sábado, 1 de septiembre de 2012

73 años del inicio de la II Guerra Mundial

Hay mitos y mitos. Destruir los falsos mitos, los que se construyen sobre datos erróneos, tergiversados, mal intepretados o lisa y llanamente inventados o prefabricados con alevosía y premeditación es labor primordial de los historiadores.

Entre mis libros de cabecera hay uno, Lecciones sobre la filosofía de la historia universal, de G.W.F. Hegel (1770-1831), al que le profeso especial estima. Lo tengo en dos ediciones, una de la Biblioteca Universal-Círculo de Lectores y otra de Alianza Universidad (Madrid, 1980).

Es en esta última en la que figura un extenso y clarificador prólogo del filósofo José Ortega y Gasset (1883-1955) en el que hay una frase que contrapone la labor del "filósofo" a la del "historiador". No me me resisto a reseñarla: "Tener 'ideas' es cosa para los filósofos. El historiador debe huir de ellas. La idea histórica es la certificación de un hecho o la comprensión de su influjo sobre otros hechos. Nada más, nada menos".

Hoy, uno de septiembre, se cumplen 73 años de la entrada de los ejércitos alemanes en Polonia, y con ello del inicio de la II Guerra Mundial. Y hoy hace tres años el historiador Ángel Viñas dedicó a la efeméride en El País un documentado artículo titulado "Un tiempo de sangre y fuego", que reproduzco más adelante, en el que desmontaba algunos falsos mitos, entre ellos, el existente sobre el pacto Stalin-Hitler que para algunos fue el paso previo necesario para la invasión, pero también sobre otros antecedentes que tuvieron como escenario la guerra civil española de 1936-1939.

Esta entrada es una reedición de la publicada en el blog el 1 de septiembre de 2009. Como complemento de la misma pueden ver mañana el vídeo  titulado "Los antecedentes de la II Guerra Mundial". Espero que les resulten interesantes. Y sean felices, por favor, a pesar del gobierno. Tamaragua, amigos. HArendt





El historiador Ángel Viñas




UN TIEMPO DE SANGRE Y FUEGO, por Ángel Viñas
El País, 01-09-2009


Los mitos siguen impidiendo analizar por qué Stalin pactó con Hitler y se inició hace 70 años la II Guerra Mundial. Los republicanos españoles acertaron: lo que pasó aquí fue el preludio de lo que sucedió en Europa.

El 1 de septiembre de 1939 es la fecha convencional del estallido del segundo conflicto mundial cuando las tropas alemanas invadieron Polonia. Y, 48 horas más tarde, Reino Unido y Francia declararon la guerra al Tercer Reich. El mundo en que vivimos es tributario de las repercusiones de la época que entonces dio comienzo.

En términos numéricos la historiografía sobre la II Guerra Mundial ha sobrepasado la generada por uno de los conflictos que le precedieron, el español, pero todavía subsisten autores que disminuyen la relación entre una y otro. Suelen ubicarse entre quienes defienden la racionalidad de la política de apaciguamiento de los dictadores fascistas que impulsó uno de los más desastrosos políticos británicos del siglo XX, Neville Chamberlain, o entre quienes sobreenfatizan el trastocamiento de frentes que se produjo en la escena europea en comparación con la española.

La diferencia sustancial suele ligarse en el último caso al cambio de alineación de la Unión Soviética, que pasó de oponente de la expansión fascista a presunta promotora del pacto Molotov-Ribbentrop del 23 de agosto de 1939. Éste, innegablemente, permitió a Stalin mantenerse al margen de lo que no tardó en caracterizar, de forma mendaz y camelista, como guerra intra-imperialista.

Se trata de una explicación favorecida por los historiadores franquistas y neofranquistas, empeñados en presentar ayer y hoy el conflicto español como una pugna grandiosa contra el comunismo. Tal interpretación se mantuvo del principio al fin y la propagaron policías, soldados, clérigos, periodistas y académicos complacientes. Fue la pieza esencial para defender la contribución de Franco a la defensa del mundo libre durante la guerra fría. Un centinela de Occidente. El primero y más preclaro.

Es labor del historiador sustituir el mito por el dato, la construcción político-ideológica por la reconstrucción documental. En los archivos que han ido abriéndose en los últimos años surgen evidencias que permiten contrastar aquellos planteamientos.

Investigadores ingleses, norteamericanos, alemanes, franceses e italianos, entre otros, han analizado la génesis del pacto Molotov-Ribbentrop. No respondió a un proyecto oculto que el Kremlin hubiese acariciado mientras los españoles se entremataban. Fue el resultado de una valoración muy fría de Stalin en tres circunstancias precisas: a) La profunda suspicacia ante el comportamiento de Chamberlain unida al desencanto por el fracaso del apoyo a la República dada la timidez de las potencias democráticas en generar una respuesta robusta a la expansión fascista. b) La renuencia de Londres y París en llegar a un acuerdo de defensa mutua, nuevo objetivo tras el mero fortalecimiento de la política de seguridad colectiva, hundida después de los acuerdos de Múnich en septiembre de 1938. c) Los intensos esfuerzos nazis de seducción del Kremlin para llegar a un acuerdo, primero en el plano económico y comercial pero desde julio de 1939 también en el plano político y de seguridad.

Dado que sus espías tenían al corriente a Stalin de las reflexiones que iban desarrollándose en Alemania para conseguir su neutralidad ante el ataque contra Polonia, en un rasgo de supremo jugador oportunista optó por aproximarse a Hitler y echar por la borda la estrategia que había seguido durante los cinco años precedentes. La mutación produjo una conmoción inmensa en los partidos comunistas nacionales. Muchos de los españoles no la soportaron. En Francia los comunistas fueron objeto de una colérica persecución, que también afectó a los exiliados republicanos.

El resultado, desde el punto de vista de los inmediatos intereses soviéticos, fue espectacular: dividida la Europa oriental en zonas de influencia respectivas a tenor de lo previsto en dos protocolos secretos (el primero anejo al pacto), los rusos invadieron Polonia y no tardaron en extender su incipiente glacis imperial también a los países bálticos, algo que estos nuevos miembros de la UE no han olvidado. Les costó sudor y lágrimas, eso sí, vencer la tenaz resistencia finlandesa. Al avanzar sus fronteras hacia el oeste, en teoría, aunque no en la práctica, la URSS hubiera debido estar en mejores condiciones para hacer frente a la máquina de guerra nazi. Stalin no las aprovechó. Dos años después la Wehrmacht lo comprobaría.

