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martes, 26 de septiembre de 2017

[Píldoras literarias] Hoy, con "De John Donne", por Juan José Arreola





La noción de brevedad ronda siempre las consideraciones sobre la minificción de los minirrelatos. Aunque la brevedad no sea, ni con mucho, el único rasgo que es necesario observar en estas brillantes construcciones verbales, resulta lógico que para el lector común, e inclusive en cierta medida para el escritor, resalte de manera especial. 

Fue, en efecto, la primera característica que llamó la atención de lectores y críticos de esta forma literaria: la que primero produjo desconcierto y, a partir de allí, admiración. Ocurre, sin embargo, que tal noción es eminentemente subjetiva. Se puede considerar breve un relato de ocho o diez páginas, pero también lo será uno de un par de páginas, e igualmente, y con mayor razón, algún texto de extensión aún menor, que podremos describir en función de un determinado número máximo de líneas o de palabras, y no de páginas ni de párrafos. 

Pesan en este sentido la tradición de una literatura, y también la implícita comparación -casi instintiva, casi subconsciente- que formulamos con otros textos que conocemos, o bien con lo que se considera cuento o relato en nuestra propia literatura o en una distinta de ella. ¿Habremos de aceptar una categoría nueva, la del microrrelato brevísimo o hiperbreve, aunque el nombre resulte redundante? ¿O bien entenderemos que hay casos en que el escritor extrema alguna de las características que también tienen otros textos de este tipo, y ese hecho es percibido por el lector como un factor de diferenciación? 

Continúo la serie de Píldoras literarias con el relato titulado De John Donne, de Juan José Arreola Zúñiga (1918-2001), escritor, académico y editor mexicano. Comenzó su carrera de escritor a los 31 años. En 1948, gracias a Antonio Alatorre, encontró trabajo en el Fondo de Cultura Económica como corrector y autor de solapas. Obtuvo una beca en El Colegio de México gracias a la intervención de Alfonso Reyes. Su primer libro de cuentos Varia invención, apareció en 1949, editado por el FCE. Para 1950 comenzó a colaborar en la colección "Los Presentes" y recibió una beca de la Fundación Rockefeller. En 1979 recibió el Premio Nacional en Lingüística y Literatura y diez años más tarde el Premio Jalisco de Letras y en 1992 el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe "Juan Rulfo". De amplia cultura, la obra de Arreola se caracteriza por una inteligencia profunda y lúdica que juega con los conceptos y las situaciones utilizando símbolos y parodias en textos breves y significativos que rompen las leyes lógicas y naturales en una prosa es de estilo clásico y depurado. En el universo de su obra se rompen las leyes lógicas y naturales.

Les dejo con su De John Donne, publicado en Minificción mexicana, de Lauro Zavala. Tiene catorce palabras y dice así: 



DE JOHN DONNE
por

El espíritu es solvente de la carne. 
Pero yo soy de tu carne indisoluble.




Mujer sentada, de Pierre-Auguste Renoir


Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



HArendt






Entrada núm. 3862
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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

viernes, 25 de mayo de 2012

No solo era un gato




"Jeanne con gato negro", de Mercedes García Bravo




A la entrañable memoria de Parchís, Pep, Abril, Akira, Michel, Livy, Inda, y de todos los gatos que nos han hecho felices con su compañía. Siempre estarán en nuestros corazones. Para vosotros y en vuestro recuerdo estos inmortales versos de Charles Baudelaire.

Y sean felices, por favor, a pesar del gobierno y de todos los demás infiernos de este mundo. Tamaragua, amigos. HArendt




Le Chat

I

Dans ma cervelle se promène,
Ainsi qu'en son appartement,
Un beau chat, fort, doux et charmant.
Quand il miaule, on l'entend à peine,

Tant son timbre est tendre et discret;
Mais que sa voix s'apaise ou gronde,
Elle est toujours riche et profonde.
C'est là son charme et son secret.

Cette voix, qui perle et qui filtre
Dans mon fonds le plus ténébreux,
Me remplit comme un vers nombreux
Et me réjouit comme un philtre.

Elle endort les plus cruels maux
Et contient toutes les extases;
Pour dire les plus longues phrases,
Elle n'a pas besoin de mots.

Non, il n'est pas d'archet qui morde
Sur mon coeur, parfait instrument,
Et fasse plus royalement
Chanter sa plus vibrante corde,

Que ta voix, chat mystérieux,
Chat séraphique, chat étrange,
En qui tout est, comme en un ange,
Aussi subtil qu'harmonieux!


II

De sa fourrure blonde et brune
Sort un parfum si doux, qu'un soir
J'en fus embaumé, pour l'avoir
Caressée une fois, rien qu'une.

C'est l'esprit familier du lieu;
Il juge, il préside, il inspire
Toutes choses dans son empire;
peut-être est-il fée, est-il dieu?

Quand mes yeux, vers ce chat que j'aime
Tirés comme par un aimant,
Se retournent docilement
Et que je regarde en moi-même,

Je vois avec étonnement
Le feu de ses prunelles pâles,
Clairs fanaux, vivantes opales
Qui me contemplent fixement.

"Les fleurs du mal": Charles Baudelaire (1821-1867)





El gato

I

Por mi cerebro se pasea, 
Lo mismo que en su apartamento,
Un gato hertmoso, dulce y fuerte,
Cuyo maullido apenas se oye,

Tan tierno y discrteto es su timbre;
Mas que su voz gruña o se calme,
-Tal es su encanto y su secreto-
Siempre resulta rica y honda.

Esta voz que alcanza y toca
Mi más tenebroso fondo, 
Me colma cual amplio verso
Y como filtro me alegra.

Adormece los peores males, 
Todos los éxtasis convoca;
Para musitar largas frases,
No necesita de palabras.

Perfecto instrumento, no existe
Arco igual que me estremezca
Y que haga más regiamente
Cantar mi cuerda más tensa,

Que tu voz, gato misterioso,
Gato seráfico y extraño,
En que todo es, como en un ángel,
Tan armonioso como sutil.


II

De su piel dorada y oscura
Tal perfume brota, que un día, 
Fui embalsamado por haberlo
Acariciado solo una vez-

Es mi espíritu familiar;
Juzga, preside, inspira todo
Desde la altura de su imperio,
¿Por ventura es un mago, un dios?

Cuando mis ojos hacia ese gato,
Como atraídos por imán,
Sumisamente se vuelven
Y miro dentro de mí.

Con estupefacción hallo
El resplandor de sus pupilas,
Claros fanales,vivientes ópalos,
Que fijamente me contemplan.

"Las flores del mal": Charles Baudelaire





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Entrada núm. 1470
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"Tanto como saber, me agrada dudar" (Dante)
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"La historia del mundo no es un suelo en el que florezca la felicidad. Los tiempos felices son en ella páginas en blanco" (Hegel)