domingo, 30 de noviembre de 2008

Fernando Pastor

"Todo esto algún día acabará, aunque tengamos que ir al Tribunal Constitucional y hasta al Tribunal de Estrasburgo, si es necesario, para que no se salgan con la suya quienes se sienten el ombligo del mundo sin ninguna razón, y piensan que lo suyo va a misa y que los demás somos basura. Los que estamos metidos en esto somos ciudadanos, no feligreses, que no hay que serlo para disfrutar de los derechos". Lo dice con decisión, amargura y sin ira, Fernando Pastor, el profesor vallisoletano que ha conseguido por vez primera en España que un tribunal considere que la presencia de símbolos religiosos en un colegio público atenta contra los valores de la Constitución y los derechos fundamentales de los españoles. Es todo un logro, no un éxito, porque ésta no es una guerra contra nadie. Lo curioso es que los que insultan, amenazan y ofenden son los hipotéticos defensores y seguidores del hombre que hizo de la caridad, el respeto y el amor al prójimo la razón de su existencia. ¿Dónde quedan las enseñanzas de aquel al que llaman Maestro?: "Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no sereis juzgados, no condenéis y no sereis condenados; perdonad y sereis perdonados" (Luc. 6, 36-37. Biblia de Jerusalén, Desclée de Brouwer, Bilbao, 1998)... Les dejo la entrevista que el corresponsal de El País en Valladolid, Francisco Cantalapiedra, hace al profesor Pastor en el diario de hoy. Sean felices. Tamaragua. (HArendt)





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El profesor Fernando Pastor




"Ahora insultan a mi hija en clase. No sé si aguantaré"

Este hombre menudo, enjuto, tímido, con gafas de miope y pinta de no haber roto un plato en su vida ha sido capaz de desatar en pocas horas todas las furias y pasiones imaginables después de que un juzgado declarara que mantener el crucifijo en una escuela pública vulnera los derechos fundamentales reconocidos por la Constitución. Tanto él como el colegio que ha recibido esta sentencia han saltado de repente a una fama que, muy probablemente, no beneficia a ninguno de los dos. Pero, lo quieran o no, los jueces de lo Contencioso han unido para siempre los nombres de Fernando Pastor y Macías Picavea.

El primero era hasta la semana pasada un anónimo profesor de Contabilidad y portavoz de la Asociación Cultural Escuela Laica de Valladolid. El segundo, uno de los colegios públicos más antiguos de la ciudad, bautizado con el nombre de un republicano progresista que fue profesor de latín de varias generaciones de estudiantes.

Todo comenzó en septiembre de 2005, cuando Fernando Pastor Valdeolmillo (Palencia, 1961) acompañó al colegio a su hija, que entonces tenía 6 años, y al entrar en clase observó que por encima del encerado un crucifijo presidía el aula. En otras clases se repetía el escenario. A partir de ese momento, la asociación cultural inició un proceso administrativo, primero, y judicial, después, que ha durado más de tres años para descolgar de las paredes los crucifijos de las aulas de primaria. Seguramente continuarán en su sitio hasta que se resuelva el recurso que el Gobierno de Castilla y León (del PP) anunció el pasado jueves, para decepción de quienes esperaban el final y alegría de los que se oponen a que tal cosa suceda.

La entrevista se desarrolla en el más que austero despacho de Fernando Pastor, entre llamada y llamada de medios informativos que quieren conocer su opinión sobre el recurso que está anunciando en ese momento el portavoz del Gobierno regional. Filosofa sobre la diferencia entre el crucifijo que cuelga de la pared en una escuela pública y el que preside "la mesa en la que juran o prometen su cargo los ministros y el presidente del Gobierno". Pastor, que contesta pacientemente a todo el que llama, recuerda la razón principal por la que decidió llevar a su hija al Macías Picavea: "Es el centro público que está más cerca de mi casa". Y repite la palabra "público", porque hay otros que no lo son "y están más próximos todavía".

Pregunta. Parece usted desbordado.

Respuesta. Lo estoy. No me esperaba tantas reacciones y la repercusión que ha merecido la sentencia tanto dentro como fuera de España.

P. ¿Quién está detrás de la asociación en la que milita?

R. Al principio éramos solo profesores o padres de alumnos, aunque luego llegaron otras personas al margen de esos grupos. Pero el ideario es común para todos aquellos que están a favor del laicismo, de la igualdad y el pluralismo. Es toda esa gente que lucha porque nadie se imponga a nadie.

P. ¿Tanto le sorprendió encontrar un crucifijo en ese colegio?

R. Lo que me causó estupor no fue que estuviera clavado en una pared, sino que presidiera una actividad educativa impartida en un colegio público, y por tanto no confesional. Me pareció una situación impropia que posiblemente estaba vulnerando la Constitución.

P. Peticiones, negativas, recursos, juicios y al final, de momento, una victoria sonada. ¿Cómo se siente escuchando al consejero portavoz la decisión de recurrir la sentencia?

R. Tengo sensaciones contradictorias, que van desde la alegría por el resultado hasta el cansancio que me ha provocado todo este proceso y el coste que está teniendo, que se acrecienta cuando la Junta de Castilla y León hace ese anuncio. Soy un ingenuo, porque pensaba que por el mero hecho de no haber lanzando improperios a nadie durante todo este proceso, tampoco los iba a recibir. Y no está siendo así.

P. ¿Quién se los lanza?

R. Otros padres de alumnos embarcados en una campaña de acoso verbal alentada por la dirección del colegio, que empieza a tener consecuencias sobre mi hija. Y ahora, sus compañeros la insultan en clase.

(Sin perder la calma ni un instante, Fernando Pastor oculta a duras penas las lágrimas cuando recuerda la presión que otros niños hacen sobre su hija a quien reprochan quedarse sin fiestas de Reyes, Navidad o Semana Santa por culpa de su padre).

P. ¿Qué le cuenta la niña sobre el ambiente que se ha creado en el colegio?

R. Cosas que me duelen mucho más que a ella, como por ejemplo que por culpa de su padre no habrá fiestas navideñas o que un niño se pone a cantar delante de ella: "Crucifijos sí, gilipollas, no". Cuando lo cuenta, su madre y yo tratamos de explicarle cómo son las cosas, aunque no sé si aguantaré mucho más esta presión. Si al menos la ejercieran solamente contra mí, sería todo más llevadero.

P. ¿Se arrepiente de haber iniciado todo esto?

R. No, para nada. Entre otras razones porque noto el apoyo de mucha gente, incluso de creencias católicas, que nos animan a seguir hasta donde sea necesario. Pero los apoyos no evitan que algunos estemos pasando unos días muy duros. Fíjese, he tenido hasta que soportar que digan que mi hija salía vestida de virgencita en la representación teatral de las fiestas del colegio del año pasado, cosa que es mentira, y aunque fuera verdad sería irrelevante. No debería ser necesario explicar que el mendigo que sale en la cabalgata no es mendigo, ni el rey es rey en su vida privada. Me conformo con que todo esto que estamos haciendo sirva para que otras personas no tengan que pasar este calvario.

P. ¿No teme que el calvario se prolongue ahora que la Junta ha anunciado que recurrirá la sentencia?

R. Yo dije que si la Junta de Castilla y León lo hacía me parecería una indecencia, y lo ha hecho; pero todo esto algún día acabará, aunque tengamos que ir al Tribunal Constitucional y hasta al Tribunal de Estrasburgo, si es necesario, para que no se salgan con la suya quienes se sienten el ombligo del mundo sin ninguna razón, y piensan que lo suyo va a misa y que los demás somos basura. Los que estamos metidos en esto somos ciudadanos, no feligreses, que no hay que serlo para disfrutar de los derechos. (Francisco Cantalapiedra, El País, Valladolid. 30/11/08)





miércoles, 26 de noviembre de 2008

Obispos: Paz, Perdón, Verdad

Sin comentarios. Les dejo con el artículo de hoy en El País del profesor Julián Casanova, catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Zaragoza ("La Iglesia y la represión franquista"), y con las viñetas de Romeu y Peridis en el mismo número del diario citado. No se hasta que punto mezclar humor con denuncia sea una feliz iniciativa por mi parte. En todo caso, lo hago sin mayor acrimonia... Sean felices. Tamaragua. (HArendt)





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Romeu (El País, 26/11/08)




"La Iglesia y la represión franquista", por Julián Casanova

La tragedia de las víctimas de la Guerra Civil y de la dictadura de Franco se ha convertido en las últimas semanas en el eje de un debate social, político y judicial. Con ese recuerdo, ha revivido de nuevo ante nosotros el pasado más oculto y reprimido. Algunos se enteran ahora con estupor de acontecimientos que los historiadores ya habían documentado. Otros, casi siempre los que menos saben o a los que más incomodidad les produce esos relatos, dicen estar cansados de tanta historia y memoria de guerra y dictadura. Es un pasado que vuelve con diferentes significados, lo actualizan los herederos de las víctimas y de sus verdugos. Y como opinar es libre y la ignorancia no ocupa lugar, muchos han acudido a las deformaciones para hacer frente a la barbarie que se despliega ante sus ojos.

En realidad, por mucho que se quiera culpabilizar a la República o repartir crueldades de la Guerra Civil, el conflicto entre las diferentes memorias, representaciones y olvidos no viene de ahí, de los violentos años treinta, un mito explicativo que puede desmontarse, sino de la trivialización que se hace de la dictadura de Franco, uno de los regímenes más criminales y a la vez más bendecidos que ha conocido la historia del siglo XX.

Lo que hizo la Iglesia católica en ese pasado y lo que dice sobre él en el presente refleja perfectamente esa tensión entre la historia y el falseamiento de los hechos. "La sangre de los mártires es el mejor antídoto contra la anemia de la fe", declaró hace apenas un mes Juan Antonio Martínez Camino, secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal, en el fragor del debate sobre las diligencias abiertas por el juez Garzón acerca de la represión franquista. "A veces es necesario saber olvidar", afirma ahora Antonio María Rouco. Es decir, a la Iglesia católica le gusta recordar lo mucho que perdió y sufrió durante la República y la Guerra Civil, pero si se trata de informar e investigar sobre los otros muertos, sobre la otra violencia, aquella que el clero no dudó en bendecir y legitimar, entonces se están abriendo "viejas heridas" y ya se sabe quiénes son los responsables.

Franco y la Iglesia ganaron juntos la guerra y juntos gestionaron la paz, una paz a su gusto, con las fuerzas represivas del Estado dando fuerte a los cautivos y desarmados rojos, mientras los obispos y clérigos supervisaban los valores morales y educaban a las masas en los principios del dogma católico. Hubo en esos largos años tragedia y comedia. La tragedia de decenas de miles de españoles fusilados, presos, humillados. Y la comedia del clero paseando a Franco bajo palio y dejando para la posteridad un rosario interminable de loas y adhesiones incondicionales a su dictadura.

