jueves, 3 de agosto de 2017

[Desde la RAE] Hoy, con el académico Félix de Azúa







La Real Academia Española (RAE) se creó en Madrid en 1713, por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga (1650-1725), octavo marqués de Villena, quien fue también su primer director. Tras algunas reuniones preparatorias realizadas en el mes de junio, el 6 de julio de ese mismo año se celebró, en la casa del fundador, la primera sesión oficial de la nueva corporación, tal como se recoge en el primer libro de actas, iniciado el 3 de agosto de 1713. En estas primeras semanas de andadura, la RAE estaba formada por once miembros de número, algunos de ellos vinculados al movimiento de los novatores. Más adelante, el 3 de octubre de 1714, quedó aprobada oficialmente su constitución mediante una real cédula del rey Felipe V. 

La RAE ha tenido un total de cuatrocientos ochenta y tres académicos de número desde su fundación. Las plazas académicas son vitalicias y solo ocho letras del alfabeto no están representadas —ni lo han estado en el pasado— en los sillones de la institución: v, w, x, y, z, Ñ, W, Y.

En esta nueva sección del blog, que espero tengo un largo recorrido, voy a ir subiendo periódicamente una breve semblanza de algunos de esos cuatrocientos ochenta y tres académicos, comenzando por los más recientes, hasta llegar a la de su fundador, don Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga. Pero sobre todo, en la medida de lo posible, pues creo que será lo más interesante, sus discursos de toma de posesión como miembros de la Real Academia Española.

Y la continúo hoy con la del académico Félix de Azúa, que ocupa la silla "H". Elegido el 18 de junio de 2015, tomó posesión el 13 de marzo de 2016 con el discurso titulado Un neologismo y la Hache, al que respondió en nombre de la corporación, Mario Vargas Llosa. Les recomiendo su lectura porque es una auténtica delicia. No se lo pierdan.

El escritor Félix de Azúa, nació en Barcelona en 1944. Doctor en Filosofía por la Universidad de Barcelona, fue catedrático de Estética en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Cataluña hasta su jubilación. Anteriormente, había impartido clases en la Facultad de Filosofía de Zorroaga (San Sebastián), dependiente de la Universidad del País Vasco. Entre 1993 y 1995 dirigió el Instituto Cervantes de París.




Félix de Azúa en su toma de posesión en la RAE



Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



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miércoles, 2 de agosto de 2017

[Humor en cápsulas] Para hoy miércoles, 2 de agosto de 2017






El Diccionario de la lengua española define humorismo como el modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Pero también como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios. Yo no soy humorista, así que me quedo con la primera acepción, y en la medida de lo posible iré subiendo al blog cada día las viñetas de mis dibujantes favoritos. Las de hoy con Morgan en Canarias7; Idígoras y Pachi en El Mundo; Forges, Peridis y Ros en El País; y Montecruz y Padylla en La Provincia-Diario de Las Palmas. Disfruten de ellas.




Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



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[A vuelapluma] La condición femenina





Las mujeres nos hacemos fuertes en las oposiciones y los concursos públicos, pero en las jerarquías de los espacios privados la meritocracia no cuenta. Cuando entramos en la madurez, pareciera como si muchas sociedades quisieran olvidarnos, comenta en El País la profesora Ana Merino, catedrática en Historia y escritora y directora del MFA de escritura creativa en español de la Universidad de Iowa, en Estados Unidos.

Cuando era niña, comienza diciendo la profesora Merino, me fascinaban las mujeres con abanico. Todavía me fascinan, sobre todo ahora, que yo también ando sumergida en esa edad en la que el abanico se puede transformar en un complemento indispensable. Me sonrío mientras lo agito alrededor del cuello y me doy aire en el pecho acalorado. Algo tan folclórico como el abanico estaba lleno de claves en los juegos de mi niñez. Cerrado me recordaba a las varitas mágicas de las hadas. Era un objeto misterioso que al abrirse te sorprendía con dibujos y adornos florales. Mis favoritos, ya entonces, eran los que recogían escenas de los tapices de Goya. Las mismas escenas que adornaban las cajas metálicas de los caramelos blandos de café que tanto me gustaban aunque se quedaran pegados en las muelas. Miraba a las mujeres de cierta edad abanicarse y jugar con las varillas y la tela, abrir y cerrar lo que yo creía que eran sus varitas mágicas. Hadas de carne y hueso que me imaginaba dando consejos sabios. Pensaba en el hada Azul que consolaba a Pinocho y lo perdonaba. Pensaba en todas esas hadas que vienen a salvarnos del mal, en las heroínas de nuestra infancia, en esas hermosas mujeres que existían para compensar todos los despropósitos de un mundo injusto.

