Dice la filósofa norteamericana Hannah Arendt: "La conducta moral no se da por supuesta, pero el conocimiento moral, el conocimiento de lo justo y lo injusto, sí", (Laure Adler: "Hannah Arendt", Destino, Barcelona, 2006). No creo que los obispos españoles hayan leído gran cosa sobre ella. Supongo que sobre "moral", sí. Aunque a la vista de las cosas que dicen en su emisora, la tristemente famosa COPE, sólo caben dos conjeturas: O no se enteran o son unos cínicos. Me quedo con lo segundo, por supuesto. Y no comprendo como estos hipócritas, inmorales por naturaleza, tienen tan siquiera el atrevimiento de arrogarse el derecho a dar lecciones de moral a nadie. Podían comenzar por ellos...
El profesor Joaquín Roy, catedrático "Jean Monnet", de Relaciones Internacionales y Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Miami, muestra en El País de ayer una antología de las barbaridades, insultos, difamaciones y calumnias que la Cadena Episcopal española suelta cada día por boca de sus locutores estrellas. Se titula "Entre un gilipollas y una negra resentida", y tras el catálogo de insultos se pregunta con estupor como es posible que nadie en España se atreva a presentarle a los responsables de la citada emisora una querella a la americana, por varios millones de euros... Yo tampoco lo se, la verdad, pero visto lo visto y oído lo oído, parece claro que el señor Jiménez Losantos tiene que tener agarrados pero que muy bien a los monseñores por sus partes más nobles... Estas son algunas de las frases recogidas por el profesor Rey en su artículo: "Barack Obama se educó en Harvard, lo que es preocupante. Es una vacía caricatura y compararlo con Paris Hilton es injusto para ella. Obama es un alquimista un poco negro, no muy blanco, café con leche; ni es joven, ni es viejo; no ha hecho nada desde que sus padres lo abandonaron y fueron así los primeros que no votaron por él. Pero se ha permitido el lujo de hablar ante la Puerta de Brandemburgo. En cuanto a su mujer, Michelle, es una arpía de cuidado, una negra profesional, una resentida.
La alternativa sería John McCain, pero sin entusiasmo. McCain es un candidato muy "aseado", que no ha hecho nada desde que salió de Hanoi. Tampoco uno se siente atraído por su mujer Cindy, pero que "para el vicio" tiene más interés. McCain, en cumplimiento de la obligación histórica de Estados Unidos como primera potencia, debiera ordenar la invasión de Ecuador y Venezuela, con una estrategia dictada por el lema de "a por ellos", que tan buenos resultados le dio a la selección española de fútbol en la Eurocopa. Respecto a Castro, este hombre no debiera morirse de repente, sino sobrevivir con un ano en el pecho, en una lenta pero alargada agonía de Parkinson recurrente. El siguiente en la lista de ejecutables sería Hugo Chávez, prueba de la evolución de los primates, que en lugar de ser lineal tiene sus altibajos, como este "salto atrás". La relación de Hugo Chávez con el poder es la del gorila, mientras que su discípulo pre-homínido Evo Morales es un chimpancé, más modesto y limitado, más cómodo en las alturas de los árboles. Entretanto, en Centroamérica gobierna el miserable de Daniel Ortega, acusado de violar y abusar de una adolescente durante años, y en Ecuador alguien más peligroso, Correa. De la quema se salvaría solamente Álvaro Uribe, presidente de la parte más sana de América. Porque aunque Óscar Arias merezca consideración, tiene también sus defectos. Así que, por lo tanto, nada tiene de extraño que Alan García sea aceptable después de haber dejado en ruina al Perú. Argentina, por su parte, está en manos de un matrimonio corrupto. Es imposible responder a la pregunta de quién elige a estos idiotas. ¿Qué