"Mañana iré a votar!, por Xosé Luis Barreiro
Mañana iré a votar porque creo firmemente en Europa, y porque sé que todos los caminos, por largos que sean, se hacen andando. También iré a votar porque veo que la realidad europea crece a mi alrededor, y determina mi vida, de forma cada vez más intensa. Y también votaré mañana porque ya no sé vivir sin Europa, porque tengo miedo al regreso de la insolidaridad y las fronteras, y porque no puedo imaginar que vuelven a mi vida los viejos atavismos, los proteccionismos y las glorias de las patrias militares que estamos dejando atrás.
Mañana iré a votar aunque muchos no vayan. Y, después de haber votado, me sentiré mucho mejor que los que reniegan de todo y habitan en la desidia. Cuando tenga la papeleta en la mano, nadie podrá impedir que me sienta más despierto y responsable que los que no votan. Y no pienso darle ninguna disculpa dialéctica a los que, pretextando la falta de una democracia idílica y utópica que debiera brotar de las peñas como el agua cristalina, optan por poner el proyecto europeo a los pies de los extremistas -¡ahí está Holanda otra vez!-, al albur de los escépticos, y a merced de los que ya no recuerdan -o no quieren recordar- la Europa de los equilibrios armados, de las dictaduras, de las diferencias económicas abismales, del horror, del genocidio y de la tierra quemada.
Mañana iré a votar porque, aunque mis palabras le parezcan en exceso dramáticas, veo la Europa más criminal de la historia -la de los nazis y los campos de concentración- a solo 64 años de distancia. Y la Europa del muro de Berlín a solo 19 años. Y la Europa de los Balcanes a solo 5 años de distancia. Y la Europa de Chechenia, o de Osetia, o la que pelea con sus vecinos afganos e iraquíes, en las portadas de hoy.
Mañana iré a votar porque todo lo que nos vino de Europa es gloria bendita, y todo lo que nos caracterizó cada vez que nos fuimos de Europa -tras la Paz de Augsburgo, con Fernando VII, o con Franco- siempre fue ignorancia, miseria y tiranía. Y mañana iré a votar, si Dios quiere, porque creo que la UE es el proyecto político más pacífico, más libre y más ético que existe en el mundo, y que solo Europa funciona como una barrera efectiva frente al organicismo bélico -previsiblemente apocalíptico- que nunca deja de amenazarnos.
Europa va lenta porque la han frenado los irresponsables. Europa tiene un déficit democrático porque la hemos puesto en manos de trileros y políticos de muy corto alcance. Y Europa está necesitada de un impulso constitucional que solo puede venir de ciudadanos responsables, participativos y maduros. Por todo eso votaré mañana. Y porque nada me hace sentir más digno, más honrado y más libre que dejar mi papeleta dentro de la urna.
Entrada núm. 1164 (.../...)
1 comentario:
Pues yo distinguiría entre ser euroescéptico o aguantar a los impresentables que nos quieren representar.
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