mercado interior y de un posible estallido de la zona euro.

Alemania no está por mutualizar la deuda, ni siquiera la causada por el coronavirus. Y, por si no quedara claro, su Tribunal Constitucional de togas rojas ha advertido de que el BCE no puede rebajar las primas de riesgo. A su juicio, la entidad está entrando en cuestiones de política fiscal y distributiva que no le corresponden. En este contexto, la frase de Angela Merkel de que “Europa tiene que salir de esta crisis más fuerte que cuando entró” suena a música celestial. Y su latiguillo de que Alemania pondrá de su parte lo que haga falta para lograrlo suena a chiste malo de monologuista sin gracia.

La presidenta de la Comisión ha dejado muy claro que el plan europeo deberá disponer de subsidios a fondo perdido y ha amenazado con abrir un expediente de infracción contra Alemania como resultado de la sentencia del Constitucional, que pide al Gobierno y al Parlamento del país que investigue las prácticas del BCE. Von der Leyen es alemana –ha sido ministra durante catorce años– y su posición es extraordinariamente compleja. Pero no hay que olvidar que nació y se crió en Bruselas, pues su padre fue uno de los primeros altos funcionarios de la UE. Como tampoco resulta baladí el hecho de que Emmanuel Macron apostara por ella para su cargo actual, adquiriendo el compromiso de ir juntos en la refundación europea.

Habrá que dejar de soñar en Europa y empezarla a configurarla de verdad, como si se tratara de un cuento de Monterroso. Con la ayuda de Dios...y de Alemania".

A vuelapluma es una locución adverbial que el Diccionario de la lengua española define como texto escrito "muy deprisa, a merced de la inspiración, sin detenerse a meditar, sin vacilación ni esfuerzo". No es del todo cierto, al menos en mi caso, y quiero suponer que tampoco en el de los autores cuyos textos subo al blog. Espero que los sigan disfrutando, como yo, por mucho tiempo. 






La reproducción de artículos firmados por otras personas en este blog no implica compartir su contenido. Sí, en todo caso, su  interés. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




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lunes, 2 de julio de 2018

[PÍLDORAS LITERARIAS] Hoy, con "La oveja negra", de Augusto Monterroso





La noción de brevedad ronda siempre las consideraciones sobre la minificción de los minirrelatos. Aunque la brevedad no sea, ni con mucho, el único rasgo que es necesario observar en estas brillantes construcciones verbales, resulta lógico que para el lector común, e inclusive en cierta medida para el escritor, resalte de manera especial. 

Fue, en efecto, la primera característica que llamó la atención de lectores y críticos de esta forma literaria: la que primero produjo desconcierto y, a partir de allí, admiración. Ocurre, sin embargo, que tal noción es eminentemente subjetiva. Se puede considerar breve un relato de ocho o diez páginas, pero también lo será uno de un par de páginas, e igualmente, y con mayor razón, algún texto de extensión aún menor, que podremos describir en función de un determinado número máximo de líneas o de palabras, y no de páginas ni de párrafos. 

Pesan en este sentido la tradición de una literatura, y también la implícita comparación -casi instintiva, casi subconsciente- que formulamos con otros textos que conocemos, o bien con lo que se considera cuento o relato en nuestra propia literatura o en una distinta de ella. ¿Habremos de aceptar una categoría nueva, la del microrrelato brevísimo o hiperbreve, aunque el nombre resulte redundante? ¿O bien entenderemos que hay casos en que el escritor extrema alguna de las características que también tienen otros textos de este tipo, y ese hecho es percibido por el lector como un factor de diferenciación? 

Continúo hoy la serie de píldoras literarias con el minirrelato titulado La oveja negra, de Augusto Monterroso (1921-2003), escritor hondureño, nacionalizado guatemalteco, conocido por sus relatos breves.​ Narrador y ensayista, sus obras son un conjunto de incisivas narraciones donde destacan los rasgos fundamentales de su narrativa: una prosa concisa, breve, aparentemente sencilla que sin embargo está llena de referencias cultas, así como un magistral manejo de la parodia, la caricatura, y el humor negro. Considerado como uno de los maestros de la minificción, aborda temáticas complejas y fascinantes con una provocadora visión del mundo. Su composición "Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí", es considerada como el microrrelato más breve y famoso de la literatura universal. En 2000 le fue concedido el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Les dejo con su relato.



LA OVEJA NEGRA
por 
Augusto Monterroso


En un lejano país existió hace muchos años una Oveja negra. 
Fue fusilada. Un siglo después, el rebaño arrepentido le 
levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque. 
Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras 
eran rápidamente pasadas por las armas para que 
las futuras generaciones de ovejas comunes 
y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.






Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




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miércoles, 27 de enero de 2016

[Píldoras literarias] Hoy, "El rayo que cayó dos veces en el mismo sitio", de Augusto Monterroso






La noción de brevedad ronda siempre las consideraciones sobre la minificción de los minirrelatos. Aunque la brevedad no sea, ni con mucho, el único rasgo que es necesario observar en estas brillantes construcciones verbales, resulta lógico que para el lector común, e inclusive en cierta medida para el escritor, resalte de manera especial. Fue, en efecto, la primera característica que llamó la atención de lectores y críticos de esta forma literaria: la que primero produjo desconcierto y, a partir de allí, admiración. Ocurre, sin embargo, sigue diciendo, que tal noción es eminentemente subjetiva. Se puede considerar breve un relato de ocho o diez páginas, pero también lo será uno de un par de páginas, e igualmente, y con mayor razón, algún texto de extensión aún menor, que podremos describir en función de un determinado número máximo de líneas o de palabras, y no de páginas ni de párrafos. Pesan en este sentido la tradición de una literatura, y también la implícita comparación -casi instintiva, casi subconsciente- que formulamos con otros textos que conocemos, o bien con lo que se considera cuento o relato en nuestra propia literatura o en una distinta de ella. ¿Habremos de aceptar, se pregunta,  una categoría nueva, la del microrrelato brevísimo o hiperbreve, aunque el nombre resulte redundante? ¿O bien entenderemos que hay casos en que el escritor extrema alguna de las características que también tienen otros textos de este tipo, y ese hecho es percibido por el lector como un factor de diferenciación? Ustedes deciden. 

Continúo hoy la serie Píldoras literarias con el relato titulado El rayo que cayó dos veces en el mismo sitio, de Augusto Monterroso (1921-2003), escritor guatemalteco, de origen hondureño, conocido por sus relatos breves, que apareció publicado en su obra La oveja negra y demás fábulas (1969). El medio y la época en que se formó, la Guatemala de los últimos treinta y los primeros cuarenta, del dictador Jorge Ubico y de la Segunda Guerra Mundial, contribuyeron sin duda a su pensamiento. Al estallar en 1944 las revueltas contra el dictador, desempeñó un activo papel que le llevó a la cárcel, pero logró escapar y pedir asilo en la embajada de México. Tras la revolución de octubre de ese año encabezada por Jacobo Arbenz, Monterroso fue designado para un cargo en el consulado de Guatemala en México, donde permaneció hasta 1953. Tras la caída de Arbenz se exilió en Chile, donde trabajó como secretario de Pablo Neruda, para retornar a México en 1956, país en el que se estableció definitivamente hasta su muerte. Narrador y ensayista, empezó a publicar sus textos a partir de 1959, año en que se publicó la primera edición de Obras completas y otros cuentos, conjunto de incisivas narraciones donde comienzan a notarse los rasgos fundamentales de su narrativa: una prosa concisa, breve, aparentemente sencilla que sin embargo está llena de referencias cultas, así como un magistral manejo de la parodia, la caricatura, y el humor negro. Es considerado como uno de los maestros de la mini-ficción, en la que aborda temáticas complejas y fascinantes, con una provocadora visión del mundo y una narrativa que deleita a los lectores más exigentes. El año 2000 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras.

El relato de Monterroso tiene treinta y dos palabras, y dice así:


EL RAYO QUE CAYÓ DOS VECES EN EL MISMO SITIO

Hubo una vez un Rayo que cayó 
dos veces en el mismo sitio; 
pero encontró que ya la primera 
había hecho suficiente daño, 
que ya no era necesario, 
y se deprimió mucho.



Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



Augusto Monterroso



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jueves, 24 de diciembre de 2015

[Píldoras literarias] Hoy, "El dinosaurio", de Augusto Monterroso







El profesor de la argentina Universidad Nacional de Tucumán, David Lagmanovich, dice sobre los microrrelatos que la noción de brevedad ronda siempre las consideraciones sobre la minificción. Aunque la brevedad no sea, ni con mucho, el único rasgo que es necesario observar en estas brillantes construcciones verbales, resulta lógico que para el lector común, e inclusive en cierta medida para el escritor, resalte de manera especial. Fue, en efecto, la primera característica que llamó la atención de lectores y críticos de esta forma literaria: la que primero produjo desconcierto y, a partir de allí, admiración. Ocurre, sin embargo, sigue diciendo, que tal noción es eminentemente subjetiva. Se puede considerar breve un relato de ocho o diez páginas, pero también lo será uno de un par de páginas, e igualmente, y con mayor razón, algún texto de extensión aún menor, que podremos describir en función de un determinado número máximo de líneas o de palabras, y no de páginas ni de párrafos. Pesan en este sentido la tradición de una literatura, y también la implícita comparación -casi instintiva, casi subconsciente- que formulamos con otros textos que conocemos, o bien con lo que se considera cuento o relato en nuestra propia literatura o en una distinta de ella. ¿Habremos de aceptar, se pregunta,  una categoría nueva, la del microrrelato brevísimo o hiperbreve, aunque el nombre resulte redundante? ¿O bien entenderemos que hay casos en que el escritor extrema alguna de las características que también tienen otros textos de este tipo, y ese hecho es percibido por el lector como un factor de diferenciación? Ustedes deciden. 