Lo que hemos documentado varios historiadores en los últimos años va más allá del análisis del intercambio de favores y beneficios entre la Iglesia y la dictadura de Franco y prueba la implicación de la Iglesia católica -jerarquía, clero y católicos de a pie- en la violencia de los vencedores sobre los vencidos. Ahí estuvieron siempre en primera línea, en los años más duros y sangrientos, hasta que las cosas comenzaron a cambiar en la década de los sesenta, para proporcionar el cuerpo doctrinal y legitimador a la masacre, para ayudar a la gente a llevar mejor las penas, para controlar la educación, para perpetuar la miseria de todos esos pobres rojos y ateos que se habían atrevido a desafiar el orden social y abandonar la religión.

La maquinaria legal represiva franquista, activada con la Ley de Responsabilidades Políticas de febrero de 1939 y la Causa General de abril de 1940, convirtió a los curas en investigadores del pasado ideológico y político de los ciudadanos, en colaboradores del aparato judicial. Con sus informes, aprobaron el exterminio legal organizado por los vencedores en la posguerra y se involucraron hasta la médula en la red de sentimientos de venganza, envidias, odios y enemistades que envolvían la vida cotidiana de la sociedad española.

La Iglesia no quiso saber nada de las palizas, tortura y muerte en las cárceles franquistas. Los capellanes de prisiones, un cuerpo que había sido disuelto por la República y reestablecido por Franco, impusieron la moral católica, obediencia y sumisión a los condenados a muerte o a largos años de reclusión. Fueron poderosos dentro y fuera de las cárceles. El poder que les daba la ley, la sotana y la capacidad de decidir, con criterios religiosos, quiénes debían purgar sus pecados y vivir de rodillas.

Todas esas historias, las de los asesinados y desaparecidos, las de las mujeres presas, las de sus niños arrebatados antes de ser fusiladas, robados o ingresados bajo tutela en centros de asistencia y escuelas religiosas, reaparecen ahora con los autos del juez Garzón, después de haber sido descubiertas e investigadas desde hace años por historiadores y periodistas. Quienes las sufrieron merecen una reparación y la sociedad democrática española debe enfrentarse a ese pasado, como han hecho en otros países. La Iglesia podría ponerse al frente de esa exigencia de reparación y de justicia retributiva. Si no, las voces del pasado siempre le recordarán su papel de verdugo. Aunque ella sólo quiera recordar a sus mártires. (El País, 26/11/08)





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Peridis (El País, 26/11/08)





martes, 25 de noviembre de 2008

Escuchar a los filósfos

Siempre he dicho que a los filósofos hay que escucharlos con atención: para elogiarlos o detestarlos; nunca para ignorarlos. Son una raza especial. Y a veces, hasta atinan. Pienso que Eugenio Trías lo hace, atinar, en su análisis sobre la personalidad y las esperanzas que medio mundo ha puesto en la presidencia de Barack Obama. Lo hace en un soberbio artículo en el diario ABC, al que llego de rebote, pues no es periódico que levante mi admiración, pero al que reconozco la solvencia de contar con una pléyade de colaboradores de primera magnitud. Y además, era el diario preferido de mi padre. Se títula su artículo "Donde arrecia el peligro". Y es magnífico. Disfrútenlo. Y sean felices, aunque cueste... Tamaragua. (HArendt)





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El presidente electo, Barack Obama





"Donde arrecia el peligro", por Eugenio Trías

1. La naturaleza escribe en caracteres matemáticos (Galileo). El mundo humano en jeroglíficos que parecen indescifrables. Alguien, de pronto, consigue dar con la clave de la piedra de Rosetta del Zeitgeist (espíritu del tiempo). Eso sucede rara vez, pero sucede. A ese personaje le llamaba Hegel individuo universal.

La historia no se mueve únicamente por ciegas fuerzas colectivas, como algunos pretenden. También las personas son actores responsables, capaces de modificar el relato histórico. Pocos filósofos ha habido con mayor atención y sensibilidad para todo lo singular como este filósofo alemán tan difamado y mal comprendido en ambientes neoliberales.
Hegel se refiere a Julio César, capaz de tener intuición de la forma imperial adecuada a las grandes conquistas romanas (militares y jurídicas). Pensaba sobre todo en su contemporáneo Napoleón, que tuvo la intuición de que los logros de la revolución francesa debían imponerse en toda Europa.

Hegel no tuvo ocasión ni circunstancia de reflexionar sobre el doble siniestro de su individuo universal. Si éste es, para decirlo en forma platónica, el verdadero pretendiente a la materialización de la Idea, el otro constituye su sombra deformada. Así, en los desdichados años treinta del pasado siglo, Stalin y Hitler. En lugar de intuir las coordenadas del nuevo mundo que se abre camino después del gran derrumbe económico-social de 1929, lo interpretan de forma particular (e imponen de modo atroz esa parcialidad afirmada): la raza aria, la clase proletaria.

El verdadero individuo universal capaz de comprender esa convulsión y crisis y de darle la medicina adecuada fue Roosevelt. Él fue el descifrador del idioma jeroglífico de su mundo y de su época. Esa intuición admitió refundaciones, como la de John F. Kennedy. Mostró la vitalidad de un estado-nación con voluntad imperial. Pero con fuerzas centrípetas en su seno que le podían sumir en un aislamiento auto-destructivo.

La experiencia del «cuerpo despedazado» (Jacques Lacan) la vivió Norteamérica el día del derribo de las torres gemelas. Coincidió con un país dividido y un presidente de escasas luces. En lugar de mantener la cabeza fría se lanzó a ciegas a guerras de venganza y destrucción. Las desigualdades sociales se agudizaron. Las clases medias se volvieron frágiles. El paradigma neoliberal se extremó hasta el paroxismo.

El dogma de un mercado que se regula por sí mismo, la fábula de Mandeville, la teoría de la mano invisible, esas ironías anglosajonas que pretendían adelgazar el estado para los negocios y engrosarlo en los despliegues militares, alcanzó en estos últimos ocho años su forma extremada. En su voluntad y porfía por actuar sin ningún control Norteamérica experimentó declive en su hegemonía imperial.

La historia es más irónica que las teorías neoliberales. La historia se rige, según Hegel, discípulo aventajado de Adam Smith, por la astucia de la razón: hace del vicio privado -la ambición- el anzuelo para la materialización de la Idea que informe al espíritu del tiempo.

2. Barack H. Obama ha sabido descifrar el código genético de nuestro tiempo, su piedra de Rosetta. Nadie hasta él había conseguido hacerlo con una maestría tan deslumbrante. Cuanto más se conocen los detalles del equipo que supo «leer por dentro» (intus-legere) las posibilidades que el gran hallazgo tecnológico de la era global encerraba, la Red, mayor asombro produce su extraordinaria victoria. De un plumazo consiguió que le apoyase un colectivo invencible: visitantes de Internet capaces de movilización voluntaria prestos a recaudar pequeños fondos en cantidades inverosímiles.

Toda una época política quedó pulverizada. Quizás no se vuelva a hablar en bastante tiempo de lobbies. Todos los protagonistas del proceso quedaron retratados como fotografías con pátina de antigüedad, desde Hillary Clinton hasta Mac Cain y Sarah Pallin. Sumó además una capacidad de predicación política de fluidez onírica: infinito discurso siempre bien modulado, de talante apolíneo. No se oía nada semejante en ningún rincón de nuestro mundo.

Conociendo el patriotismo profundo de todos sus compatriotas removió las viejas aguas, y hasta arrancó la voz más lírica a su contrincante en su espléndida y nobilísima felicitación al vencedor. El propio George Bush parece también tocado por este nuevo modo de obviar todas las dificultades.

El genio hace fácil lo difícil. También en política. Consigue que parezca espontáneo y natural lo que se supone fruto de esfuerzos titánicos. Decía Kant que la naturaleza es bella cuando parece obra de arte, y que el arte es bello cuando parece naturaleza. El genio en arte y el individuo universal en política son capaces de volver fácil y natural lo que parece imposible. De ahí el carácter onírico -de hermano de otro planeta- que a veces se asocia a Obama.

Lo que parece irreal se vuelve de pronto evidencia: ¡Que los jóvenes vayan a las urnas, que los afroamericanos aparquen sus legítimos resentimientos y hagan colas para votar (y le voten en proporciones búlgaras), que los latinos y demás minorías étnicas se vuelquen sobre el personaje! Y que los blancos, en pirámide invertida por edades, le den también su apoyo.

La costra de escepticismo político que a todos nos ha invadido desde la caída del muro de Berlín, agudizada por los desmanes bélicos de la única potencia vencedora de la guerra fría, parece caerse a pedazos. La política, cual Ave Fénix, renace de sus cenizas. No vivirá Baudrillard para darse cuenta de que la reducción de todo a simulacro ha terminado. O para constatar la falacia de toda precipitada ontología de lo virtual. Ya no podrán seguirse entonando esos trenos a los que el pensamiento europeo nos tiene acostumbrados, donde la filosofía oficia siempre tétricas ceremonias de enterramiento: muerte del Arte, muerte de Dios, muerte del Hombre, descalabro de todo criterio ético, fin de la pasión política.

Se siente la necesidad y exigencia de lo Ideal. Al final Schiller el idealista estaba en lo cierto. O el Kant de los Ideales de la Razón práctica. El viejo sueño de una Edad del Espíritu que sirve de idea regulativa resplandece en el horizonte.

3. Llegarán días para pasar del sueño a la realidad. Pero hemos estado tan golpeados por oleadas de escepticismo, realismo de vuelo gallináceo y deprimente nihilismo, que la aparición de este personaje en el escenario político parece revalidar el Principio Esperanza. Es una muestra de la vitalidad de Estados Unidos, capaz de lo peor y de lo mejor. Hoy por hoy es el país que mejor sabe leer el idioma jeroglífico del Zeitgeist.

Fue el país más capaz de dar con la traducción equivocada. George Bush fue, en este sentido, el doble siniestro anticipado del nuevo presidente: siempre antepuso lo particular sobre lo universal; los delirios de su pequeño equipo ultramontano sobre las verdaderas necesidades y exigencias del papel de Estados Unidos dentro del nuevo mundo global. George Bush ha dado pie a que se pensara en el declive del Imperio. Barack H. Obama, en cambio, sabe que Estados Unidos requiere una adaptación al nuevo mundo global. Éste no admite hegemonías que no sean compartidas.

Puede decirse, con Hölderlin, que justamente «donde hay peligro / crece lo salvador». El peligro ha arreciado. El abismo sube, se alza, se desborda. La quiebra financiera ha sido un verdadero terremoto.

