El río Segura a su paso por Murcia
¿Por qué buena parte de los españoles que nos declaramos de izquierdas damos la impresión de estar un tanto perdidos en el uso de términos tales como "pueblo, país, patria, gobierno, nación, España, estado"?... Al usarlos parecen similares pero no lo son. Para la derecha, sí; todo es lo mismo y va en el mismo saco. Los españoles que nos declaramos de izquierdas no deberíamos avergonzarnos de reivindicar el uso del nombre de España, la patria común que a todos nos acoge y ampara, No es solo de ellos, es también nuestra. Y deberíamos hacerlo sin vergüenza alguna, sin ningún tipo de remordimiento, sin amargura ni complejo de ninguna especie. Y para eso puede servirnos la poesía.
Hoy traigo hasta el blog al poeta Julián Andúgar (1917-1977). Nacido en Santomera (Murcia) en el seno de una familia campesina, comienza sus estudios en un seminario menor. Sus convicciones políticas le llevan a afiliarse al PSOE en 1935. Durante la guerra civil llega a ostentar el grado de capitán en el ejército republicano. Al término de la misma, tras pasar unos meses encarcelado se exilia en Francia. A su vuelta a España se afinca en Alicante por cuya provincia es elegido senador en 1977 en las listas del PSOE. Muere en esa ciudad tres meses después. Seguidor de Miguel Hernández, su poesía, no muy extensa, se caracterizó por un alto contenido social. Les dejo con su poema "Con España me acuesto y me levanto":
Con España me acuesto y me levanto
(si alguien dice con Dios también lo digo);
busco un hombre formal para testigo,
que abone mi denuncia en todo y cuanto
cierto y preciso fuera, que no es tanto
dejar la piel, los ojos, si consigo
a España recobrar ganado amigo,
a más del gozo que vendrá de canto.
De aquí, de allá, de mares por en medio,
velad, gritad, pedid sumariamente,
cada uno es demandante y da la cara.
Que ya estoy hasta aquí de tanto tedio,
de que hombres como picas se contenten
con verla a media luz siendo tan clara.
"Con España me acuesto y me levanto"
Julián Andúgar
Y mañana nos vemos con el poeta Enrique Azcoaga. Sean felices, por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt
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