Woody Allen dijo en una ocasión que odiaba la realidad, pero reconocía que era el único sitio donde se puede comer un buen filete, comenta en La Vanguardía [Las goteras de la realidad. 20/09/2024] el escritor y editor de La Vanguardia, Màrius Carol, y Aristóteles avisó hace veinticinco siglos que la única verdad es la realidad, pero a menudo los políticos parece que vivan en una realidad paralela, lo que los aleja no solo de la verdad, sino también de los ciudadanos.
El martes Junts se puso estupendo en el Congreso y votó al lado del PP y Vox en un asunto que resulta material sensible, como son los alquileres. Más allá de que nadie entendió nada, pues los posconvergentes habían avalado la limitación de los alquileres de temporada y en el último momento cambiaron el voto para castigar al presidente Pedro Sánchez. Sin embargo, lejos de gozar a la vuelta los aplausos de los ciudadanos, se encontraron con una manifestación de centenares de personas a las puertas de su sede, convocada por el Sindicat de Llogateres. Se quejaban de que el secretario general, Jordi Turull, se había comprometido a abstenerse para dejar tramitar la norma. En medio de la ruidosa protesta, Carles Puigdemont hizo un tuit desde Waterloo (donde solo se oía el piar de los pájaros), avisando de que el PSOE no puede dar sus votos por descontados y que con Junts no funcionan los chantajes ideológicos.
A veces, los partidos tienen un montón de goteras en su realidad. La vivienda figura, según el CIS, entre los principales problemas de los españoles, así que resulta un tanto temerario hacer juegos de manos con ellos porque fácilmente se les ve el truco. Junts se muestra como un partido permanentemente enfadado, poco previsible, que deberá definirse en el congreso del 27 de octubre. Sería oportuna una definición ideológica más clara. Se entiende que su prioridad es la independencia, como repiten sus dirigentes, pero en el entretanto los ciudadanos tienen problemas que esperan que la política contribuya a resolver. Puigdemont no puede decir como el general Henrik en la novela El último encuentro, de Sándor Márai: “La realidad no es lo mismo que la verdad, la realidad son solo detalles”. Màrius Carol es escritor.
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