domingo, 27 de octubre de 2013

La decepción Obama


Las imágenes de aquel 4 de noviembre de 2008, va a hacer cinco años dentro de unos días, se me quedaron en la retina por mucho tiempo. Mis 67 años de vida me han hecho pasivo protagonista de algunos avatares históricos. El primero (los cito por estricto orden cronológico), al que no pude asistir ni puedo recordar, el de mi concepción, pues si la Madre Naturaleza es exacta en sus cálculos, lo fui el 8 de mayo de 1945, exactamente el día que terminaba la II Guerra Mundial en Europa. El segundo, la toma de posesión de John F. Kennedy como presidente de los Estados Unidos de América, el 20 de enero de 1961. El tercero, su asesinato en Dallas, va a hacer 50 años el mes que viene. El cuarto, la llegada del hombre a la Luna, el 20 de julio de 1969. El quinto, el atentado de las Torres Gemelas de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001. El sexto, los atentados en Madrid del 11 de marzo de 2004. Y algunos más, evidentemente, que no cito aunque los recuerdo. Y hace cinco años la alegría desbordada de buena parte de la población del mundo por la victoria de Barack Obama en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos de América de 2008.

Su discurso de aquella noche, el ya famoso "Sí, podemos", fue una magnífica pieza de oratoria política, dicho sin papeles, con serenidad contenida. A mi me recordó enormemente el de la toma de posesión de John F. Kennedy como presidente, que pueden comparar con el de Barack Obama, de cuarenta y ocho años después. 

Hoy, la "decepción Obama" es innegable. Que la causa de esa decepción sea imputable únicamente a él, ya es más discutible. Pero está ahí, como una realidad insoslayable: por ejemplo, el descubrimiento del espionaje masivo de sus agencias de información a gobiernos y países aliados europeos, entre ellos, España, pero también Alemania y Francia, con la complicidad y partipación todo hay que decirlo, de su aliado más fiel e incondicional, el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, al que todo lo que haga su "Gran Hermano" del oeste le parece muy bien. Pero va a ser que no; el gobierno de Obama debe dar explicaciones rápidas y creibles o muchas cosas importantes se pueden ir al garete. A mayor abundamiento, léase el artículo "Adictos a los datos" del profesor y especialista en relaciones internacionales José Ignacio Torreblanca.

En todo caso, yo solo quería agradecer a la diosa Fortuna que me diera la oportunidad de ver y disfrutar de aquel 4 de noviembre de 2008; lo demás es historia...

Sean felices, por favor. Y como decía Sócrates: "Ιωμεν", vámonos. Tamaragua, amigos. HArendt


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jueves, 24 de octubre de 2013

Utopía e Ilustración


En la presentación de este blog dice su autor que se declara hijo de la Ilustración, monárquico y socialdemócrata. Supongo que para algunos les sonará anticuado, caduco... Creo que se equivocan, pero dejémoslo así de momento.

Tenía pensado desde hace un tiempo dedicar una entrada a reflexionar sobre lo que el pensamiento ilustrado tuvo de relación con lo utópico, un tema, este, que me apasiona. Y lo que son las casualidades, justamente esta mañana, mientras voy en la guagua en busca de mi nieto más pequeño para acompañarlo al colegio con mi hija, llego al capítulo X del libro que estoy leyendo en estos momentos: la "Historia crítica del pensamiento español. Tomo 4", de José Luis Abellán (Círculo de Lectores, Barcelona, 1993) y me encuentro con que lleva casi el mismo título: "Ilustración y utopía", que pensada dar a la entrada de hoy.

Tengo claro que mis posibles reflexiones no estarán nunca a la altura de las del profesor Abellán así que voy a seguir algunas de las pautas que da este y dejar las que yo tenía pensadas para otra ocasión. En todo caso, y sobre "utopías", un asunto que ya he tratado anteriormente en el blog, les remito a mi entrada de noviembre del pasado año: "Sobre utopías y otras cosas...", que creo les resultará interesante.