¿Y desde el punto de vista opuesto? La versión convencional afirma que fue el pacto Molotov-Ribbentrop la clave que hizo posible la agresión alemana y, por ende, el conflicto que el apaciguamiento había tratado de evitar. Sin embargo, la decisión de Hitler de atacar Polonia estaba tomada en firme. El pacto con Stalin cumplió no sólo funciones externas sino también internas. Dos fueron fundamentales: a) Tranquilizar a los sectores todavía no suficientemente nazificados. b) Asegurar el suministro ininterrumpido de materias primas, pues la hambrienta economía alemana no aguantaría sin ellas el ritmo de rearme dado el estrangulamiento exterior. Lo que dio el tono fue que Hitler temía que la ecuación estratégica terminaría tornándose en contra suya si esperaba. Contaba con que las potencias democráticas no hicieran efectiva sus garantías a Polonia, pero incluso cuando fue acumulándose la evidencia de que tal no sería el caso no se echó para atrás.

Quienes tuvieron razón fueron los republicanos españoles. Desde principios de septiembre de 1936, cuando confirmaron que de los triunfos militares de Franco eran partícipes las potencias fascistas, no se cansaron de subrayar que lo que pasaba en España era el preludio de lo que tarde o temprano terminaría ocurriendo en Europa. No era propaganda. Fue una valoración genuinamente sentida por la mayor parte de quienes conocían las realidades internacionales de la época, ya fuesen políticos, funcionarios o dirigentes de partidos. Nunca tuvieron éxito. Como señaló Orwell, los escenarios que la izquierda británica aclaraba en panfletos de tres peniques no penetraron en la conciencia de los decisores últimos de las potencias democráticas y, en particular, de Chamberlain y su guardia pretoriana. Las voces discrepantes, que hubo y muchas, tampoco lograron nada. Ni las dimisiones, a veces sonadas.

El caso francés fue igualmente emblemático. Hace ya años que Duroselle acuñó el concepto de "decadencia" para caracterizar su política exterior y de seguridad. El temor ante y la fascinación por el fascismo corroyeron la capacidad de decisión autónoma, debidamente trabajada por los británicos. Uno de los más nefastos políticos de la época, Georges Bonnet, ilustra hasta qué punto vivir en dependencia se había convertido en el destino de Francia.

Sólo los republicanos, abandonados a su suerte, hicieron ver que la contención del fascismo no era del todo imposible. Cinco meses después de que la época de sangre y fuego individualizada llegara a la inevitable conclusión a que la condujo en España la no intervención, para empezar otra más solapada bajo la Victoria, tocó el turno a franceses y británicos. Sus estrategias fueron un fracaso total. No se doma a un tigre hambriento por el mero hecho de echarle carnaza.

Nada de lo que los historiadores han ido desentrañando ha impedido que continúe la manipulación del pasado. Las conveniencias del presente se imponen en el mundo político e ideológico cuando no mediático. El pacto Molotov-Ribbentrop es un ejemplo. La Guerra Civil española otro. Hay que penetrar en lo que hubo detrás de los hechos y derribar los mitos.

Un historiador británico, Adam Tooze, se ha "cargado" algunos de los relacionados con el Tercer Reich y su conducción de la guerra. No es otro el destino que aguarda a las interpretaciones neo-franquistas sobre el conflicto español. En el plano científico está en juego cómo en el futuro deberá presentarse una historia que sigue manipulándose. En el plano ético el antecedente de los valores democráticos, entonces ahogados con sangre y fuego. Y en el ámbito metapolítico la determinación de cuál sea la experiencia colectiva con que cabe entroncar los orígenes de nuestra democracia. No fue la franquista.






01/09/1939: Tropas alemanas entran en Polonia





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Entrada núm. 1732
"Tanto como saber, me agrada dudar" (Dante)
"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)
"La historia del mundo no es un suelo en el que florezca la felicidad. Los tiempos felices son en ella páginas en blanco" (Hegel)

miércoles, 29 de agosto de 2012

Estamos en la Luna (II): 21/7/1969

Este vídeo complementa junto con el titulado "21/7/69: Estamos en la Luna (I)", la entrada del día 27/8 titulada "Apolo 11, aquí Maspalomas, ¿me recibís". Tamaragua, amigos. HArendt



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Entrada núm. 1730
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martes, 28 de agosto de 2012

Estamos en la Luna (I): 21/7/1969

Este vídeo complementa junto con el titulado "21/7/69: Estamos en la Luna (II)", la entrada del día 27/8 titulada "Apolo 11, aquí Maspalomas, ¿me recibís". Tamaragua, amigos. HArendt



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domingo, 26 de agosto de 2012

Mozart por Vijenica (Sarajevo,1992))

En la noche del 25 al 26 de agosto de 1992, hoy hace veinte años, Vijenica, la Biblioteca Nacional de Sarajevo, capital de Bosnia y Herzegovina, símbolo de multiculturalidad y convivencia étnica, fue bombardeada por ultranacionalistas serbios, incendiada y reducida a cenizas. Dos años después de su destrucción, en 1994, la Orquesta Filarmónica de Sarajevo y el Coro del Teatro Nacional de dicha ciudad interpretaban entre las ruinas de sus muros el "Requiem" de Mozart bajo la dirección de Zubin Mehta. Este vídeo recoge un fragmento de esa interpretación y constituye un homenaje a esa vieja ciudad europea,  fragmentada y divida por los horrores de una guerra que nunca debió producirse y que aún hoy intenta recuperar su normalidad. Nunca más, nunca más en Europa otra guerra... Tamaragua, amigos. HArendt 




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Entrada núm. 1727
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sábado, 25 de agosto de 2012

Los Acuerdos de Bretton Wood, Julio de 1944

Este vídeo complementa la entrada de ayer titulada "Dos años sin Tony Judt", y está  inspirado en el capítulo del mismo título del libro "Postguerra" del historiador británico Tony Judt, en el que se relata la historia de los acuerdos que llevaron a la creación del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.  Tamaragua, amigos. HArendt



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Entrada núm. 1726
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viernes, 24 de agosto de 2012

Dos años sin Tony Judt


El pasado día 6 se cumplieron dos años de la muerte del profesor e historiador británico Tony Judt. Y tal día como hoy de hace un año le rendía en el blog mi particular y personal homenaje de admiración y respeto. No es otra mi intención que seguir manteniendo presente el recuerdo de su obra y de ahí que me haya animado a reelaborar y reproducir la entrada citada, que pueden ustedes leer a continuación, titulada: "Historia e historiadores. In memoriam: Tony Judt". Como complemento de la entrada les invito a ver el vídeo que la acompaña, titulado "Los acuerdos de Bretton Woods", realizado a partir del capítulo del mismo título del libro Postguerra de Tony Judt. Y sean felices, por favor, a pesar del gobierno. Tamaragua amigos. HArendt







HISTORIA E HISTORIADORES. "IN MEMORIAM": TONY JUDT

Hasta que leí sobre él en Revista de Libros nunca había oído ni leído mención alguna sobre el historiador británico Tony Judt, fallecido hace ahora justamente un año a causa de una esclerosis lateral amiotrófica (ELA), más conocida como la enfermedad de "Lou Gehrig", por haberla padecido el famoso jugador de beísbol de ese nombre. La información que sobre Tony Judt da la Wikipedia en español no le hace justicia, así que en este enlace pueden acceder a la versión inglesa, mucho más extensa y pormenorizada. 

