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sábado, 28 de marzo de 2020

[ARCHIVO DEL BLOG] ¿Cabreo o rebelión cívica? Publicada el 24 de septiembre de 2009









A pesar de mi optimismo impenitente cada vez que oigo a un político hablar a boca-llena de vocación de servicio, o de servidores del pueblo, se me abren las carnes en canal. A mí, el comportamiento de la clase política española me provoca una profunda repugnancia; la de la derecha, con el PP al frente, repugnancia y desprecio; la canaria, repugnancia, desprecio e hilaridad a partes iguales.

Al ejercicio de la política en España se llega por ambición, por despiste, o por inutilidad para saber ganarse la vida honradamente. Entre los que llegan por ambición, la mayoría lo hace porque eso de "pisarmoqueta" es como tener un orgasmo múltiple permanente. Sí, se que la ambición también puede ser noble, pero que quieren que les diga... Entre los que llegan por despiste, están las personas honradas, los buenos profesionales, los ingenuos, que creen, de verdad, en los ideales republicanos de servicio a la "cosa pública", y que abandonan el barco a la primera de cambio, aburridos, asqueados, o por ambas cosas. Los otros, los de la "tercera vía", simplemente, porque no saben dar un palo al agua y hay que comer todos los días, y si es a costa de los demás, pues mejor que mejor... 

Tengo la impresión de que no soy el único español que piensa así. Al contrario, creo que cada día se percibe más un intenso cabreo ciudadano para con sus políticos, una rebelión cívica, que puede ser beneficiosa a la larga si no la sacamos de contexto.

Hace unos días me llego por Internet a través de un correo amigo un artículo supuestamente escrito por el novelista y académico Arturo Pérez-Reverte, titulado "Esa gentuza" [Patente de corso, 5/7/2009] en la que pone a la clase política española a caer de un burro. Eso sí es un cabreo. Lo comparto. Pero ni yo me atrevería a decir lo que le dice a nuestros parlamentarios nuestro preclaro académico. Lo reproduzco más adelante, pero ignoro la fecha y lugar de su publicación.

El pasado día 11, aniversario de la tragedia de las Torres Gemelas de Nueva York, otra notable escritora y periodista, Rosa María Artal, escribía un artículo titulado "Test de agudeza mental: busca las diferencias entre las formas politicas de EEUU. y España" [El Periscopio, 11.9.2009] en el que dejaba reflejo de las abismales diferencias de comportamiento entre los modos parlamentarios españoles y norteamericanos. A favor de estos últimos con enorme diferencia. Pueden leerlo más adelante.

Y sobre la chabacana y pueblerina clase política canaria, que quieren que les cuente... El también escritor y periodista grancanario, José Antonio Alemán, escribía ayer un delirante artículo titulado "La dedicación política y dos piedras" [El Anillo de Moebius, 23/9/2009] sobre nuestro ínclito vicepresidente del des-gobierno canario y presidente del PP de las islas, José Manuel Soria, y sobre algunos de los últimos sucesos y chismes de la vida política local. Al final, llegaba a la misma conclusión que expuse al comienzo de este comentario sobre esa "tercera vía" de acceso a la poltrona y la moqueta: "De seguir así, acabarán dedicándose a la política y a las empresas públicas los que no sirvan para otra cosa y los que no logren levantar cabeza profesional en el ejercicio privado. Que es lo que ya ocurre". Apañados vamos, añado yo. HArendt





La reproducción de artículos firmados en este blog no implica compartir su contenido. Sí, en todo caso, su  interés. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





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jueves, 21 de noviembre de 2019

[ARCHIVO DEL BLOG] Sobre el estado de la nacion(alidad) canaria. (Publicada el 25 de marzo de 2009)



Salón de Plenos del Parlamento de Canarias, Santa Cruz de Tenerife


Mi amigo y corresponsal en la ciudad de Mendoza (Argentina), el periodista Alberto Atienza, me llama la atención sobre la excesiva querencia que le presto en mi blog a los asuntos políticos. Su cariñosa protesta me ha hecho recordar el epitafio, apócrifo, sobre la tumba del genial Gruocho Marx: "Perdonen que no me levante". Pues eso les digo yo, perdonen que insista, pero es que el esperpento de la política canaria da mucho juego. Estos días se ha celebrado en el parlamento de Canarias el anual, por llamarlo de alguna manera, "Debate sobre el estado de la Nacionalidad". Y según se haya seguido en tal o cual medio de difusión, la cosa adquiere tintes kafkianos. Yo confieso que no lo he seguido en ninguno concreto, simplemente, por higiene mental, pero sií he leído y oído cada día las crónicas que sobre el mismo han dicho y escrito los que saben de ésto por compromiso profesional, por lameculos y tiralevitas, o porque tienen que comer todos los días como el resto de los mortales y no les queda más remedio que apechugar con el muermo. De la televisión pública canaria, TVC "La Nuestra", ("De ellos" adjetivo yo sin ánimo de polémica) mejor ni hablamos y la descartamos de antemano, aunque cuando "me ha pillado despistado", se me han atragantado sus resúmenes. Y respecto a la prensa escrita de Las Palmas, pues hay de todo, pero mayoritamente, varapalo generalizado al gobierno regional (ATI-CC/PP), que a través de su presidente, don Paulino Rivero, ha hecho un discurso triunfalista, como no podía ser menos, de todos sus logros, ha (in)definido e (in)cuantificado todo lo que va a hacer, y ha echado la culpa de todos los males de Canarias al líder de la oposición, el señor López Aguilar; a la delegada del gobierno central (y amiga personal de un servidor de ustedes), la señora Carolina Darias; al presidente del gobierno español, el señor Rodríguez Zapatero; a los carteros, a los repartidores de productos hortícolas, a los empresarios, los sindicalistas, los polícias, los fiscales, los jueces y los trabajadores en paro. Y ya ésta, aquí paz y después gloria. La realidad es que la economía canaria está entrando en "estado de coma", ante la indiferencia e incompetencia de un gobierno autónomo con signos de encefalograma plano, mientras la población sortea como puede, y con buen espíritu, la catástrofe. Y no dió para más el "Debate sobre el estado de la Nación(alidad)". Hasta el próximo. Prometo no reincidir en bastante tiempo. Les dejo con tres divertidas crónicas de lo que dio de sí el susodicho. Sean felices, si pueden y les dejan. Tamaragua, amigos. HArendt



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Caricatura de Groucho Marx


"LOS PARLAMENTARIOS DE DURACELL", por Alejandro Zabaleta
(La Provincia, 25/03/04)

Los diputados canarios duran y duran en un debate interminable, que consumió siete horas para certificar el desencuentro de siempre Para criticar a los socialistas canarios, Australia Navarro optó por citar a Pablo Neruda, mientras Barragán hacía lo propio con Manuel Chaves. .

Si alguna conclusión se puede extraer de la sesión parlamentaria de ayer, es que el estado de la nacionalidad canaria debe ser interminable, porque sus señorías, sin que nadie se lo pidiera, se marcaron un pleno de siete horas a palo seco. Los canarios desayunaron, se tomaron el café de media mañana, almorzaron y se echaron la siesta mientras Paulino Rivero y compañía no paraban de tirarse los trastos dialécticos a la cabeza. Los de las pilas Duracell bien harían en jubilar a sus simpáticos conejitos y echar mano de estos parlamentarios nuestros, que duran y duran y vuelven a durar, aunque sea para nada.

Porque eso es lo más triste: el pleno podía haber continuado ininterrumpidamente hasta 2010 y aun así Gobierno y oposición no habrían acercado posiciones, enrocados como están en sus visiones parciales de la realidad. "Esto no es un trámite, espero que nadie se canse y que debatamos todo lo necesario", avisaba Rivero en una de sus primeras intervenciones, advirtiendo de lo que se nos venía encima. En fin, si alguien tenía dudas sobre la necesidad de un cambio en el funcionamiento de este tipo de debates, ayer se habrá quedado convencido, después de semejante ladrillo.

La primera parte del pleno, en la que el presidente responde preguntas de los grupos políticos que sostienen el Gobierno, ocupó algo más de la mitad del tiempo y fue, como era previsible, un recital de autobombo a la mayor gloria del Ejecutivo. Tuvo tiempo la portavoz del PP, Australia Navarro, de echar mano de la literatura, rescatando a un poeta afín a una ideología que le es ajena, Pablo Neruda. Así, recordó a los socialistas que "podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera", una cita que quiso reforzar con una falda propia de Floreal (el mes francés, no el ex político canario).