La comenzaba con este párrafo que resume bastante bien mi pensamiento al respecto: "Utopía: palabra griega que significa "lugar que no existe"... Una buena amiga de muchos años con la que he compartido vida académica, estudios, intimidades, complicidades y muchas otras cosas, tenía la palabra "utopía" grabada a fuego en su corazón. Yo, no; me resulta imposible después de ver lo que las dos grandes utopías del pasado siglo, el fascismo y el comunismo le han hecho a la humanidad. A pesar de ello, pienso, como mi amiga, que no se puede vivir sin ella".

Efectivamente, no podemos vivir sin pensamiento utópico, pero tampoco podemos obviar el daño que cifrarlo todo a un futuro y un lugar que, posiblemente no existan y al que nunca vamos a llegar puede provocar. Así pues, un poco de sano escepticismo crítico ante la avalancha de utopismo desaforado que últimamente parece haberse apoderado de los españoles (secesiones territoriales, cambios de régimen político, abolición de sistemas socioeconómicos y felicidad a golpe de revoluciones varias) como panecea universal, creo que no viene mal. 

Cita el profesor Abellán en su libro una carta del ilustrado español por antonomasia, Gaspar Melchor de Jovellanos (1744-1811) -a cuyo pensamiento y obras principales pueden acceder desde este enlace de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes- a otro ilustrado británico contemporáneo suyo, que pienso refleja bastante bien lo que quiero decir: "Jamás concurriré a sacrificar la generación presente por mejorar las futuras.  Usted -dice a su interlocutor- aprueba el espíritu de rebelión; yo no: le desapruebo abiertamente, y estoy muy lejos de creer que lleve consigo el sello del mérito... Creo que una nación que se ilustra puede hacer grandes reformas sin sangre, y creo que para ilustrarse tampoco sea necesario la rebelión".

Dice Abellán al inicio del citado capítulo X: "Los ilustrados más típicos se hallaban todos animados por un profundo deseo de cambio, que es lo que originó el giro copernicano que desde entonces va a dar la cultura española. Ahora bien -dice-, un impulso de cambio total supone una meta ideal a la cual se aspira, y que en siglo XVIII no puede dejar de tener un carácter utópico". Y sigue diciendo: "El XVIII es el siglo de las utopías, y así aparece en Francia, donde el pensamiento ilustrado y enciclopedista se canaliza por vías utópicas: la entronización de la diosa Razón, la recuperación del estado de naturaleza, el mito del buen salvaje... Algunos de ellos -añade- tenían un olvidado origen español, como ocurría con el último citado; de ahí que España no pudiese permanecer al margen de semejante movimiento, si bien en nuestro país no culminó en un proceso revolucionario, como ocurrió en el vecino".

Unas páginas antes ha definido nuestro autor lo que significaba el término ilustrado a finales del siglo XVIII: "hombre que busca el progreso y la transformación de la sociedad, con una serie de rasgos muy típicos: tolerancia religiosa, sentido crítico respecto al pasado, optimismo frente al futuro, confianza en el poder de la razón, oposición a la autoridad eclesiástica y al poder tradicional de la Iglesia, interés por los problemas sociales y el desarrollo técnico de la sociedad, impulso hacia lo natural y valoración positiva de la experiencia, exaltación del progreso y del conocimiento...".

Termino la entrada con un poema de Jovellanos en el que se refleja muy claramente el contenido utópico y "presocialista" del pensamiento ilustrado y su profunda fé en una humanidad futura mejor, poema que figura en su "Respuesta a la epístola de Moratín":


El fatal nombre
de propiedad, primero detestado,
será por fin desconocido. ¡Infame,
funesto nombre, fuente y sola causa
de tanto mal! Tú solo desterraste,
con la concordia de los siglos de oro,
sus inocentes y serenos días.

Nueva generación desde aquel punto
la tierra cubrirá, entrambos mares;
al franco, al negro etíope, al britano
hermanos llamará, y el industrioso
chino dará, sin dolo ni interese,
al transido lapón sus ricos dones.

