jueves, 31 de mayo de 2012

Captura y juicio de Adolf Eichmann

martes, 29 de mayo de 2012

El Himno de Canarias, cantado por Los Gofiones

domingo, 27 de mayo de 2012

Jane Birkin y Serge Gainsbourg: "Je t'aime,...moi non plus"

viernes, 25 de mayo de 2012

No solo era un gato




"Jeanne con gato negro", de Mercedes García Bravo




A la entrañable memoria de Parchís, Pep, Abril, Akira, Michel, Livy, Inda, y de todos los gatos que nos han hecho felices con su compañía. Siempre estarán en nuestros corazones. Para vosotros y en vuestro recuerdo estos inmortales versos de Charles Baudelaire.

Y sean felices, por favor, a pesar del gobierno y de todos los demás infiernos de este mundo. Tamaragua, amigos. HArendt




Le Chat

I

Dans ma cervelle se promène,
Ainsi qu'en son appartement,
Un beau chat, fort, doux et charmant.
Quand il miaule, on l'entend à peine,

Tant son timbre est tendre et discret;
Mais que sa voix s'apaise ou gronde,
Elle est toujours riche et profonde.
C'est là son charme et son secret.

Cette voix, qui perle et qui filtre
Dans mon fonds le plus ténébreux,
Me remplit comme un vers nombreux
Et me réjouit comme un philtre.

Elle endort les plus cruels maux
Et contient toutes les extases;
Pour dire les plus longues phrases,
Elle n'a pas besoin de mots.

Non, il n'est pas d'archet qui morde
Sur mon coeur, parfait instrument,
Et fasse plus royalement
Chanter sa plus vibrante corde,

Que ta voix, chat mystérieux,
Chat séraphique, chat étrange,
En qui tout est, comme en un ange,
Aussi subtil qu'harmonieux!


II

De sa fourrure blonde et brune
Sort un parfum si doux, qu'un soir
J'en fus embaumé, pour l'avoir
Caressée une fois, rien qu'une.

C'est l'esprit familier du lieu;
Il juge, il préside, il inspire
Toutes choses dans son empire;
peut-être est-il fée, est-il dieu?

Quand mes yeux, vers ce chat que j'aime
Tirés comme par un aimant,
Se retournent docilement
Et que je regarde en moi-même,

Je vois avec étonnement
Le feu de ses prunelles pâles,
Clairs fanaux, vivantes opales
Qui me contemplent fixement.

"Les fleurs du mal": Charles Baudelaire (1821-1867)





El gato

I

Por mi cerebro se pasea, 
Lo mismo que en su apartamento,
Un gato hertmoso, dulce y fuerte,
Cuyo maullido apenas se oye,

Tan tierno y discrteto es su timbre;
Mas que su voz gruña o se calme,
-Tal es su encanto y su secreto-
Siempre resulta rica y honda.

Esta voz que alcanza y toca
Mi más tenebroso fondo, 
Me colma cual amplio verso
Y como filtro me alegra.

Adormece los peores males, 
Todos los éxtasis convoca;
Para musitar largas frases,
No necesita de palabras.

Perfecto instrumento, no existe
Arco igual que me estremezca
Y que haga más regiamente
Cantar mi cuerda más tensa,

Que tu voz, gato misterioso,
Gato seráfico y extraño,
En que todo es, como en un ángel,
Tan armonioso como sutil.


II

De su piel dorada y oscura
Tal perfume brota, que un día, 
Fui embalsamado por haberlo
Acariciado solo una vez-

Es mi espíritu familiar;
Juzga, preside, inspira todo
Desde la altura de su imperio,
¿Por ventura es un mago, un dios?

Cuando mis ojos hacia ese gato,
Como atraídos por imán,
Sumisamente se vuelven
Y miro dentro de mí.

Con estupefacción hallo
El resplandor de sus pupilas,
Claros fanales,vivientes ópalos,
Que fijamente me contemplan.

"Las flores del mal": Charles Baudelaire





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Entrada núm. 1470
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"Tanto como saber, me agrada dudar" (Dante)
"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)
"La historia del mundo no es un suelo en el que florezca la felicidad. Los tiempos felices son en ella páginas en blanco" (Hegel)

domingo, 20 de mayo de 2012

Gran Canaria, en 25 000 imágenes




El Roque Nublo, con el Teide en lontananza





La escritora francesa Laura Adler, en su espléndida biografía sobre la gran pensadora norteamericana de origen alemán Hannah Arendt (Destino, Barcelona, 2006), cita unas palabras de ésta que me parecen acertadas: "Amor solo se puede sentir por las personas". No será amor, pero yo siento un cariño y un agradecimiento inmensos por la tierra y las gentes de Gran Canaria, mi gente y mi tierra, que me acogieron hace ya cuarenta y cinco años, y donde me gustaría seguir hasta el fin de mis días.

No es la temática habitual de este blog, pero hago de nuevo una excepción para llevar hasta ustedes este inmenso catálogo de más de 25 000 fotografías de lugares, monumentos y paisajes de la isla de Gran Canaria, del fotógrafo grancanario José Daniel Vinuesa. 

Espero que las disfruten. Las fotografías expuestas en el catálogo gozan de "copyrigth", pero el autor dice en su página que pueden utilizarse siempre que no sea con fines comerciales. Las dos que acompañan esta entrada están extraídas de él.

Y sean felices, por favor. A pesar del gobierno. Tamaragua, amigos. HArendt  







Un rincón de Vegueta, en Las Palmas de GC









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Entrada núm.  1469
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viernes, 18 de mayo de 2012

La iglesia y sus demonios: Post scriptum





El teólogo Roger Haight





"¿Puede conseguirse la salvación sólo por medio de un contacto histórico explícito con Jesucristo y con la fe en él? ¿Es Jesucristo la causa de la salvación incluso para aquellos «cristianos anónimos» que no saben que son salvados por él? ¿Es la salvación por medio de Jesucristo la norma, pero no la única vía de salvación? ¿O están todas las religiones al mismo nivel? Haight mantiene que es urgente pasar «de un cristomonismo a un teocentrismo», ya que el Dios de los cristianos no puede concebirse como un Dios únicamente para los cristianos y la trascendencia de Dios descarta el exclusivismo de la experiencia religiosa cristiana. El Santo Oficio replica enérgicamente que cualquier reconocimiento de otras religiones como mediadoras de la salvación de Dios «al mismo nivel que el cristianismo» niega la misión salvífica universal de Cristo y la Iglesia."

Las palabras anteriores contienen en esencia la tesis central del artículo "Cristología posmoderna", artículo del teólogo Henry Wansbrough en el número de Revista de Libros de octubre de 2009. comentando el libro "Jesús, símbolo de Dios" (Trotta, Madrid, 2009), del también teólogo Roger Haight, expresidente de la Sociedad Teológica Católica de los Estados Unidos, apartado por el Santo Oficio de su cátedra de teología en la Western School of Theology, regentada por los jesuitas en la prestigiosa ciudad universitaria de Cambridge, en el estado de Massachusetts.   



Escrita y publicada en el  blog mi anterior entrada, "La iglesia española y sus demonios", me quedó una especie de amargor profundo de que "aquello" se me había quedado cojo. Mi intención primaria no era la que al final quedaba reflejada en ella, bastante superficial y como anecdótica. Quizá debería haber escrito algo sobre las motivaciones que despiertan mi interés por las religiones, especialmente por la cristiana, en alguien que no tiene pudor en confesarse como "no creyente". Si por "creyente" entendemos la afirmación de una entidad superior y pre-existente desde el principio de los tiempos, la vida eterna, la resurrección de los muertos, o la existencia del cielo o del infierno, aunque este último término ya esté tan matizado por la propia jerarquía eclesiástica que resulte de imposible calificación, desde luego no soy creyente. Y ha sido esta tarde que recordé haber leído el artículo de Wansbrough que cité anteriormente y lo que la  condena de Roger Haight por el Santo Oficio tenía de similitud con la del teólogo suizo Hans Kung bastantes años antes.

Todo nació en un verano de mediados de principios de los 70, que me resulta imposible determinar con precisión, durante unas vacaciones familiares en Mallorca. Me había traído desde Gran Canaria un libro de Hans Küng, "Ser cristiano" (Cristiandad, Madrid, 1977) en aquel momento el más prestigioso teólogo católico del mundo, que había participado en el Concilio Vaticano II como asesor a propuesta del papa Juan XXIII. 

No tengo intención de profundizar en lo que ese libro supuso para mí porque eso es algo estrictamente personal. Como el reseñado de Roger Haight, no pretende otra cosa que hacer inteligible al hombre de hoy el mensaje del Cristo histórico y real, pero en todo caso me reveló que religión e iglesia no son lo mismo. Y cuando las sanciones vaticanas comenzaron a llover sobre Küng, especialmente con Juan Pablo II, mi apartamiento de la iglesia fue deslizándose por una pendiente que acabó por ser insalvable y que he asumido con indiferencia y sin preocupación o sentimiento de culpa alguno. 