Todas se veían elegantes con ese objeto que se abría como la cola de un pavo real. Me encantaba observarlas en los vagones del metro, en las salas de espera de la consulta del médico, en las peluquerías o en la cola del mercado; de pronto lo sacaban por sorpresa mostrando sus dibujos, y lo agitaban resoplando con una sonrisa inmensa y las mejillas sonrojadas. Todavía hoy las busco, y me acuerdo de mi niñez analizando sus gestos y la elegancia de sus sencillas coreografías. El calor súbito que desprendían estaba lleno de mensajes que yo entonces no sabía descifrar. Nadie te prepara para entender esa nueva etapa de tu madurez. Entras en ese periodo de la vida que la biología llama climaterio en el que poco a poco cesa la función reproductora. A casi todas nos toca empezar a acostumbrarnos a ese calor súbito, a las sudoraciones nocturnas y a esas odiosas infecciones urinarias que tuvimos durante la juventud y que creíamos desterradas para siempre. De pronto nuestro cuerpo nos regala dolores de cabeza tremendos, y absurdas noches insomnes donde los pensamientos se vuelven abismos. Tratamos de revelarnos ante esos síntomas porque queremos sentirnos igual de ilusionadas con la vida que décadas atrás. Pero estamos comenzando otra etapa y nos confunde la extraña tristeza de nuestro pecho suspirando por su cuenta. Tenemos que acostumbrarnos a una realidad donde nuestro cuerpo va cambiando sus ritmos y deja de regirse por los ciclos de la matriz para volverse independiente de esas pautas biológicas para las que fue diseñado.

Con el paso del tiempo aparecen nuevas texturas en nuestro cuerpo cansado y quejoso que tienen que aprender a convivir con nuestra mente todavía ilusionada y luminosa. Tenemos nuestros pensamientos sumergidos en la energía vital de la juventud que se alarga porque cada día nos sentimos más seguras y estamos llenas de ideas y proyectos. Nuestro pensamiento es vitalista. Nos sentimos siempre jóvenes. Somos como aquellos replicantes que se negaban a desconectarse. Aquellos androides de vida operativa limitada que quieren revelarse y se lamentan de su suerte. Nos invade la misma angustia que sienten los replicantes, el mismo deseo de esos androides que todavía quieren seguir existiendo. Y es que, cuando las mujeres entran en la madurez, pareciera como si muchas sociedades quisieran olvidarse de ellas. Si miramos las estadísticas, solo unas pocas alcanzan puestos relevantes en empresas y grandes compañías. Las proporciones en la industria privada siguen siendo demasiado desequilibradas. Nos hacemos fuertes en las oposiciones y los concursos públicos, pero en las jerarquías de los espacios privados la meritocracia no cuenta. No cuenta la inteligencia y el esfuerzo sobresaliente que pondría a muchas mujeres con una larga experiencia en los más altos cargos de gestión empresarial.

En esta nueva época de nuestra existencia que somos sabias como el hada Azul, que tenemos la pericia de la vida descifrada y aprendida, la sociedad no sabe bien qué hacer con nosotras. Y es extraño, porque somos grandes lectoras. Leemos sobre todo en la edad del abanico y la madurez, y tal vez sea porque estamos más vivas que nunca y tenemos ganas de sumergirnos en otras vidas. Y la literatura es ese lugar atemporal que se inventa otros mundos, y nos da sosiego y esperanza. Podemos vivir muchas vidas ahora que nuestro cuerpo cambia sus ritmos y ya no segrega las mismas hormonas. Ahora que nos enfrentamos al discurrir del tiempo sin sentir el peso de una sociedad que en nuestra juventud nos obligaba a medirnos con la iconografía de las modelos, las cantantes, las famosas mediáticas o las actrices. Tantas horas que hemos perdido dialogando en silencio con los espejos. Nuestra imagen se ha aburrido de esas absurdas ansiedades donde parecía que nuestra cara y nuestro cuerpo hablaba por nosotras con gestos mudos y desesperanzadores. 

Con la madurez adquirimos la seguridad de las hadas, nos sentimos capaces de enfrentar el futuro con serenidad y entereza. Si algo no nos gusta, nos abanicamos diez veces para que al menos nada nos robe el aire y las ganas de existir. Tal vez con todos estos años de sabiduría que nos acompañan, hemos aprendido a dialogar con los instantes y tengamos mucho de esas diosas del destino, de esas hilanderas tan temidas, de esas parcas que tan bien conocían los hilos de la vida. Hemos llegado muy lejos en este presente, y en esta etapa todavía desprendemos energía y ganas de crecer. No nos resistimos a pasar a un segundo plano porque las miradas de la sociedad busquen superficialidad y entretenimiento vacío. Nosotras, libres ya de complejos, estamos mejor que nunca y disfrutamos del presente que nos toca vivir. Somos las hadas, las magas, las reinas, las diosas, las sabias, las poderosas, las luchadoras, las tenaces trabajadoras.