De padre belga, emigrado a Gran Bretaña antes del estallido de la guerra mundial, y madre inglesa, ambos descendientes de judíos de Europa oriental, Tony Judt nació en Londres en 1948 y murió en Nueva York, la ciudad en la que residía, el 6 de agosto de 2010. Realizó sus estudios en el King's College de Cambridge y en la École Normale Supérieure de París. Impartió clases en las universidades de Cambridge, Oxford, Berkeley (San Francisco) y Nueva York, ocupando en esta última la cátedra de Estudios Europeos, que él mismo fundó en 1995, y en la que también ocupó la dirección del Remarque Institute. Es autor de numerosos libros, entre ellos Postguerra. Una historia de Europa desde 1945  (Taurus, Madrid, 2006). Considerado uno de los diez mejores libros de 2005, se trata de un voluminoso texto de más de mil doscientas páginas, que leí con entusiasmo creciente, y que en 2007 recibió el Premio Hannah Arendt, otorgado por la ciudad-estado alemana de Bremen y la Fundación Heinrich Boell, y en 2009 el Orwell Prize, el más prestigioso de Gran Bretaña a un libro político. 

Mi relación sentimental con Tony Judt, fue propiciada por la lectura mensual de Revista de Libros. El primer artículo que leí sobre él en dicha publicación (núm. 130, octubre de 2007) fue el titulado Europa y el mundo. Tres siglos de historia, del profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, Manuel Pérez Ledesma, en el que comentaba el ya mencionado más arriba libro suyo "Postguerra. Una historia de Europa desde 1945", considerado por muchos historiadores el mejor de los que se han escrito sobre dicho período.

Para Judt, dice el profesor Pérez Ledesma, la historia reciente de Europa es en primer lugar la historia de una pérdida: de la pérdida del poder, de la importancia internacional y, en algunos casos, de la condición imperial de los Estados del continente. Algo que se reflejó de forma dramática, ya en los momentos iniciales del relato, en la incapacidad europea para enfrentarse a las amenazas que habían surgido en su interior: en 1945, la mayor parte de Europa «no había sido capaz de liberarse del fascismo por sus propios medios, ni tampoco podía mantener a raya al comunismo sin ayuda»; sólo tras varias décadas y numerosos esfuerzos pudieron los europeos recuperar el control de sus destinos. Pero ésa no es la única pérdida: lo que Judt quiere contar en un segundo nivel -añade el profesor Ledesma- es la historia del declive de las grandes teorías decimonónicas sobre el progreso y el cambio, la revolución y la transformación social, que habían hecho suyas los partidos y los movimientos políticos de preguerra. En especial, dice, son el decaimiento del fervor político en la mitad occidental del continente y el descrédito del dogma marxista en su mitad oriental los asuntos que más le im­portan a Judt.

Tiempo después, de nuevo en Revista de Libros (núm. 145, enero de 2009) vuelvo a encontrar un artículo de Michael Seidman, catedrático de Historia en la Universidad de North Carolina, titulado La voluntad de ignorar, comentando otro afamado libro de Judt, en esta ocasión el titulado Pasado imperfecto. Los intelectuales franceses, 1944-1956 (Taurus, Madrid, 2008).

Dice Seidman del libro que es una historia intelectual extremadamente bien escrita de ciertos intelectuales franceses durante los comienzos de la Guerra Fría y de sus actitudes hacia el comunismo. Entre los más  destacados –principalmente Jean-Paul Sartre, Emmanuel Mounier y Maurice Merleau-Ponty– a los que somete a una crítica despiadada y, en ocasiones, divertida, defendiendo convincentemente que las posiciones y actitudes de estos intelectuales estuvieron determinadas en gran medida no por las duras realidades del comunismo en Europa oriental, sino por sus propias preocupaciones francesas bastante provincianas, destacando que fue la manifiesta falta de valor de tantos escritores –Judt menciona a Paul Eluard, Elsa Triolet, Louis Aragon, Emmanuel Mounier y, por supuesto, a Simone de Beauvoir y al propio Sartre– durante la ocupación alemana, lo que hizo que la sociedad francesa se resolviera a castigar a quienes de entre ellos presentaban un historial inequívoco de colaboración. 

Sobre los intelectuales franceses y el comunismo escribió también Judt en su último libro, El refugio de la memoria (Taurus, Madrid, 2011), sobre el que volveré más adelante, pero cuya lectura me trajo recuerdos imborrables sobre sendos libros, magníficos, de dos prestigiosos historiadores franceses. Me refiero a El pasado de una ilusión. Ensayo sobre la idea comunista en el siglo XX (FCE, Madrid, 1995), de François Furet, y Las voces de la libertad. Intelectuales y compromiso en la Francia del siglo XIX (Edhasa, Barcelona, 2004), de Michel Winock, cuya lectura recomiendo encarecidamente a los interesados en el tema.

Hasta el número de marzo de 2011 de Revista de Libros (el núm. 171) no volví a leer nada sobre Tony Judt. En esta ocasión se trataba de un artículo del catedrático de Historia de las Ideas y de los Movimientos Sociales de la Universidad Complutense de Madrid, el profesor José Álvarez Junco, titulado Elegía por la socialdemocracia. Por él me enteraba de la muerte del historiador británico en agosto del año anterior. En dicho artículo el profesor Álvarez Junco hacía la crítica de uno de los últimos libros de Judt: Algo va mal (Taurus, Madrid, 2010), del que ya escribí en el blog en la  entrada del 19 de mayo de 2011 titulada ¡Democracia real, ya!. Complicado pero no imposible, a la que remito, y en la que yo contraponía la lectura del "Algo va mal" de Judt, a la del panfletario "Indignaos" de Stéphane Hessel.

Un texto, el de "Algo va mal", en palabras del profesor Álvarez Junco,  en el que el historiador britànico reflexiona sobre la socialdemocracia, su apogeo en Occidente de 1945-1980 y su sustitución posterior por el conservadurismo neoliberal. En él toma partido -dice- a favor de aquella fórmula política y económica que dominaba en la Europa en que vivió de joven y a la que llama «el mundo que hemos perdido». No debemos idealizarla, añade, pero tampoco olvidarla, porque, sin ser perfecta, ha sido la mejor de las situaciones que ha vivido la humanidad a lo largo de su historia. Lo leí con verdadero entusiasmo en plena vorágine de las manifestaciones que dieron lugar a eso que hemos llamado "spanish revolution" o movimiento 15-M, del que también he tratado a menudo en el blog.