Barack H. Obama, ese medicine man, como lo llama Moisés NaÏm en un artículo en el que habla de la necesidad que el mundo tiene, de vez en cuando, de un auténtico chamán, dispone de tiempo y apoyos para poder descifrar la piedra de Rosetta del mundo de hoy, y escribir en prosa lo que predicó en campaña con auténtico vuelo mágico chamánico, y en bella y apolínea versificación. (ABC, 23/11/08)







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El filósofo Eugenio Trías





25/11: Todos contra la violencia machista

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Forges (El País, 25/11/08)





lunes, 24 de noviembre de 2008

Ajustando cuentas con la Historia

Un poco pretencioso por mi parte eso de escribir "Historia" con mayúsculas, pero es que en estos últimos días he leído algunas contribuciones interesantes al polémico asunto de la Memoria Histórica, y me he decidido a hacer una modestísima contribución a ella: la de mi propia familia, como homenaje a tantas y tanta otras familias divididas por la guerra civil y obligadas a luchar en bandos opuestos. No voy a dar mas nombres de los necesarios, ni los de mis padres y hermanos, pero los hechos y los personajes son reales, y los transmito tal y como a mi me llegaron a través de la memoria y la transmisión oral de mi familia.

13 de septiembre de 1923. El general Primo de Rivera da su golpe de Estado. El rey Alfonso XIII se encuentra de vacaciones en San Sebastián con la Familia Real. Enterado del pronunciamiento militar, abandona el Palacio de Miramar a las doce en punto de la noche y entra en Madrid a las seis de la mañana. El coche de escolta de la guardia civil lo conduce un joven guardia de 23 años adscrito a la Casa Real. Es mi padre. Y es republicano.

14 de abril de 1931. Mi padres viven en Sevilla, en donde mi padre se encuentra destinado a la proclamación de la república. Mi madre, apolítica total, le comenta estupefacta como es posible que las mismas masas que dos años antes aclamaban emocionadas al rey en la inauguración de la Exposición Universal de Sevilla, griten ahora, entusiasmadas, vivas a la república.

Octubre de 1934: Trubia (Asturias). Los mineros se han sublevado contra el gobierno de la república y han ocupado, entre otros lugares, la fábrica de armas sita en la ciudad. Es la denominada "Revolución de Asturias". Asaltan el cuartel de la Guardia Civil de la localidad. Mi padre está destinado allí. Las mujeres de los guardias civiles y sus hijos, que viven en la Casa Cuartel, se refugian en zanjas abiertas en el exterior pues el edificio está siendo bombardeado con los cañones que los mineros han obtenido en el asalto a la fábrica. A mi madre, embarazada de mi segundo hermano, le dan un fusil, no sabe muy bien para qué, y la meten en una zanja con mi hermano mayor. Los mineros no llegan a ocupar el cuartel.

18 de julio de 1936. Mis padres viven en Barcelona. Mi padre ya es sargento, está destinado en el Parque de Automovilismo de la Guardia Civil y es el conductor oficial del coronel Escobar. Está afiliado a Falange Española. Permanece fiel al gobierno de la república ante el alzamiento militar, como toda la Guardia Civil de Barcelona.

1938. Fecha indeterminada. Después de vicisitudes varias por toda la zona republicana, mi padre se encuentra de nuevo en Barcelona. Es detenido, acusado de conspiración contra la república y condenado a muerte. Mi abuelo materno, militante socialista, acude desde Madrid para interceder por él y acompañar a mi madre. Se le indulta de la pena de muerte y es ingresado en un barco-prisión fondeado en el puerto de Barcelona. La aviación "nacional" bombardea Barcelona, mi abuelo es alcanzado por una de las bombas y pierde una pierna.
Mi padre y dos guardias civiles más encarcelados, escapan del barco y huyen a pie hasta la frontera francesa. Uno de sus compañeros, herido, es devorado por los cerdos una noche en la que se han refugiado en una alquería, camino de la frontera. Logra llegar a Francia y es internado en un campo de concentración cercano a Lyon. El trato a los españoles es inhumano. Mi madre y mis hermanos no volverán a saber nada de él hasta abril de 1939, cuando por un parte radiofónico se enteran de que ha sido repatriado a España.

1940. Mi padre es investigado y juzgado como desafecto al régimen, al no haberse sublevado en julio del 36. No pueden probarle nada en contra y es destinado como Comandante Militar a Valverde, en la isla de El Hierro, en Canarias. Allí permanecerá con mi madre y mis hermanos hasta 1945, en que vuelve destinado a la península. En 1956 se retira, por edad, con el grado de comandante de la Guardia Civil.

Mi madre siempre fue una mujer religiosa, fuerte, y muy conservadora. Toda su familia paterna era militante del partido socialista. Un tio-abuelo mio, el más querido por mi madre, su sobrina, hermano de mi abuelo, era diputado en las Cortes y alcalde del municipio del Puente de Vallecas, que ahora está integrado en la ciudad de Madrid. Se llamaba Amós Acero. Era un hombre de orden, muy preparado, republicano ferviente y socialista. Protegió los conventos e iglesias de su localidad cuando ocurrieron los sucesos de abril de 1931, defendiendo a los sacerdotes y religiosas de Vallecas. En 1941, fue condenado por un consejo de guerra y ejecutado. De nada valieron las intercesiones de esos mismos religiosos que él protegió.

En casa de mis abuelos maternos, en la Rivera de Curtidores de Madrid, comieron muchas veces Indalecio Prieto, Largo Caballero, el doctor Negrín y otros dirigentes socialistas, antes de la guerra civil. Mi madre los conocía desde niña. Mis abuelos maternos murieron a mediados de los años 50. Llegué a conocerlos y jugué muchas tardes en su casa cuando mis padres iban a visitarlos.

Mi abuelo paterno fue también guardia civil. Murió en 1903. Nunca llegué a ver una foto suya. Tuvo 21 hijos, tres con mi abuela. En casa de mis padres vi su nombramiento como guardia civil expedido en nombre de la reina Isabel II. Un tio mio, hermano de mi padre, fue teniente de la Legión durante la guerra civil. Todos los hermanos varones de mi madre, y los maridos de sus hermanas, lucharon del lado republicano.

Otro día,si tengo ánimo, seguiré con la Historia. Ahora, les dejo el enlace a un interesante artículo aparecido en la Revista Claves de Razón Práctica de este mes, titulado "Argumentos patéticos. Historia y memoria de la guerra civil". Una persona asesinada es una persona asesinada, ¿o no?, -se pregunta el autor del mismo, el profesor Ángel G. Loureiro, catedrático de Literatura Española Contemporánea y Teoría Literaria en la prestigiosa universidad de Princeton (Estados Unidos)-. Uno puede tener una clara simpatía por la República, dice, pero eso no resuelve las cuestiones éticas planteadas por los asesinados de ambos bandos. Y concluye su artículo: Sería muy tranquilizador tener una respuesta políticas a los dilemas suscitados por los asesinatos pero las cuestiones planteadas por todas las víctimas de la guerra civil no admiten una respuesta política tan sencilla como muchos asumen o exigen.
Sean felices. Tamaragua. (HArendt)


Vanidad de la banalidad

Llevo varios días dándole vueltas a un cambio de la filosofía que inspiró el nacimiento de este blog. Incluso me he planteado seriamente la posibilidad de abandonarlo a su suerte en las etéreas regiones del espacio internáutico. En esta indecisión me encuentro ahora mismo, sin vislumbre de solución, leyendo mi prensa electrónica favorita: El País, La Vanguardia, La Provincia-Diario de Las Palmas, Canarias Ahora; revistas como el Boomerang o Revista de Libros, y "mis blogs amigos", a cuyos enlaces pueden acceder desde el mio. Al final, como siempre, acabo recalando en los libros en papel como último refugio de mi anticuada postmodernidad...

Ayer, domingo, me he levantado como todos los días hacia las seis de la mañana, procurando no despertar a mi mujer. Enciendo el portatil y ojeo por internet la prensa del día. Veo por encima las noticias y leo algunos de los artículos de opinión que aparecen en ella y que me resultan interesantes, grabándolos en el "borrador" de Gmail, por un "si acaso", en espera de la resurrección de los justos...

Uno de esos artículos, en su blog de El País, es de mi paisano el escritor y periodista Juan Cruz. Me llama la atención porque habla en él de la enorme e informe cantidad de banalidad que uno se encuentra en internet a poco que se maneje por el ciberespacio. Era, la verdad, la puntilla que me faltaba para la desmoralización absoluta.

A medio día, sentado bajo el porche de mi casa, disfruto de esta mañana espléndida, luminosa y azul que sólo ofrece el cielo de Maspalomas. Y decido tomarme un poco tiempo más de reflexión. Y como casi siempre, cuando no se muy bien donde acudir para serenar mi espíritu (a falta de un "Jack Daniels" con hielo, que se han bebido los últimos amigos que estuvieron en casa) me refugio en la poesía. Sin intencionalidad alguna: el primer libro que me encuentro es "Las flores del mal" (Alianza, Madrid, 1984) de Charles Baudelaire, en traducción de Antonio Martínez Sarrión. Aunque soy de los que piensan que la poesía es intraducible, les dejo la versión castellana reseñada y la original en francés del tercer poema del libro, el titulado "Elevación", que me ha parecido muy ilustrativo de mi estado anímico. Disfrútenlo.

De momento, en un alarde de imaginación, he cambiado el nombre del blog por el que tuvo originariamente: "Desde el Trópico de Cáncer", ahora con el añadido "(II)", y a este comentario, después de mucho pensarlo le he puesto el título de "Vanidad de la banalidad", tomado sin duda por mi subconsciente de la afamada polémica que en 1847 sostuvieron Jean-Pierre Proudhon y Karl Marx sobre la "Filosofía de la miseria" (Proudhon) o la "Miseria de la filosofía" (Marx). Y mañana será otro día... O eso espero... Sean felices. Tamaragua. (HArendt)




"Élévation"

Au-dessus des étangs, au-dessus des vallées,
Des montagnes, des bois, des nuages, des mers,
Par delà le soleil, par delà les éthers,
Par delà les confins des sphères étoilées,

Mon esprit, tu te meus avec agilité,
Et, comme un bon nageur qui se pâme dans l'onde,
Tu sillonnes gaiement l'immensité profonde
Avec une indicible et mâle volupté.

Envole-toi bien loin de ces miasmes morbides;
Va te purifier dans l'air supérieur,
Et bois, comme une pure et divine liqueur,
Le feu clair qui remplit les espaces limpides.

Derrière les ennuis et les vastes chagrins
Qui chargent de leur poids l'existence brumeuse,
Heureux celui qui peut d'une aile vigoureuse
S'élancer vers les champs lumineux et sereins;

Celui dont les pensers, comme des alouettes,
Vers les cieux le matin prennent un libre essor,
— Qui plane sur la vie, et comprend sans effort
Le langage des fleurs et des choses muettes!

Charles Baudelaire ("Les fleurs du mal")




"Elevación"

Por encima de estanques, por encima de valles,
De montañas y bosques, de mares y de nubes,
Más allá de los soles, más allá de los éteres,
Más allá del confín de estrelladas esferas,

Te desplazas, mi espíritu, con toda agilidad
Y como un nadador que se extasía en las olas,
Alegremente surcas la inmensidad profunda
Con voluptuosidad indecible y viril.