queda al otro lado del Atlántico? Pues las perspectivas son negativas. España esta regida por un monarca corrupto, amigo de Fidel y que recibe comisiones de Chávez. Además, comercia con petróleo, no solamente con el gorila venezolano sino también con los jeques árabes. Si la monarquía no sirve (el príncipe Felipe es una incógnita), la república tampoco parece ser la solución a la vista de que el presidente Rodríguez Zapatero es un gilipollas, un peligroso idealista, un idiota con exceso que cree que puede cambiar la realidad. Zapatero ya no es un bambi, sino que le han crecido cuernos. Fue reelegido, por pocos votos, porque tiene casi todos los medios de comunicación a su favor. En lugar de seguir la suerte de sus colegas latinoamericanos, sería mejor que fuera aquejado de una enfermedad. Por su parte, la derecha española tampoco es una alternativa, ya que Mariano Rajoy, el candidato del PP antes liderado por Aznar, quisiera simplemente heredar el poder de Zapatero. El líder verdadero de la derecha es el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, un mal tipo de cuidado. ¿Cuál es el remedio ante tal panorama? Refugiarse en un hotel de Miami, con ropa de abrigo en pleno verano para protegerse del aire acondicionado. Después de todo, Estados Unidos es un país sin cuya ayuda Europa sería hoy una granja nazi y un campo de concentración soviético.
Todo lo anterior no es una columna de extensión cómoda para los editores, es simplemente la transcripción literal de algunas de las perlas emitidas por Federico Jiménez Losantos en un programa televisivo del peruano Jaime Bayly, transmitido por MEGA TV y varias emisoras latinoamericanas y disponible en YouTube. Y mientras puede que algunos aplaudieran esta insólita antología de disparates e insultos, otros la seguían con estupefacción.
Hay muchos que creen que cualquier cosa que "sale en la tele" es verídica. Son muchos los que no saben que Jiménez Losantos ya ha sido condenado en sendos juicios por insultos a impecables figuras conservadoras como el alcalde Ruiz-Gallardón y José Antonio Zarzalejos, ex director del diario Abc. Son muchos los que ignoran que el sector conservador de la COPE, la emisora de la Conferencia Episcopal Española, donde Jiménez Losantos es estrella, domina sobre los moderados, que están francamente alarmados.
Y nadie tiene la valentía de presentar una querella de mayor cuantía (no de apenas 36.000 y 100.000 euros, las multas impuestas a Jiménez Losantos por dos tribunales de Madrid por calumnias), una querella a la americana, de varios millones de euros o de dólares. Y nadie presenta cargos por la ejecución de delitos contra el honor y la persona, perfectamente tipificados por los códigos penales. Tal vez si alguien lo hiciera, los responsables de las cadenas y diarios que cobijan esta sistemática conducta se lo pensarían dos veces. Sean felices, por favor, si les dejan las "esas buenas personas" que nos alegran la vida. HArendt
1 comentario:
Hola,
Desde el formulario de contacto de tu blog El mundo visto desde mi isla Mª Amada Perez Rodriguez (amada_perez@hotmail.com) te manda el siguente mensaje
Soy una de las más de 150.000 personas que están diagnosticadas de enfermedad de Parkinson en España, cifra que se multiplica considerablemente si hablamos de afectados, ya que con nosotros la padecen - día a día - nuestras familias y las personas que nos quieren.
A los señores Jaime Bayly y Jiménez Losantos poco se les puede decir. Sus propias palabras describen que talla tienen y hasta donde pueden alcanzar. De ellas, también se desprende que inteligentes son: ¡ que conocimiento tienen de la enfermedad! y que sensibilidad tienen: ¡ parece que sienten lo mismo que el enfermo!
