La noción de brevedad ronda siempre las consideraciones sobre la minificción de los minirrelatos. Aunque la brevedad no sea, ni con mucho, el único rasgo que es necesario observar en estas brillantes construcciones verbales, resulta lógico que para el lector común, e inclusive en cierta medida para el escritor, resalte de manera especial. Fue, en efecto, la primera característica que llamó la atención de lectores y críticos de esta forma literaria: la que primero produjo desconcierto y, a partir de allí, admiración. Ocurre, sin embargo, sigue diciendo, que tal noción es eminentemente subjetiva. Se puede considerar breve un relato de ocho o diez páginas, pero también lo será uno de un par de páginas, e igualmente, y con mayor razón, algún texto de extensión aún menor, que podremos describir en función de un determinado número máximo de líneas o de palabras, y no de páginas ni de párrafos. Pesan en este sentido la tradición de una literatura, y también la implícita comparación -casi instintiva, casi subconsciente- que formulamos con otros textos que conocemos, o bien con lo que se considera cuento o relato en nuestra propia literatura o en una distinta de ella. ¿Habremos de aceptar, se pregunta, una categoría nueva, la del microrrelato brevísimo o hiperbreve, aunque el nombre resulte redundante? ¿O bien entenderemos que hay casos en que el escritor extrema alguna de las características que también tienen otros textos de este tipo, y ese hecho es percibido por el lector como un factor de diferenciación? Ustedes deciden.
Continúo hoy la serie Píldoras literarias con el relato titulado Don Quijote cuerdo, de Marco Deveni, incluido en su libro de cuentos Parque de diversiones (1970).
Marco Denevi (1922-1998) fue un escritor y dramaturgo argentino. Denevi irrumpió en la literatura cuando tenía ya más de 30 años con Rosaura a las diez que gana en 1955 el Premio Kraft y se convierte de inmediato en un gran éxito. Dos años después escribe para el teatro con Los expedientes, con la que obtuvo el Premio Nacional de Teatro. Como cuentista obtuvo en 1960 el premio de la revista Life en español por su relato Ceremonia secreta, traducido a varios idiomas y adaptado cinematográficamente en 1968. , en Reino Unido. Sobre su estilo se ha escrito que sus personajes bordean lo estrafalario, la ambigüedad de la percepción y el conocimiento, el predominio de la intriga y un humor que tiende al negro. Practicó el periodismo político y fue presidente honorario del Consejo de Ciudadanos, entidad que promovió para incentivar la inquietud cívica.En 1994 recibió el Premio de novela Konex. Fue miembro de la Academia Argentina de Letras.
El microrrelato de Marco Denevi tiene veintiocho palabras, y dice así:
Marco Denevi (1922-1998) fue un escritor y dramaturgo argentino. Denevi irrumpió en la literatura cuando tenía ya más de 30 años con Rosaura a las diez que gana en 1955 el Premio Kraft y se convierte de inmediato en un gran éxito. Dos años después escribe para el teatro con Los expedientes, con la que obtuvo el Premio Nacional de Teatro. Como cuentista obtuvo en 1960 el premio de la revista Life en español por su relato Ceremonia secreta, traducido a varios idiomas y adaptado cinematográficamente en 1968. , en Reino Unido. Sobre su estilo se ha escrito que sus personajes bordean lo estrafalario, la ambigüedad de la percepción y el conocimiento, el predominio de la intriga y un humor que tiende al negro. Practicó el periodismo político y fue presidente honorario del Consejo de Ciudadanos, entidad que promovió para incentivar la inquietud cívica.En 1994 recibió el Premio de novela Konex. Fue miembro de la Academia Argentina de Letras.
El microrrelato de Marco Denevi tiene veintiocho palabras, y dice así:
DON QUIJOTE CUERDO
El único momento en que Sancho Panza
no dudó de la cordura de don Quijote
fue cuando lo nombraron (a él, a Sancho)
gobernador de la ínsula Barataria.
***
Marco Denevi
El único momento en que Sancho Panza
no dudó de la cordura de don Quijote
fue cuando lo nombraron (a él, a Sancho)
gobernador de la ínsula Barataria.
***
Marco Denevi
Disfrútenlo. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt
1 comentario:
No se puede decir mejor....
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