domingo, 25 de marzo de 2012

La izquierda resiste en España y reacciona en Europa






Hollande (PSF) y Gabriel (SPD)



He esperado hasta conocer los primeros datos fiables de las elecciones regionales en Andalucía y Asturias para darle a la tecla del intro y llevar hasta "Desde el trópico de Cáncer" esta nueva entrada: ¡La izquierda resiste! No solo en España... Y en Europa comienza a reaccionar. A esta reacción de la socialdemocracia europea se dedica este comentario preferentemente. Sobre la resistencia de la izquierda española, nada que añadir a lo que dicen los ciudadanos con su voto.

Es evidente que algo comienza a moverse en el seno de la izquierda europea, pero tan lentamente, que algunos tenemos la impresión de que lo hacen a la misma velocidad, casi intemporal, de las placas tectónicas. Un artículo en El País de hoy, domingo, de la periodista Soledad Gallego-Díaz, cuenta con detalle que está pasando en la socialdemocracia europea. ahíta de su prolongado desencuentro con la ciudadanía del continente y de buena parte del mundo occidental.

Lo primero es convencerse ellos mismos de que el declive no es algo definitivo, dice en su artículo; lo segundo es lograr que el electorado comience a pensar que la derecha no es tan buena gestora de crisis como se cree. Son palabras de Pär Nuder, exministro sueco de Economía, un típico socialdemócrata escandinavo que cree firmemente en la interdependencia entre el crecimiento económico y el desarrollo, por un lado, y la seguridad social y la igualdad, por otro; la crisis europea es mucho más que un asunto de déficit y de deudas, tiene mucho que ver con la falta de confianza social, advierte. La socialdemocracia redistribuye poco, menos de lo que promete, pero los liberales redistribuyen mucho menos, afirma, Ernest Stetter, secretario general de la Fundation for European Progressive Studies (FEPS). El laborista Bob Carr, ministro de Asuntos Exteriores australiano, propone que dejemos de pensar en grandes ideas y nos dediquemos a resolver los problemas cotidianos de la gente. Los partidos ya no lideran a las sociedades, sino que son instrumentos que ayudan a los ciudadanos, cree Matt Browne, investigador titular del Center for American Progress.

Un primer aldabonazo de esos nuevos tiempos que la izquierda europea propone fue la reunión sostenida el pasado 15 de marzo entre François Hollande, primer secretario del PSF y candidato a la presidencia de la República francesa, el presidente del SPD alemán, Sigmar Gabriel, y el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba para forjar, con el apoyo del primer ministro belga, Elio di Rupo, y del secretario del Partido Democrático italiano, Pierluigi Bersani, una alianza progresista contra el pensamiento único conservador.

He vuelto a releer esta tarde las entradas del blog en las que últimamente he hecho mención al historiador británico Tony Judt, recientemente fallecido, y sus estudios sobre la crisis de la izquierda europea. Quizá por deformación profesional, como historiador, me encuentro mucho más próximo a sus tesis que a las, a veces, grandilocuentes manifestaciones de los líderes políticos. En todo caso, tengo claro que Europa es la solución y no el problema y que hoy más que nunca la unión de la socialdemocracia europea, con un programa común para Europa, es la única posibilidad factible de recuperar la confianza de los ciudadanos y hacer frente a la ola conservadora y reaccionaria que nos asola. La prueba del 9, las próximas elecciones presidenciales en Francia y las generales alemanas del año próximo.

Y sean felices, por favor, a pesar del gobierno, Tamaragua, amigos. HArendt






El Parlamento europeo (Estrasburgo)




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Entrada núm. 1459
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