martes, 1 de agosto de 2017

[Un clásico de vez en cuando] Hoy, con "Edipo en Colono", de Sófocles





En la mitología griega, Melpómene (en griego Μελπομένη "La melodiosa") es una de las dos Musas del teatro. Inicialmente era la Musa del Canto, de la armonía musical, pero pasó a ser la Musa de la Tragedia como es actualmente reconocida. Melpómene era hija de Zeus y Mnemósine. Asociada a Dioniso, inspira la tragedia, se la representa ricamente vestida, grave el continente y severa la mirada, generalmente lleva en la mano una máscara trágica como su principal atributo, en otras ocasiones empuña un cetro o una corona de pámpanos, o bien un puñal ensangrentado. Va coronada con una diadema y está calzada de coturnos. También se la representa apoyada sobre una maza para indicar que la tragedia es un arte muy difícil que exige un genio privilegiado y una imaginación vigorosa. Un mito cuenta que Melpómene tenía todas las riquezas que podía tener una mujer, la belleza, el dinero, los hombres, solo que teniéndolo todo no podía ser feliz, es lo que lleva al verdadero drama de la vida, tener todo no es suficiente para ser feliz.

Les pido disculpas por mi insistencia en mencionar a los clásicos, de manera especial a los griegos, y de traerlos a colación a menudo. Me gusta decir que casi todo lo importante que se ha escrito o dicho después de ellos es una mera paráfrasis de lo que ellos dijeron mucho mejor. Con toda seguridad es exagerado por mi parte, pero es así como lo siento. Deformación profesional como estudioso de la Historia y amante apasionado de una época y unos hombres que pusieron los cimientos de eso que llamamos Occidente.

Retomo después de mucho tiempo la sección de Un clásico de vez en cuando trayendo trayendo al blog la tragedia de Sófocles Edipo en ColonoPueden leerla en el enlace inmediatamente anterior o ver si lo desean al final de la entrada un vídeo con la representación de la obra en el teatro romano de Siracusa, Italia, llevada a cabo por el Istituto Nazionale del Dramma Antico el año 2016.




Sófocles


Sófocles (496-406 a.C.) fue un poeta trágico griego, autor de obras como Antígona y Edipo rey, que le sitúan, junto con Esquilo y Eurípides, entre las figuras más destacadas de la tragedia griega. De toda su producción literaria sólo se conservan siete tragedias completas que son de importancia capital para el género. Participó activamente en la vida política de Atenas, ocupando los cargos de heletómano (tesorero de la Liga de Delos) y de estratego durante la Guerra de Samos bajo la autoridad de Pericles. 




Edipo en Colono (Jean-Antoine T. Giroust, 1788)


Edipo en Colono fue escrita por Sófocles entre el 407 y el 406 a.C., cuando tenía unos noventa años de edad. En ese año las tropas espartanas atacaron Colono, localidad próxima a Atenas y patria chica del autor, pero fueron rechazadas. Es verosímil que la obra fuera compuestas tras este fallido ataque. Fue presentada a concurso por su nieto el 401 a.C. obteniendo el primer premio.

En la cronología, se producen los eventos de Edipo en Colono después de los sucesos de Edipo rey y antes de Antígona; sin embargo, fue la última de las tres tragedias. Mientras en las otras dos obras sobre Edipo traen a menudo el tema de la responsabilidad moral de una persona y su destino, Edipo en Colono es la única en donde se aborda explícitamente el hecho de que él no es responsable de las acciones que estaba destinado a cometer.

Edipo, ya ciego, llega a Colono, distrito de Atenas, acompañado por su hija Antígona. Un lugareño les pide que abandonen el recinto sagrado de las Euménides, en el que se encuentran. Edipo se niega porque sabe que éste era el lugar en el que había de morir según el oráculo, y llegan más lugareños para echarlo de allí. Aparece Teseo, el rey de Atenas, quien asegura a Edipo su protección y le promete que será enterrado en suelo ático; de esta forma su espíritu protegerá Atenas. Ismene, la otra hija, llega de Tebas contando el futuro enfrentamiento entre los hermanos; ganará aquel que consiga tener consigo a Edipo. Por eso, Creonte, su cuñado, aparece con intención de prenderlo para que sea Tebas y no Atenas quien reciba su cuerpo; sus hombres capturan a Antígona e Ismene. Teseo interviene en ese momento y lo rescata a él y a sus hijas. Polinices aparece para ganar el apoyo de su padre, simulando arrepentimiento e intenta obtener el beneplácito paterno en su enfrentamiento con Eteocles, pero sólo consigue enfurecer a Edipo, quien lanza maldiciones contra ellos, que morirán el uno a manos del otro. Finalmente se oye un trueno, que señala el fin inminente de Edipo. Éste indica, tan sólo a Teseo, cuál será el emplazamiento de su tumba, pues traerá la fortuna a Atenas mientras siga allí. Se retira, y un mensajero cuenta que tras bendecir a sus hijas, se ha apartado a un lugar solitario y que ha muerto solo, en presencia de Teseo.





Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



HArendt






Entrada núm. 3689
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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

1 comentario:

Mark de Zabaleta dijo...

Siempre es interesante recordar a los filósofos griegos ...

Un cordial saludo
Mark de Zabaleta