Yo les recomiendo encarecidamente su lectura si es que tienen interés en profundizar en la fe que dicen profesar o al menos en comprenderla mejor. Quizá así acabarán entendiendo el por qué no fue expulsado de su cátedra de teología en la Universidad de Tubinga por lo que dice en este o en sus otros libros, sino por poner en duda el dogma de la infalibilidad del papado y su supremacía absoluta sobre el Concilio, una controversia que viene de antiguo en el seno de la iglesia y en la que no tengo interés alguno salvo el estrictamente académico sobre Historia de las Ideas o de las Religiones. El por qué lo fue también Roger Haight queda bastante claro en el artículo citado que me ha dado pie a este casi obligado "post scriptum", que pueden leer en el enlace de más arriba, y que complementa mi entrada anterior sobre esos demonios, tan familiares, que atenazan y coartan la libertad de expresión y de pensamiento en el seno de la iglesia católica.


Como complemento de la entrada he puesto un vídeo bajado de YouTube donde se expone el pensamiento de Hans Küng en pro de una teología de carácter universal y ecuménica.


Y sean felices, por favor, a pesar del gobierno. Tamaragua, amigos. HArendt 






El teólogo Hans Küng











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Entrada núm. 1468
"Tanto como saber, me agrada dudar" (Dante)
"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)
"La historia del mundo no es un suelo en el que florezca la felicidad. Los tiempos felices son en ella páginas en blanco" (Hegel)

Hacia una teología universal: El pensamiento de Hans Küng.

sábado, 12 de mayo de 2012

Sobre "La Celestina" de Puértolas y otras lecturas




La escritora Soledad Puértolas


El lunes pasado una amiga me regaló un libro premiado hace unos años con el Planeta. Lo acepté encantado; había oído hablar bien de él y su autor me merecía gran reconocimiento. De vuelta a casa, en la guagua, lo fui ojeando como acostumbro a hacer con todos los libros: primero, la lectura de las solapas para ver de qué va y qué se cuenta de su autor; luego, las páginas iniciales y unas cuantas del interior a la buena de Dios;  y para terminar, las cuatro o cinco finales. Es posible que a algunas personas este método les resulte deleznable pero a mí me funciona muy bien porque me da una idea bastante exacta de si merece la pena continuar la lectura del libro o aplazarla "sine díe". La primera impresión me resultó frustrante y me confirmó en mis reticencias sobre los premios Planeta de novela, al menos los de unos cuantos años atrás para acá. No voy a decir que libro es ni mencionar su autor  que me merece todo respeto por su trayectoria anterior, pero tengo la impresión que la "cosa" funciona a base de elegir previamente un autor de prestigio reconocido y pedirle que escriba una novela de prisa y corriendo con la premisa previa de que el premio va a ser para él. Y así salen...

Hace unos días leía con delectación en el diario El País el artículo de la novelista y académica de la RAE, Soledad Puértolas, sobre la versión que en castellano moderno ha realizado para la editorial Castalia de La "Tragicomedia de Calixto y Melibea", la inmortal obra de Fernando de Rojas, más conocida como "La Celestina" por el nombre de su principal personaje. No voy a contarles el argumento porque es de sobra conocido, y aunque me he prometido a mí mismo leerla en la primera ocasión que tenga, de nuevo me surgen reticencias "a priori", con toda seguridad infundadas, sobre la traslación al español de hoy de una obra publicada por vez primera en 1499. Esas reticencias son fruto de mi experiencia académica y de prejuicios personales al respecto como simple lector, pero no quiero adelantar acontecimientos, aunque a mí la edición de Crítica (Barcelona, 2004) me parece, con mucho, la mejor de las que he leído de "La Celestina". Ya les contaré.

Me quedé prendado de la escritora Soledad Puértolas (Zaragoza, 1947) el día que vi por televisión el reportaje que el programa "Esta es mi tierra" de TVE2 le dedicó especialmente con motivo de su elección como miembro de la Real Academia de la Lengua. Es magnífico, y como he conseguido encontrarlo en los archivos de RTVE lo he subido al blog. Se lo recomiendo encarecidamente.

En este enlace de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes pueden acceder al facsimil, completo, de la primera edición de "La Celestina", impresa en Burgos en 1499 por Fadrique Alemán de Basilea. Y en este otro, en el portal de la misma dedicado especialmente a "La Celestina", a ediciones facsímiles de la obra, versiones modernas, adaptaciones, ediciones críticas y todo tipo de información sobre el autor, la obra en sí y su época.