El portavoz de CC, José Miguel Barragán, estuvo aforístico como de costumbre, retratando el desencuentro con los socialistas con el "ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio". Para convencer a la oposición de su errado estado, citó como auctoritas a uno de los suyos, nada menos que Manuel Chaves, eterno presidente de la Junta de Andalucía y socialista de pro. Remató recurriendo a la cultura de masas, para lamentar los gastos que el Gobierno central hace en el programa ¡Mira quién baila! Dispendio que, según Barragán, desautoriza a la oposición para criticar lo que cuesta la emisora televisiva autonómica.

Por fin llegó el careo entre Manuel Marcos Pérez y Paulino Rivero, que tenía el interés de ver cómo se desenvuelve el socialista en debates de enjundia. El que no tenía dudas era el presidente del Gobierno, que basó toda su estrategia en reducir la estatura política de su adversario, acudiendo a veces a un tono retador, a veces a un tono didáctico, como si se dirigiera a un niño al que hubiera que explicar las cosas. En su empeño por jibarizar al adversario, hasta lo motejó de "buena persona", algo que en política no equivale a nada precisamente bueno. Por su parte, Pérez comenzó con una fuerza que se fue diluyendo según avanzaba su intervención, aunque aprovechó para colar alguna velada referencia al caso salmón, como cuando insistía en la afición viajera de Soria.

Mientras se sucedía la liturgia parlamentaria, una diputada se sumaba desde su escaño al desencanto con el funcionamiento de esta Cámara y sus mecánicas. "Me pregunto cuál es el papel real de los parlamentarios, sobre todo de los que apoyan a un Gobierno", tecleaba la nacionalista Dulce Xerach en su blog, con el cloquío de Rivero como banda sonora, después de haber visto cómo su propio grupo no admitía sus cuatro propuestas de resolución, por cierto las únicas presentadas por un diputado a título personal.




Paulino Rivero, presidente del Gobierno de Canarias


"FIDELÍN CHIQUITO", por Francisco Pomares
(Blog "El anillo de Moebius", 25/03/04)

Martes 24 de marzo, 16:47 de la tarde, inicio de la sexta hora (o de la siete, perdí la cuenta) de intervenciones paulinas en el debate del Estado embarazoso. Con diez o doce irredentos más, me esfuerzo por seguir -de pié tras los ventanales del pasillo-, el devenir inacabable de ocurrencias, citas de ‘Oscar Guay’ y desafíos galácticos. De pronto, sufro una revelación. A través del cristal veo al arcángel Gabriel (un Castro Cordobez con alas) que me revela el gran secreto de la legislatura: Paulino Rivero no existe, en realidad es sólo un ente ectoplasmático, una ilusión producto de la hibridación de Fidel Castro y Chiquito de la Calzada, recitando un papel escrito por el guionista de Pasión en Hiperdino.

Fidel: no quiero bromear con cosas serias, pero juro que una vez me contaron en Cuba que lo peor del castrismo fue tener que aguantar sus discursos. Con Pedrosota Ramírez al lado, escuché un discurso de Fidel en la inauguración de un hotel en Varedero, hace veinte años. Sólo tardó media hora. Paulino le supera con creces en todas y cada una de sus entradas estelares: se ha cargado el Parlamento, no hay debate que sobreviva en la diarrea de tanta palabra leída. Al socialista Manuel Marcos, Rivero le invita a hablar más de veinte veces. Pero sólo le deja hacerlo (con el reglamento a mano) en dos ocasiones.

Chiquito, pero matón: un auténtico fistro de la pradera este Rivero. Se pasó las seis horas de puntillas sacando pecho tras la tribuna, retador y faltón, con la chulería preceptiva, y repitiendo las palabras favoritas de su repertorio torero. Amagó varias veces con enseñar papeles y sacar la cuenta de las imputaciones y corrupciones socialistas (como hacía Justo Fernández en sus buenos tiempos del Canal 7 de Paco Padrón), y presentó recortes de ‘El Mundo’ como si fueran informes del Fondo Monetario. Se trabó tanto como suele, pero con dominio de la coreografía: hablo, me callo, respiro, miro con desprecio a los sociatas, vuelvo a hablar, grito, abro los brazos, me callo, señalo con el dedo hacía atrás, me callo otra vez, respiro, grito y vuelta a empezar. A la sexta hora ya le costaba dar pie con bola y no paraba de trabucar; pobres transcriptores. Agotó a las esforzadas chicas del lenguaje de signos.

Pasión en Hiperdino: un guión de telenovela, trufado de palabras como indignidad, traición y servilismo, seguidas –varias veces- de promesas ¡¡por mi honor!! (por el suyo). Y un momento perfecto, momento de protagonista criollo seduciendo a la rubia teñida hija del dueño de la hacienda. Una mirada intensísima a la cámara de Willy, dentro, máxima audiencia: “tengo fama de ser honrado, honesto, serio, trabajador, constante y perseverante”, un autorretrato con mucha modestia. Y luego, apretarse el cinto y reconocer virilmente que los serios también lloran: “Tengo miedo al ridículo”, susurró. Confesiones de galán en la edad madura, dos confesiones por lo que paga usted por una: ¡¡¡Ños, qué precios!!!



Juan Fernando López Aguilar, Secretario General del PSC


"LA NACIONALIDAD, MADRE", por José Antonio Alemán
(Canarias Ahora, 25/03/09)

Hace unos meses, creo que en ocasión de otro debate, confesé aquí mismo que escribía sin saber cómo se había desarrollado ni esperar al acuerdo (o desacuerdo) último. Acerté en lo tocante a cómo fue la cosa y al resultado final, pero no, comprenderán, porque tenga uno especiales dotes adivinatorias sino porque estos políticos son gente previsible. Tanto, recuerden, que meses antes de las últimas elecciones autonómicas ya hablábamos en los periódicos de que CC y PP gobernarían con Paulino de presidente y el PSOE en la oposición. No había siquiera la posibilidad de decir que queda mucha Liga por delante, la respuesta tópica de los futbolistas en trance de descenso.

Reconozco que hice mal entonces, como me reprochara algún lector; sin valorar que al menos no oculté que no me interesaba el asunto, aun a sabiendas de que, de haberme callado, no se hubiera notado mi “ausencia”. Por eso ayer seguí el debate sobre el estado de la nacionalidad. No saqué en claro nada que no supiera. Aunque, eso sí, pude comprobar que, en efecto, la profesión periodística es la segunda más peligrosa; sobre todo si fumas. Porque puedes dormirte con el cigarrillo encendido y despertar en medio de densa humareda y hasta llamas. No ocurrió lo segundo, pero sí que me durmió Paulino. Debería hacerme con una copia para las noches en que pierda el sueño.

Y ayer por la mañana cometí otra temeridad: escuché a Australia Navarro en ayunas. Como por razones de edad uno está ya descatalogado, me pregunté qué se me perdía delante de la pantalla, si no estaba obligado y decidí dejarlo para ocuparme de asuntos propios. Que arreen quienes vienen atrás; les toca ahora mamarse la tranca de informar.

Al mediodía regresé a casa y encontré de nuevo a Paulino ocupando abusivamente mi pantalla. Seguía de pesado en el tono grave de quien quiere transmitir que es un tipo serio y cabal. Pero noté cierta tensión, como si estuviera a pique de liberar el rompetechos que llevan dentro por lo general quienes no llegan a 1,70. Si de su intervención inaugural no anoté nada porque venció el sueño, les dije, en la de Australia Navarro me pregunté a qué venían las críticas a Zapatero. No porque me parezca mal que rajen lo que sea menester sino porque el objeto del debate sobre el estado de la nacionalidad es el balance de lo realizado por el Gobierno de Canarias, no por el central. Aunque también es verdad que cuando creía yo que Australia iba a perderse definitivamente por las antípodas, regresó para hacer el elogio de Paulino y de su Gobierno antes de la crisis, durante la crisis y después de la crisis; si llegamos vivos. Nada digo en contra porque estaba obligada; además, quién sabe, lo mismo la escucha Obama y telefonea a Paulino para saber cómo lo hace y quedo yo fatal.

Vino a decir la diputada popular, en definitiva, que gracias a Paulino, con Soria en los teclados, hay menos crisis que ayer pero más que mañana. Y que todo es culpa de Zapatero malo; la consigna de Rajoy a sus apóstoles y apóstolas que han de aprovechar cualquier oportunidad para darle leña; a él y en el caso canario también al gandul de López Aguilar, la hacendosa Australia dixit.

Vuelvo al presidente porque el hombre, ya embalado, desafió (en mi pantalla, oye) al psocialista Marcos Pérez a dar la cara. Se aprovechó, en el plan marrullero rústico habitual, del formato de este tipo de debates que le da a él todo el tiempo que quiera para alegar mientras el contrincante sólo dispone de unos minutos de réplica. Fue tal la cantidad de desafíos, de cuestiones, de preguntas para responder “aquí y ahora” que debió sentirse el diputado psocialista en la piel de quien ha de resumir en 59 segundos la historia de la Humanidad. Eso anoté y eso fue, justamente, lo que alegó Manuel Marcos Pérez en su réplica.

