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lunes, 27 de enero de 2020

[DESDE LA RAE] Hoy, con el académico Ángel González Muñiz



El académico Ángel González en su toma de posesión


La Real Academia Española se creó en Madrid en 1713 por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga (1650-1725), octavo marqués de Villena, quien fue también su primer director. En sus primeras semanas de andadura, la RAE estaba formada por once miembros de número, algunos de ellos vinculados al movimiento de los novatores. El 3 de octubre de 1714, quedó aprobada oficialmente su constitución mediante una real cédula del rey Felipe V. La RAE ha tenido un total de 483 académicos de número desde su fundación. 

A esta sección del blog iré subiendo periódicamente una breve semblanza de esos cuatrocientos ochenta y tres académicos, comenzando por los más recientes. Pero sobre todo, en la medida de lo posible, pues creo que será lo más interesante, sus discursos de toma de posesión como miembros de la Real Academia Española. 

Continúo hoy la semblanza de los actuales y pasados miembros de la RAE con la del académico Ángel González Muñiz Ángel González Muñiz (1925-2008). Ángel González tomó posesión de la silla "P" de la Academia el 23 de marzo de 1997 con el discurso titulado Las otras soledades de Antonio Machado, que fue respondido por Emilio Alarcos en nombre de la corporación.

En 1954, González ingresó por oposición en el cuerpo de la Administración central. Dos años más tarde publicó su primer libro de poesía, Áspero mundo, «en el que está muy presente la experiencia infantil de la guerra», según Zamora Vicente, y con el que obtuvo un accésit del Premio Adonais.

Tras breves estancias en Sevilla y Barcelona —donde entró en contacto con poetas como Carlos Barral, Gil de Biedma y José Agustín Goytisolo—, regresó a Madrid. Allí conoció al grupo madrileño de escritores al que pertenecían García Hortelano, Gabriel Celaya y Caballero Bonald, entre otros.

Su siguiente libro fue Sin esperanza, con convencimiento, de 1961, «en el que —como explica Zamora Vicente— el paso del tiempo empieza a aflorar ya como una temática que se mantendrá en el resto de sus obras, así como la ironía, uno de sus recursos más característicos».

José Luis García Martín destaca en el DBE que durante esos años, principios de la década de los setenta, «se publicó la primera etapa de su obra poética, que le otorgó un puesto fundamental dentro de su generación, la segunda de posguerra, caracterizada por el realismo y el compromiso crítico frente a la dictadura. Eran los años de la poesía social».

En 1972 —continúa explicando García Martín—, Ángel González se trasladó a Estados Unidos para trabajar como profesor en la Universidad de Nuevo México. Desde esa fecha residió en Estados Unidos, aunque con largas estancias en España. Hasta su jubilación, en 1990, ejerció la docencia, además de en Nuevo México, en las universidades de Utah, Maryland y California (Irvine).

La producción literaria de Ángel González continuará durante todos estos años hasta su fallecimiento, en 2008: Grado elemental (1962), Palabra sobre palabra (1962), Tratado de urbanismo (1967), Breves acotaciones para una biografía (1971), entre otros títulos, hasta llegar a Otoños y otras luces (2001) y el póstumo Nada grave (2008). Todos estos poemarios, tal y como cuenta Alonso Zamora Vicente, «fueron agrupados por el propio poeta en diferentes ediciones bajo el título de Palabra sobre palabra (2005)».

Ángel González también escribió ensayos sobre aquellos poetas que más le influyeron: Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, el grupo del 27 y Gabriel Celaya. Toda esta obra le sirvió para ser reconocido, entre otros, con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1985), «porque la poesía, a través de su obra, sobrevive con paradójica ternura al escepticismo de una época», o el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (1996).



Real Academia Española, Madrid



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miércoles, 1 de enero de 2020

[DESDE LA RAE] Hoy, con al académico Domingo Ynduráin Muñoz



El académico Domingo Ynduráin en su toma de posesión


La Real Academia Española se creó en Madrid en 1713 por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga (1650-1725), octavo marqués de Villena, quien fue también su primer director. En sus primeras semanas de andadura, la RAE estaba formada por once miembros de número, algunos de ellos vinculados al movimiento de los novatores. El 3 de octubre de 1714, quedó aprobada oficialmente su constitución mediante una real cédula del rey Felipe V. La RAE ha tenido un total de 483 académicos de número desde su fundación. 

