CARTA
Tal vez no sé explicarlo,
y aun así podría volar
o hacer de ti el verano,
un septiembre de reírnos bajo el agua,
una música con ojos de mirarte.
Tal vez no sepas, pero sabes
que vivir es incesante
y sucede tan sin tregua
que todo lo que empuja te detiene.
Por eso andar sin rumbo da alegría.
Tal vez no sepas, pero sabes
que amar siempre es quedarse,
y un cierto vandalismo de promesas,
volver a conquistar palabras de hace tiempo
y que alguien nos absuelva,
y no temer deriva,
y ser, como la nieve, más ciencia que costumbre.
Tal vez no sepas, pero sabes
que el miedo esconde un coro
y es esta misma luz
que nace de nosotros
el fiero camuflaje de la vida.
Tal vez no sepas, pero sabes
que el hombre no nació para morir
—así empezó la historia—,
pero es rehén de escarnios,
de leyes y tormentas,
del golpe de sed que reúne,
del hacerse entender que acumula.
Su activismo es la infancia
y al crecer va cayendo.
Su defensa es flotar, que es destierro del agua.
Su tristeza es saber que vivir no es sagrado.
Y confunde la nada
con jugar a los dioses.
Y la soledad confunde con no dormir solo.
Antonio Lucas (1975)
poeta español
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