Ahí los dejé. Con sus reprobaciones y propuestas de resolución del debate en su diálogo de sordos. Éstos deprimen hasta al Alcoyano, club de afamada moral deportiva.


Presidencia del Gobierno de Canarias, Las Palmas de Gran Canaria



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martes, 29 de octubre de 2019

[ARCHIVO DEL BLOG] Un pasito por delante (Publicada el 26 de febrero de 2009)



José Manuel Soria, presidente del PP canario


¡Hasta los mismísimos h....s estoy ya del PP canario, en particular, y de la política y los políticos del archipiélago, en general! ¿Nos tomarán por tontos? No sólo me pasa a mí. Para que un periodista bastante ecuánime, irónico y nunca mal hablado, sin carnet del PSOE, ni vendido en cuerpo y alma a la horda prisática, como José Antonio Alemán, suelte en el "Canarias Ahora" de hoy lo que suelta, hay que estar, lisa y llanamente, hasta los mismísimos... Y en Canarias, un pasito por delante, a pesar de ir una hora por detrás.

Lo del pasito por delante no es sólo por lo que dice el vicepresidente del gobierno de Canarias, consejero de Economía y Hacienda y presidente del PP en las islas, don José Manuel Soria, sobre jueces, fiscales, policías, líder de la oposición socialista y delegada del gobierno de España (con la conformidad explícita, no se olvide, de su presidente -y por desgracia, de todos los canarios- don Paulino Rivero, de ATI-CC). Les acusa de conspiración y confabulación contra él y el PP, bastante antes de que el señor Rajoy le imitara en los gestos y aclamaciones a sí mismo y a su partido. Y lo del pasito por delante lo digo, también, porque es más que probable que visite Salto del Negro (la prisión provincial de Las Palmas) con antelación a sus correligionarios peninsulares y eso le trae, evidentemente, sin vivir. Pero en el ínterin, a los que nos tienen sin vivir y hasta los mismísimos es a los canarios... Les dejo con la lectura del artículo de José Antonio Alemán; se titula "El exorcista". Me imagino por qué. HArendt



Prisión provincial de Salto del Negro, Las Palmas, Canarias


El exorcista, por José A. Alemán
(Canarias Ahora, 26/02/09)

Rajoy descartó dimisiones de imputados del PP para no ser menos que Bermejo. Él, desde luego, no las forzará, bonito fuera. Menos mal, porque me habría descolocado si coge la escoba y pega a barrer la casa. Hubiera tenido que modificar, a estas edades, mi idea de la derechona (a la que diferencio de la derecha, vaya por delante).

Mucho he oído decir de la desvergüenza con que la derechona se pone siempre por el lado grueso del fonil, vulgo embudo; de la incoherencia de exigirle a los demás lo que ella no practica; aparte del descaro con que intoxica y manipula a la opinión pública, a la que ve integrada por imbéciles y demás lindezas en las que no abundo porque en Canarias Soria no necesita presentación como adalid de esa concepción más que perversa, pervertidora.

No creo, a eso iba, que la ley del fonil defina la actitud de la derechona porque ella es así, sin más. Tampoco es riguroso calificarla de franquista pues lo suyo viene de más atrás; Franco fue su criatura predilecta, no su origen. La alimenta la creencia de que España, sus islas adyacentes y las subyacentes en que vivimos, constituyen una finca de su exclusiva propiedad. La jactancia de Carlos Fabra, presidente de la Diputación de Castellón, al contar los centenares de allegados y amigos a los que ha colocado, refleja esa mentalidad de propietario a la que pertenece conceptualmente Rajoy cuando exige de los demás lo que no a los suyos.

Quiero decir que no es cinismo, ni asunto de foniles: la derechona considera que actúa en derecho y tan consciente es de que la finca es suya que arremete contra las instituciones del Estado de Derecho por no cumplir sus deberes de mayordomía a satisfacción de la propiedad. Las instituciones no son menos suyas y yo con lo mío hago lo que quiero.

El convencimiento de la derechona de que la finca les pertenece es tal que considera a los psocialistas unos advenedizos que la han despojado de su propiedad y de ahí la oposición que hace el PP: brilla por su ausencia una propuesta alternativa a Zapatero que no sea la pura devolución del poder expoliado. La democracia, aunque reducida prácticamente a votar una vez cada cuatro años, es el obstáculo para recuperar la finca y no les importa si salta por los aires, una vez debilitadas sus bases institucionales.

Una democracia, por cierto, que hicieron posible la progresía intelectual y social y en lo político el centro y la izquierda y la derecha democráticas; mientras la derechona permanecía atorrada en su desconcierto sin saber qué hacer al apagársele la lucecita de El Pardo. La contaminación franquista no era políticamente correcta en la Transición. Pero ahora el paso del tiempo la ha librado del complejo (la derecha sin complejos, recuerden) y se burla de los planteamientos progresistas y hasta del cambio climático y se opone significativamente a la memoria histórica dónde están inscritas sus tropelías. Tiene la esperanza de que sea cierto lo de que el pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla.

En esa línea se inscriben las carajeras contra leyes mal vistas por la Iglesia, empeñada en imponer su doctrina hasta a los no católicos y que se considera perseguida porque encuentra resistencia; asuntos como el de la Educación para la Ciudadanía es otro buen botón de muestra de la coyunda de la derechona y la Iglesia que, todo hay de decirlo, responde a la rancia y más casposa tradición española.

Locke defendía la democracia representativa como sustituta de las guerras civiles. Pensaba que la perspectiva de ocupar el poder evitaba que la oposición se echara al monte y utilizara sólo armas políticas. La derechona no ha alcanzado ese grado civilizatorio que permite discernir entre hacer oposición y llevarse por delante las instituciones llegando, si fuera necesario, al enfrentamiento civil. La finca es suya y nadie va a decirle cómo administrarla.

Este espíritu, que anima a la derechona en el fondo de su alma, resta incoherencia a los dichos y hechos del PP. Cree que las cosas son así y que Dios está de su lado porque lo está la jerarquía católica; la Iglesia verdadera y dos piedras. Defiende la impunidad de su gente porque se corresponde al origen divino del orden que quieren en su finca; en la que se les ha infiltrado Satanás en forma de Zapatero (de López Aguilar en Canarias) convirtiendo a policías, fiscales y jueces en custodios del diabólico expolio. Necesita la derechona un buen exorcista que ahuyente a los demonios y volvamos a tener la misa en latín. Que es, por cierto, el idioma de los endemoniados; pura justicia poética, qué quieren.



Presidencia del Gobierno de Canarias, Las Palmas



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domingo, 15 de septiembre de 2013

Independentismo: Las quisicosas de "El Día de Tenerife" y su inefable editor





Eris, la diosa de la Discordia



En las islas Canarias, como en otros lugares de España, hay independentistas honestos, independentistas listos, independentistas tontos, independentistas utópicos, independentistas a secas, independentistas inteligentes, independentistas obtusos, y luego, como "rara avis" dentro de la fauna citada, está el dueño y editor del periódico "El Día", de Santa Cruz de Tenerife, don José Rodríguez Ramírez (don Pepito para los canarios).

Don Pepito, como se le llama cariñósamente en Canarias, defiende con vehemencia la independencia del archipiélago de España. Por ejemplo, en su editorial de hoy domingo, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y que Cataluña acaba de celebrar su "Diada" y se encamina imparable, según muchos, hacia la independencia.

Nada que objetar al respecto. Pero sobre todo, la característica que mejor le define como individuo, es su obsesiva ansia por la aniquilación, exterminio y desaparición física de la isla de Gran Canaria (la "tercera isla", la llama el susodicho) y de sus habitantes. Aniquilación en la que incluye a cualquier habitante del archipiélago, incluso tinerfeño, que no comulgue con su sagrada cruzada. A tanto llega su odio visceral a Gran Canaria y sus habitantes, que prefiere un archipiélago independiente de España, sin Gran Canaria, a un archipiélago independiente que incluya a dicha isla "maldita, seca y fea".

En una decisión sin precedente alguno en la historia parlamentaria del archipiélago, España, la Unión Europea y el mundo civilizado, el Parlamento de Canarias aprobó hace justamente cinco años por unanimidad de todos sus miembros (valga la redundancia) una resolución en la que condenaba explícitamente los ataques del dueño y editor de El Día a la isla de Gran Canaria, a sus ideas xenófobas y a la incitación a la subversión del orden constitucional.