Un solo pueblo entonces, una sola
y gran familia, unida por un solo
común idioma, habitará contento
los indivisos términos del mundo.

No más los campos de inocente sangre
regados se verán, ni con horrendo
bramido, llamas y feroz tumulto
por la ambición frenética turbados.

Todo será común; que ni la tierra
con su sudor ablandara el colono
para un ingrato y orgulloso dueño.

Todo será común; será el trabajo
pensión sagrada para todos; todos
su dulce fruto partirán contentos.

Una razón común, un solo, un mutuo
amor los atarán con dulce lazos.

Una sola moral, un culto solo,
en santa unión y caridad fundados,
el nudo estrecharán, y en un solo himno,
del Austro a los Triones resonando,
la voz del hombre llevará hasta el cielo
la adoración del universo, a la alta
fuente de amor, al solo Autor de todo.


Explicado, espero, el por qué de "hijo de la Ilustración"; dejo lo de monárquico y socialdemócrata, quizá, para otro momento. Todo muy antiguo, sí; será la edad...

Sean felices, por favor. Y como decía Sócrates: "Ιωμεν", vámonos. Tamaragua, amigos. HArendt



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martes, 22 de octubre de 2013

La "Doctrina Parot": Restableciendo el derecho desde Europa


Se veía venir y no ha habido lugar para sorpresa alguna posible: el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, con sede en Estrasburgo, ha echado por tierra la denominada "Doctrina Parot", establecida por nuestro Tribunal Supremo y ratificada por el Constitucional, ordenando la puesta en libertad inmediata de la etarra Inés del Río, tras cumplir 26 años de cárcel de los 3800 a los que fue condenada en 1987.

Tampoco resulta sorprendente la reacción de las asociaciones de víctimas del terrorismo, explicables en su dolor e indignación, pero a las que hay que hacer ver, con todo el respeto debido, que su dolor e indignación, justificadas y explicables, no pueden hacer que el Estado vulnere sus propios principios jurídicos, basados en la supremacía de la ley sobre cualquier otra opción personal por legítima que esta sea. 

Lamentable la reacción inmediata de la FAES, la fundación presidida por el expresidente del gobierno José María Aznar, con una declaración en la que hace responsable de la sentencia a "una operación política protagonizada por Rodríguez Zapatero". Así, sin santigüarse, literalmente: Eso se llama respeto a la justicia y al tan cacareado Estado de Derecho.

Conforme con la decisión de la corte europea y en apoyo de la misma se pronuncia el Grupo de Estudios de Política Criminal, formado por más de 200 juristas españoles (jueces, magistrados, fiscales, catedráticos y profesores de derecho penal). Sensato y crítico con las decisiones de la justicia española que han llevado a esta resolución se mostraba el abogado José María Ruiz Soroa en su artículo de El País "La ley no tolera atajos", que lamenta el triste papel que en toda esta historia han jugado las sucesivas instancias judiciales de nuestro país, con notables excepciones, y la irresponsable actitud -mirando hacia otro lado y haciendo dejación de su responsabilidad- del parlamento y de los sucesivos gobiernos españoles, olvidando el principio jurídico básico de la civilización occidental que establece que no hay pena sin ley previa: "Nulla pena sine lege". Nos lo tenemos merecido.

Mi desprecio absoluto para Inés del Rio y para todos los criminales que van a verse favorecidos por este clamoroso y lamentable "patinazo" de nuestra penosa justicia, y mi agradecimiento al Tribunal Europeo de Derechos Humanos por restablecer frente a todos el imperio de la ley. Esa es también la opinión, llena de sensibilidad hacia las víctimas, de las escritoras Elvira Lindo en su "No hay otra" (El País), y de Patricia Hernández con su "Y cuando no gusta..., también" (El Plural), que comparto.

En este enlace pueden ver la lectura de la sentencia por el pleno del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Y en este otro acceder al texto de la misma en español.