A esta sección del blog iré subiendo periódicamente una breve semblanza de esos cuatrocientos ochenta y tres académicos, comenzando por los más recientes. Pero sobre todo, en la medida de lo posible, pues creo que será lo más interesante, sus discursos de toma de posesión como miembros de la Real Academia Española. 

Continúo hoy la semblanza de los actuales y pasados miembros de la RAE con la del académico Domingo Ynduráin Muñoz (1943-2003). Elegido en 1996, tomó posesión de la silla "a" de la Academia el 20 de abril de 1997 con el discurso titulado "El descubrimiento de la literatura en el Renacimiento español", al que respondió, en nombre de la corporación, Francisco Rico. Fue el vigésimo secretario de la Real Academia, elegido en 1999 y reelegido el 16 de enero de 2003, unas semanas antes de su muerte.

Domingo Ynduráin comenzó sus estudios en la Universidad Complutense de Madrid, en donde se licenció y obtuvo el doctorado en Filología Románica, bajo la dirección de Rafael Lapesa. Mientras preparaba su tesis doctoral, titulada Análisis formal de la poesía de Espronceda (1971), fue lector de español en la Universidad de Zurich y profesor extraordinario en las universidades de Lausana y de Lovaina. Volvió a la universidad española como profesor de literatura en la Universidad Complutense y, más tarde, como catedrático en la Universidad Autónoma de Madrid. Ejerció, también, como profesor visitante en la Universidad de South California. Conferenciante en universidades e instituciones de reconocido prestigio, Domingo Ynduráin fue vicerrector de Humanidades y Cursos de Extranjeros, así como secretario general de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo entre 1984 y 1991. Fue además  asesor del Consejo de Teatro del Ministerio de Cultura y miembro del Consejo de Universidades. En el ámbito de su labor editorial, que compaginó con sus facetas de docente e investigador, formó parte del Consejo Editor de la colección «Letras Hispánicas» de Ediciones Cátedra y del Consejo de Redacción de las revistas Ínsula y Epos, y fue director literario de la Biblioteca Castro, desde la que publicó alrededor de cien volúmenes de clásicos de la tradición hispánica. Especialista en el Siglo de Oro, sus estudios abarcan todos los periodos, desde la Edad Media al siglo XX, combinando la historia de la literatura con la teoría literaria, la edición y la crítica textual. Es autor de numerosos libros de estudios monográficos y artículos en revistas especializadas. Entre sus estudios destacan Análisis formal de la poesía de Espronceda (1971), Introducción a la metodología literaria (1979), Aproximación a San Juan de la Cruz (1990), Humanismo y Renacimiento en España (1994) y Del clasicismo al 98 (2000).



Real Academia Española, Madrid



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viernes, 6 de diciembre de 2019

[DESDE LA RAE] Hoy, con el académico Juan Luis Cebrián Echarri




Juan Luis Cebrián el su toma de posesión académica


La Real Academia Española se creó en Madrid en 1713 por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga (1650-1725), octavo marqués de Villena, quien fue también su primer director. En sus primeras semanas de andadura, la RAE estaba formada por once miembros de número, algunos de ellos vinculados al movimiento de los novatores. El 3 de octubre de 1714, quedó aprobada oficialmente su constitución mediante una real cédula del rey Felipe V. La RAE ha tenido un total de 483 académicos de número desde su fundación. 

A esta sección del blog iré subiendo periódicamente una breve semblanza de esos cuatrocientos ochenta y tres académicos, comenzando por los más recientes. Pero sobre todo, en la medida de lo posible, pues creo que será lo más interesante, sus discursos de toma de posesión como miembros de la Real Academia Española. 

