El blog de HArendt - Pensar para comprender, comprender para actuar - Primera etapa: 2006-2008 # Segunda etapa: 2008-2020 # Tercera etapa: 2022-2025
sábado, 11 de enero de 2025
viernes, 10 de enero de 2025
De las entradas del blog de hoy viernes, 10 de enero de 2025
De la esperanza como excusa inservible
En casi todas las intervenciones públicas oigo peticiones de esperanza. Y el fenómeno parece crecer con cada año que pasa. Hay que dejar un mensaje de esperanza, me dicen. ¿Cómo puedo tener esperanza?, me preguntan. Lo importante es no perder la esperanza, me aseguran. La esperanza, en la aceleración del colapso del clima y de la biodiversidad, se está convirtiendo en lo que era la felicidad hace años: un objeto de consumo, una mercancía. Lo dice en el El País [La esperanza no nos salvará, 08/01/2025] la escritora Eliane Brum.
Hemos entrado en una fase en la que cada año es el más caluroso de la historia, tiene la peor sequía y también la mayor inundación ya registrada, el mayor número de fenómenos climáticos extremos. Hace más de un año que la temperatura media del planeta ha aumentado 1,5 grados centígrados en comparación con los niveles preindustriales y, en lugar de avanzar en las acciones y negociaciones por el clima y la biodiversidad, vemos que las grandes corporaciones aumentan la producción de combustibles fósiles y disminuyen los proyectos de reducción de daños. Algunas porque temen obtener menos beneficios en un contexto político en el que la extrema derecha se afana en convertir en parias a las personas y empresas con conciencia climática.
Para colmo, Donald Trump asumirá el poder en Estados Unidos (todavía) cogido de la mano de Elon Musk para hacer un gobierno abiertamente para los superricos, Vladimir Putin está expandiendo su guerra en Ucrania y la población mundial ha normalizado la masacre de niños y adultos palestinos por parte de Israel, como si fuera posible normalizar gente muriendo diariamente, carne quemada, tiroteada, explosionada ante nuestra inacción. Hay que decirlo: todo apunta a que 2025 será peor. Y el tema de la esperanza es irrelevante.
No tengo nada en contra de la esperanza, que quede claro. Creo incluso que es bonita. Pero en este contexto no podemos permitirnos el lujo de depender de la esperanza para luchar por la vida, como si fuéramos adultos infantilizados: si me das esperanza, me moveré contra quienes están acabando con nuestra existencia en la casa-planeta; si no lo haces, me sentaré a esperar que un milagro nos salve de la próxima inundación.
Tanto hablar de la inteligencia artificial, pero nosotros parecemos, cada vez más, humanos deshabitados. Como dijo la consultora Ana Biglione en su mensaje de Año Nuevo: “el año que llega no se abre automáticamente con felicidad y, menos aún, con nuevos comienzos; la mayoría seguimos firmes y enfermos, comiéndonos el mundo en una cadena de comida rápida cualquiera”.
Viviendo en la selva amazónica, presencio día tras día que todo lo que está vivo lucha por vivir, que la vida es una fuerza que genera la propia vida. Me imagino a las crías de tortuga, que rompen el cascarón a más de medio metro bajo de la arena, que tienen que cavar con sus patitas para llegar a la superficie y lanzarse después a un río poblado de feroces peligros, exigiendo esperanza para empezar a moverse bajo la arena. Al separarnos de la naturaleza, que convertimos en mercancía, perdemos la mayor potencia, que es la de la vida misma. Es esa la que impulsa la alegría y la imaginación, la presencia y la atención.
Mi deseo para el 2025 es que esta masa de humanos automatizados, enfermos y deshabitados vuelva a entenderse como naturaleza, se rebele y quiera vivir. Y que entonces luche colectivamente, porque la vida es juntos. Aunque esté parcialmente aniquilada, silenciada, domesticada, conformada, la potencia puede desatarse desde nuestro interior. Quien está vivo quiere vivir. Y eso es todo lo que tenemos que querer.
[ARCHIVO DEL BLOG] El ego de los políticos. Publicado el 28/04/2017
Creo que a estas alturas de la película casi todos sabemos de qué pie cojean los políticos: el ego ciega sus ojos, dice de ellos el profesor Manuel Cruz, catedrático de Filosofía Contemporánea en la Universidad de Barcelona, supongo que con conocimiento de causa al ser él mismo diputado y portavoz del PSOE en la Comisión de Educación del Congreso de los Diputados. El hemiciclo del Congreso de los Diputados, dice, se ha convertido en el plató de ‘performances’ diseñadas para los espectadores de televisión. Su obsesión por el tono épico, añade con sorna, corre el riesgo de desembocar en un esteticismo inane.
Del poema de cada día. Hoy, Y heme aquí, de Rosario Guarino
Y HEME AQUÍ
otra vez
zarandeada,
condolida,
maltrecha,
y sin aliento apenas
pero
con la sensación,
irrenunciable,
de que mis sueños
permanecen intactos,
incólumes
bajo la coraza
de una determinación ciega:
La de intentarlo
siempre
aun cuando siempre no exista
o, quizá, precisamente por eso.