Ya puestos, he subido la película que sobre la obra de Fernando de Rojas llevara al cine en 1996 el director Gerardo Vera, con guión de Rafael Azcona, y con Penélope Cruz, Juan Diego Boto y Terele Pávez como principales protagonistas. No es una obra maestra pero puede disfrutarse.

En una de las secciones del blog, en la columna derecha de la pantalla, voy poniendo desde mediados de 2008 los libros que estoy leyendo, consultando o que anoto para futuras lecturas, clasificados por años. Aunque parezca mentira leo ahora menos que cuando trabajaba, estaba metido en otros fregados académicos, sindicales y políticos, y encima tenía tiempo para la familia. Supongo que son los años, que pesan, como decía Rubén Darío: "La vida es dura, amarga, y pesa / ya no hay princesa a la cuál cantar." O quizá sea la condición de abuelo, que resulta tan gratificante o más para el espíritu que la literatura. Ya lo comprobarán en su momento...

Como le ocurría a mi amigo Michel de Montaigne, mis hábitos de lectura son bastante heterodoxos. Salto de un libro a otro con facilidad, vuelvo al que dejé a medias hace unos días, leo algo que me hace abandonar el que tengo entre manos y comenzar con otro... Supongo que no soy un caso excepcional. 

En estos últimos meses he disfrutado muchísimo con la "Eneida" (Espasa, Madrid, 2004) de Virgilio, y la "Metamorfosis" (Cátedra, Madrid, 1995), el "Arte de amar" (Alianza, Madrid, 2004) y la "Carta de las heroinas" (Gredos, Madrid, 1994), de Ovidio. Por deformación profesional y por gusto, reconozco que leo con mayor placer el ensayo o la obra histórica que la ficción. De ahí que me haya atrevido con la "Historia de la civilización en Europa" (Alianza Madrid, 1966) de François Guizot, todo un clásico que tenía en casa desde hace más de cuarenta años sin haberle hincado el diente, y que me ha encantado. Y que haya terminado de leer con enorme satisfacción el tomo 2 de la monumental "Historia crítica del pensamiento español" (Círculo de Lectores, Barcelona, 1994), de José Luis Abellán, dedicado a la Edad de Oro española, el siglo XVI. Sus capítulos sobre el descubrimiento, conquista y colonización de América por los españoles me ha hecho reflexionar en profundidad sobre nuestro acontecer histórico como pueblo. Su lectura me llevó como en volandas, a ensimismarme con el "Cervantes y los casticismos españoles" (Alianza, Madrid, 1974) de mi admirado Américo Castro. Los estudios contenidos en el mismo sobre Cervantes y el "Quijote", el pasado de los españoles, Fray Bartolomé de las Casas, o lo precario de las relaciones entre España y sus Indias, todos a la luz de la famosa tesis de don Américo, que comparto plenamente, sobre el papel de los españoles descendientes de judíos conversos y moriscos ("cristianos nuevos") en contraposición a los "cristianos viejos", resultan esclarecedores.

El último libro que he leído, lo terminé ayer, ha sido una magnífica biografía: "Carmen Laforet. Una mujer en fuga" (RBA, Barcelona, 2010) sobre la autora de "Nada" y "La isla y los demonios", tan vinculada emocional y vitalmente a la isla de Gran Canaria, escrita por Anna Caballé e Israel Rolón. Me ha gustado muchísimo, pero también me ha dejado un poso de desasosiego ante la cruda exposición de una vida que no quiso ni supo encajar en el mundillo literario de su época y que se fue extinguiendo (murió el año 2004) en una profunda soledad preñada de ensoñaciones, frustraciones y fracasos personales y familiares.

En fin, creo que esta crónica de hoy no da para más. Sean felices, por favor, a pesar del gobierno y de todos los incompetentes que se creen en posesión de la verdad. 

En el otro vídeo que acompaña la entrada pueden ustedes ver y escuchar el solemne acto y discurso de entrada en la Real Academia Española de Soledad Puértolas. Estoy seguro que va a gustarles.

Tamaragua, amigos. HArendt





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Entrada núm. 1466
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Discurso de ingreso en la RAE de Soledad Puértolas

La Celestina (Gerardo Vera,1996)

sábado, 5 de mayo de 2012

La democracia: ¿medio o fin?