Continúo hoy la semblanza de los actuales y pasados miembros de la RAE con la del académico Juan Luis Cebrián Echarri (1944). Elegido el 19 de diciembre de 1996, tomó posesión de la silla "V" el 18 de mayo de 1997 con el discurso titulado Memoria sobre algunos ejemplos para la transición política en la obra de Gaspar Melchor de Jovellanos, al que respondió, en nombre de la corporación, Luis Goytisolo.

Estudió Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid, por la que es licenciado en Ciencias de la Información, tras graduarse, en 1963, en la Escuela Oficial de Periodismo. Es, desde mayo de 2018, presidente de honor del diario El País, del que fue su primer director hasta 1988, año en que pasó a ser editor del periódico. Ha ocupado los cargos de presidente y consejero delegado del grupo PRISA. 

Antes de sacar a la calle El País, fue miembro del equipo fundacional de la revista Cuadernos para el Diálogo (1963). Entre 1963 y 1975 trabajó como redactor jefe y subdirector de los diarios Pueblo e Informaciones de Madrid y en 1974 accedió a la dirección de los Servicios Informativos de Televisión Española, en donde permaneció ocho meses. De 1986 a 1988 desempeñó el cargo de presidente del Instituto Internacional de Prensa y en 2004 ocupó la presidencia de la Asociación de Editores de Diarios Españoles.

Caballero de las Letras y las Artes de Francia desde 1989, ha recibido numerosos reconocimientos a la labor profesional que ejerce desde hace medio siglo: Director Internacional del Año, concedido por World Press Review (1980); Medalla a la Libertad de Expresión de la Fundación Roosevelt, y Medalla de Honor de la Universidad de Missouri (1986). Galardonado con el Premio Internacional Trento de Periodismo y Comunicación (1987), Juan Luis Cebrián fue el impulsor de los Premios Ortega y Gasset de periodismo, concedidos por El País. En 1986 fue distinguido por la Universidad de Missouri (Estados Unidos) con el Premio por Servicios Distinguidos en el Periodismo y en 1988 recibió el nombramiento de profesor honorario de la Universidad Iberoamericana de Santo Domingo (República Dominicana). En 2003 fue visitante de honor en la Universidad de La Plata (Argentina) y recibió la Medalla al Mérito de la Universidad Veracruzana (México) por su aportación al pensamiento crítico; es patrono de la Cátedra Alfonso Reyes del Instituto Tecnológico de Monterrey (México) y está en posesión de la Medalla Rectoral de la Universidad de Chile (2001). Es miembro del Consejo Asesor del Departamento de Lenguas y Culturas Española y Portuguesa de la Universidad de Princeton (Estados Unidos) y del Consejo Consultivo de la licenciatura en Periodismo de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Coimbra (Portugal).

Es autor de libros de ensayo sobre periodismo y sociología política, entre ellos La prensa y la calle (1980), La España que bosteza (1980), El tamaño del elefante (1987), Retrato de Gabriel García Márquez (1989), El siglo de las sombras (1994), Cartas a un joven periodista (1997), La Red (1998), El futuro no es lo que era (2001), escrito con el expresidente Felipe González, El fundamentalismo democrático (2004) y El pianista en el burdel (2009). Como novelista ha publicado La rusa (1986), La isla del viento (1990), La agonía del dragón (2000) y Francomoribundia (2004). Estas dos últimas obras forman parte de la trilogía El miedo y la fuerza.




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lunes, 11 de noviembre de 2019

[DESDE LA RAE] Hoy, con el académico Ignacio Bosque Muñoz



El académico Ignacio Bosque en su toma de posesión



La Real Academia Española se creó en Madrid en 1713 por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga (1650-1725), octavo marqués de Villena, quien fue también su primer director. En sus primeras semanas de andadura, la RAE estaba formada por once miembros de número, algunos de ellos vinculados al movimiento de los novatores. El 3 de octubre de 1714, quedó aprobada oficialmente su constitución mediante una real cédula del rey Felipe V. La RAE ha tenido un total de 483 académicos de número desde su fundación. 