En julio de 2011 me llegó a casa el ejemplar mensual de Revista de Libros, un número doble (el núm. 175-176), y me encuentro en él otro artículo sobre el ya citado libro de Tony Judt, El refugio de la memoria, obra póstuma, pues terminó de dictarlo con enormes dificultades derivadas de su penosa enfermedad dos meses antes de su fallecimiento.

El artículo llevaba el título de Visita guiada a las ruinas, y estaba escrito por el catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, Enric Ucelay-Da Cal. Les confieso que me invadió un cierto y desasosegante sentimiento de estupor cuando terminé de leerlo. ¿Cómo era posible una crítica tan implícitamente  malévola hacia la última obra de un colega tan prestigioso como el profesor Judt? Estaba  acostumbrado a leer en Revista de Libros críticas muy duras, y con toda seguridad,  justificadas, sobre publicaciones de todo tipo que sin embargo gozan de gran popularidad y se venden como rosquillas (me vinieron a la mente las realizadas a bastantes títulos que he leído y que por pudor no voy a citar), pero me extrañó el tono de la crítica; casi más el tono que el contenido de la crítica en sí.

Nada más terminar de leer El refugio de la memoria volví a releer el artículo del profesor Ucelay-Da y  me parece de justicia confesar mi apresurado error de apreciación sobre el mismo, motivado con seguridad, por un párrafo inicial en el que afirma que dada la avalancha de prosa autocontemplativa que desborda tanto a productores industriales como consumidores (288.355 libros editados en Estados Unidos en 2009;  86.300 publicados en 2008 en España) por qué tendrían que atraerle las reflexiones de Tony Judt en su lecho de muerte. Pasé por alto la propia reflexión del comentarista que confiesa no haber entendido su propia reacción ante la lectura del libro de Judt. "¿Seré un envidioso, llenó de morboso placer producido por el dolor ajeno -se pregunta- al querer añadir la reducción del significado del "Chalet" (nombre que desde el inicio de su libro da Tony Judt al rincón de su memoria donde va guardando cada noche de insomnio forzoso sus recuerdos) a poco más que el garaje donde aparcaron a un moribundo? ¿Será que tengo poca sensibilidad retentiva para las historias e historietas de las gentes de mi tiempo específico? ¿O será que estoy harto de confesiones de todo tipo y signo y, como viejo y blando superviviente de la segunda mitad del siglo xx, tengo escasa paciencia para escuchar la misma tecla tocada más de una vez? ¿O será, muy sencillamente, que no me complace un mundo en el cual todos creen tener algo emotivo que comunicar a millones de personas en las redes sociales?". Y todo eso para, al final, reconocer que también es verdad que a él le hubiera gustado ser capaz, al menos una vez, de conmover a un lector tan antipático como él mismo tal y como lo hizo Judt en su día.

A mí, la lectura de El refugio de la memoria me conmovió profundamente. Y no solo por las circunstancias en que fue escrito, que el autor recrea en el capítulo primero, cuando habla de su enfermedad y de los recursos mentales a los que tenía que recurrir en las noches de inmovilidad e insomnio forzoso para recrear las diversas estancias de su memoria y ordenarlas en ella para que al día siguiente, "álguien", otra persona, pudiera trasladarlas al papel. El libro está plagado de anécdotas, anécdotas que le sirven para reconstruir su vida ante nosotros, a modo de estancias o compartimentos estancos, no siempre en un orden cronológico, pero al final, siempre bien interrelacionados.

Delicioso el capítulo que dedica, lleno de admiración, hacia su severo profesor de alemán en el Emanuel School de Battersen, Londres. Divertido y entrañable aquel en que relata su experiencia como estudiante de la Universidad de Cambridge y sobre la venerable y entrañable institución de las "bedders", las mujeres empleadas por la universidad para atender las "necesidades" materiales de los estudiantes de la misma. Dolorido, el que recuerda su estancia, en 1966 y 1967, en el kibutz de Machanayim, en la Alta Galilea israelí y su siempre difícil relación posterior, como judío, con el Estado de Israel. Sarcástico, pero reconocido, el que dedica a los intelectuales franceses de su época de estudio en la École Normale Supérieure, de París, una de las instituciones académicas más prestigiosas de Francia, de la que Raymond Aron, que fue alumno de ella, dijo en sus "Mémoires", que nunca se había encontrado con tantos hombres inteligentes en un espacio tan pequeño. Irónico, el que dedica al parisino Mayo del 68, que vivió en directo como estudiante. Duro y sin contemplaciones, aquel en que enjuicia el poco valor que hoy se da a la corrección en el hablar y el escribir: La prosa de muy mala calidad, dice, es hoy indicativa de inseguridad intelectual; hablamos y escribimos mal -concluye- porque no nos sentimos seguros de lo que pensamos y nos resistimos a afirmarlo de un modo inequívoco.

En otro capítulo relata su aventura universitaria norteamericana y muestra su admiración sin reserva por las instituciones docentes de dicho país, y sobre todo, por sus impresionantemente bien dotadas bibliotecas. Y comparto su juicio sobre la función de las universidades: dice de ellas que son instituciones elitistas, o que deberían serlo por principio, pues les concierne seleccionar a la promoción más capaz de una generación y educarla en esa capacidad forzando una renovación de la élite y rehaciéndola consecuentemente, para añadir que igualdad de oportunidades e igualdad de resultados no son la misma cosa. Verdad evidente que solemos pasar por alto con frecuencia. Admirativo y entrañable resultaba su juicio sobre la ciudad de Nueva York, que le acogió hasta su muerte, a la que califica como "ciudad del mundo".

En su crítica al comunismo se muestra contundente: como mejor se mide -dice- el grado de esclavitud en que una ideología mantiene a un pueblo es en la colectiva incapacidad de éste para imaginar alternativas. Feroz era su juicio sobre los dirigentes europeos del momento actual, de los que comenta que escurren el bulto recurriendo a la austeridad presupuestaria para apaciguar a los mercados. Y sobre el odio, temor, rechazo al extraño, al extranjero, cada vez más acentuado en las privilegiadas sociedades occidentales dice lo siguiente: "Ser danés o italiano, norteamericano o europeo, no será solo una identidad; supondrá un rechazo y una reprobación de aquellos a los que ésta excluya. El Estado, afirma, lejos de desaparecer, podría estar a punto de lograr su plena realización: los privilegios de la ciudadanía, las protecciones de los derechos de los poseedores de tarjetas de residencia, serán esgrimidos como triunfos políticos. Habrá intolerantes demagogos en democracias establecidas que pedirán tests -de conocimientos, de lengua, de actitud- para determinar si los desesperados recién llegados merecen ostentar la "identidad" de británicos o de holandeses o de franceses. Ya lo están haciendo, añade, En este este "espléndido siglo nuevo" ("brave new century": juego de palabras con el título de la famosa novela de Aldous Huxley "Un mundo feljz", en ingles titulada "Brave New World") echaremos de menos a los tolerantes, a los de los márgenes: a la gente fronteriza: Mi gente", concluye. 

¿Les suena? Es una letra que está en casi todas las partituras de los partidos nacionalistas y en las de bastantes dirigentes y responsables del partido popular español y de la derecha europea.

Yo no soy judío y ni siquiera me considero un hombre religioso, pero me siento orgulloso de mi doble condición de descendiente de conversos, así que he dejado para el final el alegato que formula en las últimas páginas del libro sobre su condición de judío, que vuelvo a compartir como tantas otras cuestiones de las que plantea en sus "memorias".  Dice Judt: "El judaísmo es para mí la sensibilidad de un autocuestionamiento colectivo y un incómodo decir la verdad; la capacidad, propia del que va contracorriente, de ser problemático y de disentir, por la que en otro tiempo fuimos conocidos. No basta, añade, con situarse en una posición tangencial frente a las convenciones de otros pueblos; deberíamos ser además los críticos más implacables de nosotros mismos. Siento que tengo una deuda de responsabilidad con ese pasado, dice, y es por eso por lo que soy judío."

Pero hay más cosas, muchas más cosas que solo podrán descubrir si se animan a leerlo. Yo lo he hecho y lo he disfrutado. Es mi pequeñísimo homenaje a un gran historiador, a un hombre de izquierdas, progresista y socialdemócrata, como él mismo se definió, al que no le dolieron prendas en reconocer los tremendo errores que han llevado al pensamiento de izquierdas a la crisis que está atravesando ahora.






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Entrada núm. 1725
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miércoles, 22 de agosto de 2012

El Tribunal Constitucional de España

Este vídeo es complemento de la entrada del blog titulada "¿Qué hacemos con el Constitucional", y es un trabajo académico sobre las funciones, competencias y composición del Tribunal Constitucional español. Tamaragua, amigos. HArendt



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Entrada núm. 1722

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lunes, 20 de agosto de 2012

Algunas consideraciones sobre el Holocausto

En una época en que todo se pone en cuestión este vídeo nos recuerda un hecho y un momento históricos en que la sinrazón se impuso a la cordura: el exterminio de seis millones de personas por el solo hecho de su condición de judíos. Con el deseo de que tal hecho no vuelva a repetirse jamás me sumo al homenaje de respeto a esos millones de víctimas, de todas las víctimas del mundo y de la historia, que el Holocausto representa. Tamaragua, amigos. HArendt




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Entrada núm. 1723 
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sábado, 18 de agosto de 2012

Filadelfia, 4 de Julio de 1776

Este vídeo complementa la entrada del blog titulada "¿Una asamblea constituyente para Europa? El precedente de El Federalista". Es un fragmento de la serie "John Adams", biografía del que fuera segundo presidente de los Estados Unidos de América, producida por la prestigiosa cadena de televisión HBO en 2008, protagonizada por Paul Giameti y dirigida por Tom Hooper. En dicha escena se recrea el momento en que los delegados de las distintas colonias británicas en norteamérica, reunidos en la ciudad de Filadelfia, votan la declaración de independencia de las mismas de Gran Bretaña, y crean los Estados Unidos de América. Tamaragua, amigos. HArendt




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Entrada núm. 1720
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viernes, 17 de agosto de 2012

Santiago Carrillo: El 15-M y el futuro de la democracia

¿Se puede sentir admiración y respeto por un personaje público, un político, y simultáneamente tener la convicción de que en ningún caso vas a votar por él o su partido? En mi caso, sí, desde luego. Al menos en lo que se refiere a Santiago Carrillo, exsecretario general del Partido Comunista de España.

Mi admiración y respeto por él, como persona y como hombre público, se inicia el 9 de abril de 1977, cuando el gobierno de Adolfo Suárez, legaliza de improviso y por sorpresa al Partido Comunista de España, en un día que ha pasado a la historia de España con el sobrenombre del "Sábado Santo Rojo". Y el porqué, por la audaz declaración ese mismo día del entonces todopoderoso secretario general del PCE, flanqueado por la bandera bicolor, anunciando que su partido aceptaba y respetaba la monarquía y la bandera de España, siempre que la monarquía y el gobierno de España promovieran y respetaran la democracia y las libertades. ¿Oportunismo político?, es posible, pero también un gesto por su parte que fue el impulso que le faltaba a España para abrirse a la libertad.

La otra razón que justifica mi admiración por Santiago Carrillo es otro gesto. En esta ocasión el posible oportunismo estaba fuera de lugar. Me refiero al intento de golpe de estado del 23 de febrero de 1981. Su gallardía e inmutabilidad ante los disparos de los militares golpistas dentro del Congreso, junto al presidente Adolfo Suárez y el vicepresidente Gutiérrez Mellado, constituyen una de las escenas más memorables y emotivas de la reciente historia de España.

No comparto, me resultaría imposible, muchas de sus opiniones; ni entonces, ni luego, ni ahora.  Pero siempre escucharé con respeto lo que diga. Tamaragua, amigos. HArendt


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Entrada núm. 1721
http://harendt.blogspot.com
"Tanto como saber, me agrada dudar"
 (Dante)
"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura"
 (Voltaire)
"La historia del mundo no es un suelo en el que florezca la felicidad. Los tiempos felices son en ella páginas en blanco"
 (Hegel)




martes, 14 de agosto de 2012

Europa y la Unión Europea: Evolución histórica

Este vídeo complementa la entrada del blog titulada "¿Una asamblea constituyente para Europa? El precedente de El Federalista",  y constituye una sucinta explicación de la evolución histórica que ha sufrido Europa desde el final de la II Guerrra Mundial hasta el momento actual, con una Unión Europea azotada y paralizada por una crisis económica, financiera y de credibilidad política que no parece encontrar fácil solución. Tamaragua, amigos. HArendt




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Entrada núm. 1718

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"Tanto como saber, me agrada dudar"
 (Dante)
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 (Hegel)




viernes, 10 de agosto de 2012

Suenyos de Espanya: Canción sefardí

Este vídeo, así como el titulado "Coplas de Purim.Canción sefardí", es complemento de la entrada del blog titulada "Seis años de Desde el Trópico de Cáncer", y constituye una muestra de mi particular homenaje a mis antepasados sefardíes. Tamaragua, amigos. HArendt




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Entrada núm. 1717

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 (Dante)
"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura"
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"La historia del mundo no es un suelo en el que florezca la felicidad. Los tiempos felices son en ella páginas en blanco"
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domingo, 5 de agosto de 2012

Coplas de Purim: canción sefardí

Este vídeo, así como el titulado "Suenyos de Espanya. Canción sefardí", es complemento de la entrada del blog titulada "Seis años de Desde el Trópico de Cáncer", y constituye mi particular muestra de homenaje a mis antepasados sefardíes. Tamaragua, amigos. HArendt



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Entrada núm. 1715
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"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura"
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viernes, 20 de julio de 2012

¿Comienza el principio del fin de Rajoy?