Escápate muy lejos de estos mórbidos miasmas,
Sube a purificarte al aire superior
Y apura, como un noble y divino licor,
La luz clara que inunda los límpidos espacios.

Detrás de los hastíos y los hondos pesares
Que abruman con su peso la neblinosa vida,
¡Feliz aquel que puede con brioso aleteo
Lanzarse hacia los campos luminosos y calmos!

Aquel cuyas ideas, cual si fueran alondras,
Levantan hacia el cielo matutino su vuelo
-¡Que planea sobre todo, y sabe sin esfuerzo,
La lengua de las flores y de las cosas mudas!

Charles Baudelaire ("Las flores del mal")





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El poeta francés Charles Baudelaire (1821-1867)





miércoles, 19 de noviembre de 2008

33 años después...

Justo a los treinta y tres años de la muerte del dictador, que se cumplen mañana, el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, dicta un Auto (ver aquí) por el que declara extinguida la responsabilidad penal de Francisco Franco y otros militares españoles y jerarcas del régimen franquista, habida cuenta de la constatación de su fallecimiento. En dicho Auto, el juez se inhibe en favor de los tribunales territoriales ordinarios para que sea en estos, y según corresponda en cada lugar, donde se realicen las investigaciones conducentes a la identificación y recuperación de los cadáveres de las personas "desaparecidas" con motivo de la represión consecuente a la rebelión militar encabezada por Franco en 1936.

Contra la opinión y el desencanto de muchos, pienso que el juez Garzón ha hecho lo que debía y podía: dejar la responsabilidad en manos de quien tiene la potestad de impulsar la investigación, que no es otro que el gobierno. La cuestión, ahora, es ver si el gobierno de España va a estar a la altura de lo que se espera de él por parte de las asociaciones de víctimas y desaparecidos por la represión franquista. Las palabras del ministro del Interior esta mañana en la Cadena SER daban la impresión de que lo van a hacer, pero la verdad es que corren malos tiempos, para la lírica y para bastantes más cosas... El editorial del diario El País de hoy, parece reflejar también esa misma opinión (pueden leerlo aquí). Y el Auto del juez Garzón en el enlace resaltado al comienzo de este comentario. Espero que sepan perdonarme mi inocultable escepticismo, que no es otra cosa que un optimismo voluntarista trufado por la experiencia... Hoy no tengo uno de mis mejores días, y eso se me nota. Sean felices a pesar de todo. Tamaragua. (HArendt)





http://www.eitb24.com/archivos/imagenes/eitb24/politica/2008/02/09/El-juez-Baltasar-Garzon-2008020917045903hg2.jpg
El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón




viernes, 14 de noviembre de 2008

Bolonia: ¿Alea iacta est?

Bolonia es una bella y antigua ciudad del norte de Italia, situada a las faldas de los Apeninos, y capital de la Región de Emilia-Romaña. Cuenta con una población muy similar a la de Las Palmas de Gran Canaria (374.000 habitantes) y con la Universidad más antigua de toda Europa occidental.

Creada en el año 1088, entre sus estudiantes han figurado personajes de la talla de Dante, Petrarca, Thomas Becket, Erasmo de Rotterdam o Nicolás Copérnico. En el Colegio de San Clemente de los Españoles, en Bolonia, creado en 1369, aún en funcionamiento y mantenido por el gobierno de España, estudió entre otros Antonio de Nebrija.

Quizá fue por todo lo anterior que en 1999 los ministros de Educación y Universidades de toda Europa se reunieron para acordar la iniciación de un proceso de desarrollo que, en 2010 como máximo, condujera a la implantación efectiva de un Espacio Europeo de Educación Superior. Es el proceso conocido popularmente con el nombre de Declaración de Bolonia.

Mal comprendido y peor explicado, el proceso de convergencia de las universidades españolas en el Espacio Europeo de Educación Superior, a punto de culminar, no ha gozado de buena prensa, recibiendo acusaciones muy duras de "mercantilizar" la enseñanza superior, acabar con la universidad pública, rebajar sus niveles de formación a los de una FP elitista, condenar al ostracismo a las enseñanzas de Humanidades, y un etcéterá muy muy largo. En la rotunda oposición a la Declaración de Bolonia, sus detractores han contado con la entusiasta colaboración de buen número de estudiantes universitarios, futuros alumnos (aún en Secundaria), y también, como no, de profesores y claustros de Facultades universitarias...

¿Está echada, para mal, la suerte de la universidad española? A mi me da la impresión, después de muchos años de relación con ella, que hay bastante de exageración en la crítica de los medios, de ignorancia en la de los estudiantes y de intereses no sólo académicos en la de buen número de profesores.

Ayer se echaron a la calle miles de estudiantes, en Madrid y otras capitales españolas, para oponerse a la implantación del EEES en España. Lo recogía El País en su información general. Complemento la información con sendos artículos de opinión, a favor y en contra, respectivamente, de dos ilustres profesores de la Universidad Complutense de Madrid, publicados por José Luis Pardo, catedrático de Filosofía, el día 10, y por Fernando J. García Selgas, catedrático de Sociología, hoy mismo.

En cualquier caso, para bien o para mal (y yo espero que para bien) como dijo Julio César al traspasar los límites del río Rubicón, "alea iacta est"... Sean felices. Tamaragua. (HArendt)




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Casco histórico de la ciudad de Bolonia




"La descomposición de la Universidad", por José Luis Pardo

El "proceso de Bolonia" pretende facilitar la incorporación de los licenciados a la sociedad. En realidad, esconde tras sus promesas un zarpazo que puede ser mortal para las estructuras de la enseñanza pública

Como sucede a menudo en política, la manera más segura de acallar toda resistencia contra un proceso regresivo y empobrecedor es exhibirlo ante la opinión pública de acuerdo con la demagógica estrategia que consiste en decirle a la gente, a propósito de tal proceso, exclusivamente lo que le agradará escuchar. Así, en el caso que nos ocupa, las autoridades encargadas de gestionar la reforma de las universidades que se está culminando en nuestro país -sea cual sea su lugar en el espectro político parlamentario- han presentado sistemáticamente este asunto como una saludable evolución al final de la cual se habrá conseguido que la práctica totalidad de los titulados superiores encuentren un empleo cualificado al acabar sus estudios, que los estudiantes puedan moverse libremente de una universidad europea a otra y que los diplomas expedidos por estas instituciones tengan la misma validez en todo el territorio de la Unión.

Una vez establecido propagandísticamente que el llamado "proceso de Bolonia" consiste en esto y solamente en esto, nada resulta más sencillo que estigmatizar a quienes tenemos reservas críticas contra ese proceso como una caterva de locos irresponsables que, ya sea por defender anacrónicos privilegios corporativistas o por pertenecer a las huestes antisistema del Doctor Maligno, quieren que siga aumentando el paro entre los licenciados y rechazan la homologación de títulos y las becas en el extranjero por pura perfidia burocrática. Vaya, pues, por adelantado que el autor de estas líneas también encuentra deseables esos objetivos así proclamados, y que si se tratase de ellos nada tendría que oponer a la presente transformación de los estudios superiores.

Sin embargo, lo que las autoridades políticas no dicen -y, seguramente, tampoco la opinión pública se muere por saberlo- es que bajo ese nombre pomposo se desarrolla en España una operación a la vez más simple y más compleja de reconversión cultural destinada a reducir drásticamente el tamaño de las universidades -y ello no por razones científicas, lo que acaso estuviera plenamente justificado, sino únicamente por motivos contables- y a someter enteramente su régimen de funcionamiento a las necesidades del mercado y a las exigencias de las empresas, futuras empleadoras de sus titulados; una operación que, por lo demás, se encuadra en el contexto generalizado de descomposición de las instituciones características del Estado social de derecho y que concuerda con otros ejemplos financieramente sangrantes de subordinación de las arcas públicas al beneficio privado a que estamos asistiendo últimamente.

Habrá muchos para quienes estas tres cosas (la disminución del espacio universitario, la desaparición de la autonomía académica frente al mercado y la liquidación del Estado social) resulten harto convenientes, pero es preferible llamar a las cosas por su nombre y no presentar como una "revolución pedagógica" o un radical y beneficioso "cambio de paradigma" lo que sólo es un ajuste duro y un zarpazo mortal para las estructuras de la enseñanza pública, así como tomar plena conciencia de las consecuencias que implican las decisiones que en este sentido se están tomando. De estas consecuencias querría destacar al menos las tres que siguen.

1. La "sociedad del conocimiento". Este sintagma, casi convertido en una marca publicitaria que designa el puerto en el que han de desembarcar las actuales reformas, esconde en su interior, por una parte, la sustitución de los contenidos cognoscitivos por sus contenedores, ya que se confunde -en un ejercicio de papanatismo simpar- la instalación de dispositivos tecnológicos de informática aplicada en todas las instituciones educativas con el progreso mismo de la ciencia, como si los ordenadores generasen espontáneamente sabiduría y no fuesen perfectamente compatibles con la estupidez, la falsedad y la mendacidad; y, por otra parte, el "conocimiento" así invocado, que ha perdido todo apellido que pudiera cualificarlo o concretarlo -como lo perdieron en su día las artes, oficios y profesiones para convertirse en lo que Marx llamaba "una gelatina de trabajo humano totalmente indiferenciado", calculable en dinero por unidad de tiempo-, es el dramático resultado de la destrucción de las articulaciones teóricas y doctrinales de la investigación científica para convertirlas en habilidades y destrezas cotizables en el mercado empresarial. La reciente adscripción de las universidades al ministerio de las empresas tecnológicas no anuncia únicamente la sustitución de la lógica del saber científico por la del beneficio empresarial en la distribución de conocimientos, sino la renuncia de los poderes públicos a dar prioridad a una enseñanza de calidad capaz de contrarrestar las consecuencias políticas de las desigualdades socioeconómicas.

2. El nuevo mercado del saber. Cuando los defensores de la "sociedad del conocimiento" (con Anthony Giddens a la cabeza) afirman que el mercado laboral del futuro requerirá una mayoría de trabajadores con educación superior, no están refiriéndose a un aumento de cualificación científica sino más bien a lo contrario, a la necesidad de rebajar la cualificación de la enseñanza superior para adaptarla a las cambiantes necesidades mercantiles; que se exija la descomposición de los saberes científicos que antes configuraban la enseñanza superior y su reducción a las competencias requeridas en cada caso por el mercado de trabajo, y que además se destine a los individuos a proseguir esta "educación superior" a lo largo de toda su vida laboral es algo ya de por sí suficientemente expresivo: solamente una mano de obra (o de "conocimiento") completamente descualificada necesita una permanente recualificación, y sólo ella es apta -es decir, lo suficientemente inepta- para recibirla. Acaso por ello la nueva enseñanza universitaria empieza ya a denominarse "educación postsecundaria", es decir, una continuación indefinida de la enseñanza media (cosa especialmente preocupante en este país, en donde la reforma universitaria está siguiendo los mismos principios seudopedagógicos que han hecho de la educación secundaria el conocido desastre en que hoy está convertida): como confiesa el propio Giddens, la enseñanza superior va perdiendo, como profesión, el atractivo que en otro tiempo tuvo para algunos jóvenes de su generación, frente a otros empleos en la industria o la banca; y lo va perdiendo en la medida en que el profesorado universitario se va convirtiendo en un subsector de la "producción de conocimientos" para la industria y la banca.

