viernes, 29 de diciembre de 2023

Del discurso del rey visto por una exiliada

 






Hola de nuevo. Y de nuevo a todos feliz viernes. Como exiliada de mi propio país, veo al rey Felipe consciente del peligro de que los españoles, por muy unidos que estén  en su satisfacción por el camino recorrido desde el fin de una dictadura, se dividan por interpretaciones contrarias y desavenencias políticas, comenta hoy en El País la novelista nicaragüense Gioconda Belli. No veo yo ese peligro inminente, pero existir, existe. Y no sería la primera vez que ocurre. Por eso sería oportuno rebajar un poco la crispación, que por otro lado, solo es política y no social. Sean felices, por favor. O al menos no dejen de intentarlo. HArendt. harendt.blogspot.com









El discurso del Rey visto por una exiliada
GIOCONDA BELLI
29 DIC 2023 - El País - harendt.blogspot.com

Para una persona como yo, que proviene del universo alternativo de naciones como Nicaragua donde la democracia no pasa de ser una esperanza y que incluso cuando se realiza es tan frágil y efímera como una mariposa y deriva en tiranía, escuchar el mensaje navideño del Rey Felipe VI es entrar dentro de otra dimensión. El rey es un hombre sereno, bien parecido, dueño de una voz pausada propia de una autoridad familiar que le viene de siglos y que asume de manera natural. Es el hombre que hemos visto obedecer al amor al casarse y ser un padre afectuoso y cercano para sus hijas. Algo tiene la tradición que seduce, por mucho que uno comprenda las contradicciones de su procedencia. Ver al rey en este primer año en que escucho su mensaje como habitante de España, donde ahora vivo, me inspiró respeto por la institucionalidad que representa. Las diversas facetas de la democracia española me han parecido dignas y sobresalientes. El mensaje del rey, en un momento de tensiones como el que vivimos me pareció muy pertinente. Sentí que es consciente del peligro de que un país, por muy unido que esté en su satisfacción por el camino recorrido desde el fin de una dictadura, se divida por interpretaciones contrarias y desavenencias políticas. En los últimos años hemos sido testigos en el mundo del efecto trepidante que tienen las palabras en boca de personas públicas que no miden aquello de que “quien siembra vientos, cosecha tempestades”. Hemos visto discursos desmesurados sacar a flote las pasiones y frustraciones cotidianas de los oyentes y afilarlas con insidia para generar odio y enemistad donde antes sólo había diferencias de opinión. Los que desatan esas corrientes se fascinan con el poder de sus arengas. Quizás no se percaten, al inicio, de las tormentas que siembran, pero una vez desatado el vendaval no logran evitar la fascinación del empoderamiento que les causa el eco de sus rugidos.
Las desigualdades sociales, el creciente individualismo, las presiones del consumismo, el racismo, el sexismo y tantos más ismos; la retroalimentación del despecho que amplifican las redes sociales, ha creado un caldo de cultivo para las tormentas perfectas que sacrifican la madurez y la ecuanimidad en aras de agendas iracundas. Como hemos visto en Estados Unidos, un solo individuo, inescrupuloso con la verdad, ha logrado generar un fenómeno de masas que ha puesto en jaque el funcionamiento de una de las democracias más consolidadas de Occidente.
Entiendo y concuerdo con la percepción del rey de que la excepcionalidad de este país merece cuidarse, como un tesoro urdido tras mucho esfuerzo y dolor. Gioconda Belli es novelista y poeta.













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