"Prosopon" es palabra griega y con ella se designaba a la máscara que los actores usaban en el escenario para representar un personaje en las tragedias clásicas. De allí pasó al etrusco como "phersu", y de éste al latín, ya convertido en "persona". Es decir, que los antiguos ya tenían claro que ser persona lo que significa es representar un papel en la vida. Nada más, o nada menos..., según se mire.
Leo en el número de mayo-junio de "La Luna del Cuyás", la excelente revista bimensual del teatro Cuyás en Las Palmas, una reseña de una de las obras programadas para los días finales de este mes de mayo: "Humo", de Juan Carlos Rubio. No se quien la ha escrito pero me parece que merece la pena reproducir sus primeros párrafos porque se pueden aplicar al ámbito general de la vida, y no sólo al del teatro.
Dice así: "El escenario es un ámbito mágico donde se descubren dimensiones escondidas de la existencia: sueños pesadillas, ilusiones, anhelos, recuerdos, deseos ocultos, esperanzas y temores... El enigma de la vida, que se escapa tantas veces a los argumentos de la razón, se muestra en el escenario con toda su grandeza.
En ese gigantesco espejo tratamos de reconocernos y, al actuar, sentimos que existimos. Lo mismo hace cada ser desde que nace hasta que muere; repetir concienzudamente su papel durante toda su vida.
Apariencia y simulacro, eso es "Humo". Si alguna vez llegamos a comunicarnos con los demás es sólo por azar. La máscara es la existencia posible. Sin ella los tigres del pasado que esconden nuestra conciencia nos comerían por dentro. Sólo si nos alejamos de nosotros mismos podemos ver, y burlarnos, como representamos ante el mundo nuestro absurdo y tonto papel.
Algunos incidentes aparentemente triviales marcan nuestro destino, nos guste o no, y después dedicamos el resto de nuestra vida a defendernos como víctimas, haciendo el papel de culpables, ante el gran jurado del mundo. La única forma de sobrevivir sin caer en la locura es reirnos de nosotros mismo." O escribirlo, pienso yo, aunque sólo lo leamos nosotros... Hoy me ha resuelto el día la reseña.
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