3. El ocaso de los estudios superiores. No es de extrañar, por ello, que el "proceso" -de un modo genuinamente autóctono que ya no puede escudarse en instancias "europeas"- culmine en el atentado contra la profesión de profesor de bachillerato que denunciaba el pasado 3 de noviembre el Manifiesto publicado en este mismo periódico: reconociendo implícitamente el fracaso antes incluso de su implantación, la administración educativa admite que los nuevos títulos no capacitan a los egresados para la docencia, salida profesional casi exclusiva de los estudiantes de humanidades; pero, en lugar de complementarlos mediante unos conocimientos avanzados que paliarían el déficit de los contenidos científicos recortados, sustituye estos por un curso de orientación psicopedagógica que condena a los profesores y alumnos de secundaria a la indigencia intelectual y supone la desaparición a medio plazo de los estudios universitarios superiores en humanidades, ya que quienes necesitarían cursarlos se verán empujados por la necesidad a renunciar a ellos a favor del cursillo pedagógico.

Todos los que trabajamos en ella sabemos que la universidad española necesita urgentemente una reforma que ataje sus muchos males, pero no es eso lo que ahora estamos haciendo, entre otras cosas porque nadie se ha molestado en hacer de ellos un verdadero diagnóstico. Lo único que por ahora estamos haciendo, bajo una vaga e incontrastable promesa de competitividad futura, es destruir, abaratar y desmontar lo que había, introducir en la universidad el mismo malestar y desánimo que reinan en los institutos de secundaria, y ello sin ninguna idea rectora de cuál pueda ser el modelo al que nos estamos desplazando, porque seguramente no hay tal cosa, a menos que la pobreza cultural y la degradación del conocimiento en mercancía sean para alguien un modelo a imitar. (El País, 10/11/08)





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Estudiantes españoles se manifiestan contra el "Proceso de Bolonia"




"Miles de estudiantes salen a la calle contra el Plan Bolonia" (Agencias)

Más de 10.000 personas se manifiestan en Madrid contra el proyecto de reforma de la educación superior europea.

Miles de estudiantes, unos 10.000 según fuentes policiales, se han manifestado hoy en en el centro de la capital para unirse a la huelga general convocada y mostrar su rechazo al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), conocido popularmente como Plan Bolonia, y que, entre otros puntos, recoge la desaparición de algunas carreras como las Filologías. Con una pancarta bajo el lema de En defensa de la Educación Pública. Que la crisis la paguen los capitalistas, la manifestación ha comenzado alrededor de las 12.00 horas en la Plaza de Colón con la intención de ir abriéndose paso por el carril izquierdo del paseo de Recoletos hasta llegar al Ministerio de Educación, situado en la calle Alcalá.

La marcha es la segunda en lo que va de curso y repite el recorrido habitual de las manifestaciones de estudiantes anteriores. A pesar de que el tema de las universidades es competencia del Ministerio de Ciencia e Innovación, el departamento dirigido por Mercedes Cabreras siempre ha sido el punto final de las concentraciones reivindicativas de la Educación.

Un portavoz de la coordinadora de estudiantes de las universidades públicas de Madrid, Javier Galán Blanco, ha explicado a la prensa que el "proceso de Bolonia" implica la desaparición de carreras, sobre todo las que tengan un escaso número de alumnos, e incorporar unos máster oficiales no subvencionados por el Estado. Esos máster alcanzarán precios de entre "1.500 y 13.000 euros, mientras que los actuales estaban entre los 600 y 1.500", ha precisado. De esta forma, no todos los estudiantes van a poder acceder a una formación de calidad y completa, pues muchos se tendrán que conformar con el grado de cuatro años, "que no permite investigar, sólo el ejercicio profesional". "Crean obreros megacualificados, pero no intelectuales, que es para lo que se ha creado la universidad", ha advertido.

También ha asegurado que Bolonia significa que la universidad pública comience a financiarse por sí misma, es decir a través de empresas privadas. Esto amenaza la pervivencia de carreras de letras como Filosofía o Historia "porque no interesan", incluso de ciencias como Biología o Químicas, ha insistido.

El secretario general del Sindicato de Estudiantes, Juanjo López, ha indicado que los jóvenes han salido hoy a la calle para luchar "en defensa de la educación pública, para que no se privatice, porque es lo que se están haciendo en todas las etapas: Infantil, Secundaria, Formación Profesional y Universidad". "El Plan Bolonia implicará la privatización de la universidad, el darla a las grandes empresas para echar a los hijos de los trabajadores de estos estudios", ha denunciado López, y ha explicado que el plan europeo sólo recogerá títulos superiores "para aquellos que tengan 3.000 euros en el banco, los retengan y los puedan costear".

"Nos han cortado la cabeza". La presencia de estudiantes de distintas facultades dieron muestra de distintas maneras de manifestación. Así, un grupo de estudiantes de Bellas Artes idearon un disfraz de cartas de póquer para simular a los naipes de la baraja que en el cuento de 'Alicia en el País de las Maravillas' les cortan la cabeza. "El Plan Bolonia nos ha cortado la cabeza", ha apuntado una estudiante mientras que al ritmo de los timbales se unía al coro de voces que clamaban "¡Izquierda, Izquierda, Bolonia a la mierda!". Sin embargo, hubo cánticos para todas las administraciones porque entre algún cartel de "Entérate ZP, existe FP", había otros con 'Aguirre no tiene educación' o 'Escuelas clasistas dividen a la ciudadanía'.

Por parte de la Asamblea de Estudiantes contra el Plan Bolonia, que llevan desde el pasado viernes organizando encuentros por varias facultades de la Comunidad, David, uno de sus integrantes, ha asegurado que "están contentos con la participación" y que el trabajo de los estudiantes "es cada vez más fuerte". Estos días se han "encerrado" centenares de estudiantes con la intención de trabajar en equipo y buscar soluciones al problema que, según ellos, plantea el nuevo Espacio Europeo. "Estamos intentando crear un tejido social y educativo, que haga avanzar nuestras reivindicaciones", añadió en relación a sus 'huelgas a la japonesa', donde se concentran para "no parar de trabajar".

"Sobre todo, queremos llevar nuestra denuncia de que somos la mayoría los que denunciamos este Plan, se hizo un referéndum y ha salido que los estudiantes no lo quieren. Tenemos que poner la realidad sobre la mesa", ha agregado.

Manifestaciones similares se han convocado en otras ciudades en coincidencia con una jornada de huelga de estudiantes en las enseñanzas medias y universitarias. (El País, 13/11/08)





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Escudo de la Universidad de Bolonia





"Matices sobre el 'proceso Bolonia'", por Fernando J. García Selgas

Creo que el alarmado artículo del profesor Pardo (publicado en EL PAÍS el 10 de noviembre) mezcla acertados diagnósticos con afirmaciones no justificadas, que requieren ser matizadas. Me voy a centrar en la más desafortunada, aquella que imputa al proceso de Bolonia la vigente descomposición de la Universidad española, cuando su efecto en las universidades británicas, francesas o alemanas no está siendo ése. Si no nos dejamos avasallar por el griterío que nos rodea o por la urgencia que nos gobierna, es fácil reconocer que esa descomposición es más bien efecto de un largo proceso en el que podemos destacar tres hitos consecutivos.

Primero, la resistencia a abandonar los viejos hábitos de los mandarinatos o de la exclusividad de la clase magistral. Segundo, el café para todos de la España autonómica, que llevó una universidad no a cada autonomía, sino a cada provincia, multiplicando la mediocridad. Tercero, la incapacidad de nuestros gobernantes para homologar la estructura de nuestros estudios universitarios con el resto de la Unión Europea, al establecer grados de cuatro años y másteres de un año (en lugar del 3+2), lo que ha imposibilitado encarrilar a esa mayoría de pequeñas universidades hacia el cumplimiento de los objetivos de Bolonia (movilidad, equivalencia y empleabilidad en toda la Unión Europea) y ha minimizando el tiempo dedicado a la docencia especializada y profunda del posgrado.

Tan propagandista y maniqueo es desacreditar a los críticos con el proceso de Bolonia como convertirlo en chivo expiatorio de la incapacidad de nuestros gobernantes y el conservadurismo de nuestros colegas. (El País, 14/11/08)




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Julio César cruzando el Rubicón





martes, 11 de noviembre de 2008

La "Noche de los Cristales": 70 Aniversario

Ayer, 10 de noviembre, se cumplieron 70 años justos del inicio de lo que acabaría convirtiéndose en el Holocausto, la "Shoah", el exterminio sistemático y premeditado de los judíos de Alemania y Europa por el régimen nazi. La atrocidad fue de tal calibre que ninguna de las realizadas posteriormente por régimen, estado, nación u hombre alguno, y las ha habido de todos los colores y calibres, le resulta equiparable. Fue la llamada por los historiadores "La Noche de los Cristales". Lo recuerda hoy en un interesante artículo de El País titulado "La España en guerra ante la Kristallnacht", que reproduzco más adelante, el profesor de Antropología Social de la Universidad Complutense de Madrid Alejandro Baer, .

El artículo del profesor Baer se centra en explicar la diferente actitud que mostraron ante los hechos que se relatan el gobierno y la prensa de la zona republicana, por un lado, y el gobierno y la prensa de la zona nacional, por otro. La primera, condenándolo con energía y rotundidad; la segunda, amparándolo y justificándolo.

Pero a mi lo que más me ha llamado la atención del artículo es la afirmación, que comparto, de que "los enraizados prejuicios y estereotipos antisemitas, con que se prodigaron en noviembre de 1938 quienes finalmente vencieron la Guerra Civil, han perdurado durante décadas - y que- sus resabios y ramificaciones forman parte de nuestro presente". ¿Acaso le cabía a alguien duda de ello? No me atrevería yo a afirmar rotundamente que la mayoría de la sociedad española sea racista; desde luego, arraigados prejuicios antisemitas si que tiene. Y en lo que discrepo del profesor Baer es que provengan del régimen franquista... Tengo la impresión de que son bastante más antiguos.