Sean felices, por favor, aunque no está el horno para bollos, Y como decía Sócrates: "Ιωμεν", vámonos. Tamaragua, amigos. HArendt



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"Romeo y Julieta", de Prokofiev, desde El Palco de RTVE


Como en en anteriores ocasiones les invito a asistir desde El Palco de la 2 de la radio televisión española a la representación, esta vez, del "Romeo y Julieta" de Serguéi Prokofiev, desde el Teatro Real de Madrid, con la participación de la Orquesta Sinfónica de Madrid y la Compañía Nacional de Danza, presentado por la soprano Ainoha Arteta.

En este enlace pueden ustedes leer la génesis azarosa de la famosa pieza de Prokofiev, aunque en esta ocasión la representación del ballet, con la coreografía de Goyo Montero, y la dirección de José Carlos Martínez, esté más cercana a la Nueva York de "West Side Story" que a la Verona de Shakespeare. Disfrútenlo que merece la pena. Desgraciadamente, el vídeo solo estará visible hasta el próximo 4 de noviembre.

Sean felices, por favor, y como decía Sócrates: "Ιωμεν", vámonos. Tamaragua, amigos. HArendt


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jueves, 17 de octubre de 2013

Hannah Arendt


El pasado día 14 de octubre se cumplieron los 107 años del nacimiento de Hannah Arendt, la gran pensadora y teórica de la política, nacionalizada estadounidense, de origen judeo-alemán. Remarco lo de norteamericana, judía y alemana, porque los tres conceptos son inseparables para poder entender la vida y la obra de Arendt.

Los lectores de este blog saben ya de mi admiración por ella, de ahi que en este aniversario de su nacimiento voy a limitarme a traer hasta él una recopilación, selectiva, de artículos que hacen referencia a su vida y a su obra.

Comienzo con los que la prestigiosa Revista de Libros, sin duda alguna la mejor publicación de crítica literaria en lengua española le ha dedicado a Hannah Arendt lo largo de sus veinte años de existencia. Desde este enlace pueden acceder a los comentarios críticos de cuatro de sus libros: "¿Qué es la política?", "Entre el pasado y el futuro. Ocho ejercicios sobre la reflexión política", "Los orígenes del totalitarismo" y "Escritos judíos". Y en este otro, a los sesenta y uno, ordenados cronológicamente, en que ha sido citada en la misma. 

Otro gran órgano de prensa español, el diario El País, ha dedicado a Hannah Arendt lo largo de los últimos veintidós años cuarenta y cinco artículos, a los que pueden acceder desde este enlace

Y los enlaces que le dedica Google en español, exactamente 4.180.000, ya me parecen excesivos y les dejo a ustedes la tarea de explorarlos si es que tienen voluntad y tiempo para ello.

Concluyo mi personalísima manera de homenajear su memoria en este 107 aniversario de su nacimiento con esta selección de caricaturas de Hannah Arendt que he encontrado en internet.

Sean felices, por favor, y como decía Sócrates: "Ιωμεν", vámonos. Tamaragua, amigos. HArendt


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sábado, 12 de octubre de 2013

"Inshallah"


"Inshallah" es una palabra árabe, una invocación que podría traducirse por "¡Si Dios lo quiere!"... Creo recordar que fue el historiador y filólogo Américo Castro el que en su monumental obra "España en su Historia" (Círculo de Lectores, Barcelona, 1989) dejó escrito que el hebreo, el árabe y el castellano, este último por influencia de los dos anteriores, son los únicos idiomas del mundo que convierten en transitivos verbos que en otras lenguas vivas resultan de imposible conjugación transitiva. De ahí, a que el misticismo como expresión literaria sea casi una exclusividad del pensamiento judeo-árabe-español, solo hay un paso. No otra cosa es misticismo, (tan castizo para nosotros en el pensamiento y la obra de Teresa de Jesús o Juan de la Cruz, ambos místicos, ambos de origen judeo-converso): un sentimiento o estado de relación íntima con la divinidad que muy bien podría expresarse en esa invocación: ¡Inshallah!": "¡Si Dios quiere!".