A esta sección del blog iré subiendo periódicamente una breve semblanza de esos cuatrocientos ochenta y tres académicos, comenzando por los más recientes. Pero sobre todo, en la medida de lo posible, pues creo que será lo más interesante, sus discursos de toma de posesión como miembros de la Real Academia Española. 

Continúo hoy la semblanza de los actuales y pasados miembros de la RAE con la del académico Ignacio Bosque Muñoz, nacido en Hellín (Albacete), el 6 de agosto de 1951. Elegido el 4 de mayo de 1995. Tomó posesión de la silla "t" de la Academia el 1 de junio de 1997 con el discurso titulado La búsqueda infinita. Sobre la visión de la gramática en Salvador Fernández Ramírez, al que respondió, en nombre de la corporación, el también académico Emilio Lledó.

Ignacio Bosque es doctor en Filología Hispánica y catedrático de Lengua Española de la Universidad Complutense de Madrid desde 1982. Doctor honoris causa por las universidades de Alicante, Córdoba (Argentina), El Salvador (Argentina), Americana de Managua (Nicaragua) y Nacional de Rosario (Argentina), es miembro correspondiente de la Academia Panameña de la Lengua y de la Academia Europea.

Especialista en gramática española y teoría gramatical, publicó en 1999, junto con Violeta Demonte, la Gramática descriptiva de la lengua española y fue el académico ponente de la Nueva gramática de la lengua española (2009), obra que recibió el Premio Internacional Don Quijote de la Mancha, (2010). Ha dirigido dos diccionarios combinatorios (Redes y Práctico) y ha publicado numerosos trabajos sobre la relación entre el léxico y la gramática.

Ha recibido el Premio Extraordinario Nebrija (1993), el Premio Eduardo Benot al Rigor Científico y Lingüístico (2010), el Premio de Investigación en Humanidades Julián Marías de la Comunidad de Madrid, el Premio Nacional de Investigación Ramón Menéndez Pidal (2010) y el Premio Internacional Alfonso Reyes (2012).

Autor de una extensa obra especializada, Ignacio Bosque ha dirigido el Curso Superior de Filología Española de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (1987-1988) y ha sido profesor invitado en distintas universidades europeas, americanas y asiáticas. En 2011 recibió el homenaje de sus colegas y discípulos con la publicación del libro 60 problemas de gramática. 

Los días 26 y el 27 de mayo de 2015, el Departamento de Lengua Española, Teoría de la Literatura y Literatura Comparada y la Facultad de Filología de la Universidad Complutense de Madrid organizaron Las jornadas complutenses sobre gramática del español en honor del profesor Ignacio Bosque, en reconocimiento a su trayectoria docente e investigadora. 

Fue vocal (1999-2003; 2007-2011) de la Junta de Gobierno. Es el académico ponente del Glosario de términos gramaticales en la Comisión Interacadémica de Gramática. 



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miércoles, 16 de octubre de 2019

[DESDE LA RAE] Hoy, con la académica Ana Maria Matute



La académica Ana María Matute



La Real Academia Española se creó en Madrid en 1713 por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga (1650-1725), octavo marqués de Villena, quien fue también su primer director. En sus primeras semanas de andadura, la RAE estaba formada por once miembros de número, algunos de ellos vinculados al movimiento de los novatores. Más adelante, el 3 de octubre de 1714, quedó aprobada oficialmente su constitución mediante una real cédula del rey Felipe V. La RAE ha tenido un total de 483 académicos de número desde su fundación. 

A esta sección del blog iré subiendo periódicamente una breve semblanza de esos cuatrocientos ochenta y tres académicos, comenzando por los más recientes. Pero sobre todo, en la medida de lo posible, pues creo que será lo más interesante, sus discursos de toma de posesión como miembros de la Real Academia Española. 

Continúo hoy la semblanza de los actuales y pasados miembros de la RAE con la de la académica Ana María Matute (1925-2014). Elegida el 27 de junio de 1996, tomó posesión de la silla "K" de la Academia el 18 de enero de 1998 con el discurso titulado En el bosque, al que respondió, en nombre de la corporación, el también académico, Francisco Rico.

