miércoles, 16 de julio de 2025

EL POEMA DE CADA DÍA. HOY, ODA AL SR. DON GASPAR DE JOVELLANOS, DE JUAN MELÉNDEZ VALDÉS

 







ODA AL SR. DON GASPAR DE JOVELLANOS DEL CONSEJO DE S.M. MI AMIGO



Pues vienen navidades,

cuidados abandona,

y toma por un rato

la cítara sonora.


Cantaremos, Jovino,

mientras que el Euro sopla

con liras acordadas

de Anacreón las odas:


o a par del dulce fuego

las fugitivas horas

engañaremos juntos

en pláticas sabrosas.


Ellas van, y no vuelven

de las obscuras sombras:

¿por qué, pues, con cuidados

hacerlas aún más cortas?


Yo vi en mi primavera

mi barba vergonzosa,

cual el dorado vello

que el melocotón brota.


Y en mis cándidas sienes

el oro en crenchas rojas,

que ya los años tristes

obscuras me las tornan.


Yo vi al abril florido

que el valle alegre borda,

y al abrasado julio

vi marchitar su alfombra.


Vino el opimo octubre,

las uvas se sazonan;

mas el diciembre helado

le arrebató su pompa.


Los días y los meses

escapan como sombra,

y a los meses los años

suceden por la posta.


Así, a la triste vida

quitemos las zozobras

con el dorado vino

que bulle ya en la copa.


¿Quién los cuidados tristes

con él no desaloja

y al padre Baco canta

y a Venus Ciprïota?


Ciñámonos las sienes

de pámpanos y rosa;

brindemos; y aunque el Euro

combata con el Bóreas,


¿qué a nosotros su silbo,

si el pecho alegre goza

de Baco y sus ardores,

de Venus y sus glorias?


Acuérdome una tarde,

cuando el sol entre sombras

bajaba despeñado

ya al reino de la aurora,


que yo al hogar cantaba

de mi inocente choza,

mientras bailaban juntos

zagales y pastoras,


de nuestro amor sencillo

la suerte venturosa,

riquísimo tesoro

que en ti mi pecho goza.


Y haciendo por tu vida,

que a España tanto importa,

mil súplicas al cielo

con voces fervorosas,


cogí en la diestra mano,

cogí la brindadora

taza y con ansia amante

por ti la apuré toda.


Quedaron admirados

zagales que blasonan

de báquicos furores

al ver mi audacia loca.


Y yo tornando al punto

con sed aun más beoda

segunda vez librela

del néctar que la colma.


Cantando enardecido

con lira sonorosa

tu nombre y las amables

virtudes que le adornan.



Juan Meléndez Valdés (1754-1817)

poeta español














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