Sr. Jiménez Losantos, la crueldad de su deseo de que otros enfermen , por muy dictadores o mala gente que sean , no deja de ser una cobardía y la sola idea, de que una cosa cruel pueda ser útil, ¿no es ya de por sí inmoral? Seguramente Usted pudo haber hecho mención a cualquier enfermedad y no me duele su comentario sobre el Parkinson, Me duele el concepto de enfermedad que transmite y el uso que haría de ella si pudiera utilizarla
No se si conoce la enfermedad, ni se si conoce a los enfermos. Se cuentan por cientos de miles los afectados que tienen que luchar todos los días del año para convivir con la enfermedad y no podemos consentir comentarios como los que usted hace y no vamos a permitir que “personas” que tienen sus entrañas carcomidas por el odio y por cuyas venas no circula más que el hedor de pensamientos putrefactos añadan más dolor a nuestra situación. Ningún enfermo - tenga el diagnóstico que tenga – merece esa falta de respeto y no estaría mal que parte de lo que cuestan esos espectáculos televisivos (como la entrevista) o los radiofónicos (como los que emite todos los días en la radio) se emplearan en la investigación, en el tratamiento y en la prevención de casos como el suyo, que muestran la ruindad a la que pueden llegar algunos seres “humanos”.
No escogí ser enferma de Parkinson pero si puedo escoger la forma de vivir con esta enfermedad neurodegenerativa, crónica, progresiva, discapacitante, invalidante pero nunca DEGRADANTE, ni de uso para humillar al enemigo o al que piensa diferente.
Tengo la enfermedad de Parkinson y como consecuencia dificultad para moverme, pero tengo libertad para decidir y escoger, y Usted no la tiene por estar encadenado al odio que lleva dentro.
Tengo la enfermedad de Parkinson que me causa rigidez muscular pero me siento con capacidad de querer, de hacer todo lo necesario por los demás, y por mí. Pero escuchándole se nota que Usted no puede hacer lo mismo por tener el corazón disecado por el rencor.
Tengo la enfermedad de Parkinson y a veces me falta el equilibrio para mantenerme en pie o para levantarme de una silla, pero me siento querida y respetada por lo que soy, una persona afectada por una enfermedad degenerativa. Y. hasta hoy, nunca me falto una mano amiga que me prestara la ayuda que necesité en cada momento. Usted lo único que merece – es mucha lástima, mucha compasión y mucha ayuda para recuperar un mínimo de la dignidad que debe tener una persona.
Tengo la enfermedad de Parkinson y estoy muy triste, pero no es el Parkinson el que me deprime. Me duele ver que estamos amenazados, pero no solo por personas como Usted o su entrevistador, sino por todos aquellos que permiten que la maldad circule, aunque sea de palabra, por los medios de comunicación. Y en su caso, aquellos que permiten y amplifican las barbaridades que dice ante el micrófono. Pero tengo la seguridad, de que por muchos “Jiménez Losantos” que haya, no nos faltara la fe en las personas , la esperanza de ver cada vez menos acémilas entre nosotros y la caridad necesaria para pedir que se tenga mucha misericordia con Usted y con los que le consienten sus excesos.
Tenemos que dotarnos de todos los instrumentos necesarios que nos permitan que palabras como las que dijo y gestos como los que hizo no se repitan, ni con los enfermos, ni con cualquier colectivo o persona.
Ejercí bastantes años con orgullo mi profesión de enfermera y ahora soy enferma. Conviví y convivo y vivo con la enfermedad y nunca encontré a nadie enfermo de odio y si pudiera darle alguna recomendación, lo único que le diría es que acudiese a un Psiquiatra. Y a pesar del asco que sentí con esa entrevista, quiero acabar esta carta abierta con el deseo sincero y de todo corazón de que disfrute de toda la salud mientras viva, … , y que si llega a viejo que no sufra “esas cosas que pasan con la edad” y lo hago extensivo a todos los que pueda “querer” y a todos los que le aplauden .
Ninguna enfermedad es DEGRADANTE. Pero el que ve todo lo que sucede a su alrededor solo con las lentillas de odio y de rencor es un degradado
Mª Amada Pérez Rodríguez enferma de Parkinson
Publicar un comentario