La ciudad de Ceuta, desde el aire
¿Por qué buena parte de los españoles que nos declaramos de izquierdas damos la impresión de estar un tanto perdidos en el uso de términos tales como "pueblo, país, patria, gobierno, nación, España, estado"?... Al usarlos parecen similares pero no lo son. Para la derecha, sí; todo es lo mismo y va en el mismo saco. Los españoles que nos declaramos de izquierdas no deberíamos avergonzarnos de reivindicar el uso del nombre de España, la patria común que a todos nos acoge y ampara, No es solo de ellos, es también nuestra. Y deberíamos hacerlo sin vergüenza alguna, sin ningún tipo de remordimiento, sin amargura ni complejo de ninguna especie. Y para eso puede servirnos la poesía.
De ahí, mi atrevimiento de traer durante unas cuantas semanas, o mientras el cuerpo aguante, lo que algunos de los grandes poetas contemporáneos, poetas del exilio exterior e interior, pero españoles todos hasta la médula, han dicho sobre su patria común, sobre la nuestra, sobre España y su añoranza. Y es que, en palabras de Walt Whitman, "el poeta es el instrumento por medio del cual las voces largamente mudas de los excluidos dejan caer el velo y son alcanzados por la luz".
Gentes oscuras de hambre y lejanía,
ojos hambrientos, manos o sarmientos;
hombres tristes de Gredos, hombres lentos
y mujeres sin luz de Las Umbrías.
Me ven, se alejan, huyen. Saltan frías
las aguas del Alberche. Suenan vientos
por Mijares. Oscuros, cenicientos,
lejos me ven desde las serranías.
Yo, de ciudad alegre y luminosa,
vengo a la primavera. El mundo canta
el himno de la vida y de la rosa.
Gentes me ven oscuras. Se levanta
el corazón a Dios. Gredos reposa
y la canción se quiebra en la garganta.
"Áspera España"
Luis López Anglada
Luis López Anglada
Y mañana nos vemos con el poeta Ramón de Basterra. Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt