El Glosario del fracaso, editado por Valerio Rocco Lozano en la colección Pensamiento de la Editorial del Círculo de Bellas Artes, supone uno de los resultados del proyecto de investigación «Fracaso. Revertir las genealogías del fracaso; siglos XVI-XIX», financiado por la Unión Europea, escribe en Revista de Libros [Narrando el fracaso, 07/01/25] la profesora de la UNED Marcela Vélez León, reseñando el libro Glosario del fracaso, de Valerio Rocco Lozano (ed.), Círculo de Bellas Artes, Madrid, 2021. La obra, que en su construcción colectiva refleja la interdisciplinariedad del equipo del proyecto, aborda conceptualmente la noción de «fracaso» desde una óptica transversal y novedosa, partiendo de interpretaciones alternativas e inusitadas de la modernidad. Y es que, ya desde la «Introducción» (pp. 9-27), Rocco señala la línea directriz de la obra, a saber: en tanto la modernidad puede ser dicha de muchas maneras, la propia noción de «fracaso», en cuanto plenamente moderna, también habrá de serlo.
Frente al sentido dominante de modernidad como «la época histórica, el gesto político y la actitud científica que aglutina el rechazo de todo principio de autoridad y toda fuente de verdad que se quieran legitimadas sin haber sido previamente sometidas al tribunal de la razón» (p.10) —sentido que está en la base del paradigma reduccionista que comprende la modernidad como puramente científica—, la pregunta que orienta las contribuciones de quienes participan en este volumen colectivo apunta a la posibilidad de comprender la Neuzeit en otros términos. Ya importantes aproximaciones filosóficas del siglo XX tomaron este hecho en cuenta, apuntando a la existencia de una dialéctica de la ilustración (cfr. Adorno y Horkheimer), por ejemplo, o a una crisis de las ciencias de europeas (cfr. Husserl) como explicación coherente de las paradojas de la modernidad. No obstante, ampliando la reflexión hacia la experiencia propia del individuo concreto, el ser de carne y hueso que es, al fin y al cabo, quien fracasa, las contribuciones de este libro toman como punto de partida un tercer sentido de modernidad, a saber, la modernidad literaria que, tal como señalara Milan Kundera, supone la emergencia de un paradigma alternativo en el que la literatura, como saber narrativo, abre parcelas de lo real más allá de la abstracción de la modernidad racionalista, y, en definitiva, muestra el fracaso como condición vital e indisociable de la existencia humana. Así, la noción de «fracaso» deja de ser subsidiaria del éxito, entendido como el triunfo cuantitativo y cuantificable, instrumental y útil. El objetivo principal de la obra es, pues, la narración del fracaso, y en ese sentido, se propone una «metaforología del fracaso» (cfr. Rocco Lozano, p. 150), es decir, una narración de las «figuras del fracaso» (cfr. Zazo, p. 233) que incorpora nuevos terrenos semánticos y existenciales sin los cuales resulta incompleta la comprensión del fracaso en la modernidad.
El volumen recorre conceptual, etimológica, literaria, filosófica e históricamente las nociones de «bancarrota» y «pobreza» (cfr. Martínez Bermejo, pp. 29-42 y pp. 263-279 respectivamente), «caída» y «tropiezo» (cfr. De los Ríos, pp. 43-58 y pp. 313-326 respectivamente), «culpa», «declive» y «deuda» (cfr. Arroyo, pp. 59-69, pp. 71-86 y pp. 131-138 respectivamente), «derrota» y «exilio» (cfr. Sánchez Usanos, pp. 87-100 y pp. 157-168 respectivamente), «desastre» y «pérdida» (cfr. Castro García, pp. 101-114 y pp. 249-262 respectivamente), «desengaño» (cfr. Aranzueque, pp. 115-129), «error» y «naufragio» (cfr. Rocco Lozano, pp. 139-155 y pp. 201-216 respectivamente), «mancha» y «ruina» (cfr. Garrocho Salcedo, pp. 169-181 y pp. 281-294 respectivamente), «monstruo» y «ocaso» (cfr. Blanco Martínez, pp. 183-199 y pp. 217-230 respectivamente), así como «olvido» y «suicidio» (cfr. Zazo, pp. 231-248 y pp. 295-312 respectivamente); un conjunto de conceptos que, en cuanto constelación de sentido, permite una aproximación profundamente rica y singular a la modernidad del fracaso.
Comenzando, en la mayoría de las ocasiones, por la exposición etimológica de cada uno de los términos, los capítulos navegan por los vericuetos lingüísticos, pero también sociales, históricos, e ideales, de cada uno de los términos abordados. O dicho de otro modo: aproximándose tanto desde la historia de la experiencia como desde la historia conceptual, el Glosario ofrece un plexo de sentido que permite pensar, por las proximidades y distancias léxicas de la familia semántica que compone la obra, en nuevas narrativas del fracaso. Ahora bien, para llevar a cabo esta tarea hay una pregunta inicial que es de recibo destacar: ¿desde dónde abordar la narración del «fracaso», teniendo en cuenta su carácter moderno, pero sin caer en los habituales clichés o lugares comunes sobre la modernidad? Este «desde» tiene una connotación temporal que hay que tomar en consideración cuando se piensa el «fracaso» en relación con un período histórico —esto es: temporal— bien concreto. Esto no implica, como supondría una perspectiva simple y reduccionista, que el conjunto que propone el Glosario haya de limitarse a la época que en general se denomina moderna, sino que, precisamente, ese cuerpo propiamente moderno hunde sus raíces en tiempos, pensadores, lugares y palabras que se remontan hasta Platón y Aristóteles, pero también a Aristófanes, Esquilo, Eurípides, Hesíodo y Homero. Entrecruzando literatura, ciencia, política, economía, filosofía, o historia, el Glosario recoge los hilos de esa antigüedad que se lee en la modernidad de Dante, Maquiavelo, Shakespeare, Montaigne, Kant o Hegel, tanto como en la de Borges, Heidegger, Machado, Marx, Foucault o Derrida. Las innumerables briznas contempladas y atendidas por los diferentes capítulos ofrecen a quien se asome al Glosario un nuevo universo de significación del fracaso, cuyo sentido aparece ahora plenamente atravesado por el carácter vitalista y existencial de aquella otra modernidad que explora los rincones de cada ser humano en su cruda facticidad, emotividad y aventura. En definitiva, el Glosario del fracaso ofrece, además de un diccionario, muy bien seleccionado, del campo semántico del concepto de «fracaso» —que aporta, en primera instancia, una aproximación conceptual y etimológica para expertos y especialistas del campo de la historia—, una perspectiva de conjunto cuya principal riqueza es la narración alternativa al propio autorreconocimiento de la modernidad que, desde nuestra contemporaneidad, se hace cada vez más necesaria e indispensable en cuanto saberes de nuestras historias, narraciones de nuestros fracasos.
Marcela Vélez es profesora en el Departamento de Filosofía de la UNED. Doctora internacional en Filosofía y Ciencias del lenguaje, ha realizado estancias de investigación en Goldsmiths College de la Universidad de Londres y en el Institut für Philosophie de la Friedrich Schiller Universität de Jena. Es directora de la revista académica Antítesis. Revista iberoamericana de estudios hegelianos y vicepresidenta para España de la Sociedad Iberoamericana de Estudios Hegelianos. Sus líneas principales de investigación son Filosofía de la historia, Idealismo alemán, Teoría Crítica y Filosofía política.
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