Busto romano de Pericles



Democracia y libertad no son términos sinónimos. Alguna vez pueden resultar hasta incompatibles. Por ejemplo, cuando la democracia se convierte en mero instrumento para suprimir la libertad. En ese caso, la cuestión a dilucidar podría ser la siguiente:  ¿Es la democracia un fin en sí misma o solo un instrumento para llegar a un fin determinado?



Hace unas semanas una muy querida amiga bilbaína y compañera de estudios universitarios me envió un artículo publicado en el diario Gara, portavoz de la izquierda nacionalista vasca, que se hacía eco del pensamiento del filósofo esloveno Slavoj Zizek para plantearse nuevas estrategias en el camino a la construcción nacional de Euskal Herría. Se titula "La crisis como oportunidad para crear Euskal Herria junto a Zizek", y pueden leerlo en este enlace.



No tengo la menor intención de entrar en ese debate, que me resulta ajeno y estéril, sino precisamente en lo que para mí es la cuestión central que me lleva a plantearme esta reflexión personal sobre la democracia como medio o como fin, y que se expone al final del artículo citado, con palabras del propio Slovan Zizek: «Hoy por hoy, el enemigo fundamental no es el capitalismo ni el imperio ni la explotación ni nada similar, sino la democracia: es la `ilusión democrática, la aceptación de los mecanismos democráticos como marco final y definitivo de todo cambio, lo que evita el cambio radical de las relaciones capitalistas».



Les confieso con cierto pudor que al leerlas me recorrió el cuerpo un escalofrío de terror: "El enemigo no es el capitalismo, ni el imperio, ni la explotación, ni nada similar, sino la democracia". Cierto es que a continuación matiza sus palabras: parece que el enemigo no es tanto la democracia "como la ilusión democrática, la aceptación de los mecanismos democráticos como marco final", o lo que es lo mismo, la democracia como fin en sí misma y no como medio. Con toda sinceridad, y a pesar de los matices, a mi me parece una declaración lisa y llanamente fascista y totalitaria.



La democracia no es un régimen perfecto, pensar lo contrario sería igual de suicida que admitir que "solo" es un mecanismo, un medio, para obtener un fin: ya sea este la "felicidad", "la igualdad", la "libertad" o la "desaparición de las clases". A mi juicio, "medios y fines" son inseparables cuando hablamos de democracia. Es un medio, pero es también un fin en sí misma. El exprimer ministro británico y premio Nobel de Literatura, Winston Churchill (1874-1965) dijo de ella que era "el peor de los sistemas de gobierno, excluidos todos los demás". No es una mala definición.



El profesor estadounidense Robert A. Dahl, en un libro que es ya un clásico de la literatura política del siglo XX: "La democracia y sus críticos" (Paidós, Barcelona, 1993), analizaba los límites y las posibilidades de la democracia, qué es y por qué es importante, examinando sus presupuestos básicos, las objeciones de sus críticos (de la democracia) y proponía finalmente una reelaboración teórica de sus fines y medios.



Al final de su análisis (pág. 406-408) afirma con rotundidad que sea cual fuere la forma que adopte, la democracia de nuestros sucesores no será ni pueder ser igual a la de nuestros antecesores, y sugiere varios elementos para intentar reducir la brecha que a su juicio existe entre las elites políticas y los ciudadanos corrientes asegurando a estos últimos que: a) la información sobre los programas de acción política les sean accesibles de manera universal; b) se creen para los mismos oportunidades accesibles de participación política; c) que gocen de poder de influencia en la elección de los temas sobre los cuales han de girar los programas de acción política; y d) que participen en forma significativa en los debates políticos.



En el frontispicio de la nonata Constitución para Europa figuraba una frase de la famosa Oración Fúnebre de Pericles, que el historiador Tucídices (460-396 a.C.) dejó reflejada en su "Historia de la Guerra del Peloponeso" (Círculo de Lectores, Barcelona, 1997), que constituye una de las más hermosas definiciones de la palabra democracia (δημοκρατία): Dice así: "Tenemos un régimen político que no se propone como modelo las leyes de los vecinos, sino que más bien es él modelo para otros. Y su nombre, como las cosas dependen no de una minoría, sino de la mayoría, es Democracia." Lástima que no saliera adelante.



Y sean felices, por favor, a pesar del gobierno. Tamaragua, amigos. HArendt





Slavoj Zizek







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Entrada núm. 1464
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"Tanto como saber, me agrada dudar" (Dante)
"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)
"La historia del mundo no es un suelo en el que florezca la felicidad. Los tiempos felices son en ella páginas en blanco" (Hegel)

"El Discurso fúnebre de Pericles", de Tucídides