Creo que el Parlamento de Canarias se pasó una vuelta de rosca, que se dice. Y no porque don Pepín no se mereciera una buena patada en sus "mismísimas" partes nobles. Sobre todo, porque sus editoriales ofenden al buen gusto, la educación más elemental, la verdad y la historia; consideraciones que al citado le importan un huevo y la mitad del otro. Lo digo, sencillamente, porque con esta declaración unánime del Parlamento de Canarias lo único que se hizo fue facilitarle cancha para seguir diciendo gilipolleces durante una década más. La prueba es que ya ha pasado la mitad de esa década y sigue erre que erre, gilipollez tras gilipollez, domingo a domingo. Pienso que lo normal, si alguna institución o persona se siente aludida ante la sarta de tonterías que dice este individuo un día sí y otro también, es meterle en los tribunales y que se las apañe como pueda.

Yo, de momento, y por razones completamente distintas: una, porque su elegancia escribidora y humor crítico me alegra el día (me refiero a la columna dominical de Elvira Lindo); y otra, porque reconforta comprobar que hay gente bastante más estúpida que uno mismo, lo primero que hago cada domingo, aun en pijama, es leer a don Pepito (en El Día) y a Elvira (en El País). Y así sigo.

El asunto de la condena unánime del parlamento generó en la prensa canaria de aquellos días un debate muy interesante, del que son reflejo los artículos de opinión que reproduzco más adelante. También incluyo la respuesta de don Pepín en su "pastoral" de aquel domingo y un editorial suyo de hace unos meses, para general admiración y asombro del pueblo llano sobre la profundidad de pensamiento de tan insigne prócer tinerfeño

Decía el filósofo francés Voltaire, en pleno siglo XVIII, uno de los máximos exponentes del pensamiento ilustrado, refiriéndose a otro escritor enemigo suyo: "No estoy de acuerdo con tus ideas, pero defiendo tu sagrado derecho a expresarlas". No soy filósofo, y aunque me gusta la frase -que encuentro admirable- prefiero recurrir al más positivista argumento jurídico que establece la Constitución en su artículo 20: "Se garantiza el derecho a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción (.../...) sin otro límite que el derecho al honor, la intimidad, la propia imagen y...". Pues eso: mi profundo respeto para quienes mantengan ideas completamente distintas de las mias sin recurrir a la extorsión, la amenza o el insulto; dicho lo cual, eso no quiere decir que las comparta y mucho menos que las vote o vaya a dejar de combatirlas..., con la palabra.

Sean felices, por favor. Y como decía Sócrates: "Ιωμεν", vámonos. Tamaragua, amigos. HArendt





Eirene, diosa de la Paz y la Concordia





"El pleno del Parlamento rechaza los editoriales de 'El Día'". (Agencia EFE. Santa Cruz de Tenerife)

El pleno del Parlamento de Canarias manifestó este miércoles su rechazo a los ataques a la unidad de los canarios y a la dignidad de la isla de Gran Canaria y a las ideas xenófobas y a la incitación a la subversión del orden constitucional que, agrega, de forma reiterada defiende el editorial del periódico El Día.

En una manifestación institucional leída ante el pleno del Parlamento se indica que el estado de derecho garantiza que todas las opiniones y posiciones ideológicas se expresen libremente siempre que observen el respeto debido a las leyes y a la dignidad de las personas e instituciones.

Agrega que cualquier línea de opinión o actuación cuyo objetivo sea fomentar la división y colisión dentro de la sociedad canaria, trunca el camino decidido de una ciudadanía "que defiende la convivencia y el buen entendimiento entre los habitantes de las siete islas".

Sin embargo, agrega la declaración, recientemente se han producido una serie de opiniones descalificatorias, "amparadas en el insulto, la ofensa y xenófobas en muchos caos, que atentan contra la convivencia y el carácter conciliador". (Canarias Ahora, 25/09/08)

***

"La libertad de 'El Día'", por Carlos Sosa

Los grupos parlamentarios canarios condenaron este miércoles la línea editorial del periódico tinerfeño El Día en una decisión que considero lamentable. Vaya por delante que rechazo de plano los planteamientos de ese diario, tanto los que manifiesta en sus artículos editoriales como los que vierten algunos de sus más señeros colaboradores. Pero es mi obligación como periodista y como ciudadano defender la libertad de todos ellos a que expresen libremente sus ideas, por muy extravagantes o rechazables que puedan parecer.

No conozco a ninguna institución del Estado español que haya producido en su día una declaración institucional contraria a la línea editorial del diario El Mundo cuando éste dedicaba páginas y páginas a intoxicar y a opinar acerca de la autoría de los atentados del 11-M, poniendo en peligro no sólo la concordia y la convivencia entre los españoles, sino la credibilidad y el buen funcionamiento de unas cuantas instituciones del Estado.

Lo tenía muy fácil el Parlamento de Canarias este miércoles: hubiera bastado con instar al Gobierno de Paulino Rivero a cumplir con el decreto por el que se conceden subvenciones a las empresas editoras de periódicos de pago en el Archipiélago, que dice muy a las claras que tales ayudas tienen como objetivo fomentar la cohesión de las Islas. Parece acreditado que el diario El Día no cumple con esa finalidad, y sin embargo este Gobierno le sigue inyectando gran cantidad de dinero público por esa vía y por la de la publicidad institucional.

De paso, que Paulino Rivero explique por qué se le concedió a El Día una frecuencia de TDT, por qué el presidente en persona invitó al dueño de esa editora a participar en el concurso de informativos de la Televisión Canaria y por qué le acaban de contratar un programa para esa cadena por importe de 200.000 euros.

Tóquenle a don Pepito los dineros y ya verán qué pronto se le acaban las zarandajas soberanistas. Pero que a nadie se le ocurra atentar contra la libertad que tiene para expresarse. Y si insulta, veja, injuria o calumnia a alguien, ahí están los tribunales para juzgarle. (Canarias Ahora, 25/9/2008)

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"Una pintadera en la frente", por José Antonio Alemán

El Parlamento "manifiesta su firme rechazo ante los ataques a la unidad de los canarios y la dignidad de la isla de Gran Canaria, y sus ciudadanos, así como a las ideas xenófobas y a la incitación a la subversión del orden constitucional que reiteradamente se defienden en 'el editorial' de el periódico El Día". Así terminaba la declaración institucional que la cámara aprobó ayer por rara unanimidad.

Y ayer mismo el periódico seguía destilando lo suyo. En el comentario "Caterva de desagradecidos" arremetía contra los hombres y las mujeres de la cultura canaria en Tenerife que no están de acuerdo con su línea. Los calificó por ello de "parásitos" y de "personajillos que han sido algo en esta sociedad gracias al espacio que, año tras año y cada vez que lo pedían, se les daba en estas páginas".

Salvo superior opinión facultativa, creo que esta loquinaria reacción refleja la manera de entender el periodismo del editor al afirmar que esos "intelectuales" y "artistas" (el entrecomillado es suyo) lo son porque al periódico le dio la gana promocionarlos, pues antes de tan providencial acogida "sólo los conocían en sus casas a la hora de comer". De nada valen, por lo visto, el trabajo y las aportaciones de cada uno de ellos. Ha llegado a creer El Día que manda sobre vidas, haciendas y famas y que todo el mundo en Tenerife está obligado a someterse a sus dictados. Al punto de denunciar como sobornados por los "pérfidos dirigentes canariones" a "personajillos" como Cristino de Vera, Olga Ramos, María Orán, Ramón Trujillo, Elfidio Alonso, Carlos Pinto Grotte, Nilo Palenzuela, Rubens Henríquez, Manuel Hernández González, Mari Carmen Mulet, Jose Abad, Benito Cabrera, Eliseo Izquierdo, Rodríguez Placeres, etcétera. No estar de acuerdo con el periódico los convierte en "ratoncillos hipnotizados por la lengua bípeda (sic) y la mirada envidiosa de la serpiente" (Gran Canaria, por supuesto) y pone de manifiesto que "la maldición de Tenerife no es solo Canaria, sino los infiltrados canariones que ahora se han destapado como felones".