Enfundadas en un cuerpo que ya no necesita seguir las pautas de una sociedad obsesionada con las apariencias, concluye diciendo, inventamos las mitologías de una nueva existencia. Somos las mujeres del abanico que al abrirlo ofrecen al mundo años de experiencia y conocimiento, de sabiduría genuina e inteligencia, de trabajo, de empatía y amor. Nuestra biología no lo sabe, porque aunque el destino nos haya elegido para convertirnos en superheroínas y engrandecer las sociedades y que todos prosperemos, nadie parece saberlo. A estas alturas de nuestra carrera no pedimos discriminación positiva, simplemente queremos que se lean nuestro currículum.



Dibujo de Nicolás Aznárez para El País


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[Poesía y pìntura] Hoy, con Agustín de Salazar y John Currin





Retomo la sección de Poesía y pintura del blog, abandonada desde hace unos meses, en la que intento reunir en una misma entrada algunos de los más bellos sonetos en lengua española y de mis pinturas favoritas. Espero que sean de su agrado. Hoy dedico la entrada al poeta Agustín de Salazar y su soneto Si la región adonde el Sol no llegaal pintor John Currin y su cuadro Honeymoon nude. Disfruten de ambos. 







Agustín de Salazar y Torres (1636-1675), fue un poeta y dramaturgo español del Siglo de Oro. Hijo de padres de esclarecido linaje, con cinco años de edad pasó a Nueva España con su tío don Marcos de Torres, obispo de Campeche, que murió siendo virrey de México, y a cuyo lado estuvo durante su niñez y adolescencia. Estudió humanidades en la Universidad de México, donde destacó por su inclinación a la poesía. Leyó a poetas griegos, latinos, italianos y españoles y según refiere su biógrafo y amigo Juan de Vera Tassis, en ciertos ejercicios públicos recitó, no contando aún doce años de edad, en el Colegio de la Compañía de Jesús, las Soledades y el Polifemo, de Luis de Góngora de memoria, «comentando los más oscuros lugares, desatando las mis intrincadas dudas y respondiendo a los más sutiles argumentos que le proponían los que muchos años se habían ejercitado en su inteligencia y lectura». Les dejo con su soneto Si a la región adonde el Sol no llega. Espero que les guste.


SI A LA REGIÓN ADONDE EL SOL NO LLEGA


Si a la región adonde el Sol no llega
me fueses colocado, dueño mío,
donde se hiela el mar y cuaja el río
y ni uno corre ni otro se navega;

si te huyes, mi bien, a la Noruega
en los rigores del invierno frío
o adonde en el ardiente y seco estío
golfo de rayos la Etiopía anega;

si en el África estéril y arenosa
de víboras ardientes habitada
te viese entre sus áspides más fiera,

tal es de Amor la fuerza poderosa
que si a éstas partes fueras trasladada,
lleve el diablo mi vida si allá fuera.

Agustín de Salazar



John Currin


John Currin nació en 1962 en Boulder, Colorado. Estudió en la Carnegie Mellon University en Pittsburgh donde obtuvo un BFA y un MFA en la Yale University. Pintor de estilo muy realista, muestra el desnudo y la sexualidad humana de forma provocativa, exagerando los gestos con una temática social. Admirador de los grandes maestros del arte, es conocido por expresar en su pintura figurativa la femineidad de forma satírica, provocando en cada creación una técnica pura pero muy hábil. 



Honeymoon nude (John Currin, 1998)



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[Especial] 11 años de Desde el trópico de Cáncer



La primera carátula de Desde el trópico de Cáncer


El 2 de agosto de 2006, tal día como hoy, nacía esta aventura que es Desde el trópico de Cáncer. Once años después, y tres mil seiscientas noventa y dos entradas más tarde, aquí seguimos. Con altibajos, desánimos, ilusiones y constancia. Día a día, entrada tras entrada. A ver si podemos llegar al décimo segundo aniversario y celebrarlo de nuevo con ustedes... Muchas gracias por seguir ahí. Y muy especialmente a los lectores estadounidenses del blog que ya casi superan a los españoles, seguidos, por ese orden, de franceses, alemanes, mexicanos, rusos, argentinos, colombianos, chilenos, peruanos... Así, hasta los 569.000 lectores que a día de hoy se han asomado a Desde el trópico de Cáncer. Gracias, de nuevo. 

