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miércoles, 18 de diciembre de 2019

[A VUELAPLUMA] Patrimonio de la Humanidad





"Llegará un día -ironiza el escritor Quim Monzó en el A vuelapluma de este miércoles- que no habrá en el mundo nada que no sea patrimonio de la humanidad, ese reconocimiento oficial que se hace para proteger los bienes culturales y naturales del planeta y que en 1972 aprobó la Unesco. Esta semana, desde el lunes hasta hoy, un comité especial se reúne en Bogotá para evaluar las cuarenta y una solicitudes que les han llegado de todo el mundo con la aspiración de ser acogidas en la lista de patrimonio inmaterial. El jueves se supo cuáles han sido aceptadas y cuáles no. Pero no perdamos de vista la versatilidad de las candidatas.

La República Dominicana -continúa diciendo- quiere que le acepten la bachata, un género con estrellas rutilantes como Juan Luis Guerra, Romeo Santos, Frank Reyes o Raulín Rodríguez. Lo hacen espoleados por el éxito que el país tuvo hace tres años, cuando aceptaron inscribir el merengue. Proclaman que es una manifestación artística autóctona y que constituye un “elemento fuerte de cohesión social”. De acuerdo. Francia, Suiza e Italia presentan conjuntamente el alpinismo, “una práctica que nació en los Alpes durante el siglo XIV”, dicen ellos, pero que probablemente debería fecharse mucho tiempo antes, si Ötzi, el hombre de hielo, murió hace más de cinco milenios, cuando atravesaba los Alpes. Los tres países alegan que el alpinismo es más que un deporte, ya que “reúne un conjunto de técnicas y de conocimientos”. Pues vale. También optan a la tómbola la cerámica de Talavera, el desfile del Señor del Gran Poder de Bolivia, las danzas Hatajo de Negritos y Las Pallitas de Bolivia y la bumba-meu-boi de Brasil. Y como guinda, el masaje tailandés, “un arte milenario que en las últimas décadas se ha popularizado en el mundo entero”. No dudo que en próximas reuniones de la Unesco alguien pida que se incorpore a la lista de patrimonio inmemorial el masaje con final feliz, que es también una práctica milenaria muy apreciada. Y como la gastronomía francesa (y un montón de singularidades culinarias más) son patrimonio de la humanidad desde hace años, ¿por qué no deberían serlo el ajoblanco, el alioli, o el garum ? De la misma forma, si el alpinismo consigue aparecer en la lista de la Unesco, ¿por qué no aceptar también el bridge o la petanca, tradiciones arraigadas y seculares?

Con el patrimonio de la humanidad pasa como con la Creu de Sant Jordi, que la han concedido a tantísima gente que ya queda deslucida. Algunos a los que se la ofrecen prefieren no aceptarla y esperar a ver si suena la flauta y, antes de morirse, les dan la Medalla d’Or de la Generalitat".

A vuelapluma es una locución adverbial que el Diccionario de la lengua española define como texto escrito "muy deprisa, a merced de la inspiración, sin detenerse a meditar, sin vacilación ni esfuerzo". No es del todo cierto, al menos en mi caso, y quiero suponer que tampoco en el de los autores cuyos textos subo al blog. Espero que los sigan disfrutando, como yo, por mucho tiempo. 





La reproducción de artículos firmados en este blog no implica compartir su contenido. Sí, en todo caso, su  interés. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




HArendt




Entrada núm. 5552
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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)