Madrid, ayer




¿Comenzó ayer en España el final de la era Rajoy? Los españoles parecemos decididos a recuperar nuestra dignidad de ciudadanos y hacernos de nuevo con el control de nuestro destino. Y ello, ante la incapacidad de un gobierno mendaz y cobarde de ofrecer una sola propuesta coherente para salir de la crisis en la que estamos sumidos. ¿Lo conseguiremos? 

Sí, hay que forzar la dimisión del presidente. ¿Cómo? ¿Y luego?... No creo que nadie tenga una respuesta clara: ¿Reférendum, nuevas elecciones, un gobierno de unidad nacional? Todo menos quedarnos de brazos cruzados mientras los ciudadanos claman por soluciones y el gobierno, incapaz de articular la más mínima respuesta coherente, se lanza dando tumbos en una fuga hacia adelante que nos lleva, como dicen en Canarias, "proa al marisco"...

El profesor José Ignacio Torreblanca, escribía hace unos pocos días en su blog un inquietante artículo en el que desvelaba algunas claves de lo que está pasando en España y en el seno de la Unión Europea: estamos en guerra, dice, en una guerra sin bajas por fuego enemigo, sin edificios ni construcciones derruidas, sin el estruendo de las bombas ni el fragor de las batallas, pero sí con muertos, heridos, ruina y desolación. Una guerra distinta para la que los estados nacionales y la Unión no estaban preparados. Las previsiones constitucionales sobre estados de alarma, de sitio o de guerra no sirven para esta novísima y alarmante situación, para esta guerra tan posmoderna... 

Por otro lado,un durísimo alegato del escritor Luis García Montero en El Huffington Post, nos muestra algunas otras claves más para entender el qué y el por qué está pasando lo que está pasando. Y quiénes son los culpables. 

Y el editorial de hoy en El País, ecuánime y ponderado, llamando al diálogo; algo que parece imposible ante un presidente enrocado en posiciones maximalistas y cada vez más aislado de la realidad. 

Pero eso es lo que hay, mientras nosotros lo permitamos... Sean felices, por favor, a pesar del gobierno. Cada vez les queda menos. Tamaragua, amigos. HArendt




España se echa a la calle




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Entrada núm. 1712
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martes, 17 de julio de 2012

Dragon Rapide-Parte 18 (19 de julio de 1936)

Dragon Rapide-Parte 17 (18 de julio de 1936).

Dragon Rapide-Parte 16 (18 de julio de 1936).

Dragon Rapide-Parte 15 (18 de julio de 1936).

Dragon Rapide-Parte 14 (17 de julio de 1936).

Dragon Rapide-Parte 13 (16 de julio de 1936).

Dragon Rapide-Parte 12 (15 de julio de 1936).

Dragon Rapide-Parte 11 (14 de julio de 1936).

Dragon Rapide-Parte 10 (13 de julio de 1936).

Dragon Rapide-Parte 9 (12 de julio de 1936).

Dragon Rapide-Parte 8 (11 de julio de 1936).

Dragon Rapide-Parte 7 (11 de julio de 1936).

Dragon Rapide-Parte 6 (10 de julio de 1936).

Dragon Rapide-Parte 5 (9 de julio de 1936).

Dragon Rapide-Parte 4 (9 de julio de 1936).

Dragon Rapide-Parte 3 (6 de julio de 1936).

Dragon Rapide-Parte 2 (5 de julio de 1936).

Dragon Rapide-Parte 1 (4 de julio de 1936).

lunes, 2 de julio de 2012

Glosas sobre Europa (II): Leyendo a Habermas





Las Naciones Unidas (Nueva York)




Jürgen Habermas dedica el capítulo I de "La constitución de Europa. Un ensayo" (Trotta, Madrid, 2012) a una exposición pormenorizada del concepto de dignidad humana y de la "utopía realista" de los derechos humanos, tal y como fueron promulgados en la Declaración Universal de Derechos Humanos por las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948.

La inviolabilidad de la dignidad humana, el respeto a la dignidad humana de toda persona, dice, prohibe que el Estado disponga de cualquier individuo simplemente como un medio para alcanzar otro fin, incluso si ese otro fin fuera el de salvar la vida de muchas otras personas (pág. 14).

Poco más adelante (pág. 16) sostiene que la dignidad humana es la fuente moral de la que todos los derechos fundamentales obtienen su sustancia, y ello es así, porque la dignidad humana es una y la misma en todas partes y para todo ser humano y fundamento de la indivisibilidad de los derechos fundamentales (pág. 20), y porque la exigencia de los derechos humanos no puede ser privada de su impulso moral esencial: la protección de la igual dignidad de cada cual (pág. 35).

Antes, ha criticado con dureza el uso que de las políticas de derechos humanos hacen a menudo las grandes potencias en defensa de sus propios intereses: "Cuando las políticas de derechos humanos se convierten en una simple tapadera para encubrir, y en vehículos para imponer, los intereses de las grandes potencias, o cuando una superpotencia  desdeña la Carta de la ONU y se arroga unilateralmente el derecho de intervención; cuando violando el derecho internacional humanitario, invade un país y justifica este acto en nombre de valores universales, entonces se confirma la sospecha de que el programa de los derechos humanos consiste en su abuso imperialista" (pág. 34). Bush, Aznar y Blair seguro que nunca leyeron a Jürgen Habermas. 