Para celebrar el aniversario les dejo con un relajante reportaje fotográfico realizado hace ya un tiempo desde la azotea de nuestra casa en Las Palmas. Espero que les guste. Y así comienza el "año XII" de Desde el trópico de Cáncer. Seguimos en contacto.






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martes, 1 de agosto de 2017

[Humor en cápsulas] Para hoy martes, 1 de agosto de 2017






El Diccionario de la lengua española define humorismo como el modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Pero también como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios. Yo no soy humorista, así que me quedo con la primera acepción, y en la medida de lo posible iré subiendo al blog cada día las viñetas de mis dibujantes favoritos. Las de hoy con Morgan en Canarias7; Idígoras y Pachi en El Mundo; Forges, Peridis y Ros en El País; y Montecruz y Padylla en La Provincia-Diario de Las Palmas. Disfruten de ellas. 





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[Un clásico de vez en cuando] Hoy, con "Edipo en Colono", de Sófocles





En la mitología griega, Melpómene (en griego Μελπομένη "La melodiosa") es una de las dos Musas del teatro. Inicialmente era la Musa del Canto, de la armonía musical, pero pasó a ser la Musa de la Tragedia como es actualmente reconocida. Melpómene era hija de Zeus y Mnemósine. Asociada a Dioniso, inspira la tragedia, se la representa ricamente vestida, grave el continente y severa la mirada, generalmente lleva en la mano una máscara trágica como su principal atributo, en otras ocasiones empuña un cetro o una corona de pámpanos, o bien un puñal ensangrentado. Va coronada con una diadema y está calzada de coturnos. También se la representa apoyada sobre una maza para indicar que la tragedia es un arte muy difícil que exige un genio privilegiado y una imaginación vigorosa. Un mito cuenta que Melpómene tenía todas las riquezas que podía tener una mujer, la belleza, el dinero, los hombres, solo que teniéndolo todo no podía ser feliz, es lo que lleva al verdadero drama de la vida, tener todo no es suficiente para ser feliz.

Les pido disculpas por mi insistencia en mencionar a los clásicos, de manera especial a los griegos, y de traerlos a colación a menudo. Me gusta decir que casi todo lo importante que se ha escrito o dicho después de ellos es una mera paráfrasis de lo que ellos dijeron mucho mejor. Con toda seguridad es exagerado por mi parte, pero es así como lo siento. Deformación profesional como estudioso de la Historia y amante apasionado de una época y unos hombres que pusieron los cimientos de eso que llamamos Occidente.

Retomo después de mucho tiempo la sección de Un clásico de vez en cuando trayendo trayendo al blog la tragedia de Sófocles Edipo en ColonoPueden leerla en el enlace inmediatamente anterior o ver si lo desean al final de la entrada un vídeo con la representación de la obra en el teatro romano de Siracusa, Italia, llevada a cabo por el Istituto Nazionale del Dramma Antico el año 2016.




Sófocles


Sófocles (496-406 a.C.) fue un poeta trágico griego, autor de obras como Antígona y Edipo rey, que le sitúan, junto con Esquilo y Eurípides, entre las figuras más destacadas de la tragedia griega. De toda su producción literaria sólo se conservan siete tragedias completas que son de importancia capital para el género. Participó activamente en la vida política de Atenas, ocupando los cargos de heletómano (tesorero de la Liga de Delos) y de estratego durante la Guerra de Samos bajo la autoridad de Pericles. 




Edipo en Colono (Jean-Antoine T. Giroust, 1788)


Edipo en Colono fue escrita por Sófocles entre el 407 y el 406 a.C., cuando tenía unos noventa años de edad. En ese año las tropas espartanas atacaron Colono, localidad próxima a Atenas y patria chica del autor, pero fueron rechazadas. Es verosímil que la obra fuera compuestas tras este fallido ataque. Fue presentada a concurso por su nieto el 401 a.C. obteniendo el primer premio.

En la cronología, se producen los eventos de Edipo en Colono después de los sucesos de Edipo rey y antes de Antígona; sin embargo, fue la última de las tres tragedias. Mientras en las otras dos obras sobre Edipo traen a menudo el tema de la responsabilidad moral de una persona y su destino, Edipo en Colono es la única en donde se aborda explícitamente el hecho de que él no es responsable de las acciones que estaba destinado a cometer.