Rosario Guarino (1968), poetisa española
jueves, 9 de enero de 2025
De las entradas del blog de hoy jueves, 9 de enero de 2025
Hola, buenos días de nuevo a todos y feliz jueves, 9 de enero de 2025. Las migraciones constituyen hoy la principal fuente singular de conflicto político en todas las democracias avanzadas, se comenta en la primera de las entradas del blog de hoy, y en ese sentido, podría decirse que Canarias ha sido abandonada a su suerte por el resto de España. La segunda es un archivo del blog de noviembre de 2016 en el que HArendt homenajeaba al que fuera su profesor en la UNED, don Emilio Lledó, y repasaba sus vivencias como universitario. La tercera del día es un hermoso poema que comienza con estos versos: Si he de morir, ¿por qué/la vida aún deslumbra/mis ojos? Y la cuarta, como siempre, son las viñetas de humor del día. Espero que todas ellas les resulten de interés. Ahora, como decía Sócrates, nos vamos, y nos vemos de nuevo mañana si la diosa Fortuna lo permite. Sean felices, por favor, aun contra todo pronóstico. Tamaragua, amigos míos. HArendt
Canarias, abandonada a su suerte
Las migraciones constituyen hoy la principal fuente singular de conflicto político en todas las democracias avanzadas, y ese sentido, dice en El Pais [Canarias y las vergüenzas del Estado autonómico] el politólogo Fernando Vallespín que Canarias ha sido abandonada a su suerte por el resto de España. Puede parecer una afirmación un tanto categórica y simplificadora, pero por lo pronto es la cuestión que mejor explica el éxito electoral de los partidos nacionalpopulistas. Su correlativa capacidad para distorsionar el juego político está fuera de toda duda; no hay manera sencilla de encontrarle acomodo ni en la teoría ni en la práctica. Por un lado, porque incide directamente sobre nuestro cuerpo sustantivo de principios y valores ―los seres humanos no son una mercancía a la que podamos desplazar o desprendernos de ella sin más―. Por otro, porque solo puede ofrecérsele una solución, siempre provisional, buscando acuerdos a nivel europeo o actuando sobre los países emisores a través de la mejora de sus condiciones de vida. Con el inconveniente, además, de que la necesitamos (por razones económicas y demográficas) tanto como la tememos, con lo cual nos adentra en el siempre peligroso síndrome del ni contigo ni sin ti, el mejor inhibidor de las decisiones políticas sensatas.
Esto viene a cuento de la situación de Canarias ―pronto lo será también la de Baleares―, que va transformándose cada vez más en un escándalo político. Sobre todo, porque no es algo que haya surgido de repente, ya estábamos avisados. Y sin embargo, sigue sin haber un mecanismo semiautomático de reubicación de los altos contingentes de llegadas en el resto del territorio español. Estamos ante una verdadera crisis humanitaria ―no se puede mantener estabuladas a decenas de miles de personas―, que es también una crisis política, de eficiencia de nuestro sistema político. Si el Estado-nación es incapaz de responder con eficacia a las llamadas de solidaridad de una de sus partes es porque su arquitectura territorial está gripada. En este caso, el Estado autonómico vuelve a mostrar una de sus peores facetas, su descarada utilización como resorte para impedir una acción política concertada. Ya lo vimos en la dana de Valencia, ahora lo experimentamos sobre las espaldas canarias.
El recurso al politiqueo como justificación de esta pasividad es el más triste y cobarde de todos. La multiplicidad de vetos cruzados, Vox sobre el PP en las Comunidades en las que este gobierna, o la actitud de Junts, presionado en esta cuestión por su temor a perder pie en la cuestión migratoria a favor de Alianza Catalana, han venido impidiendo hasta ahora el llegar a una solución de conjunto. Parece haberse alcanzado un acuerdo, al menos, para reubicar a 4.000 menores, pero el proyecto gubernamental de reforma integral de la ley de extranjería, que permitiría aplicar un mecanismo de solidaridad automático, sigue contando con el veto del partido de Puigdemont. Ignoro cuál será la posición del PP al respecto. Podría desbloquear la futura reforma, pero parece perseverar, como algunos líderes autonómicos del mismo partido, en no facilitar las cosas al Gobierno y de paso no entrar en rumbo de colisión con un Vox crecido por los éxitos populistas en otros lugares.
España está comprometida por el Pacto de Inmigración y Asilo, no podrá desviarse en exceso de sus postulados. Pero de lo que estamos hablando aquí no es sobre cuál deba ser la política migratoria general, aunque no nos vendría mal hincarle el diente dentro de un debate público sensato; de lo que se trata es de establecer mecanismos de solidaridad con los más afectados, como por otra parte hace la propia UE. Tiene narices que lo que es posible en Europa, asegurar un reparto mínimo de la carga entre los Estados miembros, encuentre tantas resistencias en nuestro propio país.
[ARCHIVO DEL BLOG] Deuda de gratitud. Publicado el 09/11/2016
El pasado día 5 el profesor Emilio Lledó, ilustre filólogo, filósofo, humanista, académico de la Real Academia Española, y profesor de innumerables generaciones de alumnos, cumplió 89 años de edad. Esta entrada de hoy está dedicada a él. En unas semanas hará once años que me llegó la hora de mi jubilación laboral, y fue ese el momento en que decidí abandonar también definitivamente toda veleidad académica, si es que se puede llamar así a más de treinta años de vida universitaria. Una exasperante relación de amor-odio, aunque al final prevalezca nítidamente lo primero, con la Escuela Social, la Escuela Normal Superior de Magisterio, la Escuela Central de Idiomas, el Instituto "Balmés" de Sociología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la New York University y la Universidad Nacional de Educación a Distancia. De esta última, de la UNED, fui, como vulgarmente se dice, cocinero y fraile, pues, aunque siempre como alumno, tuve el inmenso honor de formar parte de varios Consejos de Departamento, Juntas de Facultad, e incluso, de su Claustro Constituyente, de la Junta de Gobierno y del Consejo Social de la misma, y de presidir el Consejo General de Alumnos de la Universidad, lo que me permitió el placer y el privilegio de conocer y tratar a ilustres profesores, muchos ya por desgracia desaparecidos o jubilados de su vida académica.
Del poema de cada día. Hoy, Canto de la vida breve, de José Luis Zerón
CANTO DE LA VIDA BREVE
José Luis Zerón (1965), poeta español