El puente Zuazo sobre la bahía de Cádiz
En este enlace pueden acceder a la segunda entrega del Diario de Sesiones de las Cortes de Cádiz, la correspondiente al mes de octubre de 1810, que viene publicando en su página electrónica el Congreso de los Diputados español.
¿Se imaginan ustedes el pedazo de serie televisiva que la HBO norteamericana o la BBC británica podrían hacer con esos mimbres relatando las vicisitudes que llevaron a los españoles en 1810 a convocar a Cortes a los diputados de la península y de America, para en plena guerra contra el imperio de Napoleón ponerse a la tarea de redactar la primera Constitución liberal de Europa?
¡Quiá!, dirán algunos, aquí lo que hacemos es financiar bodrios televisivos como "Águila Roja" o cinematográficos como "La conjura de El Escorial", que Dios guarde, y que es lo que vende... El 20 de abril del pasado año publiqué en el Blog una carta abierta a la Ministra de Cultura de España invitándole a estudiar si era posible que el ministerio subvencionara la realización de una serie, por parte de la televisión pública española, ahora que se acercaba el bicentenario de los acontecimientos que estamos relatando... Ni acuse de recibo, oigan; y eso que la ministra viene del mundo del cine...
Hace unos meses murió en México el historiador español, canario de nacimiento, Juan Marichal. Había nacido en 1922 y marchó al exilio como tantos otras familias republicanas en plena guerra civil. Formado en los Estados Unidos, fue durante muchos años profesor de la prestigiosa universidad de Harvard, sin duda alguna, la mejor del mundo. Fue sobre todo un inmenso intelectual que destacó en la historia de las ideas, al que tuve el honor de conocer en un congreso de Historia celebrado en Madrid a finales de los 80.
En uno de sus libros más famosos: "El secreto de España. Ensayos de historia intelectual y política" (Taurus, Madrid, 1995), que le valió al año siguiente el Premio Nacional de Historia, habla el profesor Marichal de los dos siglos que van de la Revolución Francesa a nuestro tiempo y de figuras tan dispares en el periodo como las de Jovellanos, los doceañistas de Cádiz, Larra, Giner de los Ríos, Unamuno, Azaña, Ortega, o Tierno Galván, y dice de ellos que compartieron una voluntad semejante de adelantar la civilización en España; de hacer que los españoles, conscientes de su historia, se afanasen por hacer de su patria un país de seres humanos libres y "benéficos", como candorósamente pedían los "padres" de la Constitución de 1812.
Para los que vienen aquí de una sociedad tan profundamente agrietada como la norteamericana, sociedad que él conocía muy bien, España sorprende -dice- por su patente cohesión interna, pese a lo que parezcan revelar sucesos bien conocidos. Cohesión que emana, según él, de ese sentimiento cordial de la vida, reflejo de un espontáneo sentimiento de igualdad que siempre ha caracterizado a los españoles, y que ahora se sustenta en una realidad democrática. Una realidad, añade, que tiene su fundamento en esa parte considerable del pueblo español que vivió muchos años, desde 1939, con el recuerdo de su capacidad para regirse a sí mismo. Porque el pueblo español, concluye, tiene una historia antigua de defensor de sus libertades y sabe que ha dado mucho más de lo que ha recibido, y que quizá sea ahí donde reside "el secreto de España".
La fotografía que acompaño es la del histórico puente Zuazo, que unía la isla de León a Cádiz y convertía a la bahía gaditana en una fortaleza inexpugnable desde tierra.
Sean felices, por favor, al menos inténtenlo aunque sean tiempos de zozobra. Tamaragua, amigos. HArendt
El historiador Juan Marichal (1922-2010)
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Entrada núm. 1326 -
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