miércoles, 7 de marzo de 2018

[PÍLDORAS LITERARIAS] Hoy, con "Última", de Luis Britto García





La noción de brevedad ronda siempre las consideraciones sobre la minificción de los minirrelatos. Aunque la brevedad no sea, ni con mucho, el único rasgo que es necesario observar en estas brillantes construcciones verbales, resulta lógico que para el lector común, e inclusive en cierta medida para el escritor, resalte de manera especial. 

Fue, en efecto, la primera característica que llamó la atención de lectores y críticos de esta forma literaria: la que primero produjo desconcierto y, a partir de allí, admiración. Ocurre, sin embargo, que tal noción es eminentemente subjetiva. Se puede considerar breve un relato de ocho o diez páginas, pero también lo será uno de un par de páginas, e igualmente, y con mayor razón, algún texto de extensión aún menor, que podremos describir en función de un determinado número máximo de líneas o de palabras, y no de páginas ni de párrafos. 


Pesan en este sentido la tradición de una literatura, y también la implícita comparación -casi instintiva, casi subconsciente- que formulamos con otros textos que conocemos, o bien con lo que se considera cuento o relato en nuestra propia literatura o en una distinta de ella. ¿Habremos de aceptar una categoría nueva, la del microrrelato brevísimo o hiperbreve, aunque el nombre resulte redundante? ¿O bien entenderemos que hay casos en que el escritor extrema alguna de las características que también tienen otros textos de este tipo, y ese hecho es percibido por el lector como un factor de diferenciación? 

Continúo hoy la serie de píldoras literarias con el minirrelato Última, de Luis Britto García, abogado, escritor, historiador, ensayista y dramaturgo venezolano, doctor en Derecho, exalumno de L'École des Hautes Études en Sciences Sociales en París y profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela. Partidario de las políticas del expresidente venezolano Hugo Chávez, ha representado al gobierno venezolano en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Les dejo con su minirrelato, que tiene trece palabras y se publicó en La otra mirada por David Lagmanovich. Dice así:

ÚLTIMA

La última muerte 
se me olvidó, 
que es como si hubiera muerto 
doblemente.





Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



HArendt






Entrada núm. 4348
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)