La escritora Ana María Matute era doctora honoris causa por la Universidad de León y miembro honorario de la Hispanic Society of America y de la American Association of Teachers of Spanish and Portuguese. Ha sido, además, profesora invitada en las universidades norteamericanas de Oklahoma, Indiana y Virginia.

Su obra literaria, iniciada en 1948 con Los Abel, incluye novelas, relatos cortos y cuentos infantiles, el primero de los cuales escribió a los cinco años. Sus libros han sido traducidos a varios idiomas y reconocidos con galardones, como el Premio Nacional de Literatura (1959) por Los hijos muertos, el  Premio Nacional de las Letras Españolas (2007) y el Premio Cervantes (2010). Este mismo año se publicó La puerta de la luna. Cuentos completos, que incluye, además, relatos cortos y artículos periodísticos.

Ana María Matute también ha recibido el Premio Café Gijón por Fiesta al noroeste (1952), el Premio Planeta por Pequeño teatro (1954), el Premio de la Crítica (1958), el Premio Nadal por Primera memoria (1959), el Premio Fastenrath por Los soldados lloran de noche (1962) y el Premio Nacional de Literatura (Infantil y Juvenil, 1984) por Solo un pie descalzo. Asimismo, posee la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo (2000), la Medalla de Honor de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (2001) y la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid (2005).

En 2009 depositó en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes la primera edición de su novela Olvidado Rey Gudú. En 2011 se grabó en la sede de la Real Academia Española parte del documental de TVE Imprescindibles, dedicado a su vida y a su obra. Demonios familiares, su novela póstuma, se publicó el 23 de septiembre de 2014. El 3 de junio de 2015, coincidiendo con el primer aniversario de su fallecimiento, la Biblioteca Nacional de España homenajeó a la escritora con la proyección del cortometraje Demonios familiares, basado en novela homónima y dirigido por Ángeles González-Sinde. En noviembre de 2017 la editorial Austral reeditó, en un solo volumen, la trilogía Los mercaderes, «una de las obras más emblemáticas de la narrativa de Ana María Matute».




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viernes, 20 de septiembre de 2019

[DESDE LA RAE] Hoy, con el académico Luis María Ansón




El académico Luis María Ansón


La Real Academia Española se creó en Madrid en 1713 por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga (1650-1725), octavo marqués de Villena, quien fue también su primer director. En sus primeras semanas de andadura, la RAE estaba formada por once miembros de número, algunos de ellos vinculados al movimiento de los novatores. Más adelante, el 3 de octubre de 1714, quedó aprobada oficialmente su constitución mediante una real cédula del rey Felipe V. La RAE ha tenido un total de 483 académicos de número desde su fundación. 

A esta sección del blog iré subiendo periódicamente una breve semblanza de esos cuatrocientos ochenta y tres académicos, comenzando por los más recientes. Pero sobre todo, en la medida de lo posible, pues creo que será lo más interesante, sus discursos de toma de posesión como miembros de la Real Academia Española. 


Continúo hoy la semblanza de los actuales y pasados miembros de la RAE con la del académico Luis María Ansón (1935). Elegido el 19 de diciembre de 1996. Tomó posesión de la silla "ñ" de la Academia el 8 de febrero de 1998 con el discurso titulado Palabras de amor de los poetas. Le respondió, en nombre de la corporación, Víctor García de la Concha.

El periodista Luis María Anson Oliart, primero de su promoción (1953-1957) en la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid, fue también su profesor y subdirector. Formó parte del equipo que llevó los estudios periodísticos a la universidad, con la creación de las facultades de ciencias de la información. Es doctor honoris causa por las universidades de México, de Lisboa y la Rey Juan Carlos.

Gran parte de la vida periodística de Luis María Anson, desde 1953 hasta 1997 —con algunas interrupciones—, ha estado vinculada al diario ABC. En este rotativo —del que fue director entre 1982 y 1997— ocupó casi todos los puestos, desde redactor hasta enviado especial y director de Blanco y Negro. Un artículo suyo, La monarquía de todos (ABC, 21.7.1966), desencadenó el secuestro del periódico.