Edipo, ya ciego, llega a Colono, distrito de Atenas, acompañado por su hija Antígona. Un lugareño les pide que abandonen el recinto sagrado de las Euménides, en el que se encuentran. Edipo se niega porque sabe que éste era el lugar en el que había de morir según el oráculo, y llegan más lugareños para echarlo de allí. Aparece Teseo, el rey de Atenas, quien asegura a Edipo su protección y le promete que será enterrado en suelo ático; de esta forma su espíritu protegerá Atenas. Ismene, la otra hija, llega de Tebas contando el futuro enfrentamiento entre los hermanos; ganará aquel que consiga tener consigo a Edipo. Por eso, Creonte, su cuñado, aparece con intención de prenderlo para que sea Tebas y no Atenas quien reciba su cuerpo; sus hombres capturan a Antígona e Ismene. Teseo interviene en ese momento y lo rescata a él y a sus hijas. Polinices aparece para ganar el apoyo de su padre, simulando arrepentimiento e intenta obtener el beneplácito paterno en su enfrentamiento con Eteocles, pero sólo consigue enfurecer a Edipo, quien lanza maldiciones contra ellos, que morirán el uno a manos del otro. Finalmente se oye un trueno, que señala el fin inminente de Edipo. Éste indica, tan sólo a Teseo, cuál será el emplazamiento de su tumba, pues traerá la fortuna a Atenas mientras siga allí. Se retira, y un mensajero cuenta que tras bendecir a sus hijas, se ha apartado a un lugar solitario y que ha muerto solo, en presencia de Teseo.





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lunes, 31 de julio de 2017

[Humor en cápsulas] Para hoy lunes, 31 de julio de 2017






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[A vuelapluma] Sedición





Antonio Elorza, historiador, catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid, acusa en El País al gobierno de la comunidad autónoma de Cataluña de sedición (del latín seditio, -ōnis: Alzamiento colectivo y violento contra la autoridad, el orden público o la disciplina militar, sin llegar a la gravedad de la rebelión). Frenar el procès, dice en su artículo, constituye hoy la primera exigencia democrática que cumplir. Pienso que tiene toda la razón y que deben acabarse los paños calientes y la contemporización con quienes atentan contra la democracia, la Constitución y la ley. 

Los primeros pasos de la marcha catalanista hacia la independencia, comienza diciendo Elorza, eran previsibles desde las manifestaciones de Som una naciò! y tras la Diada. La novedad residió en el planteamiento expuesto por Artur Mas. Tras el encuentro con Rajoy, resultó claro que suponía un órdago al orden constitucional, una sedición en toda regla, y que resultaba excluido el pluralismo político. Remití entonces, el 16 de octubre, unas reflexiones a mis escasos contactos con el poder, uno de ellos Carme Chacón.

La eliminación del cauce constitucional, de “la legitimidad sustentada en la democracia representativa”, respondía a una suplantación del sujeto político: “Intérprete único de la voluntad de Cataluña”, anoté, “Mas ya se ha separado de España; la movilización impulsada desde el Govern, a favor del éxito de la Diada, se orienta a forzar —sin resistencia alguna— la homogeneización de la opinión pública catalana de cara a ese acto puntual, la consulta/referéndum, que hay que ganar por encima de todo”. No se trataba de abrir un debate, sino de convocar a unos hinchas para vencer “el partido decisivo”. ¿Recursos? “Movilización de masas, presión sobre los eventuales opositores con la amenaza de retirarles la credencial de catalanes”.

Así ha sido hasta ahora, en la Cataluña binaria descrita por Enric Hernández. De modo que “la democracia no interviene en el desarrollo de su proyecto, salvo a la hora de la manipulación”. Es la democracia aclamativa de Carl Schmitt, donde las masas, bajo un liderazgo ejerciendo la demagogia, destruyen la idea de ciudadanía. Aun en el caso de existir una mayoría independentista, ello no afecta a la perversión de un procedimiento de raíz totalitaria, que no apela a la razón, sino a la coacción y al imperio del efecto-mayoría.

Y “tampoco cabe el diálogo, ya que solo lo admitiría para que sus exigencias fueran aceptadas a ciegas”. Las palabras de Puigdemont fueron tan ilustrativas al respecto como para que Pedro Sánchez y Margarita Robles percibiesen que invocar aquí y ahora un imposible “diálogo” erosiona la defensa de la libertad.

Las reflexiones de nada sirvieron, pese a que en su táctica de “engañar al Estado”, y a los ciudadanos, la Generalitat ha jugado al póker descubierto, confirmándolas: propaganda, satanización de quien rechace la independencia, referéndum inconstitucional, golpe de Estado tras el 1 de octubre contra la democracia. Frenar el procès constituye hoy la primera exigencia democrática.





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