miércoles, 21 de marzo de 2012

El amargo don de la mediocridad

Un día te levantas y dices en alto eso que llevas tiempo dándole vueltas a la cabeza:  "Soy mediocre. No destaco en nada ni sirvo para más". Al no decirlo muy alto no esperas que te digan: "Eso no es verdad. Tú vales mucho y haces cosas muy bien." Tus sueños no se han cumplido, ni se van a cumplir ya; el tiempo pasó y no retrocede.No vas a pasarte esa temporada viviendo en Florencia; se te acabó el tiempo y las ganas de estudiar. Hasta los amigos desaparecen según te vas alejando, cada vez más, de los círculos. Estás rodeado de un círculo intenso y familiar que es lo que te mantiene a flote, pero el círculo único del "yo" se desvanece.

Tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro; si no lo haces no eres nada. No hace falta que sean esas tres cosas exactamente; cada uno tiene sus metas, o las tenía. Ya no hay fuerzas ni para tenerlas: total, soy mediocre y no haré ninguna cosa que le interese a nadie. No escribiré un "best seller", ni ganaré el Pulitzer de fotografía; un quinceañero tiene más talento y creatividad. La gran mayoría de la condición humana es mediocre y es feliz, será la falta de ambición personal. No hablo de fama ni de dinero, sólo de reconocimiento, pero no sirvo ni para "pelo pantene", que no te piden ni el más mínimo
signo de inteligencia bajo tanto cabellera.

El tener tiempo libre no es bueno para la salud, el ocio es malo en demasía. Y en un país con tanto parado y con tan pocas de trabajar, la fiesta "typical spanish" se va a ir al carajo. Los que nunca han aspirado a nada, sino a vivir el día a día son los felices. Ellos no se preguntan para que  han pasado años formándose, teniendo un buen cerebro, imaginación y miles de dotes que hoy en día no sirven. "Más feliz que un tonto", di que sí. La ignorancia nos libera. Y no promuevo el catetismo, al contrario. Hay toda una generación a la que nos educaron diciendo que podíamos aspirar a más, que no fuésemos solo básico, que había que estudiar, tener ideas y pensar; y aquí estamos, comiéndonos los mocos, viendo el techo y poniendo velas a Buda, a la Macarena y a Kali, porque tenemos una media de edad que no es rentable para las empresas, o menor de 30 o mayor de 45. Todos mediocres, todos con estudios, todos con ambiciones, todos preguntándonos porque no hicimos el curso de fontanería en lugar de la licenciatura. Todos siendo buenos en algo que ya no recordamos que es...

Hasta otro día de mejor humor. Nos vemos. Ruth Campos



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Entrada núm,. 1458
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"Tanto como saber, me agrada dudar" (Dante)
"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)
"La historia del mundo no es un suelo en el que florezca la felicidad.
Los tiempos felices son en ella páginas en blanco" (Hegel)

2 comentarios:

Recomenzar dijo...

Genial el texto tan lleno de verdades que me hizo sonreir mientras lo leia
Fijate no me pasa a mi Y ahora que estoy en el otoño de mi vida lo que quiero y es logico se me sigue presentando....
lo pongo en mi mente lo pienso y ya esta
mil besos

FILOSOFIA PARA LA BUENA VIDA dijo...

De mediocre nada, en absoluto, un mediocre no se plantea siquiera la posibilidad de serlo. Si acaso, desencantada, y quién no lo está a estas alturas. Pero creo que la mediocridad reside más bien en nuestro entorno, así que dale una patada al entorno y sigue mirando en y a través del espejo.