Como complemento de la entrada he puesto un vídeo de Amnistía Internacional sobre Derechos Humanos que les recomiendo encarecidamente. Y sean felices, por favor, a pesar del gobierno. Tamaragua, amigos. HArendt





Mafalda y los Derechos Humanos







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Entrada núm. 1676
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"Tanto como saber, me agrada dudar" (Dante)
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"La historia del mundo no es un suelo en el que florezca la felicidad. Los tiempos felices son en ella páginas en blanco" (Hegel)

Amnistía Internacional y Derechos Humanos

domingo, 1 de julio de 2012

Glosas sobre Europa (I): Leyendo a Habermas





Atenas, cuna de Occidente



Desde que inicié la aventura de "Desde el trópico de Cáncer" hace ya seis años, tuve claro que mi pretensión no era tanto la de expresar mis opiniones propias -aunque esto resulte inevitable como consecuencia del papel que me atribuyo- como la de dejar constancia de la importancia que, como glosador, daba a lo glosado. De ahí, el subepígrafe del blog: Observando el mundo a través de la mirada y la palabra de los otros. En resumen, y como he repetido en ocasiones anteriores, que lo interesante no está, ni por asomo, en lo que yo comento sino en lo comentado por mí. 

Hace unos días traje a colación en una de las entradas del blog al filósofo alemán Jürgen Habermas. Lo hice después de leer su más reciente libro: "La constitución de Europa. Un ensayo" (Trotta, Madrid, 2012), publicado originalmente en Alemania a finales del pasado año. 

Nacido en 1929, Jürgen Habermas fue ayudante de Th.W. Adorno, H.G. Gadamer y de K. Löwith, y es considerado el representante más sobresaliente de la llamada "segunda generación" de la Escuela de Frankfurt, y un referente indispensable para la filosofía y las ciencias sociales contemporáneas. Ha sido profesor en las universidades de Frankfurt, Princeton y Berkely, y fue premiado con el Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales el año 2003.

"La constitución de Europa. Un ensayo" no es un libro muy extenso, apenas un centenar de páginas, pero resulta muy interesante por su contenido, lo reciente de  su publicación y por las propuestas que formula en orden a la profundización de la unión de los pueblos y los Estados de Europa. Comprende tres apartados diferentes. El primero, lo dedica al concepto de dignidad humana y la utopía realista de los derechos humanos. El segundo se centra en la crisis de la Unión Europea a la luz de una constitucionalización del Derecho Internacional, con especial atención al proceso de constitucionalización de Europa. El tercero desarrolla la idea del proceso que llevaría de la comunidad internacional a la comunidad cosmopolita.

Más interesantes que esos apartados me han parecido a mí los tres que componen el anexo, titulados, respectivamente: Tras la bancarrota, El destino de la Unión Europea se decide en el euro, y ¿Un pacto a favor o en contra de Europa?.

Mi intención sería de la comentar a lo largo de entradas sucesivas en el blog algunas de esas propuestas que formula el profesor Habermas en su libro, y muy especialmente, en ese último apartado sobre un pacto a favor o en contra de Europa. No estoy muy seguro de conseguirlo, pero intentarlo lo intentaré.

Como primicia, reproduzco la primera de las respuestas de Habermas a la entrevista concedida al diario alemán Die Zeit, el 6 de noviembre de 2008, reflejada en el libro, y que no ha perdido ni un ápice de actualidad. Le pregunta el entrevistador que "qué es lo que más le preocupa del colapso del sistema financiero internacional y de la crisis mundial que amenaza todo el sistema". Y esta es la respuesta de Habermas:

"Lo que más me preocupa es la injusticia social que clama al cielo y que consiste en que los costes socializados, derivados del fallo del sistema, afectan con mayor dureza a los grupos sociales más vulnerables. Una vez más, dice, los que tienen que pagar las consecuencias económicas reales del mal funcionamiento -previsible- del sistema financiero son los que no figuran, en ningún caso, entre los vencedores de la globalización.Y han pagado no en valores monetarios, como los accionistas, sino en la dura moneda de su existencia cotidiana. También a escala global se consuma ese destino severo con los países económicamente más débiles. Ahí reside el escándalo político. Buscar ahora chivos expiatorios me parece evidentemente una hipocresía. También los especuladores han actuado siempre dentro del marco legal ajustado a la lógica, socialmente aceptada, de la maximización del beneficio. La política se ridiculiza a sí misma cuando se pone a moralizar en lugar de apoyarse en el derecho coercitivo del legislador democrático. Ella, y no el capitalismo, es la responsable de que las cosas se orienten hacia el bien común."

¿Lo habrán leído nuestros dirigentes políticos europeos y nacionales? Tengo mis dudas... Como complemento de la entrada he puesto en el blog sendos vídeos sobre la Escuela de Frankfurt y la famosa Teoría sobre la Acción Comunicativa de Habermas. Y sean felices, por favor, a pesar del gobierno. Tamaragua, amigos. HArendt  





Jürgen Habermas




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Entrada núm. 1674
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"Tanto como saber, me agrada dudar" (Dante)
"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)
"La historia del mundo no es un suelo en el que florezca la felicidad. Los tiempos felices son en ella páginas en blanco" (Hegel)

La Escuela de Frankfurt

Teoria de la acción comunicativa

sábado, 23 de junio de 2012

Las Palmas de Gran Canaria, de cumpleaños





En esta plaza nació Las Palmas



La ciudad de Las Palmas de Gran Canaria cumple mañana, 24 de junio, 534 años. No son muchos para una ciudad, pero no todas las ciudades del mundo pueden presumir de saber cuando es su cumpleaños. Para no repetirme, y si tienen interés o curiosidad por conocer las vicisitudes de su fundación y su historia, les invito a poner en el  buscador del blog "Las Palmas", "Las Palmas de Gran Canaria" o "El Real de Las Palmas", que son los tres nombres que la ciudad ha ostentado a lo largo de su dilatado periplo histórico.


Les animo a conocerla. Estoy seguro de que les encantará. Pueden comenzar a hacerlo con los dos vídeos que acompañan la entrada, correspondientes a la serie "Ciudades para el siglo XXI" de RTVE, que ya he puesto anteriormente en el blog pero que repongo con placer.


¡Felicidades, Las Palmas, y hasta el próximo cumpleaños!


Y sean felices, por favor, a pesar del gobierno. Tamaragua, amigos. HArendt




Lady Harimaguada, de Martín Chirino
Símbolo de Las Palmas del Siglo XXI





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Entrada núm. 1668
"Tanto como saber, me agrada dudar" (Dante)
"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)
"La historia del mundo no es un suelo en el que florezca la felicidad.
Los tiempos felices son en ella páginas en blanco" (Hegel)

Las Palmas de Gran Canaria: 534 años de historia (I)

Las Palmas de Gran Canaria: 534 años de historia (II)

martes, 19 de junio de 2012

Habermas, Krugman y Stiglitz: Críticos con la crisis




Reunión del G-20 (México, junio de 2012)



Lo sé, lo sé, no hace falta que me lo recuerden... Todas las generalizaciones son malas, al igual que los prejuicios, pero como bien dice mi admirada Hannah Arendt en "¿Qué es la política?" (Paidós, Barcelona, 1997), sin prejuicios, "entendidos en el espacio público-político como aquello que sin darnos cuenta compartimos todos y sobre lo que ya no juzgamos, no podríamos pensar ni vivir, porque una vida desprovista de prejucios exigiría una atención sobrehumana, una constante disposición, imposible de conseguir, a dejarse afectar en cada momento por toda la realidad, como si cada día fuera el primero o el del Juicio Final".