Hay un libro espléndido y admirable del filólogo e historiador Américo Castro titulado "España en su historia: cristianos, moros y judíos" (Círculo de Lectores, Barcelona, 1989), que explicita ese eterno tema de discusión académica nacional sobre que es el "Ser de España". Castro, contra la opinión de otros eminentes historiadores españoles como Claudio Sánchez Albornoz, con el que polemizó duramente sobre ello, se inclina por la tesis del mestizaje entre cristianos, moros y judíos, como característica definitoria del "ser nacional español". Es por ello por lo que al inicio del capítulo X de su libro afirma con rotundidad: "La historia del resto de Europa puede entenderse sin necesidad de situar a los judíos en un primer término; la de España, no. La función primordial y decisiva de los hispano-hebreos es indisoluble, a su vez, de la circunstancia de haber vivido articulados prietamente con la historia hispano-musulmana."

Como atestigua mi apellido paterno y el escudo de armas familiar (se dice en él que "probó" su hidalguía, lo que significa que había dudas sobre la pureza de su sangre...) soy descendiente de conversos. Como lo fueron innumerables españoles tales como el propio rey Fernando el Católico; los escritores Juan de Mena, Fernando de Rojas, fray Luis de León, Mateo Alemán, Hernando del Pulgar, Jorge de Montemayor y el mismo Miguel de Cervantes; los místicos (y santos) Teresa de Jesús y Juan de la Cruz; el teólogo Juan de Torquemada; el médico y científico Miguel Servet; los filósofos Juan Luis Vives, Francisco Sánchez y Benito Espinosa... La lista es interminable y espléndida.

Decir ahora que el antisemitismo español, según algunos especialistas el más arraigado de Europa, es producto del franquismo, o de la confrontación israelí-palestina actual, me parece como poco, quedarse un poco cortos... Sean felices a pesar de todo. Tamaragua. (HArendt)





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"La España en guerra ante la 'Kristallnacht'", por Alejandro Baer


Kristallnacht, Noche de los Cristales, es el término con el que ha pasado a la historia el pogromo antisemita organizado por el régimen nazi en la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938. La destrucción de cientos de sinagogas, saqueos, asesinatos y decenas de miles de arrestos y traslados a campos de concentración conforman el fatal balance de las acciones que tuvieron lugar en Alemania y Austria hace 70 años, y que dan comienzo al periodo hoy definido como el Holocausto.

En noviembre de 1938 España atraviesa la última etapa de la Guerra Civil, que se va definiendo de manera ya prácticamente irreversible a favor del bando nacional. El hambre, la destrucción y las noticias del frente que protagonizaban la vida en las dos Españas pueden hacer suponer que los infortunios que sufrieron los judíos alemanes por esas fechas no tendrían apenas repercusión en los medios españoles. Pero no es el caso. Los diarios se hicieron eco de los sucesos de Alemania, desde el atentado contra el diplomático alemán Von Rath en París por un joven judío polaco -que ofreció la excusa al régimen de Hitler para iniciar el pogromo-, hasta las reacciones internacionales a las acciones y medidas antisemitas. La percepción y representación de estos hechos en España se inscribe en un contexto político y cultural condicionado, por un lado, por la imagen estereotipada del judío -que emerge con nitidez durante la República en el ideario conservador y católico- y, por otro, por los acontecimientos de la guerra de España y, en especial, el vínculo entre los fascismos italiano y alemán con Franco.

La prensa de la zona nacional dio las noticias justificando las acciones antijudías, reproduciendo la versión antisemita de la propaganda alemana y ofreciendo también su propia interpretación, a partir del ancestral antijudaísmo de raíz católica. El atentado contra Von Rath del 7 de noviembre es presentado como fruto de una conspiración internacional judía contra Alemania: "Se trata de un crimen evidentemente político, fraguado por las organizaciones judías" titulaba, por ejemplo, La Gaceta del Norte el 9 de noviembre. El diario El Pensamiento Navarro titulaba en primera página el 11 de noviembre: "Los judíos envenenan las relaciones entre los pueblos", y describían los ataques como "acciones espontáneas contra los judíos". Respecto a las disposiciones que dicta el Gobierno alemán separando a los judíos de la economía nacional, el diario gallego El Progreso reproducía directamente las fuentes alemanas: "El judaísmo ha logrado acabar con la paciencia del pueblo alemán, siendo ya hora de que se den cuenta de cómo sabe reaccionar contra tales ataques". Ideal, de Granada, titula en portada el 13 de noviembre: "Alemania adopta medidas enérgicas contra los hebreos. Es un aviso claro para el judaísmo internacional, para que no vuelva a atentar contra un alemán". En esta misma línea también el diario Amanecer, de Zaragoza, señalaba el 11 de noviembre que "nadie debería sorprenderse por las medidas adoptadas por Alemania para defenderse", y se refería a las acciones anti-judías como "merecido castigo" para aquellos que "habían lanzado una ignominiosa campaña contra Alemania". Las noticias son también encuadradas mediante los mitos antisemitas que florecieron durante la República y la Guerra Civil. "Ese es el gran enemigo de la España de Franco: el judaísmo internacional que desde hace muchos años ha visto en nuestra patria presa segura de la política de turbulencias y castradoras concesiones que inauguró el 14 de abril" (Ideal, Granada, 25 de noviembre de 1938). En conjunto y con ocasión de los acontecimientos de noviembre de 1938, las diferencias entre los periódicos son más de matiz que de fondo, y se caracterizan por un discurso marcadamente antisemita.

La prensa republicana, por el contrario, reaccionó condenando con firmeza las acciones nazis y expresando solidaridad, e incluso identificación con los perseguidos. La Vanguardia titula el 11 de noviembre a cuatro columnas "En Alemania se ha desatado la fobia antisemita", y señala a continuación que "las turbas han incendiado todas las sinagogas de Berlín y saqueado las tiendas y domicilios particulares de los israelitas, cometiendo actos de verdadero vandalismo". El día 13 de noviembre los diarios de Madrid y Barcelona informan con detalle sobre lo sucedido. "Aumenta la indignación en todo el mundo por los actos de violencia de Alemania", titula La Vanguardia. Con el encabezamiento "El pogrom nazi", el Abc de Madrid, entonces en manos republicanas, dará comienzo a una serie de informaciones sobre las acciones de la noche del 9 al 10 de noviembre, la reacción internacional que provocaron, así como sobre los decretos que continuaron a los atentados y que fomentaron la creciente arianización y separación de los judíos de la vida económica de Alemania. Igualmente, el Abc publica noticias que desmienten el carácter espontáneo del pogromo, menciona "brutales métodos hitlerianos" e "inconcebibles decretos antisemitas de Goebbels". Aparecen también por vez primera los nombres de los campos de concentración nazis de Mauthausen y Buchenwald. El diario, editado en Alicante, Fragua Social, órgano de la CNT, se refiere al atentado contra Von Rath como "un acto de justicia realizado por un israelita" (9 de noviembre de 1938), y en los días siguientes publica titulares como "Se ha desatado en toda Alemania una furiosa ola de barbarie antisemita. Incendios, saqueos y otros excesos" o "Todas las conquistas del derecho y de la civilización han quedado sepultadas bajo el régimen despótico de la barbarie nazi". Igualmente se interpretan las acciones nazis en el contexto internacional, el de las concesiones al totalitarismo nazi, que afectaban también a la República española: "Sin la claudicación de Múnich, la bestia nazi no se hubiera atrevido a los actos de barbarie que comete contra los judíos" (Fragua Social, 12 de noviembre).

Finalmente, merece ser destacada la nota de condena a las acciones nazis que hace pública el Gobierno republicano tras una reunión del Consejo de Ministros en Barcelona el 16 de noviembre de 1938. La comunicación, reproducida de forma íntegra por los diarios republicanos un día más tarde, subrayaba que "los responsables de estos crímenes son los mismos promotores de la propaganda calumniosa que a partir de julio de 1936 se ha venido haciendo contra España y su gobierno", y que España, "dolorida ante el agravio de la dignidad humana que significa la afrenta de los nefandos pogromos de la Alemania nazi" prestaría, una vez terminada la guerra y dentro de los límites de sus posibilidades, "cobijo a cuantos perseguidos por su origen, ideas políticas o religiosas", quisieran venir a España. En contraste, esta misma noticia es recogida por el Abc nacional, el de Sevilla, en una columna titulada "Ecos y fichas de la criminalidad roja" el 18 de noviembre de 1938. En ella se expresa que, "además de acoger en su suelo a toda la hez de las brigadas internacionales", el gobierno de la República "dará la máxima facilidad a todos los judíos que quieran trasladarse a la España roja (...) Con esta ley se prepara la invasión de España roja por el judaísmo internacional".

Barcelona caería en manos de Franco apenas dos meses más tarde, y a finales de marzo de 1939 las tropas nacionales entraban en Madrid, donde el Generalísimo daría el 1 de abril su conocido último parte oficial de la guerra.

Se suele decir respecto a la relación entre historia y sociología que la primera sin la segunda está ciega y que la segunda sin la primera está vacía. Esto es lo que nos suele recordar Reyes Mate cuando insiste, con Walter Benjamin, que el presente puede ser iluminado en un instante a través de la fuerza fugaz de un pasado olvidado. Al volver la mirada a la representación de la Noche de los Cristales en los medios de la época descubrimos que estos hechos también nos conciernen en España. Por un lado, republicanos españoles y judíos europeos -muy especialmente aquellos que se alistaron en la Brigadas Internacionales- reconocieron entonces que sus destinos estaban entrelazados. Por otro, los enraizados prejuicios y estereotipos antisemitas, con que se prodigaron en noviembre de 1938 quienes finalmente vencieron la Guerra Civil, han perdurado durante décadas. Sus resabios y ramificaciones forman parte de nuestro presente. (El País, 11/11/08)





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lunes, 10 de noviembre de 2008

Realidades y percepciones

A conejo ido, palos a la madriguera..., dice el refrán (sabiduría popular). Y a posteriori del hecho insólito, todo es predecible... Esto último lo dice el profesor español Pere Estupinyà, becario del Instituto Tecnológico de Massachussets y de la Universidad de Harvard, en Cambridge (USA), en su magnífico blog, "Apuntes científicos desde el MIT", que sigo todos los días con delectación, para explicar, entre otras muchas cosas, porqué se equivocan los expertos en sus, presuntamente infalibes predicciones y porqué los humanos cometemos errores de percepción y de apreciación de la realidad... Lo reproduzco al final de este comentario, pero les aconsejo que no desperdicien la oportunidad de leerle cada día. Merece la pena. Y de paso, disfruten de la viñeta diaria de Romeu y sus compañeros en El País. Una nota de humor, ayuda... Si no, que se lo pregunten a la irremplazable concejala nacionalista en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, Esther Sarraute, cuya respuesta a la pregunta de la oposición sobre las ONG dependientes del Ayuntamiento ha dado la vuelta al mundo, al menos al de habla hispana... Sean felices. Tamaragua. (HArendt)



















Otoño en el jardín de casa (Maspalomas, Gran Canaria)





"Apuntes científicos desde el MIT: Tu compañero ideal para ligar...", por Pere Estupinyà

… debe parecerse físicamente a ti, pero ser un poquito más feo. De esta manera, según explicó durante una conferencia el experto en Behavioral Economics Dan Ariely , las chicas del local te percibirán inconscientemente más atractivo que si fueras acompañado de alguien con un aspecto o estilo totalmente diferente al tuyo.

