Aristófanes fue un visionario con su célebre Lisístrata, comenta en La Vanguardia [Boicotear a los hombres, 12/11/2024] la escritora Silvia Colomé. En esta comedia, las mujeres, para hacerse oír en un mundo tan patriarcal y machista como el de la Grecia clásica, optaron por aliarse y pusieron en marcha una huelga de sexo. Sabían cuál era el punto débil de los hombres y, evidentemente, tras un periodo de abstinencia lograron su objetivo.
Muchos siglos después, en este primer tramo del XXI, las surcoreanas siguieron la estela de atenienses y espartanas yendo no uno, sino tres pasos más allá. Es el denominado Movimiento 4B, nacido a raíz del #MeToo y que no solo rechaza el sexo con hombres, sino también mantener relaciones románticas con ellos, el matrimonio y tener hijos. Es decir, cuatro aspectos que tradicionalmente se espera que cumplan las mujeres de ese país y a los que algunas jóvenes se oponen abiertamente para no ver amenazada su libertad, de ahí el número 4 del nombre de la propuesta feminista. La B responde a la inicial de los términos bihon (no al matrimonio), bichulsan (no al parto), biyeonae (no a las citas) y bisekseu (no al sexo con hombres).
Esta opción, que nos puede sonar muy extremista, está irrumpiendo con fuerza en Estados Unidos estos últimos días. Tras la segunda victoria de Donald Trump, en las redes sociales (donde transcurrió especialmente la campaña electoral y ahora emergen todas las consecuencias de los resultados) muchas mujeres abogan por aplicar el Movimiento 4B como reacción al temor de las políticas del empresario en contra de sus libertades, empezando por el derecho al aborto. Pero no solo eso. También reaccionan así a los comentarios misóginos que circulan amparados por la vuelta al poder del magnate.
Es el caso, por ejemplo, de un conocido militante ultraderechista, Nick Fuentes, que escribió: “Sólo me gustaría aprovechar la oportunidad para agradecer a los hombres por salvar a este país de perras estúpidas que querían destruir el mundo para mantener el aborto”, y remata: “Tu cuerpo, mi decisión. Para siempre”, dando lugar a la etiqueta #YourBodyMyChoice, convertida en trending topic.
En el otro lado nos encontramos otro post viralizado, que propone: “Señoras, tenemos que empezar a considerar el movimiento 4B como las mujeres de Corea del Sur y dar a Estados Unidos un severo descenso de la natalidad”.
La guerra está servida en redes. Y difícilmente acabará como la de Lisístrata, con hombres y mujeres celebrando la paz en la cama. Primero, porque Aristófanes escribió una ficción. Y, segundo, porque parece que haya una nueva inmunidad a la vulneración de los derechos de las mujeres y muchas no están dispuestas a perder el control sobre su cuerpo. ¿Radicales o prudentes?
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