martes, 28 de noviembre de 2017

[Un clásico de vez en cuando] Hoy, con "Filoctetes", de Sófocles





En la mitología griega, Melpómene (en griego Μελπομένη "La melodiosa") es una de las dos Musas del teatro. Inicialmente era la Musa del Canto, de la armonía musical, pero pasó a ser la Musa de la Tragedia como es actualmente reconocida. Melpómene era hija de Zeus y Mnemósine. Asociada a Dioniso, inspira la tragedia, se la representa ricamente vestida, grave el continente y severa la mirada, generalmente lleva en la mano una máscara trágica como su principal atributo, en otras ocasiones empuña un cetro o una corona de pámpanos, o bien un puñal ensangrentado. Va coronada con una diadema y está calzada de coturnos. También se la representa apoyada sobre una maza para indicar que la tragedia es un arte muy difícil que exige un genio privilegiado y una imaginación vigorosa. Un mito cuenta que Melpómene tenía todas las riquezas que podía tener una mujer, la belleza, el dinero, los hombres, solo que teniéndolo todo no podía ser feliz, es lo que lleva al verdadero drama de la vida, tener todo no es suficiente para ser feliz.

Les pido disculpas por mi insistencia en mencionar a los clásicos, de manera especial a los griegos, y de traerlos a colación a menudo. Me gusta decir que casi todo lo importante que se ha escrito o dicho después de ellos es una mera paráfrasis de lo que ellos dijeron mucho mejor. Con toda seguridad es exagerado por mi parte, pero es así como lo siento. Deformación profesional como estudioso de la Historia y amante apasionado de una época y unos hombres que pusieron los cimientos de eso que llamamos Occidente. 

Continúo la sección de Un clásico de vez en cuando trayendo trayendo al blog la tragedia titulada Filoctetes, de Sófocles. Filoctetes se representó en el 409 a.C. obteniendo el primer premio. La leyenda de Filoctetes se encuentra ya en la Ilíada, donde se hace referencia a su abandono en la isla de Lemnos a causa de la mordedura de una serpiente que desprendía un fuerte olor fétido. En la Odisea, Filoctetes es un gran arquero que regresa a su patria sano y salvo tras las guerra de Troya. En la obra de Sófocles, después de que Odiseo captura en una emboscada a Helena, este profetiza la conquista de Troya si los aqueos deciden contar con Filoctetes y su arco, motivo por el cual Diómedes viaja hasta Lemnos para que vuelva junto a las tropas aqueas. A su regreso, es curado por Macaón, y mata en duelo personal a Paris, el arquero troyano, mientras Odiseo trae a Troya al Neoptólemo, el hijo de Aquiles, a quien entrega las armas de su padre, que él había conseguido en el juicio frente a Ayax.

Filoctetes aparece en la obra como un solitario de la civilización griega, y por extensión, de toda la humanidad, lo que invita a atribuir a la obra de Sófocles el propósito de motivar una reflexión sobre la vida en soledad y la vida en comunidad.

Sófocles (496-406 a.C.) poeta trágico ateniense, se sitúa junto con Esquilo y Eurípides entre las figuras más destacadas de la tragedia griega y de toda la literatura universal. De toda su producción literaria sólo se conservan siete tragedias completas que son de importancia capital para el género. Participó activamente en la vida política de Atenas. Fue administrador del tesoro de la Liga de Delos y estratego durante la guerra de Samos bajo la autoridad de Pericles. Perteneció al Consejo de los Diez Próbulos, formado en Atenas tras el fracaso de la Expedición a Sicilia. No se distinguió especialmente por sus dotes como político pero amó su ciudad y rechazó invitaciones de autoridades importantes de otras ciudades con tal de no abandonar Atenas. El teatro de Sófocles recurre a los antiguos mitos de las sagas heroicas, y posee una rica versatilidad que facilita múltiples maneras de aproximación. En buena medida su teatro es un teatro de caracteres. De hecho, el título de todas las tragedias conservadas (salvo "Las Traquinias") se corresponde con el de sus protagonistas que emergen como auténticos colosos y arquetipos humanos.








Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: vámonos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



HArendt






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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)