"Inshallah" es también el título de una famosa canción de los años sesenta del joven (entonces) cantautor belga, Adamo. Pueden ustedes verle y oírle en el enlace anterior mientras continúan leyendo este comentario.

Y es también "Inshallah" (Plaza-Janes, Barcelona, 1992) una densa novela de guerra, ambientada en el Líbano ocupado por fuerzas de las Naciones Unidas durante la guerra civil que sacudió el país en 1983, escrita por la periodista y novelista italiana Oriana Fallaci, con dolor y con rabia; con mucho dolor y con mucha rabia. Léanla si tienen ocasión. No la olvidarán fácilmente.

El título de esta entrada del blog me lo sugirió la lectura, hace ya unos años, de un interesantísimo artículo en la revista Claves de Razón Práctica, titulado "La política de Dios", escrito por el profesor de Humanidades en la neoyorkina Universidad de Columbia, Mark Lilla. Espero que les resulte interesante su lectura en el enlace anterior; les aseguro que lo es.

Dice Mark Lilla en el primer apartado de su estudio, titulado "La voluntad de Dios prevalecerá", que el ocaso de los ídolos se ha postergado, y que durante más de dos siglos, desde las revoluciones americanas y francesa hasta el derrumbe del comunismo soviético, la política mundial ha estado girando en torno a problemas eminentemente políticos. Que la guerra y la revolución, la justicia social y de clases, la identidad racial y nacional eran las cuestiones que nos dividían, pero que hoy hemos progresado hasta un punto donde nuestros problemas vuelven a parecerse a los del siglo XVI, pues nos vemos enredados en conflictos sobre creencias que rivalizan entre sí, sobre pureza dogmática y sobre deberes divinos para concluir que en Occidente estamos desorientados y confusos.

Cuando leía esas palabras del profesor Lilla, recordé el revuelo social, político y sobre todo académico que, un hasta ese momento prácticamente desconocido profesor universitario norteamericano de origen japonés, Francis Fukuyama, desencadenó con la publicación en la revista The National Interest, en el verano de 1988, de un provocador artículo titulado "¿El fin de la Historia?", que pueden leer en el enlace citado. Con este artículo, entre otros, se estrenó en España en abril de 1990 la revista Claves de Razón Práctica. Fukuyama quiso abordar en él un intento de explicación de lo ocurrido en los últimos años de la década de los 80 en el plano de las conciencias y de las ideas, con la consecuencia por todos sabida de que el liberalismo económico y político habían acabado por imponerse en el mundo ante el agotamiento y colapso de otras alternativas ideológicas y políticas (léase el comunismo), dando paso a una situación en la que nos encontraríamos en presencia del final de toda evolución ideológica posible alternativa al capitalismo liberal, y por tanto, en el "fin de la historia" en términos hegelianos.

Cuatro años más tarde retoma el asunto planteado en su artículo y escribe un libro que en España se publicará con el título "El fin de la Historia y el último hombre" (Planeta, Barcelona, 1992), que leí con sumo interés y que me causó una gran impresión. Evidentemente, no se si decir por desgracia o por suerte, Fukuyama no acertó en su pronóstico.

Dice el profesor Lilla que aunque en Occidente tenemos nuestros propios fundamentalistas, nos parece incomprensible que las ideas teológicas todavía levanten pasiones mesiánicas (pero ahí tenemos el estado de beligerancia absoluta del sector más integrista de la conferencia episcopal española llamando a la "guerra santa" contra el gobierno de Zapatero), dejando tras sí sociedades en ruinas. Habíamos supuesto, continúa diciendo Lilla, que eso ya no era posible, que los seres humanos habíamos aprendido a separar las cuestiones religiosas de las cuestiones políticas y que el fanatismo había muerto. Estábamos equivocados, dice... ¡Inshallah!, concluyo yo...