A lo largo de su carrera ha ocupado numerosos cargos de responsabilidad en medios de comunicación y organizaciones profesionales. Ha sido presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid y de la Federación de Asociaciones de la Prensa de España, presidente de la Federación Iberoamericana de Asociaciones de Periodistas, director del diario ABC, presidente de la Agencia EFE, presidente de Televisa Europa, consejero de Radio España, presidente de El Cultural, presidente y fundador del diario La Razón, presidente y fundador del diario digital El Imparcial.

Galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades (1991), ha recibido, entre otros, los premios de periodismo Luca de Tena (1960), Mariano de Cavia (1964), Víctor de la Serna (1974) y González-Ruano (1977). También ha sido distinguido con el Premio Nacional de Literatura (1965), el Premio Nacional de Periodismo (1980), los premios internacionales de periodismo iberoamericano Caonabo (República Dominicana) y Juan Montalvo (Ecuador) y el Premio Miguel Delibes de Periodismo (2009). En marzo de 2014 la Agencia EFE le concedió el premio extraordinario 75.º Aniversario. En octubre de 2015 recibió el premio Antena de Oro que entrega la Federación de Asociaciones de Radio y Televisión de España, por su labor al frente de El Cultural.

En 2015, la RAE designó a Luis María Anson representante de la corporación en la Comisión Nacional del IV Centenario de la Muerte de Cervantes, que se conmemoró en 2016.

Luis María Anson fue miembro del Consejo Privado de don Juan de Borbón, conde de Barcelona, y secretario de Información de su Secretariado Político, hasta la disolución de ambos organismos, en 1969. En septiembre de 1975 fue nombrado secretario del gabinete de información creado por el conde de Barcelona, de quien escribió la biografía Don Juan (1994). Es miembro correspondiente de Academia Portuguesa da Historia y presidente de la Sociedad Cervantina de Madrid.

Entre sus libros figuran El Gengis Kan rojo (1960), Sobre la creación poética (1962), El grito de Oriente (1965), por el que obtuvo el Premio Nacional de Literatura, y La negritud (1971). Actualmente, además de sus colaboraciones en El Cultural y El Imparcial, es articulista en el diario El Mundo.





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lunes, 26 de agosto de 2019

[DESDE LA RAE] Hoy, con el académico José Hierro



El académico José Hierro


La Real Academia Española se creó en Madrid en 1713 por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga (1650-1725), octavo marqués de Villena, quien fue también su primer director. En sus primeras semanas de andadura, la RAE estaba formada por once miembros de número, algunos de ellos vinculados al movimiento de los novatores. Más adelante, el 3 de octubre de 1714, quedó aprobada oficialmente su constitución mediante una real cédula del rey Felipe V. La RAE ha tenido un total de 483 académicos de número desde su fundación. 

A esta sección del blog iré subiendo periódicamente una breve semblanza de esos cuatrocientos ochenta y tres académicos, comenzando por los más recientes. Pero sobre todo, en la medida de lo posible, pues creo que será lo más interesante, sus discursos de toma de posesión como miembros de la Real Academia Española. 

Continúo hoy la semblanza de los actuales y pasados miembros de la RAE con la del académico José Hierro (1922-2002), elegido en 1999 para ocupar la silla "G", de la que no llegó a tomar posesión pues murió antes de leer su discurso de ingreso.

José Hierro «dedicó toda su vida a la poesía y fue uno de los miembros de la llamada poesía social y existencial, en los que la huella de la guerra y de la dictadura posterior estuvo muy presente», cuenta Alonso Zamora Vicente en su Historia de la Real Academia Española.

Hierro nació en Madrid, pero a los dos años su familia se trasladó a Santander, ciudad en la que transcurrió su niñez, su adolescencia y gran parte de su juventud. Al poco de terminar la Guerra Civil, fue detenido por pertenecer a una organización de ayuda a presos políticos y a la Unión de Escritores y Artistas Revolucionarios, y estuvo encarcelado durante cinco años, hasta 1944.