Continúo hoy la serie Cápsulas literarias con el cuento titulado El dinosaurio, de Augusto Monterroso (1921-2003), quizá el microrrelato más famoso de la historia de la literatura. Augusto Monterroso fue un escritor guatemalteco, de origen hondureño, conocido por sus relatos breves. El medio y la época en que se formó, la Guatemala de los últimos treinta y los primeros cuarenta, del dictador Jorge Ubico y de la Segunda Guerra Mundial, contribuyeron sin duda a su pensamiento. Al estallar en 1944 las revueltas contra el dictador, desempeñó un activo papel que le llevó a la cárcel, pero logró escapar y pedir asilo en la embajada de México. Tras la revolución de octubre de ese año encabezada por Jacobo Arbenz, Monterroso fue designado para un cargo en el consulado de Guatemala en México, donde permaneció hasta 1953. Tras la caída de Arbenz se exilió en Chile, donde trabajó como secretario de Pablo Neruda, para retornar a México en 1956, país en el que se estableció definitivamente hasta su muerte. Narrador y ensayista, empezó a publicar sus textos a partir de 1959, año en que se publicó la primera edición de Obras completas y otros cuentos, conjunto de incisivas narraciones donde comienzan a notarse los rasgos fundamentales de su narrativa: una prosa concisa, breve, aparentemente sencilla que sin embargo está llena de referencias cultas, así como un magistral manejo de la parodia, la caricatura, y el humor negro. Es considerado como uno de los maestros de la mini-ficción, en la que aborda temáticas complejas y fascinantes, con una provocadora visión del mundo y una narrativa que deleita a los lectores más exigentes. El año 2000 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. 

El relato de Monterroso tiene siete palabras, y dice así:


EL DINOSAURIO

Cuando despertó, 

el dinosaurio todavía 

estaba allí.


Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



Augusto Monterroso



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sábado, 28 de noviembre de 2015

[Cuentos para la edad adulta] Hoy, "Míster Taylor", de Augusto Monterroso






El cuento, como género literario, se define por ser una narración breve, oral o escrita, en la que se narra una historia de ficción con un reducido número de personajes, una intriga poco desarrollada y un clímax y desenlace final rápidos. Durante los próximo meses voy a traer hasta el blog algunos de los relatos cortos más famosos de la historia de la literatura universal. Obras de autores como Philip K. Dick, Franz Kafka, Herman Melville, Guy de Maupassant, Julio Cortázar, Alberto Moravia, Juan Rulfo, Jorge Luis Borges, Edgar Allan Poe, Oscar Wilde, Lovecraft, Jack London, Anton Chejov, y otros... Espero que los disfruten. 

Continúo hoy la serie con el cuento titulado Míster Taylor, de Augusto Monterroso (1921-2003), Escritor guatemalteco, de origen hondureño, conocido por sus relatos breves. El medio y la época en que se formó, la Guatemala de los últimos treinta y los primeros cuarenta, del dictador Jorge Ubico y de la Segunda Guerra Mundial, contribuyeron sin duda a su pensamiento. Al estallar en 1944 las revueltas contra el dictador, desempeñó un activo papel que le llevó a la cárcel, pero logró escapar y pedir asilo en la embajada de México. Tras la revolución de octubre de ese año encabezada por Jacobo Arbenz, Monterroso fue designado para un cargo en el consulado de Guatemala en México, donde permaneció hasta 1953. Tras la caída de Arbenz se exilió en Chile, donde trabajó como secretario de Pablo Neruda, para retornar a México en 1956, país en el que se estableció definitivamente hasta su muerte. Narrador y ensayista, empezó a publicar sus textos a partir de 1959, año en que se publicó la primera edición de Obras completas y otros cuentos, conjunto de incisivas narraciones donde comienzan a notarse los rasgos fundamentales de su narrativa: una prosa concisa, breve, aparentemente sencilla que sin embargo está llena de referencias cultas, así como un magistral manejo de la parodia, la caricatura, y el humor negro. Es considerado como uno de los maestros de la mini-ficción, en la que aborda temáticas complejas y fascinantes, con una provocadora visión del mundo y una narrativa que deleita a los lectores más exigentes. Su cuento Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí, es considerado como el microrrelato más breve de la literatura universal hasta la aparición de El emigrante de Luis Felipe Lomelí. El año 2000 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. 

Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





Augusto Monterroso



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