El rapto de Europa (1908), de Felix Valloton (Kunstmseum, Berna)
La cuenta atrás ha empezado, anuncia a los europeos el presidente del Parlamento de la Unión, Antonio Tajani, apelando a la movilización de los ciudadanos. Faltan 100 días para las elecciones europeas, un acontecimiento crucial en la historia de la Unión. Es el momento de hacer oír nuestras voces, yendo a las urnas del 23 al 26 de mayo. Ahora, más que nunca, la participación de los ciudadanos, la suya, es esencial, señala en un artículo publicado en todos los grandes diarios europeos.
El Parlamento Europeo es la única institución europea directamente elegida, y representa los intereses de los 435 millones de ciudadanos de la Unión. Por eso, dice Tajani, necesitamos un Parlamento fuerte, que esté legitimado por un amplio voto popular y pueda así crear una Europa más eficaz.
La UE es mucho más que un mercado o una moneda común: es un proyecto basado en los valores que compartimos, principalmente la libertad y la dignidad de las personas. Gracias a estos valores, Europa ha vivido 70 años de libertad, democracia, paz y prosperidad.
La crisis económica, el desempleo, el Brexit, los flujos migratorios, el terrorismo y la inestabilidad en nuestras fronteras han puesto de relieve las debilidades de la construcción europea, pero destruir lo que hemos construido juntos sería un grave error.
Muchos ciudadanos británicos se están dando cuenta de que han sido víctimas de la propaganda y las noticias falsas, y que la salida de la UE traerá consigo daños irreparables para su país, especialmente si se llega a un acuerdo del Brexit.
Creo que la Unión debe cambiar profundamente, para ser más democrática y para proteger mejor a nuestros ciudadanos. Pero ¿qué hace falta para que Europa nos vuelva a hacer soñar? Los ciudadanos europeos quieren que sean los representantes que ellos han votado, y no los funcionarios, quienes decidan sobre su futuro.
Quieren un Parlamento con poderes plenos y capacidad para proponer leyes, como todas las demás asambleas del mundo. Quieren, además, que el Parlamento esté al mismo nivel que los representantes de los Gobiernos de los Estados miembros, también en temas cruciales como los impuestos o la política exterior.
Los europeos piden una Unión centrada en los temas que de verdad importan a la ciudadanía: la inversión para crear empleo, la estabilidad y la paz con una verdadera política exterior de defensa y seguridad, la gestión de los flujos migratorios, la protección del medio ambiente y la defensa de los intereses europeos en el mundo global en el que vivimos.
La Unión Económica y Monetaria (UEM) europea ha de ser reformada para proteger, en la misma medida, a inversores y consumidores, y asegurar que el sistema es capaz de responder a las futuras crisis económicas y financieras que puedan poner en riesgo nuestras empresas y nuestra calidad de vida. Estas reformas no pueden ser superficiales, sino que deben dotar al sistema de poder real, presupuesto suficiente y de una vigilancia democrática de las instituciones que controlan nuestra economía.
Además, es necesario reforzar nuestro apoyo a la economía real, garantizando a nuestros emprendedores que puedan invertir en un mercado europeo libre de competencias desleales.
Las plataformas digitales no pueden estar por encima de la ley. Como el resto de las empresas, deben comportarse de manera responsable: pagar impuestos, garantizar la transparencia y salvaguardar la privacidad y la seguridad, además de proteger a los menores, consumidores y la propiedad intelectual.
También necesitamos un presupuesto de la UE más político, capaz de reflejar las prioridades de los ciudadanos. Para el período 2021-2027, el Parlamento ha pedido más recursos para afrontar los actuales desafíos. El nuevo presupuesto equivale al 1,3% del PIB de la UE y se financiará con un sistema de recursos propios a nivel europeo, sin reducir los fondos destinados a los ciudadanos en cada Estado miembro.
Los desafíos que Europa tendrá que afrontar necesitan una respuesta política valiente, que deje a la burocracia en un segundo plano. El Parlamento Europeo debe ser el corazón y el cerebro de este cambio.
Los ciudadanos solo se sentirán plenamente representados por la Unión Europea si esta es capaz de dar respuestas efectivas a sus preocupaciones. Por eso, necesitamos un Parlamento fuerte, votado y apoyado por millones de ciudadanos.
Se acerca un momento clave para Europa. Me gustaría ver un debate abierto y constructivo sobre el futuro de Europa en todos los Estados miembros en el tiempo que resta hasta las elecciones de mayo. A 100 días de la votación, hago un llamamiento a que vayan a votar. Voten a quien quieran, pero vayan a las urnas y elijan. Están en juego su futuro y el del proyecto europeo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario