miércoles, 24 de enero de 2024

De la era del conspiracionismo

 







Conspiración, conspiración, conspiración
JAVIER LÓPEZ ALOS
23 ENE 2024 - Revista de Libros - harendt.blogspot.com

Reseña del libro La era del conspiracionismo. Trump, el culto a la mentira y el asalto al Capitolio, de Ignacio Ramonet. Clave Intelectual, Madrid, 2023
La era del conspiracionismo. Trump, el asalto al Capitolio y el culto a la mentira combina con acierto los planos narrativo e interpretativo para explicar un acontecimiento que requiere un relato de los hechos, sí, pero también un análisis que desenmarañe su significado. Aunque el énfasis de la empresa no es teórico, sino informativo, se trata de una aportación relevante para cualquiera que desee abordar la tarea de una teoría del conspiracionismo y sus implicaciones para la democracia.
Es 6 de enero de 2021, en el Capitolio, Washington D. C.: además de la ostentosa violencia empleada por los asaltantes, de la indumentaria estrafalaria de algunos de ellos y de la perplejidad con que asistimos a unas escenas propias de una película, seguramente nos venga también a la cabeza una pregunta cuyos ecos se prolongaron durante días: pero ¿cómo es posible? La brutalidad del ataque; la simplicidad de los mensajes y de los discursos que los jalearon; lo primario, en fin, de las pulsiones que atraviesan tan triste episodio, no deben inducirnos a ignorar su complejidad. El último libro de Ignacio Ramonet (Redondela, 1943) la expone con rigor y claridad y, en el camino, ofrece descripciones e ideas que nos sirven para entender dinámicas similares en otros lugares del mundo donde el uso sistemático de la mentira y las teorías de la conspiración son también vectores políticos de primera magnitud. La obra condensa así más de dos años de indagación con el objetivo de, en palabras del autor, «realizar una observación con microscopio del asalto al Capitolio, como el ejemplo más elocuente y significativo del malestar actual de nuestra civilización (basada, en principio, en los valores democráticos, pero también en las tecnociencias, la razón y el progreso)» (p. 32).
La trayectoria profesional de Ignacio Ramonet, cuya sensibilidad a los movimientos tectónicos del (des)orden neoliberal está bien atestiguada desde hace décadas, presenta una doble vertiente muy reconocible en este volumen: por una parte, su faceta periodística (en la que destacan sus años al frente del semanario Le Monde Diplomatique y su atención a los asuntos internacionales y de alcance global); por otra, su condición académica como catedrático de Teoría de la Comunicación en la Universidad París Diderot. Del primer oficio distinguimos el reflejo en un pulso narrativo muy cercano al reportaje de investigación, aunque no pretenda serlo y además introduzca un par de ficciones literarias al principio y al final de la obra. Apoyándose también en fuentes periodísticas, Ramonet procura una síntesis cabal de lo acaecido en el Capitolio y de temas tan intrínsecamente confusos como el Pizzagate, elterraplanismo, la plandemia, la conspiración Qanon o la existencia de falsos pájaros que nos vigilan. Con el análisis crítico de estos materiales, acompañados por 368 notas, consigue organizar significativamente la caótica constelación del complotismo.
Para sostener que habitamos una era definida por (los efectos de) la creencia masiva en conspiraciones, el autor comienza por delimitar el contexto sociológico y cultural de su irrupción: dónde y de dónde sale todo esto. De otra forma no podría concluirse la singularidad histórica de nuestra época ni por qué los sucesos del 6 de enero de 2021 adquieren categoría de acontecimiento, esto es, cristalización de unas dinámicas sociales que llevaban años gestándose, y apertura de un panorama político electoral atravesado por variables ajenas al control democrático. En realidad, la novedad no radicaría ni en la ubicuidad de la mentira ni en la profusión de conspiraciones. Ni siquiera en la intervención de turbas incontroladas en la resolución de las disputas por el poder, sino en el modo en que se producen esos fenómenos, así como en la escala de sus consecuencias, incluida la legitimación de la violencia de los adeptos contra las instituciones. El libro deja claro que las fake news, más que mentiras, constituyen el resultado de una industria especializada en la fabricación y distribución de mentiras, procesos en los que la verdad de los hechos depende de las emociones que despierten y de la explotación de sesgos cognitivos. Por si fuera poco, la recepción de toda esta mercancía de falsedades y desinformación, en la que las redes sociales tienen un protagonismo sobresaliente, coincide con múltiples crisis (de índole económica, cultural, sanitaria…) y la normalización de discursos abiertamente antidemocráticos y anticientíficos, a la que no es ajena la documentadísima mendacidad del propio Donald Trump (más de 30.500 faltas a la verdad registró el Washington Post, recuerda Ramonet, p. 87).