Remata filípica joseantoniana con la amenaza de que "en una próxima edición publicaremos dos páginas con las fotos de los sobornados por la tercera isla". Ya puestos, no sé porqué no les graban en la frente, a fuego que duele más y no se quita, una pintadera cual estrella de David. Por suerte, El Día no es Tenerife y Fyffes sólo existe ya en sus negras alucinaciones. (Canarias Ahora, 25/09/08)

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"El día' feliz de Don Pepito", por Juan García Luján

El editor de El Día, José Rodríguez Ramírez, tiene razones para sentirse traicionado. Después de 20 años utilizando sus páginas para machacar a cualquier persona o colectivo que cuestionara los planes de la gran burguesía chicharrera y sus representantes políticos áticos, después de haber sido el principal altavoz de los intereses políticos de Manuel Hermoso, Adán Martín, Miguel Zerolo, Ricardo Melchior, Ana Oramas y Paulino Rivero, después de su entrega a la causa insularista, Don Pepito tuvo ayer que ver cómo se leía en el Parlamento canario una declaración institucional que criticaba su línea editorial.
Don Pepito se siente víctima de una injusticia porque después de haber utilizado su periódico para campañas estratégicas como la oposición a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, la defensa de los aguatenientes, del puerto de Granadilla, de las carreteras de Tenerife y la oposición a la investigación de las tramas de corrupción vinculadas a instituciones gobernadas por Coalición Canaria en Tenerife... Después de haber sido distinguido con la medalla de Oro de Tenerife otorgada por el cabildo de la isla, de tener una calle con su nombre en La Laguna y varios municipios tinerfeños, de haber sido nominado para el Premio Canarias por el cabildo de Tenerife con el apoyo de CC, PP y PSOE, de ser llamado como pregonero de las fiestas más señeras, después de haber sido elegido por el actual gobierno de Rivero y Soria junto a otros dos periódicos para formar una productora de televisión para realizar los informativos de Televisión Canaria, después de lograr una de las dos licencias de TDT que dieron en Tenerife Paulino Rivero y PP Manolo, después de todas esas prebendas, se ha encontrado con un castigo simbólico en forma de moción parlamentaria.

Antes de que saque las dos páginas con las fotos de los traidores antipatriotas, don Pepito debe saber que sus columnistas Cristina Tavío y Miguel Zerolo, y su candidato a presidir la futura república independiente de Bananaria, Paulino Rivero, intentaron hasta el último minuto que en la moción contra su periódico no se nombrara a su periódico. Tavío lo hizo desde su puesto en la Mesa del Parlamento, Zerolo desde su ausencia calculada y Rivero mandando el recado de no mencionar a El Día con el majorero en excedencia de origen grancanario José Miguel Barragán. Pero los socialistas se negaron y amenazaron con proponer incluso que le cortaran el grifo del dinero público. Y el actual pacto de gobierno no quiere jugar con la comida de Don Pepito, por eso sus diputados al final tuvieron que ceder y apoyaron la moción de 20 líneas reprobando los editoriales de El Día.

El periodista Luis María Ansón, nada sospechoso de ser militante de la izquierda abertzale, y combativo defensor de la unidad de España y de su monarquía, se opuso siempre al cierre del diario Egin y del periódico Egunkaria, aunque rechazaba frontalmente su línea editorial. Decía Ansón que "los periódicos no delinquen, si lo hacen alguno de sus redactores, articulistas o empresarios la ley debe caer sobre ellos, pero no sobre el periódico". Comparto el planteamiento de Ansón, y creo que el Parlamento canario inició ayer un peligroso camino de reprobación a la línea editorial de un periódico. A lo mejor Don Pepito ha incumplido el artículo 510 del Código Penal por sus editoriales xenófobos. Pero si Don Pepito es un delincuente racista lo podremos comprobar gracias a la denuncia que presentó Ben Magec contra El Día en los tribunales por un artículo xenófobo. La valentía de los ecologistas podría servir para poner a Don Pepito en su sitio. Esa valentía contrasta con la cobardía de unos parlamentarios que no se atrevieron a parlamentar, o sea, a debatir públicamente la moción, sino que se limitaron a discutirla a puerta cerrada en la Mesa del Parlamento y la Junta de Portavoces. Ese es el nivel que tenemos en la cámara de Teowaldo Power. Pero la moción parlamentaria no ha sido inútil, creo que ha servido para demostrar las ataduras políticas del partido que preside el gobierno canario desde hace 15 años, y también servirá para aumentar las ventas del periódico El Día y de los otros diarios que han descubierto en este tema un filón para incrementar el número de visitas a sus ediciones digitales. Don Pepito se mostrará hoy cabreado contra los antipatriotas parlamentarios, pero el gerente de su empresa debería convencerlo de que ayer fue un día feliz para el diario fundado por Leoncio Rodríguez, porque las ventas van a aumentar en estos tiempos de crisis y el gobierno de Paulino y Soria continuarán patrocinándole suplementos e invitándolo a beneficiarse de subvenciones públicas. (Canarias Ahora, 25/09/08)

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"Escuche la noticia", por Carmen Merino


El lector avispado se preguntará por qué utilizar el pasado en el titular -«El editor que quiso reinar» cuando, en realidad, el editor-director al que nos referimos, don José Rodríguez Ramírez, don Pepito en el argot periodístico y popular, mantiene en el presente de indicativo las infulas de dictar lo que se hace en esta Comunidad Autónoma y, en especial, en la Isla de Tenerife. Tal vez el titular debiera haber sido «El editor que quiere reinar», pero esa definición no habría hecho justicia a la realidad. A pesar de la potencia que tiene el periódico propiedad de tan ambicioso personaje, El Día, las campañas emprendidas por su dueño nunca han conseguido el objetivo perseguido, a no ser que no hayan tenido en realidad otro fin que intentar crispar la vida política y social de Canarias.

Entre sus grandes batallas solo cabe citar espectaculares derrotas. Ocurrió con Ley de Aguas y con la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, batallas en las que don Pepito coincidía, imponía o seguía las consignas del insularismo tinerfeño ejercido por ATI, y ocurrirá sin duda en las batallas que tiene en marcha. A saber. Una reforma del Estatuto de Autonomía que renombre a la Isla de Gran Canaria para quitarle el Gran que tan morbosamente le obsesiona, que modifique el nuevo escudo de la Comunidad Autonóma para aumentar el tamaño de Tenerife y eliminar la Corona de Castilla, y que haga el relato de las islas que componen el Archipiélago en orden alfabético, de manera que Tenerife cierre y adquiera mayor visibilidad.

Leña al mono: Pero esta es solo una batalla preliminar. A dónde quiere llegar el editor-director es a la descolonización de Canarias por parte de España y la creación de un país soberano. Y de esta segunda incursión deriva la tercera: el empeño de don Pepito de que Coalición Canaria le secuende en sus delirios. Cada vez que el editor-director se empecina en una u otra cuestión y no encuentra el eco y el respaldo que él supone que se le debe en funcion del poder que su potente empresa mediática le proporciona, comienzan los ataques furibundos, la total falta de respeto para las opiniones ajenas, las descalficaciones, los discursos insultantes y los insultos mismos.

Los rayos de destrucción personal y colectiva que salen de sus airadas editoriales han caído sobre todos aquellos que no se han plegado a sus caprichos y manías.

Desde los socialistas en la primera época de Jerónimo Saavedra, a las secciones grancanarias de todas las formaciones políticas, los empresarios grancanarios identificados como el sanedrín y, muy especialmente en la última etapa, los nacionalistas tinerfeños de la antigua ATI, han pasado por su trituradora de infieles. Pero también los presidentes del Gobierno y del Parlamento, otros periódicos y sus responsables y hasta el personal de su propia empresa que ha tenido la osadía de cambiar de bando, han tenido que sufrir en sus carnes las invectivas del editor que quiso reinar y solo consiguió crispar.

Peligro: Pero si se puede decir con toda tranquilidad de don Pepito que es un gran perdedor de batallas políticas, la tristeza es inevitable al constatar la posibilidad de que llegue a ganar batallas en el ámbito de la sociedad civil. Sin duda, el desprecio que destila hacia la Isla de Gran Canaria no puede sino generar un sentimiento de igual o similar naturaleza hacia Tenerife entre aquellos que cometan el error de confundir a la Isla con este delirante editor-director. Eso es lo que él pretende. Que no lo logre sería la más patética de sus derrotas.

Moción del Cabildo: Los grupos del PSC-PSOE y de NC-NGC del Cabildo de Gran Canaria, hicieron pública ayer la moción que presentaron el pasado día 17 en la que solicitan la reprobación de el periódico El Día ante los insultos de su propietario y editor a la isla de Gran Canaria y sus ataques a la unidad del Archipiélago. Los grupos políticos que gobiernan el Cabildo de Gran Canaria solicitan en la moción que se debatirá en el próximo pleno que otras instituciones se manifiesten rechazando los insultos del editorialista. En concreto piden al presidente del Gobierno de Canarias un pronunciamiento en contra. En la moción se recoge en la exposición de motivos que los insultos del periódico El Día a la isla de Gran Canaria y sus ataques a la unidad del Archipiélago no constituyen, desgraciadamente, novedad alguna. Tampoco la enorme tolerancia y mesura con la que la sociedad grancanaria ha reaccionado ante semejantes dislates. Por ello se solicita el rechazo ante las ofensas perpetradas a la isla de Gran Canaria, así como a sus habitantes e instituciones. (Canarias7, 25/09/08)

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El Día, Santa Cruz de Tenerife. Editorial. 

"ESTA BATALLA LA TIENES PERDIDA, Pepe", le dijo hace algún tiempo al editor de EL DÍA, durante una cena celebrada en Tokío, un empresario de Las Palmas vinculado a un diario de la tercera isla. El mismo diario que ayer jaleaba, a cinco columnas y con toda saña, un acuerdo del Parlamento de Canarias contra nuestro periódico y su director. Acuerdo que, tristemente, por fin adoptó ayer la Cámara legislativa autonómica, en un ataque sin precedentes a la libertad de expresión. Sabíamos que la campaña del "gran" no gusta en Canaria. No pensábamos, en cambio, que una institución que dice representar a todos los canarios, se sometiera a los dictados no ya de una sola isla, sino de los poderes fácticos de esa Isla. No lo pensábamos incluso a sabiendas, porque eso lo sabe todo el mundo, que nuestra opinión acerca de sus señorías regionales es manifiestamente mejorable.

En el breve espacio de unas pocas semanas, el Parlamento de Canarias ha cometido dos infamias políticas. Una, subirse los sueldos en plena crisis, cuando otras instituciones canarias y españolas congelaban salarios y reducían gastos; la otra, gravísima, atacar la libertad de expresión de un medio de comunicación como no lo había hecho hasta ahora ningún organismo de la Administración del Estado. Porque la declaración aprobada ayer, por unanimidad y con aplausos, es similar a las que se han venido produciendo contra los terroristas. Ninguna otra se asemeja en dureza.

¿Por qué ahora?, nos preguntamos. Nuestra campaña para que Canaria se llame Canaria y no Gran Canaria -nombre engañoso; lo diremos cuantas veces sea preciso- no es de ayer. Llevamos mucho tiempo manifestando que dicha denominación es engañosa. ¿Por qué ahora?, insistimos en la pregunta. ¿Qué les duele a sus señorías canarias? Permítannos nuestros lectores que seamos nosotros, y no los diputados y diputadas regionales, quienes respondamos. Les molesta que hayamos denunciado su vergonzosa subida de sueldos. ¿Saben ustedes cuánto cobra, por ejemplo, cada uno de los cinco miembros de la Mesa del Parlamento sólo por hacer acto de presencia en la Cámara? Sólo por ir a trabajar, ya que el sueldo lo cobran aparte. ¿Saben ustedes, hombres y mujeres del pueblo canario, agobiados por la situación actual, cuánto han cobrado ayer de dietas sus "señorías" regionales por ir a la calle Teobaldo Power a condenar la sagrada libertad de un medio de comunicación a expresarse libremente? Hablamos sólo de las dietas, los sueldos van por otro lado.

Comprendemos el enfado de las diputadas y diputados. Están demasiado acostumbrados a periodistas dóciles que se portan bien con ellos para que no les pongan mala cara; para que no dejen de soplarles de vez en cuando alguna noticia anodina con la que cubrir el expediente diario. Son como los canarios enjaulados en el amor a la españolidad, que se conforman con el alpiste que les echan y la lechuguita que les ponen para que picoteen. No es ese el periodismo que practicamos en esta Casa. Con todo respeto a las opiniones ajenas, porque en EL DÍA se publican artículos de todas las tendencias, en nuestro periódico decimos que Canarias es una colonia, y que Las Palmas es la gran beneficiada de esta situación. El hablar con claridad nos granjea las simpatías de muchísimos lectores. Por eso somos el diario de más difusión en el Archipiélago. Al menos hoy; mañana, Dios dirá. Un dato insoportable para nuestra competencia, que nos quiere hundir con la difamación pues no puede hacerlo en cuanto a lectores.

Estas son las claves del brutal ataque a la libertad de expresión que sufrimos desde hace algún tiempo, y que tuvo ayer su máximo exponente en la Cámara regional. Una campaña iniciada en el ámbito parlamentario por María del Mar Julios; persona que ha fracasado en política, y que aspira a méritos tardíos para que CC no termine de desaparecer en Canaria. Si esta diputada, que por lo demás siempre ha podido expresar libremente sus ideas en EL DÍA, o cualquier otro miembro del Parlamento, ya sea a título individual o como representante de la Cámara legislativa, considera que los editoriales de EL DÍA ofenden a alguien, insultan a una institución o degradan a una isla por decir que es fea y seca, puede acudir a los tribunales para defender sus derechos. Lo que de ninguna forma cabe en una democracia es una decisión como la adoptada ayer por el Parlamento.

Asunto distinto son las acusaciones de xenofobia y racismo lanzadas contra EL DÍA y su editor por algunos periodistas, políticos y ahora también el Parlamento en sesión plenaria. Suponemos que los servicios jurídicos de la Cámara han hilado fino, pues la xenofobia y el racismo son delitos tanto en España como en Canarias, y acusar de un delito sin pruebas constituye a su vez un delito de calumnias. Sin embargo, no sería la primera vez que dichos servicios jurídicos se equivocan. ¿Se acuerdan de lo que ocurrió con las expropiaciones para la ampliación del edificio? Lo dicho: esperamos que sus señorías y quienes los asesoran no hayan errado otra vez, porque este asunto no queda así; esto se hincha.

Al final, resulta que tenía razón aquel señor en su premonitoria advertencia durante la cena de Tokío. Ni podíamos imaginar que su poder llegase a tanto, ni que sesenta diputados terminasen por seguirle el juego mientras continúan asegurando que encarnan la voluntad del pueblo canario. (El Día, 25/09/08)

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"La vergüenza del Archipiélago", (El Día, Santa Cruz de Tenerife, Editorial)

CON QUÉ DESCARO maltratan a Tenerife dos consejeras del Gobierno de Canarias. Nos referimos, por supuesto, a la titular de Turismo, Rita Martín, y a la de Sanidad, Mercedes Roldós. La actitud de esta última no nos extraña. Como canariona, la señora Roldós está genéticamente condicionada a barrer para su casa. La actitud de Rita Martín, en cambio, resulta menos comprensible. Al ser natural de Lanzarote -lo decíamos ayer-, carece de sentido su excesiva dadivosidad con Canaria, la isla tercera en extensión pero la primera en fealdad. Un territorio desangelado. No nos extraña que el turismo vaya cada vez menos a ella, mientras aumenta en Tenerife. Los visitantes que acuden a Canaria lo hacen engañados. Son infinitos quienes manifiestan su sorpresa apenas se bajan del avión y contemplan un paisaje desértico y sucio. Sólo por este motivo, la consejera de Turismo no debería malgastar el dinero público con inversiones inútiles. Sin embargo, concurre la circunstancia añadida de que Lanzarote, la isla de Rita Martín, sufre también la prepotencia asfixiante de Canaria. ¿Por qué mima usted tanto, señora consejera, a quienes sólo lo quieren todo para ellos?

La isla redonda pierde turistas con razón. Los visitantes con los que cuenta se los debe a las bellezas de otras islas, que atraen a este Archipiélago a doce millones de personas cada año. A eso, y a las políticas estúpidas como las que desarrollaron las niñas de Adán Martín, que favorecieron a una isla paramera y anodina con la nefasta marca única, debe Canaria su cuota de turistas. ¿Por qué un solo destino? ¿Se puede comparar el majestuoso Teide, hoy Patrimonio de la Humanidad, con el ridículo Roque Nublo? Nunca. Pero los canariones lo hacen porque son, además de envidiosos, atrevidos. La isla tercera no es sólo amarilla por sus secarrales, sino también por la envidia. Cualquier parte de Canarias exhibe muchísimas más bellezas.

También nos cansa ya la mentira de la hermandad entre Tenerife y Canaria. Los tinerfeños sólo podemos ser enemigos políticos de aquellos que se empeñan en someternos; de aquellos que, además, perpetúan a conciencia la condición de colonia del Archipiélago, para favorecerse con la presencia en su territorio de las sedes de los partidos españoles. Así prolongan su latrocinio y su expolio permanente a Tenerife.

Canaria debería reprimirse porque como isla es la vergüenza del Archipiélago, que pretendemos unido y armonioso. Lo decimos sin rodeos: estamos hartos de Las Palmas, y ansiamos la soberanía para que la capital esté en la isla más grande, más poblada, más bella y de mayor peso específico, que no es "Gran" Canaria sino Tenerife. La tercera isla sólo sobrevive gracias a sus políticos rapaces. Lobos con piel de cordero e hipócritas predicadores de la unidad interinsular que, a pesar de todo, son capaces de infundir miedo a los ratones de Tenerife.




José Rodríguez, editor de El Día





Entrada núm. 1969
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Pues tanto como saber me agrada dudar (Dante Alighieri)

lunes, 24 de septiembre de 2012

¿Qué nos está pasando a los españoles?