Dan Ariely mostró a sus alumn@s del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) las fotografías de dos caras de características similares, acompañadas de la imagen un poco distorsionada de una de ellas. Cuando se les pidió escoger quien les parecía más atractivo, la mayoría de alumnos escogió la versión intacta de la cara que había sido desfigurada.

Cuando repitió el experimento con un nuevo grupo de alumnos distorsionando el otro rostro, la mayoría consideró que esa persona era la más apuesta. Ariely concluyó que la clave para ganar unos puntos de interés no es ir acompañado de una persona menos atractiva que tú, lo más importante es que además de serlo, se parezca a ti.

Quizás porque sobre gustos no hay nada escrito, Ariely realizó un nuevo experimento preguntando a un grupo amplio de personas si preferían como regalo: 1- tres noches de hotel en París con desayuno incluido, 2- tres noches de hotel en Roma con desayuno incluido, o 3- tres noches de hotel en Roma sin desayuno incluido. La tercera opción parece del todo irrelevante, pero cuando después la sustituyó por "tres noches de hotel en París sin desayuno incluido", la proporción de gente que se inclinó por la capital francesa aumentó considerablemente respecto al primer caso.

Los alumnos a los que Dan Ariely enseña lo irracionales que somos en la toma de decisiones son estudiantes de economía, y claro, para ellos estos engaños sistemáticos de la percepción no se quedan en una simple curiosidad. Hay mil maneras de explotarlos en técnicas de marketing; desde el menú en un restaurante, la distribución de productos en una tienda, o las subscripciones a revistas.

Hace ya bastante tiempo Ariely descubrió que en el apartado de subscripciones del Economist había las siguientes opciones: a) suscripción de un año al economist.com con acceso online a todos los artículos desde 1997: $59; b) suscripción de un año a la versión impresa del economist: $125; c) suscripción de un año a la versión impresa del economist con acceso online a todos los artículos desde 1997: $125. ¿absurdo? Cuando preguntó a un centenar de sus alumnos qué opción contratarían el 16% escogió la primera, el 84% la tercera, y evidentemente ninguno la segunda. Pues bien, cuando eliminó esa alternativa y pidió a otros 100 alumnos que eligieran sólo entre la a) y la c), los porcentajes se invirtieron drásticamente: el 62% optó por la primera y el 32% por la tercera.

Los economistas pueden tener parte de razón al considerar que tienen nuestras decisiones en sus manos, pero que no vayan de listillos, a pesar de creerse expertos ellos también se equivocan sistemáticamente en su propio campo de experiencia.
De hecho Ariely se pasó de la psicología a la economía conductual (behavioral economics) tras una explosión en Israel que quemó el 70% de su cuerpo. Él explica que lo peor para los afectados por quemaduras es la dolorosa retirada de los vendajes. Cada día durante los 6 meses que pasó en el hospital las enfermeras pasaban una hora quitándole vendas adheridas a su carne. Lo hacían empezando por los pies y subiendo hacia la cabeza, y con tirones rápidos, porque decían que esa era la mejor manera de minimizar el dolor. Ariely tenía sus dudas de que fuera el mejor método, pero como ellas eran las expertas asumía que tenían razón. Sin embargo, al salir del hospital pasó un tiempo documentándose y… se dio cuenta que las enfermeras estaban equivocadas! En realidad era mejor quitar las vendas poco a poco, empezando por una zona más dolorosa como la cabeza y terminando por los pies. ¿Cómo podía ser que unas profesionales con tanta experiencia, y que en teoría eran expertas en esa tarea estuvieran equivocadas? Y lo que más le intrigaba: ¿pasaría lo mismo con otros grupos de expertos? ¿se estarían tomando en campos todavía más trascendentes decisiones sistemáticamente erróneas, que el resto asumiríamos como correctas siguiendo el principio de autoridad? En ese momento empezaron las investigaciones de Dan Ariely en behavioral economics, que demostraron que lamentablemente eso ocurría de manera frecuente en muchos campos, incluido el de los mercados financieros.

No puedo evitar citar aquí un ejemplo personal, a sabiendas que los casos concretos no tienen porqué representar una tendencia generalizada. Hace poco más de dos años un buen amigo y asesor en un banco organizó mis ahorros: un porcentaje en la cuenta corriente, otro a plazo fijo, y otro en estas acciones de bolsa que yo te recomiendo. "ok, tu mandas…". A los 6 meses me dice: "mira, tus acciones han ganado tanto, ahora las vendemos y compramos estas que están a 17 euros la acción, y se prevé que suban hasta 19". "Ok, tú eres el experto…". Pero a los dos meses las acciones estaban a 16: "no te preocupes", me dijo. Al poco bajaron a 15: "oye, que yo miro la gráfica esta y va bajando, no deberíamos vender? las acciones son de un baco, y con todo esto de la burbuja inmobiliaria ¿seguro que no…?". "no te preocupes, los bancos son inversiones de poco riesgo" . 14, 13… "te lo dije! ¿no bajarán más?", "espera que pregunto a los expertos… (…) mira, me han dicho que tranquilo, que es un valor seguro y recuperará". Hace 3 meses, antes del estallido de la crisis, estaban oscilando entre 10 y 9 euros la acción.

Como las enfermeras de Ariely, mi amigo y los "expertos" a los que consultó estaban equivocados. Todos "sabían" que vender no era la opción correcta, pero "saber" quería decir "hacer caso de lo que dicen los que saben más", y esto (que es lo mismo que yo hice), en economía también se llama efecto cascada de la información, y es uno de los varios factores irracionales que contribuyen a la ineficiencia de los mercados y la aparición de burbujas.

No pretendo dármelas de más visionario que los asesores del banco, pero yo tuve una mala intuición (como Ariely con los vendajes) ¿por qué ellos no? O si la tuvieron, ¿por qué no hicieron caso de ella? Por otra trampa de nuestra mente: cuando tomamos una decisión compleja de manera irrevocable, tendemos luego a ver los aspectos que la refuerzan en lugar de los que la contradicen. Y además, cuanto más experto eres en un asunto determinado, más te cuesta aceptar algo que contradiga los pilares de tus creencias.

A posteriori del hecho insólito, como diría Nassim Nicholas Taleb , todo es predecible, y los analistas del banco de mi amigo seguro que saben explicar perfectamente porqué he perdido una pasta en la inversión.

Estoy de acuerdo que este caso concreto se puede revocar por varios sitios, pero muchos investigadores en finanzas conductuales (behavioral finances –lo mismo que economics pero a escala de mercados en lugar de individual) están poniendo de manifiesto el papel que los pánicos, los rumores, o las ventas precipitadas juegan en las crisis económicas a gran escala. La expresión "los mercados se rigen por sentimientos" hace referencia a las decisiones irracionales que a menudo toman los líderes, inversores o directivos con acceso a la mejor información objetiva posible.

Como explica David Brooks en el NYT, el problema es que de los 4 pasos que se necesitan para tomar una decisión (1-percibir la situación, 2- imaginar posibles formas de actuar, 3- calcular cuál es la mejor, y 4- realizar la acción), los economistas clásicos consideran que la 3) es la más relevante, mientras que los psicólogos trabajando en behavioral economics están demostrando que la 1), la manera como primero percibes la situación, tiene un peso descomunal. Y existen engaños de la percepción específicos tanto para neófitos como para expertos.

Lo más importante, y de aquí el título "predictably irrational " (irracionales predecibles) del libro de Dan Ariely, es que estos errores no son aleatorios sino sistemáticos. Hay una serie de maneras de equivocarnos que se repiten continuamente, y en teoría, si somos conscientes de ellas, deberíamos poder evitarlas…





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Romeu (El País, 06/11/08)





jueves, 6 de noviembre de 2008

"Sí, podemos"

Las imágenes de este 4 de noviembre se me van a quedar en la retina por mucho tiempo. Mis 62 años de vida me han hecho pasivo protagonista de algunos avatares históricos. El primero (los cito por estricto orden cronológico), al que no pude asistir ni puedo recordar, el de mi concepción, pues si la Madre Naturaleza fue exacta en sus previsiones, lo fui el 8 de mayo de 1945: exactamente el día que terminaba la II Guerra Mundial en Europa. El segundo, la toma de posesión de John F. Kennedy como presidente de los Estados Unidos de América, el 20 de enero de 1961. El tercero, su asesinato en Dallas, va a hacer 45 años dentro de unos días. El cuarto, la llegada del hombre a la Luna, el 20 de julio de 1969. El quinto, el atentado de las Torres Gemelas de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001. El sexto, los atentados en Madrid del 11 de marzo de 2004. Y algunos más, evidentemente, que no cito aunque los recuerdo. El último, la alegría desbordada de buena parte de la población del mundo por la victoria de Barack Obama en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos de América de 2008.

Su discurso es una magnífica pieza de oratoria política, dicho sin papeles, con serenidad contenida. A mi me ha recordado enormemente el de toma de posesión de John F. Kennedy como presidente. Lo he buscado en Google, y aquí pueden leerlo y compararlo con el de Barack Obama de antesdeayer noche en Chicago. Habrá que esperar al de su toma de posesión, que, evidentemente, será mucho más elaborado. Estoy deseando escucharlo... En todo caso, agradezco a la diosa Fortuna que me haya proporcionado la oportunidad de ver y disfrutar de este 4 de noviembre de 2008. Sean felices a pesar de la que está cayendo... Nos merecemos la esperanza. Tamaragua. (HArendt)





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El presidente John F. Kennedy (1961-1963)




"Sí, podemos", por Barack Hussein Obama

¡Hola, Chicago!

Si todavía queda alguien por ahí que dude de que Estados Unidos es un lugar donde todo es posible, que se pregunte si el sueño de nuestros fundadores sigue vivo en nuestros tiempos, que cuestione la fuerza de nuestra democracia, esta noche es su respuesta.

Es la respuesta que dieron las colas que se extendieron alrededor de escuelas e iglesias en un número como esta nación jamás ha visto, por las personas que esperaron tres y cuatro horas, muchas de ellas por primera vez en sus vidas, porque creían que esta vez tenía que ser distinta y que sus voces podrían suponer esa diferencia.

Es la respuesta pronunciada por los jóvenes y los ancianos, ricos y pobres, demócratas y republicanos, negros, blancos, hispanos, indígenas, homosexuales, heterosexuales, discapacitados o no discapacitados. Estadounidenses que transmitieron al mundo el mensaje de que nunca hemos sido simplemente una colección de individuos ni una colección de Estados rojos y azules. Somos, y siempre seremos, los Estados Unidos de América.

Es la respuesta que condujo a aquellos que durante tanto tiempo han sido escépticos, temerosos y dudosos sobre lo que podemos lograr a poner manos al arco de la historia y torcerlo una vez más hacia la esperanza en un día mejor.