Con relación a los antecedentes históricos de este culto a la mentira, existen tanto diferencias cuantitativas como cualitativas en su fabricación, consumo y efectos. A lo largo del libro, Ramonet subraya la componente tecnológica, fundamental en la producción a escala y difusión instantánea de bulos y todo género de noticias maliciosas, pero también en la aparición de comunidades de creyentes en (o activistas digitales contra, señala asimismo) conspiraciones. Siguiendo esta descripción, allí donde se extiende la atomización, el aislamiento y la sensación de haber sido abandonados en medio del fracaso, la militancia conspiracionista conecta a los individuos y les proporciona un vínculo de pertenencia. Al mismo tiempo, les permite afianzar su identidad como parte de algo por lo que aún merece la pena luchar. Para el autor, el crecimiento del conspiracionismo es inseparable de factores como la crisis de la clase media blanca empobrecida y el fin del sueño americano. La desigualdad, la pavorosa prevalencia de problemas de salud mental, y la zozobra insoportable con la que gran parte de la población se ve forzada a convivir (Ramonet cita tasas de ansiedad y depresión del 37% y el 30% respectivamente a finales de 2020, p. 44), propician que muchas personas encuentren en la conspiración de turno una canalización plausible de su desazón.
El universo conspiracionista está asociado con otras respuestas resentidas al malestar sistémico de nuestra época, como el racismo, la xenofobia, la homofobia o el machismo, por citar algunas de las que el semiólogo gallego menciona. La afinidad conspiracionista con la extrema derecha es deudora también de una desconfianza epistémica que confunde el cuestionamiento crítico de lo dado con la negación de la ciencia y de toda verdad no acomodada a los hechos que uno preferiría… en función de su libertad individual. La urgencia y la angustia derivadas de las revelaciones complotistas, así como las dimensiones del mal que se ha descubierto obrar en secreto, justifican cuanta violencia sea necesaria para detenerlo. Las premisas pueden ser falsas, pero la conclusión insurreccional tiene su lógica.
Además de en los orígenes del conspiracionismo trumpista y en las condiciones de posibilidad de su popularización, el libro se detiene en otra faceta imprescindible del fenómeno: cómo funciona. Mediante la exposición de ejemplos recientes de teorías de la conspiración (algunas no muy conocidas fuera de Estados Unidos, pero que sirven de inspiración en otros países), el autor se interesa por los mecanismos que rigen sus estructuras comunicativas. Ello nos brinda una suerte de catálogo razonado de presuntas conspiraciones en las que el «pánico moral» (término acuñado por el sociólogo Stanley Cohen en 1972) desempeña un papel decisivo. No en vano, en el repertorio analizado por Ramonet, entre toda clase de denuncias de conspiraciones contra «nuestra libertad» (destinadas a controlarnos, a imponernos ideas y límites), destacan las de naturaleza sexual. En especial, acusaciones de pedofilia, con redes criminales de poderosos que practican rituales satánicos y hasta antropofágicos. Cualquier aberración imaginable es atribuible al enemigo y resulta creíble; otro término central en el libro, pues la conspiración es una cuestión de fe y no de hechos. El valor supremo a proteger sería aquí la familia, en especial, los hijos, y la preocupación por ellos exige demostraciones a la altura de la amenaza. En definitiva, Ignacio Ramonet muestra en La era del conspiracionismo que lo que ocurrió aquella mañana de invierno en la sede del Congreso de Estados Unidos es un acontecimiento extraordinario, pero no inexplicable. Como comprobamos apenas dos años después en la plaza de los Tres Poderes de Brasilia, tampoco es irreplicable. Conocemos mejor cómo fue posible y por qué el peligro continúa ahí. Pero el texto puede leerse también como una invitación a reflexionar sobre las consecuencias de la miríada de mentiras, intoxicación y caos que es capaz de producir un modelo social insoportable para cada vez más gente. Un malestar del que, todo lo indica, millones de personas en todo el mundo tratan de huir por la estrecha pasarela del populismo reaccionario. Debajo de la cual ―conviene no olvidar―, el abismo. Ojalá comprender todo esto sea el primer paso para proponer otros caminos de salida. Este libro supone una contribución útil y a tener en cuenta en esa necesaria dirección. Javier López Alós es doctor en Filosofía y escritor. Tamaragua, amigos míos.










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