Sala de audiencias (Sevilla)
Se que puedo dar la impresión de que la tengo tomada con la Justicia (o lo que queda de ella en este país nuestro), pero no es así. No tengo ninguna queja personal al respecto. Simplemente, me dan miedo muchas de las resoluciones -o la falta de ellas- que se adoptan en los juzgados y tribunales españoles y la indiferencia o jaleo (de jalear) con que se acogen, según de quién vengan o a quién se refieran...
No acabo de entender muy bien si van por ahí "los tiros" del artículo que hoy publica en La Voz de Galicia, José Luis Barreiro, pero en fin... HArendt
Etarras encapuchados
"Si la sal se torna insípida", por José Luis Barreiro
Hace unos meses comenté con excepcional desagrado la leve sentencia que cayó sobre un grupo de guardias civiles que apalearon hasta la muerte a un gitano que había entrado en el cuartel para solicitar protección. No hace más de dos semanas llamaba la atención sobre el desprecio de la ley que demostraban los policías municipales que, sin más objetivo que el de reivindicar mejoras laborales, colapsan sus propios servicios con bajas médicas fraudulentas. En la misma línea me he pronunciado contra las leves sanciones impuestas a ciertos jueces que abusan criminalmente de su autoridad a favor o en contra de los presos, que mantienen connivencia con mafias criminales o especulativas, o que imponen sus prejuicios morales al margen de la ley. Y ahora llega el caso de la policía municipal de Coslada, donde el sheriff Ginés aterrorizó a la población durante veinte años, al puro estilo de los thrillers americanos, sin que hubiese saltado ningún control judicial, policial o político.
Si la sal se torna sosa ya no hay con qué salarla, y «no sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres» (Mateo, 5,13). Y eso es lo que sucede en una democracia cuando la policía o los jueces se corrompen, porque ellos son la sal de nuestra libertad. Cuando el terrorista asesina, o el mafioso extorsiona y roba, o el proxeneta trafica, o el machista viola y mata, el Estado tiene respuesta, y toda la sociedad está preparada para defenderse desde la legalidad y sin que el orden social se derrumbe. Pero cuando la Justicia se hace injusta, o la policía ladrona, todo el Estado queda herido, y debe ser restaurado con un enorme rigor y con urgencia. Aunque tengo la impresión de que, bajo la influencia de ETA, hemos perdido el sentido de lo que Xoprioritario e importante en materia de justicia, paz social y orden público. Como si la sal se nos estuviese volviendo insípida. (La Voz de Galicia, 12/05/08)
Xosé Luis Barreiro
2 comentarios:
Excelente artículo. Estoy de acuerdo plenamente en todo lo publicado y me gustaría poder expresarlo de una manera tan sencilla y llana como el Sr. Barreiro.
Tiene toda la razón, amigo Fracesc... Xosé Luis Barreiro escribe con una claridad meridiana; parece mentira que fuera político. Quizé por eso acabaron aburriéndole...
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