Ha tardado tiempo en llegar, pero esta noche, debido a lo que hhemos hecho en estas elecciones, en este momento decisivo, el cambio ha llegado a América.

Esta noche recibí una llamada extraordinariamente cortés del senador McCain.

El senador McCain ha luchado duramente en esta campaña. Y ha luchado aún más larga y duramente por el país que ama. Ha aguantado sacrificios por Estados Unidos que no podemos ni imaginar. Todos nos hemos beneficiado del servicio prestado por este líder valiente y abnegado.

Le felicito. Felicito a la gobernadora Palin por todo lo que han logrado. Y estoy deseando colaborar con ellos para renovar la promesa de esa nación durante los próximos meses.

Quiero dar las gracias a mi compañero en este viaje, un hombre que hizo la campaña desde el corazón y actuó como portavoz de los hombres y las mujeres con quienes se crió en las calles de Scranton y con quienes viajaba en un tren de vuelta a su casa en Delaware: el vicepresidente electo de Estados Unidos, Joe Biden.

Y no estaría aquí esta noche sin el respaldo infatigable de mi mejor amiga durante los últimos 16 años, el pilar de nuestra familia, el amor de mi vida, la próxima primera dama de la nación, Michelle Obama.

Sasha y Malia [sus hijas], os quiero a las dos más de lo que podéis imaginar. Y os habéis ganado el nuevo cachorro que nos acompañará a la nueva Casa Blanca. Y aunque ya no está con nosotros, sé que mi abuela nos está viendo, junto con la familia que hizo de mí lo que soy. Les echo en falta esta noche. Sé que mi deuda con ellos es incalculable.

A mi hermana Maya, mi hermana Alma, al resto de mis hermanos y hermanas, muchísimas gracias por todo el respaldo que me habéis dado. Estoy agradecido a todos vosotros. Y a mi director de campaña, David Plouffe, el héroe no reconocido, quien diseñó la mejor estrategia, creo, en la historia de Estados Unidos.

A mi estratega jefe, David Axelrod, que me ha acompañado en cada paso del camino. Al mejor equipo de campaña que en la historia de la política. Vosotros hicisteis realidad esto, y estoy agradecido para siempre por lo que habéis sacrificado para lograrlo.

Pero, sobre todo, no olvidaré a quien pertenece de verdad esta victoria. Os pertenece a vosotros. Os pertenece a vosotros.

Nunca di la impresión de ser el aspirante a este cargo con más posibilidades. No comenzamos con mucho dinero ni con muchos avales. Nuestra campaña no fue ideada en los pasillos de Washington. Se inició en los jardines traseros de Des Moines y en los cuartos de estar de Concord y en los porches de Charleston. Fue construida por los trabajadores y las trabajadoras que recurrieron a los pocos ahorros que tenían para donar a la causa cinco, diez dólares y veinte dólares.

Adquirió la fuerza de los jóvenes que rechazaron el mito ser una generación apática, que dejaron atrás sus casas y sus familiares para trabajar por poco dinero y sacrificando horas de sueño.

Adquirió la fuerza de las personas no tan jóvenes que hicieron frente al gélido frío y el ardiente calor para llamar a las puertas de desconocidos, de los millones de estadounidenses que se ofrecieron voluntarios y organizaron y demostraron que, más de dos siglos después, un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo es posible en la Tierra.

Ésta es vuestra victoria.

Y sé que no lo hicisteis sólo para ganar unas elecciones. Y sé que no lo hicisteis por mí. Lo hicisteis porque entendéis la magnitud de la tarea que queda por delante. Mientras disfrutamos esta noche, sabemos que los retos que nos traerá el día de mañana son los mayores de nuestras vidas: dos guerras, un planeta en peligro, la peor crisis financiera desde hace un siglo.

Mientras estamos aquí esta noche, sabemos que hay estadounidenses valientes que se despiertan en los desiertos de Irak y las montañas de Afganistán para jugarse la vida por nosotros.

Hay madres y padres que se desvelarán en la cama después de que los niños se hayan dormido y se preguntarán cómo pagar la hipoteca o las facturas médicas o cómo ahorrar lo suficiente para la educación universitaria de sus hijos.

Hay nueva energía que aprovechar, nuevos puestos de trabajo que crear, nuevas escuelas que construir y amenazas que afrontar, alianzas que reparar.

El camino por delante será largo. La cuesta será pronunciada. Puede que no lleguemos en un año ni en un mandato. Sin embargo, Estados Unidos, nunca he estado tan esperanzado como esta noche de que llegaremos.

Os prometo que, nosotros, como pueblo, llegaremos.

Habrá percances y pasos en falso. Muchos no estarán de acuerdo con cada decisión mía cuando sea presidente. Y sabemos que el gobierno no puede solucionar todos los problemas.

Pero siempre seré sincero con vosotros sobre los retos que nos espera. Os escucharé, sobre todo cuando discrepemos. Y sobre todo, os pediré que participéis en la labor de reconstruir esta nación, de la única forma en que se ha hecho durante 221 años: bloque por bloque, ladrillo por ladrillo, mano encallecida sobre mano encallecida.

Lo que comenzó hace 21 meses en pleno invierno no puede terminar en esta noche otoñal. Esta victoria en sí misma no es el cambio que buscamos. Es sólo la oportunidad para que hagamos ese cambio. Y eso no puede suceder si volvemos a lo de antes. No puede suceder sin vosotros, sin un nuevo espíritu de sacrificio. Así que hagamos un llamamiento a un nuevo espíritu patriótico, responsable, en que cada uno eche una mano y trabaje más y se preocupe no sólo de uno mismo sino también del otro. Recordemos que si esta crisis financiera nos ha enseñado algo es que no puede haber un Wall Street [el sector financiero] próspero mientras Main Street [la economía real] sufre.

En este país avanzamos o fracasamos como una sola nación, como un solo pueblo. Resistamos la tentación del partidismo, la mezquindad y la inmadurez que han intoxicado nuestra vida política desde hace tanto tiempo. Recordemos que fue un hombre de este Estado quien llevó por primera vez a la Casa Blanca la bandera del Partido Republicano, un partido fundado sobre los valores de la independencia y la libertad del individuo y la unidad nacional. Son valores que todos compartimos. Y si el Partido Demócrata ha logrado una gran victoria esta noche, lo hemos hecho con humildad y el empeño de curar las divisiones que han impedido nuestro progreso.

Como dijo Lincoln a una nación mucho más dividida que la nuestra, no somos enemigos, sino amigos. Aunque las pasiones hayan puesto bajo tensión nuestros lazos de afecto, éstos no deben romperse.

Y a aquellos estadounidenses cuyo respaldo me queda por ganar, puede que no haya obtenido vuestro voto esta noche, pero escucho vuestras voces. Necesito vuestra ayuda. Y seré vuestro presidente también.

Y a todos aquellos que nos ven esta noche desde más allá de nuestras costas, desde parlamentos y palacios, a aquellos que se reúnen alrededor de las radios en los rincones olvidados del mundo, nuestras historias son diferentes, pero nuestro destino es el mismo, y llega un nuevo amanecer de liderazgo estadounidense.

A aquellos que quieren derrumbar el mundo: os vamos a vencer. A aquellos que buscan la paz y la seguridad: os apoyamos. Y a aquellos que se preguntan si el faro de Estados Unidos todavía ilumina con fueerza: esta noche hemos demostrado una vez más que la fuerza auténtica de nuestra nación procede no del poderío de nuestras armas ni de la magnitud de nuestra riqueza, sino del poder duradero de nuestros ideales: la democracia, la libertad, la oportunidad y la esperanza firme.

Ahí está la verdadera genialidad de Estados Unidos: que puede cambiar. Nuestra unión se puede perfeccionar. Lo que ya hemos logrado nos da esperanza para lo que podemos y tenemos que lograr mañana.

Estas elecciones tuvieron muchas historias que se contarán durante siglos. Pero una que tengo en mente esta noche trata de una mujer que votó en Atlanta. Ella se parece mucho a otros que guardaron cola para hacer oír su voz en estas elecciones. Salvo por una cosa: Ann Nixon Cooper tiene 106 años.

Nació sólo una generación después de la esclavitud, en una era en la que no había automóviles por las carreteras ni aviones por los cielos, cuando alguien como ella no podía votar por dos razones: porque era mujer y por el color de su piel. Y esta noche pienso en todo lo que ella ha visto durante su siglo en Estados Unidos: la desolación y la esperanza, la lucha y el progreso; las veces que nos dijeron que no podíamos y la gente que se esforzó por continuar adelante con ese credo estadounidense: sí, podemos.

En tiempos en que las voces de las mujeres fueron acalladas y sus esperanzas descartadas, ella sobrevivió para verlas levantarse, expresarse y alargar la mano hacia la papeleta. Sí, podemos. Cuando la desesperación y la Gran Depresión se extendió a lo largo del país, ella vio cómo una nación superaba sus miedos con un New Deal (Nuevo Contrato), nuevos empleos y un nuevo propósitos comunes.

Sí, podemos.

Cuando las bombas cayeron sobre nuestro puerto y la tiranía amenazó al mundo, ella estaba allí para ser testigo de cómo una generación respondió con grandeza para salvar la democracia.

Sí, podemos.

Ella estaba allí con los autobuses de Montgomery, las mangas de riego en Birmingham, un puente en Selma y un predicador de Atlanta que dijo a un pueblo: "Lo superaremos".

Sí, podemos.

Un hombre llegó a la luna, un muro cayó en Berlín y un mundo se interconectó a través de nuestra ciencia e imaginación. Y este año, en estas elecciones, ella tocó una pantalla con el dedo y votó, porque después de 106 años en Estados Unidos, en los buenos tiempos y en las horas más negras, ella sabe cómo Estados Unidos puede cambiar.

Sí, podemos.

Hemos avanzado mucho. Hemos visto mucho. Pero queda mucho más por hacer. Así que, esta noche, preguntémonos ¿qué cambio verán, que progresos habremos conseguido si nuestros hijos viven hasta ver el próximo siglo, si mis hijas tienen la suerte de vivir tanto tiempo como Ann Nixon Cooper? Ésta es nuestra oportunidad de responder a ese desafío. Éste es nuestro momento. Éstos es nuestro tiempo, para dar empleo a nuestro pueblo y abrir las puertas de la oportunidad a nuestros pequeños; para restaurar la prosperidad y fomentar la causa de la paz; para recuperar el sueño americano y reafirmar esa verdad fundamental: que, aunque muchos, somos uno; que mientras respiremos, tenemos esperanza.

Y cuando tengamos dudas y oigamos a algunos decir que no podemos, contestaremos con ese credo eterno que resume el espíritu de un pueblo: sí, podemos.

Gracias. Que Dios os bendiga. Y que Dios bendiga a Estados Unidos de América.




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El presidente electo, B.H. Obama