¿Por qué no pruebas a irte, Mariano?
(La viñeta es de Forges; la entradilla de HArendt)




No ando yo estos días para análisis finos y bien hilados, así que recurro a mi blogoteca personal y reproduzco la ent rada -cambiándola el título- que publiqué en el blog en esta misma fecha de 2009. Creo que no ha variado mucho la situación que en ella comentaba. Si acaso, por desgracia, a peor. Perdónenme el escaso ánimo. Espero, en cualquier caso, que saquen alguna reflexión interesante de lo que en aquel momento se cocía.





De todas maneras traigo hasta aquí, junto a las reflexiones y comentarios de hace tres años, sendos artículos de "El Huffington Post" firmados respectivamente por Montserrat Domínguez, su directora, titulado "La gran amenaza: la desintegración social", y por Carlos M. Duarte, titulado "La excelencia científica en tiempos de crisis". Y junto a ellos, otro de José María Ridao, en "El País", titulado "Gigantomaquia nacional", en el  que este ilustre profesor y diplomático, de forma mucho más elegante y elaborada de aquella en la que yo me expreso, asevera que nuestros "males" no son producto de una especie de maldición divina o predisposición genética, sino de simple mala gestión política, y en consecuencia, remediables, si hay voluntad para hacerlo. No dejen de leerlos; seguro que les resultarán instructivos.  


Por su parte, mi referida entrada del 24 de septiembre de 2009, comenzaba así:

"A pesar de mi optimismo impenitente cada vez que oigo a un político hablar a boca-llena de vocación de servicio, o de servidores del pueblo, se me abren las carnes en canal. A mí, el comportamiento de la clase política española me provoca una profunda repugnancia; la de la derecha, con el PP al frente, repugnancia y desprecio; la canaria, repugnancia, desprecio e hilaridad a partes iguales.

Al ejercicio de la política en España se llega por ambición, por despiste, o por inutilidad para saber ganarse la vida honradamente. Entre los que llegan por ambición, la mayoría lo hace porque eso de "pisarmoqueta" es como tener un orgasmo múltiple permanente. Sí, se que la ambición también puede ser noble, pero que quieren que les diga... Entre los que llegan por despiste, están las personas honradas, los buenos profesionales, los ingenuos, que creen, de verdad, en los ideales republicanos de servicio a la "cosa pública", y que abandonan el barco a la primera de cambio, aburridos, asqueados, o por ambas cosas. Los otros, los de la "tercera vía", simplemente, porque no saben dar un palo al agua y hay que comer todos los días, y si es a costa de los demás, pues mejor que mejor...

Tengo la impresión de que no soy el único español que piensa así. Al contrario, creo que cada día se percibe más un intenso cabreo ciudadano para con sus políticos, una rebelión cívica, que puede ser beneficiosa a la larga si no la sacamos de contexto.

Hace unos días me llego por Internet a través de un correo amigo un artículo supuestamente escrito por el novelista y académico Arturo Pérez-Reverte, titulado "Esa gentuza", en la que pone a la clase política española a caer de un burro. Eso sí es un cabreo. Lo comparto. Pero ni yo me atrevería a decir lo que le dice a nuestros parlamentarios nuestro preclaro académico. Lo reproduzco más adelante, pero ignoro la fecha y lugar de su publicación.

El pasado día 11, aniversario de la tragedia de las Torres Gemelas de Nueva York, otra notable escritora y periodista, Rosa María Artal, escribía un comentario en su Blog "El Periscopio" en el que dejaba reflejo de las abismales diferencias de comportamiento entre los modos parlamentarios españoles y norteamericanos. A favor de estos últimos con enorme diferencia. Pueden leerlo más adelante.

Y sobre la chabacana y pueblerina clase política canaria, que quieren que les cuente... El también escritor y periodista grancanario, José Antonio Alemán, escribía ayer en el Blog "El Anillo de Moebius" un delirante artículo sobre nuestro ínclito vicepresidente del des-gobierno canario y presidente del PP de las islas, José Manuel Soria, y sobre algunos de los últimos sucesos y chismes de la vida política local. Al final, llegaba a la misma conclusión que expuse al comienzo de este comentario sobre esa "tercera vía" de acceso a la poltrona y la moqueta: "De seguir así, acabarán dedicándose a la política y a las empresas públicas los que no sirvan para otra cosa y los que no logren levantar cabeza profesional en el ejercicio privado. Que es lo que ya ocurre". Apañados vamos, añado yo. Pueden leerlo más abajo. Las viñetas que reproduzco son todas de Romeu, en El País".

Sean felices, por favor, a pesar del gobierno. Tamaragua, amigos. HArendt






Romeu en El País, 18-09-09




"ESA GENTUZA", por Arturo Pérez-Reverte

Paso a menudo por la carrera de San Jerónimo, caminando por la acera opuesta a las Cortes, y a veces coincido con la salida de los diputados del Congreso. Hay coches oficiales con sus conductores y escoltas, periodistas dando los últimos canutazos junto a la verja, y un tropel de individuos de ambos sexos, encorbatados ellos y peripuestas ellas, saliendo del recinto con los aires que pueden ustedes imaginar. No identifico a casi ninguno, y apenas veo los telediarios; pero al pájaro se le conoce por la cagada. Van pavoneándose graves, importantes, seguros de su papel en los destinos de España, camino del coche o del restaurante donde seguirán trazando líneas maestras de la política nacional y periférica. No pocos salen arrogantes y sobrados como estrellas de la tele, con trajes a medida, zapatos caros y maneras afectadas de nuevos ricos. Oportunistas advenedizos que cada mañana se miran al espejo para comprobar que están despiertos y celebrar su buena suerte. Diputados, nada menos. Sin tener, algunos, el bachillerato. Ni haber trabajado en su vida. Desconociendo lo que es madrugar para fichar a las nueve de la mañana, o buscar curro fuera de la protección del partido político al que se afiliaron sabiamente desde jovencitos. Sin miedo a la cola del paro. Sin escrúpulos y sin vergüenza. Y en cada ocasión, cuando me cruzo con ese desfile insultante, con ese espectáculo de prepotencia absurda, experimento un intenso desagrado; un malestar íntimo, hecho de indignación y desprecio. No es un acto reflexivo, como digo. Sólo visceral. Desprovisto de razón. Un estallido de cólera interior. Las ganas de acercarme a cualquiera de ellos y ciscarme en su puta madre.

Sé que esto es excesivo. Que siempre hay justos en Sodoma. Gente honrada. Políticos decentes cuya existencia es necesaria. No digo que no. Pero hablo hoy de sentimientos, no de razones. De impulsos. Yo no elijo cómo me siento. Cómo me salta el automático. Algo debe de ocurrir, sin embargo, cuando a un ciudadano de 57 años y en uso correcto de sus facultades mentales, con la vida resuelta, cultura adecuada, inteligencia media y conocimiento amplio y razonable del mundo, se le sube la pólvora al campanario mientras asiste al desfile de los diputados españoles saliendo de las Cortes. Cuando la náusea y la cólera son tan intensas. Eso me preocupa, por supuesto. Sigo caminando carrera de San Jerónimo abajo, y me pregunto qué está pasando. Hasta qué punto los años, la vida que llevé en otro tiempo, los libros que he leído, el panorama actual, me hacen ver las cosas de modo tan siniestro. Tan agresivo y pesimista. Por qué creo ver sólo gentuza cuando los miro, pese a saber que entre ellos hay gente perfectamente honorable. Por qué, de admirar y respetar a quienes ocuparon esos mismos escaños hace veinte o treinta años, he pasado a despreciar de este modo a sus mediocres reyezuelos sucesores. Por qué unas cuantas docenas de analfabetos irresponsables y pagados de sí mismos, sin distinción de partido ni ideología, pueden amargarme en un instante, de este modo, la tarde, el día, el país y la vida.

Quizá porque los conozco, concluyo. No uno por uno, claro, sino a la tropa. La casta general. Los he visto durante años, aquí y afuera. Estuve en los bosques de cruces de madera, en los callejones sin salida a donde llevan sus irresponsabilidades, sus corruptelas, sus ambiciones. Su incultura atroz y su falta de escrúpulos. Conozco las consecuencias. Y sé cómo lo hacen ahora, adaptándose a su tiempo y su momento. Lo sabe cualquiera que se fije. Que lea y mire. Algún día, si tengo la cabeza lo bastante fría, les detallaré a ustedes cómo se lo montan. Cómo y dónde comen y a costa de quién. Cómo se reparten las dietas, los privilegios y los coches oficiales. Cómo organizan entre ellos, en comisiones y visitas institucionales que a nadie importan una mierda, descarados e inútiles viajes turísticos que pagan los contribuyentes. Cómo se han trajinado –ahí no hay discrepancias ideológicas– el privilegio de cobrar la máxima pensión pública de jubilación tras sólo 7 años en el escaño, frente a los 35 de trabajo honrado que necesita un ciudadano común. Cómo quienes llegan a ministros tendrán, al jubilarse, sólidas pensiones compatibles con cualquier trabajo público o privado, pensiones vitalicias cuando lleguen a la edad de jubilación forzosa, e indemnizaciones mensuales del 100% de su salario al cesar en el cargo, cobradas completas y sin hacer cola en ventanillas, desde el primer día.