Tras salir de prisión y pasar una temporada en Valencia, regresó a Santander. Ahí desempeñó el cargo de redactor jefe de la revista Tierras del Norte y, más adelante, trabajó en otra, Economía Montañesa. En esa época se relacionó con el renovador grupo Proel, editor de la revista poética del mismo nombre en la que publicó, en 1947, su primer libro, Tierra sin nosotros. Con el segundo, Alegría, obtuvo el Premio Adonais. En ellos, en palabras de Zamora Vicente, «recoge la experiencia carcelaria y de la guerra».

Tal y como explica Joaquín Benito de Lucas en el Diccionario biográfico español (DBE, 2011), Hierro se trasladó a Madrid en 1952. Comenzó a trabajar en la Editora Nacional y en la sección del Instituto Cervantes del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, además de colaborar en numerosos periódicos y revistas de literatura y arte. Al año siguiente, en 1953, recibió el Premio Nacional de Literatura.  Desde 1966 hasta su jubilación, en 1987, trabajó en Radio Nacional de España.

Según Alonso Zamora Vicente, tras la publicación, en 1950, de Con las piedras, con el viento, en donde el desamor es el protagonista, Hierro «comienza una introspección poética que le lleva a encontrar nuevos mecanismos diferentes a los del realismo poético que triunfaba en la poesía española del mmento. Ejemplo de ello son Cuanto sé de mí (1957, Premio de la Crítica 1958 y Premio Juan March 1959) y su culminación, El libro de las alucinaciones (1964, Premio de la Crítica 1965), donde la poesía se vuelve más irracional».

Tras este libro, «vendrá una larga temporada de silencio —explica Zamora Vicente— que se romperá con Agenda (1991) y con su última obra, Cuaderno de Nueva York (1998), considerada uno de los mejores libros de la poesía contemporánea».

Entre los numerosos galardones que recibió José Hierro destacan el Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1981), concedido «por el intenso valor lírico de su obra, que supone a la vez un testimonio histórico y una actitud ética merecedores de público reconocimiento»; el Premio de las Letras Españolas (1990); el Premio Reina Sofía de la Poesía Hispanoamericana (1995), y el Premio Cervantes (1998). Fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (1995) y la de Turín (2001).

En 2003 se creó en Getafe (Madrid) la Fundación Centro de Poesía José Hierro, «una institución cultural sin ánimo de lucro y dedicada por completo a la creación, difusión y fomento tanto de la tradición poética como de las nuevas promociones literarias».







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miércoles, 31 de julio de 2019

[DESDE LA RAE] Hoy, con el académico Fernando Fernán-Gómez







La Real Academia Española se creó en Madrid en 1713 por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga (1650-1725), octavo marqués de Villena, quien fue también su primer director. Tras algunas reuniones preparatorias realizadas en el mes de junio, el 6 de julio de ese mismo año se celebró, en la casa del fundador, la primera sesión oficial de la nueva corporación, tal como se recoge en el primer libro de actas, iniciado el 3 de agosto de 1713. En estas primeras semanas de andadura, la RAE estaba formada por once miembros de número, algunos de ellos vinculados al movimiento de los novatores. Más adelante, el 3 de octubre de 1714, quedó aprobada oficialmente su constitución mediante una real cédula del rey Felipe V. La RAE ha tenido un total de 483 académicos de número desde su fundación. Las plazas académicas son vitalicias y solo ocho letras del alfabeto no están representadas —ni lo han estado en el pasado— en los sillones de la institución: v, w, x, y, z, Ñ, W, Y. 

En esta sección del blog, que espero tengo un largo recorrido, voy a ir subiendo periódicamente una breve semblanza de esos cuatrocientos ochenta y tres académicos, comenzando por los más recientes, hasta llegar a la de su fundador, don Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga. Pero sobre todo, en la medida de lo posible, pues creo que será lo más interesante, sus discursos de toma de posesión como miembros de la Real Academia Española. 

