QUEBRADA LUZ
Un hombre avanza contra el cielo. Observa
la luz que tiñe el horizonte. Tiene
su moribunda claridad el tono
cárdeno o gris de todos los inviernos.
En esa luz de muerte un niño tiembla.
Y un joven conocido se dibuja
más acá de las nubes, mancha el aire.
Tiene miedo a las sombras.
Huele a musgo y a niebla y a hojarasca.
Él bien sabe que en la ciega trastienda
de la luz, en la noche que amenaza,
encontrará un refugio para el sueño.
Y soñará la luz que ha claudicado.
Y en la turbia conciencia de las sombras
verá crecer cuanto veló el olvido
regresando a la casa de otros días.
Volverán los sabores que hace tiempo
buscaron el amparo de la nada
y pasillos antiguos, mal tapiados,
recibirán de nuevo al visitante.
Será luz la palabra, solo ella
salvará la memoria. Y ese incendio
dará luz a las cosas que no existen:
un mundo sorprendido por la llama.
Manuel Rico (1958)
poeta español
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