Vamos pues con las generalizaciones y los prejucios: 1.º ¿Qué se necesita para ser Premio Nobel?: ¿Prestigio, reconocimiento, competencia acreditada, originalidad, rigor intelectual?... 2.º ¿Qué se necesita para ser un buen economista?: ¿Estudios, preparación, imaginación, rigor profesional?... 3.º ¿Qué se necesita para ser político?: ¿Palabrería, imagen, locuacidad, insensatez, descaro, incompetencia, irresponsabilidad, desvergüenza, caradura?... 4.º ¿Que se necesita para triunfar y medrar en el mundo de las finanzas?: ¿Lo mismo que para ser político, y además, falta de escrúpulos, mendacidad, cinismo,  vocación innata de ladrón y cierta dosis de mafioso potencial?... Sintetizando: en el mundo de la política y el de las finanzas contra más caradura e incompetente seas más posibilidades tienes de alcanzar el éxito; basta con echarle cara al asunto, aprender a alabar a tu jefe sin que se te note en demasía, no llevar nunca la contraria a los de arriba, y si es preciso hacerles chups, chups..., dialéctico, se sobreentiende...



Quizá sea por eso de los prejuicios que el filósofo Jürgen Habermas y los economistas Paul Krugman y Joseph Stiglitz, tengan tan mala fama entre los defensores del pensamiento único neoliberal que nos atenaza. Entre los tres suman dos premios Nobel en Economía y dos Príncipes de Asturias en Ciencias Sociales. No es extraño que la derecha los deteste, pues los tres se han posicionado desde su innegable prestigio académico y profesional contra el pensamiento y las prácticas económicas neoliberales de la Unión Europea y de sus gobiernos nacionales, el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, y de la gestión que dichos organismos vienen haciendo de la crisis financiera que asola el euro y las economías europeas.



Joseph Eugene Stiglitz (1943) es un economista y profesor estadounidense, premio Nobel de Economía en 2001, conocido por su visión crítica de la globalización, de los economistas de libre mercado (a quienes llama "fundamentalistas de libre mercado") y de algunas de las instituciones internacionales de crédito como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Se le considera como neokeynesiano,  y es uno de los economistas más leídos y citados del mundo.



Paul Krugman (1953) es otro economista estadounidense también cercano a los planteamientos neokeynesianos.  Profesor en la Universidad de Princeton, galardonado en 2008 con el premio Nobel de Economía, ha estudiado lo mucho que la economía tiene de política o, lo que es lo mismo, los intereses y las fuerzas que se mueven en el trasfondo de la disciplina económica desenmascarado las falacias que se esconden tras ciertos intereses económicos.



Jürgen Habermas (1929) es el filósofo vivo más eminente de Europa, miembro de la segunda generación de la Escuela de Frankfurt y uno de los exponentes de la Teoría crítica desarrollada en el Instituto de Investigación Social. Sus análisis y reflexiones se han orientado hacia la fundamentación de la ética discursiva, la defensa de la democracia deliberativa y de los principios del Estado de derecho, las bases normativas requeridas para configurar e incluso constitucionalizar una esfera pública mundial y una acendrada defensa del proyecto político que representa la Unión Europea, que a su juicio debe llevar a la constitución de la República Federal Europea.



En su más reciente libro, "La constitución de Europa" (Trotta, Madrid, 2012), Jürgen Habermas realiza un lúcido análisis de las causas de la crisis que atraviesa Europa: "El estrechamiento de miras economicistas, dice en él, resulta tanto más incomprensible en la medida en que los expertos parecen estar de acuerdo en el diagnóstico de las causas más profundas de la crisis: la falta de competencias de la Unión Europea para la armonización necesaria de unas economías nacionales que profundizan drásticamente sus diferencias en lo relativo a su competitividad. Lo cierto es -añade- que a corto plazo la crisis actual acapara toda la atención, siendo así, que los actores no deben olvidar que solo a largo plazo se puede subsanar un error básico como es el de una unión monetaria sin las necesarias capacidades políticas de regulación en el ámbito europeo".


"Hace falta más Europa, sigue más adelante, pero hasta ahora, a todos los gobiernos implicados les falta valentía, patalean desorientados y atrapados entre la espada y la pared de los imperativos de los grandes bancos y las agencias de calificación de riesgos, por un lado, y su miedo ante una inminente pérdida de legitimación frente a sus propias poblaciones, frustradas, por otro". 

"Frente al tremendo peso de los problemas, añade, sería de esperar que los políticos pusieran por fin, sin añadir ningún pero, las cartas europeas sobre la mesa e informaran con claridad a la población la sobre relación de costes a corto plazo y los beneficios verdaderos del significado histórico del proyecto europeo, superando su miedo a los estados de ánimo demoscópicos y confiando en la fuerza persuasiva de los buenos argumentos. Pero todos los gobiernos implicados, concluye, y todos los partidos políticos se arredran ante ese paso congraciándose con un populismo que ellos mismos provocaron mediante el encubrimiento de un tema complejo y poco querido, haciendo que la política parezca contener el aliento y agache la cabeza en el umbral de la unificación económica y política de Europa". ¿Les suena la letra de la canción? A los sufridos españoles, griegos, portugueses, irlandeses e italianos, seguro que sí, por desgracia.    

Hace solo unos días, en el diario económico Expansión, Stiglitz se pronunciaba con rotundidad sobre el rescate bancario solicitado por España: "No funcionará, afirma,  si el gobierno español rescata a los bancos y la banca rescata al Gobierno, el sistema se convierte en una economía vudú". ¿Se equivocará esta vez o acertará?; crucemos los dedos mientras los dados ruedan...

Sobre las opiniones de Krugman al respecto, también muy crítico con las posibilidades de la economía española y de toda la zona euro, nada mejor que seguirlas en el blog que mantiene casi a diario en el diario El País. Se lo recomiendo encarecidamente.


Les invito a ver los dos vídeos que sobre la crisis del euro desde la perspectiva de la ética acompañan la entrada.

Y sean felices, por favor, a pesar del gobierno. Tamaragua, amigos. HArendt




Habermas, Stiglitz y Krugman









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Entrada núm. 1661
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La crisis del Euro (I): Una perspectiva ética