De cualquier modo, por hoy es suficiente. Y se acaba la página. Tenía ganas de echar la pota, eso es todo. De desahogarme dándole a la tecla, y es lo que he hecho. Otro día seré más coherente. Más razonable y objetivo. Quizás. Ahora, por lo menos, mientras camino por la carrera de San Jerónimo, algunos sabrán lo que tengo en la cabeza cuando me cruzo con ellos.






Romeu en El País, 21-09-09




Blog "El Periscopio"
"TEST DE AGUDEZA MENTAL. BUSCA LAS DIFERENCIAS ENTRE LAS FORMAS POLÍTICAS DE ESTADOS UNIDOS Y ESPAÑA", por Rosa María Artal
11/09/2009


La política norteamericana está convulsionada por la osadía de Joe Wilson, Congresista de Carolina del Sur, que interrumpió el discurso del presidente Obama sobre la Reforma Sanitaria para gritar: “You lie¡” “¡Mientes!”. La salida de tono fue recibida con abucheos por la Cámara. Tanto demócratas como republicanos han recriminado a Wilson su actitud.

“Creo que deberíamos tratar al presidente con respeto y otra cosa que no sea eso no es apropiado”, ha declaro el líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell al New York Times. En la misma línea, el senador también republicano John McCain y rival de Obama en las elecciones presidenciales, ha calificado la actitud de Wilson como “totalmente irrespetuosa”.

El congresista Wilson ha enviado esta nota a la oficina del Presidente: “Esta tarde me he dejado llevar por las emociones cuando he escuchado las palabras del presidente sobre la cobertura de inmigrantes ilegales en la reforma sanitaria. Aunque estoy en desacuerdo con la declaración del presidente, mi comentario fue inapropiado y rechazable. Le presento mis sinceras disculpas al presidente por esta falta de civismo”.

Le han sido aceptadas las excusas aunque con esta reprobación: “ningún presidente ha sido tratado así jamás”. Aún así, Joe Wilson, podría ser sancionado.

Por si la memoria diaria de años no es suficiente, Fernando Berlín de Radioclable, se molestó en contar las interrupciones de una sesión de control de Zapatero en el Senado, enfrentado al portavoz popular Pío García Escudero acerca de ETA, pidiendo el diario de sesiones de la Cámara:

PP a Zapatero = 101

PSOE al PP = 6

Llamadas de atención del presidente del senado al PP = 29

Yo hice lo propio con los calificativos dedicados por Mariano Rajoy al Presidente del Gobierno, dentro y fuera del Congreso:

Acomplejado, agitador, ambiguo, antojadizo, aprendiz de brujo, bobo solemne, chisgarabís, cobarde, débil, frívolo, grotesco, hooligan, impreciso, imprudente, incapaz, inconsecuente, indigno, inestable, inexperto, insensato, insolvente, irresponsable, maniobrero, manipulador, mentiroso, oscuro, perdedor complacido, radical, rastrero, sectario, taimado, traidor, turbio, veleidoso y zafio.

¿Se puede llegar al mismo fin -el mejor servicio a la sociedad a la que representan- con tan diferentes maneras?

En el vídeo (minuto 1,21) es interesante observar el gesto sobrecogido y de enorme sorpresa de Joe Biden y el de su colega que materialmente se queda con la boca abierta, y el abucheo inmediato.




Romeu en El País, 22-09-09



Blog "El Anillo de Moebius"
"LA DEDICACIÓN POLÍTICA Y DOS PIEDRAS", por José Antonio Alemán
23/09/2009


Soria anunció recortes en los presupuestos de Sanidad y de Enseñanza. Noventa millones, a la una, cincuenta millones, a la dos y cuando esperaba yo que a la de tres le tocara, qué sé yo, a la guanchancha o a la tele autonómica, se calló. Hay gente indignada de que cargue la mano justo en esos dos capítulos esenciales. Y tienen razón aunque deberían concederle a Soria que obra de manera consecuente con su ideología ultraliberal. No iba a desaprovechar la oportunidad de darle una nueva vuelta de tuerca al proceso privatizador de la Sanidad y la Enseñanza, que, no nos engañemos, está en marcha. Salvo, claro, que Paulino jure por el honor que le queda que no es así. No es casual el paulatino deterioro de la Sanidad Pública y de la Enseñanza en los últimos ocho años y no iba a desaprovechar la oportunidad de volver a golpearla.


Los recortes sorianos tienen que ver, desde luego, con la crisis, pero también con un perverso sentido de las prioridades y no menos con la mala cabeza del Gobierno; en asuntos como el de Tebeto, por referirme al que está en el candelero y que lleva en su origen la marca de la factoría Soria, vía su hermanísimo Luis y demás familia. Pero Paulino, en lugar de mirar a quien se sienta a su derecha, avisa heroicamente que no pagará un duro; un euro, o sea. El síndrome del rompetechos, ya saben. Gallea de cara a la galería pero no actúa como presidente al tolerar las situaciones que le han ido creando Soria y los suyos; que lo tiene tan cogido por el bebe que obliga a Ruano a hacer el papelón de justificar lo injustificable.

Ha sido incapaz Paulino, por ejemplo, de acabar con el reinado en Turismo de Rita Martín. Que esta señora siga al frente de la más importante actividad económica de las islas dice de su impotencia y de cómo Soria impone en los cargos a ineptos e ineptas porque siempre estarán dispuestos a acatar sus órdenes sin rechistar. La obediencia al Jefe prima sobre la solvencia profesional y la sensatez política. El episodio ya olvidado del famoso reportaje de la revista ultra Época acerca de un supuesto Gal canario organizado por los psocialistas, puso de manifiesto la falta de escrúpulos sorianos en el uso de los fondos públicos, en este caso los manejados por Rita Martín, para sus intereses políticos personales. Fue una operación torpe en la que la consejera enseñó el plumero al repartir la revista antes incluso de su llegada a los quioscos. Ese día Paulino se dejó el honor en casa. Ya nadie se acuerda de lo de Época, a pesar de tratarse de una anécdota muy significativa de lo que hay y como se manejanestos sujetos con nuestros dineros.

Aunque no lo crean, la situación política es peor de la que describe López Aguilar. Hace unos días, el diputado psocialista Juan Ramón Rodríguez-Drincourt renunció a su escaño de diputado regional para volver a la Universidad. Dijo que se iba por razones personales y profesionales que resumió al confesarse “hastiado” del Parlamento. El ya ex diputado no figura entre los primeros espadas que están de fijo bajo los focos de los medios, por lo que su renuncia no ha dado que hablar. Sin embargo, cualquiera que haya advertido el envilecimiento del juego político y el desprestigio de la cámara parlamentaria entiende a qué “hastío” se refiere Drincourt. El alejamiento de la política de personas cualificadas que pueden dar de sí es fenómeno tan conocido como el de las mediocridades que llenan sus huecos, así que no debe extrañar a nadie la escasa calidad de los mandarines que padecemos y que va a más.
Esto no ocurre sólo con los cargos representativos sino también con profesionales llamados por cargos electos para gestionar áreas de su especialidad. La mayoría rechaza las ofertas y los temerarios que las aceptan entran pronto en el trance de mandarse a mudar, arrepentidos.
Pongo por caso la situación creada por Luzardo a Sebastián Sansó, gerente de Guaguas Municipales, a quien acusó de reunirse con supuestos compradores del 49% de la empresa; para venderle, supongo, “secretos”.

Informaron a la ex alcaldesa unas amigas que estaban en la mesa de al lado de los reunidos y “lo oimos todito, Pepa”. Ni siquiera aprendió Luzardo en la alcaldía que los chanchullos suelen acordarse en despachos, a ser posible insonorizados y con puerta falsa para entrar y salir. Sansó se ha querellado con la ex alcaldesa porque no ha rectificado su “noticia” probadamente falsa. No me extrañaría que Sansó se esté pensando qué rayos se le ha perdido trabajando para una empresa pública y tener que soportar las tarascadas de la politiquería barriobajera al uso.

De seguir así, acabarán dedicándose a la política y a las empresas públicas los que no sirvan para otra cosa y los que no logren levantar cabeza profesional en el ejercicio privado. Que es lo que ya ocurre.





Romeu en El País, 24-09-09





Entrada núm. 1742
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