viernes, 18 de noviembre de 2011

20-N: Reflexión en víspera electoral





Como nunca opino ni discuto los resultados electorales, voy a intentar reflexionar en voz alta, en vísperas de la jornada electoral, sobre el porqué voy a dar mi voto a Rubalcaba. Intentare hacerlo de manera inteligible, como teórico político, pero también como lo haría con una amiga de confianza (o amigo; no voy a discriminar por razones de sexo pero reconozco que tengo más de las primeras que de los segundos) mientras nos tomamos un café bien cargadito. 

Voy a votar por Rubalcaba porque me merece más confianza que Rajoy;  porque ha explicado claramente qué quiere hacer y como pretende hacerlo -otra cosa es que pueda o que le dejen- pero al menos, lo ha explicado; cosa que el segundo no ha hecho.

Voy a votar por Rubalcaba porque no quiero que gane Rajoy. Y lo hago siguiendo el razonamiento del filósofo y sociólogo británico Karl Popper (1902-1994), que declaraba, con ironía sabia, que en las democracias consolidadas hay que votar "en contra de" y "no a favor de". O lo que es lo mismo, votar pensando en "quién NO quieres que gane".

Voy a votar por Rubalcaba (y no tanto por el PSOE), porque quiero que mi voto sea "útil". Es decir, que sirva para algo más que para justificarme a mí mismo mi cabreo.

Podría explayarme en los "porqués" pienso que Zapatero no se merece el descrédito y las acusaciones que se están vertiendo contra él. Evidentemente ha hecho muchas cosas mal, sobre todo a la hora de explicar sus cambios de política en materia económica de forma convincente. Pero sí creo que en materia de libertades personales y conquistas sociales ha dado pasos gigantescos que pueden perderse si hay un cambio radical de línea política. En todo caso, Zapatero ya es historia, y dejemos a la Historia que lo juzgue con justicia. 

Mi amiga me está poniendo cara de, ¡venga, tío, menos rollo...! Se lo noto, y cambio de tercio, mientras me sirvo otro café: ¡sin azucar, por favor!, le pido; por la glucosa alta...

No me gusta el sistema electoral proporcional, continúo. Al menos, el que se aplica en España. Prefiero el mayoritario de distrito uninominal: un distrito, un diputado. Así sabré siempre "a quién he votado" y "quién me representa" en el parlamento. La función de un parlamento es la de representar opiniones, no intereses. Y la de crear gobiernos (en los sistemas parlamentarios; el nuestro lo es) y controlarlos (en cualquiera, parlamentario o presidencial).

Decía que en el parlamento se representan opiniones, no intereses, ni territorios. Para representar intereses ya están los grupos sociales, los partidos políticos, los sindicatos, las asociaciones empresariales, las ONG, etc., etc., etc. Y para representar los territorios "debería" estar un SENADO, absolutamente distinto del actual. 

Pero, ¿qué sistema es mejor para designar a nuestros representantes? Para mi, como dije anteriormente, aquel que me permita votar por "el candidato" que yo deseo, y que me permita dirigirme a él, como elector y como ciudadano para que lleve mi voz (la mía, tan respetable como la del presidente del Banco de España o la de mi vecino de enfrente) al parlamento; y exigirle responsabilidades por lo que diga o haga en mi nombre. Y que conste que no estoy poniendo en tela de juicio, la no sujeción de los parlamentarios a disciplina de voto o mandato imperativo alguno, ni tan siquiera al mio.

Podría aceptar para elegir el parlamento español un sistema electoral proporcional puro semejante al que se aplica en las elecciones al parlamento europeo: es decir, un distrito electoral único que abarcara todo el país, con listas electorales cerradas, pero no bloqueadas, siempre que, el candidato a presidente del gobierno se eligiera por la ciudadanía en una elección particular personalizada, y cuya designación no dependiera de los resultados de la elección y constitución del parlamento (lo hace así Israel), pero entonces ya estaríamos en un sistema presidencial, no en uno parlamentario, en el que el gobierno no dependería de una mayoría parlamentaria, ni el parlamento podría ser disuelto por el gobierno. Ante eso, me quedo con el sistema parlamentario, sin dudarlo.

