La noción de brevedad ronda siempre las consideraciones sobre la minificción de los minirrelatos. Aunque la brevedad no sea, ni con mucho, el único rasgo que es necesario observar en estas brillantes construcciones verbales, resulta lógico que para el lector común, e inclusive en cierta medida para el escritor, resalte de manera especial.
Fue, en efecto, la primera característica que llamó la atención de lectores y críticos de esta forma literaria: la que primero produjo desconcierto y, a partir de allí, admiración. Ocurre, sin embargo, que tal noción es eminentemente subjetiva. Se puede considerar breve un relato de ocho o diez páginas, pero también lo será uno de un par de páginas, e igualmente, y con mayor razón, algún texto de extensión aún menor, que podremos describir en función de un determinado número máximo de líneas o de palabras, y no de páginas ni de párrafos.
Pesan en este sentido la tradición de una literatura, y también la implícita comparación -casi instintiva, casi subconsciente- que formulamos con otros textos que conocemos, o bien con lo que se considera cuento o relato en nuestra propia literatura o en una distinta de ella. ¿Habremos de aceptar una categoría nueva, la del microrrelato brevísimo o hiperbreve, aunque el nombre resulte redundante? ¿O bien entenderemos que hay casos en que el escritor extrema alguna de las características que también tienen otros textos de este tipo, y ese hecho es percibido por el lector como un factor de diferenciación?
Continúo hoy la serie de píldoras literarias con el minirrelato titulado La oveja negra, de Augusto Monterroso (1921-2003), escritor hondureño, nacionalizado guatemalteco, conocido por sus relatos breves. Narrador y ensayista, sus obras son un conjunto de incisivas narraciones donde destacan los rasgos fundamentales de su narrativa: una prosa concisa, breve, aparentemente sencilla que sin embargo está llena de referencias cultas, así como un magistral manejo de la parodia, la caricatura, y el humor negro. Considerado como uno de los maestros de la minificción, aborda temáticas complejas y fascinantes con una provocadora visión del mundo. Su composición "Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí", es considerada como el microrrelato más breve y famoso de la literatura universal. En 2000 le fue concedido el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Les dejo con su relato.
LA OVEJA NEGRA
por
Augusto Monterroso
En un lejano país existió hace muchos años una Oveja negra.
Fue fusilada. Un siglo después, el rebaño arrepentido le
levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque.
Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras
eran rápidamente pasadas por las armas para que
las futuras generaciones de ovejas comunes
y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.
Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt
Entrada núm. 4498
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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)
Estoy cansado de que me habléis del bien y la justicia; por favor, enseñadme, de una vez para siempre, a realizarlos (G.W.F. Hegel)