Continúo hoy la semblanza de los actuales y pasados miembros de la RAE con la del académico Fernando Fernán-Gómez nacido en Lima (Perú), el 21 de agosto de 1921, y muerto en Madrid el 21 de noviembre de 2007

Fue elegido académico de número el 17 de noviembre de 1998, y tomó posesión de la silla B de la Academia el 30 de enero de 2000 con el discurso titulado Aventura de la palabra en el siglo XX, al que respondió en nombre de la corporación, el también académico Francisco Nieva.

Fernando Fernández Gómez, más conocido como Fernando Fernán-Gómez, fue «uno de los actores más prestigiosos del mundo de la interpretación teatral y cinematográfica española, un director versátil y prolífico, autor de una filmografía densa y variada […], gran autor teatral, escritor, guionista y realizador […] y asiduo colaborador de publicaciones en presa», según explica Cristina Ros Berenguer en el Diccionario biográfico español (DBE, 2011).

Según cuenta Alonso Zamora Vicente en su Historia de la Real Academia Española, «su vinculación con el mundo teatral fue muy temprana», ya que su madre era actriz: Carlota Fernán-Gómez. Su primera oportunidad como actor de reparto se la brindó Enrique Jardiel Poncela en 1940 en su obra Los ladrones somos gente honrada. Dos años más tarde, y tras participar en otras comedias del dramaturgo madrileño, pasó al cine. Debutó en 1942 en Cristina Guzmán, profesora de idiomas, película dirigida por Gonzalo Delgrás. Con ella inició una larga carrera como actor de cine en la que se incluyen más de ciento cincuenta largometrajes.

Fernán-Gómez trabajó a las órdenes de los más destacados directores del cine español, como Édgar Neville, Carlos Saura, Mario Camus, Víctor Erice, Ricardo Franco, Manuel Gutiérrez Aragón, Jaime de Armiñán, Gonzalo Suárez, Juan Antonio Bardem o Luis García Berlanga.

A partir de la década de 1950 empezó a dirigir, realizando, entre cine, televisión y teatro, numerosos títulos, como los destacados La vida en un bloc (1953), El extraño viaje (1964), Mi hija Hildegart (1977), El alcalde de Zalamea (1979), Mambrú se fue a la guerra (1986) y Lázaro de Tormes (2000).

Tal y como explica Zamora Vicente, Fernán-Gómez «compaginó su labor cinematográfica con la de escritor. Fue autor de varias novelas, como El mal de amor (1987), La cruz y el lirio dorado (1998) y Capa y espada (2001). Por encima de todas, destaca El viaje a ninguna parte (1985), […] que él mismo se encargó de llevar más tarde a la gran pantalla con gran éxito. También se convirtió en película su aclamada obra de teatro Las bicicletas son para el verano (Premio Lope de Vega 1978)». Además de esta, fue el autor, entre otras obras teatrales, de La coartada. Los domingos, bacanal (1980), Del rey Ordás y su infamia (1983) y El pícaro. Aventuras y desventuras de Lucas Maraña (1992).

Fue autor, también, de ensayos en los que reflexiona sobre el mundo del cine, como El actor y los demás (1987) y Desde la última fila: cien años de cine (1995). Su poesía está recogida bajo el título de El canto es vuelo (2002). Cabe destacar, asimismo, sus memorias, El tiempo amarillo (1990), que fueron ampliadas en 1998.

Entre los reconocimientos que recibió Fernando Fernán-Gómez por su carrera sobresalen, además de los premios Goya concedidos a su labor de actor, director y guionista, los premios a la interpretación conseguidos en festivales internacionales como Berlín o Venecia, la Medalla de Oro de las Bellas Artes (1981), el Premio Nacional de Teatro (1984), el Premio Nacional de Cinematografía (1989), el Premio Donostia del Festival de Cine de San Sebastián (2000) y la Medalla de Oro de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España (2001).

En 1995 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes por ser un «cómico extraordinario que durante más de medio siglo de vida artística y profesional ha construido en España y América —desde la gran riqueza de su personalidad— una meritoria biografía como actor de cine, teatro y televisión, director, autor y, en suma, creador del espectáculo. Su obra, además, es un testimonio crítico de nuestra época». En 2007, a título póstumo, recibió la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio.



Fernando Fernán-Gómez en su toma de posesion académica




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