Podría aceptar un sistema electoral proporcional puro, sin límites ni barreras mínimas de acceso al parlamento, siempre que se dieran dos condiciones: primera, que en una lista cerrada, del partido de su elección, el elector pudiera determinar y establecer libremente el orden de preferencia de los candidatos de la misma; y segunda, que el distrito electoral estuviera configurado, como mínimo, por la comunidad o ciudad autónoma; en ningún caso, por la provincia. 
   
Sobre el Senado, pienso, como casi todos los españoles, que en su configuración actual no responde, ni por asomo, a la función que le corresponde constitucionalmente: representar los territorios autónomos que conforman la nación española. A mi juicio, la manera idónea de representar a las comunidades y ciudades autónomas en el Senado sería la de hacerlo a través de sus gobiernos respectivos, implicándolos así directamente en la gobernabilidad del Estado conjuntamente con el Congreso de los Diputados, pero con funciones diferentes de las de éste último, establecidas y tasadas constitucionalmente, y con un voto ponderado distinto para cada comunidad o ciudad autónoma en la proporción que se convenga. Como ejemplo de lo que comento podría aducir la Cámara Alta del parlamento alemán, o el sistema de funcionamiento del Consejo de la Unión Europea.

A estas alturas, mi amiga me sirve un tercer café y aprovecho para callarme... Me mira con cariño, y me pregunta que pienso que pasará a partir del próximo domingo. Y para eso, le confieso, no tengo respuesta... 

Esta entrada está dedicada especialmente a mis amigas Ana Castelo, Jesús Granados, María Françesca Fernández y María Isabel Amaya. Y por supuesto, a todos los españoles de buena voluntad, que estoy convencido, son mayoría.

El vídeo que acompaña la entrada es una conferencia pronunciada por el sociólogo y profesor Manuel Castells sobre el sistema electoral español. La introducción está en catalán pero la conferencia de Castells en castellano.

Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt




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Entrada núm. 1415
http://harendt.blogspot.com
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4 comentarios:

Unknown dijo...

buena entrada vecino, honesta y sin tapujos.
lo más probable es que yo no vote porque cada día me doy más cuenta de que los políticos no están para solucionar mis problemas, pero esa es mi opinión y no tiene por qué ser universal.
por cierto, últimamente tengo un montón de problemas para entrar en tu blog (se me bloquea el ordenador), ¿sabes si le pasa a más gente?
un beso vecino (y gracias por tus comentarios, es que últimamente estoy muy autista y se me olvida responder)

HArendt dijo...

Muchas gracias, Inés. Mira a ver si se ha desconfigurado la dirección del enlace:

http://harendt.blogspot.com

Y vete a votar. A quién tu quieras, pero no te quedes en casa. Tu voto, junto con otros muchos, puede ayudar a cambiar algo.

Un beso muy grande, vecina.

Anónimo dijo...

Yo también voy a votar a Rubalcaba y, por tanto al PSOE, por las mismas razones que tu y, sobre todo, porque no soporto la alternativa, el partido de las gaviotas y sus seguidores, estoy seguro de que son los herederos directos de los que metieron a nuestro país en una larga noche que duró cuarenta años, si llegan a ganar será la desgracia para España y el retroceso en derechos y libertades sería una de las mayores tragedias de la historia reciente.
Tengo otras razones, muchas, como tú, como para aburrir, y enumerarlas no va a dar más fuerza a mi voto, pero sí quiero destacar una: históricamente, la convergencia con Europa sólo se ha acercado cuando han gobernado los socialistas.
Santiago.

GEMINIS dijo...

La verdad es que despues de ver al Sr.Rajoy durante toda la legislatura en campaña de acoso y derribo, pero sobre todo cuando el 09/05/10 hubo que hacer los ajustes en la política española sopena de intervención,impuestos por sus amigos de Bruselas, no solo no le importo, sino que le parecio mal el apoyo de otro grupo y así evitar la caida del pais.Además de prometer soluciones para todo, pues estaban recogidas en su programa que una vez desvelado se resumen en que le gustaria que les fuera bien a todos y que lo haran lo mismo que en el 96.Es curioso que en la última semana de campaña ha soltado que no tiene la varita mágica que enarbolaba hasta unos dias antes y que cuando hace unas semanas ante la subida de la bolsa u la disminución de la prima de riesgo, el y su escudero el Sr.Pond lo achacaron a que los mercados sabedores del cambio ya estaban facilitando su confianza.No se que pensaran de lo del 18/ y 19 presentes. En cuanto a los nacionalistas se quedan para otro día, ya que es mas largo.