Sean felices, por favor, y como decía Sócrates: "Ιωμεν", vámonos. Tamaragua, amigos. HArendt


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España - Espanya - Espainia


"Es el Estado y el nacionalismo el que crea la nación, no al contrario" (Ernest Gellner: "Naciones y nacionalismos"). Hoy, 12 de octubre, fiesta nacional de España, me sumo a la mayoría de mis compatriotas en la esperanza de que los españoles podamos convivir de una vez y para siempre en paz al amparo de una renovada Constitución federal de todos y para todos.



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lunes, 7 de octubre de 2013

Un evidente desasosiego y cansancio....


Los lectores asiduos de este blog me han oido hablar otras veces de un evidente desasosiego y cansancio que me invade y se repite cíclicamente y que se manifiesta en un agostamiento de ideas, reiteración de temas y repeticiones voluntarias. Estoy cansado... Son siete años seguidos rellenando líneas en el procesador de textos, apostillando con mejor o peor arte y fortuna comentarios y visiones del mundo y de su acontecer desde la atalaya de esta pequeña islita en medio del Atlántico, a cuatro grados del trópico de Cáncer.

Pero de vez en cuando se produce una convergencia de noticias y sucesos que me animan a ponerme ante la pantalla de mi portátil dejando de lado ese hastío del que hablaba al comienzo. Hace unos instantes he firmado una petición que está circulando hoy por las redes sociales solicitando a la conferencia episcopal, a través del papa Francisco, que la iglesia española pida perdón públicamente por el apoyo dado al régimen franquista y a la represión que siguió a la guerra civil. La he firmado porque me parece un acto de justicia.

Sobre la curia episcopal española habría que hablar largo y tendido. Desde luego, la palabra perdón no la pronuncian con excesiva frecuencia. Más bien todo lo contrario: se pasan el día largando andanadas y condenando al fuego eterno a quienes no comulgan con sus doctrinas. Afortunadamente, ese fuego ya no quema, pero no deja de ser molesta tanta desfachatez. No es extraño que de vez en cuando salga alguien con autoridad moral suficiente que les responde con claridad y pone las cosas en su sitio. Fue el caso del editor romano y profesor de filosofía Paolo Flores D'Arcais que en un artículo titulado "A Su Eminencia el cardenal Rouco Varela", en octubre de 2008, rebatía a monseñor unas declaraciones suyas ante el Sínodo de los Obispos reunido en Roma, en las que volvía a acusar al laicismo de querer hacer realidad la dictadura del relativismo ético a cuenta de propuestas como la regulación de la eutanasia. Lo irónico de todo este asunto, decía Flores D'Arcais, es que se hable de un Dios que es amor para obligar a los condenados a muerte por una enfermedad terminal a sufrir horas, días, semanas e incluso meses una tortura a la que su libertad desearía poner fin. Es un amor verdaderamente extraño éste que se atribuye a Dios, concluye, si no fuera porque al atribuir a Dios una crueldad semejante, demuestran ser los herederos -claramente no arrepentidos-, no de Francisco de Asís, sino del inquisidor Torquemada. ¿Pedirá alguna vez la Iglesia paz, piedad y perdón, como Manuel Azaña, por los sufrimientos que ha infligido a tantos inocentes durante dos mil años de existencia? Tengo mis dudas... 

Por esas mismas fechas publicaba el escritor y diplomático José María Ridao un brillante artículo, "El silencio de Azaña", glosando las emotivas palabras que el presidente de la República española, Manuel Azaña, pronunciara en Barcelona en plena guerra civil pidiendo a los españoles "paz, piedad, perdón". Pero no pudo ser: fue su último mensaje a un pueblo en plena vorágine fratricida. Y se preguntaba Ridao, con cierta angustia, que fue lo que el presidente de la República quiso decir a los españoles con su invocación, y si la invocación al "perdón" no pretendía hacer justicia a las víctimas inocentes de los desmanes de los tribunales populares republicanos. Ahora que unos hablan de "revancha" y otros de "procesos inquisitoriales" a cuenta de la Memoria Histórica, pienso que conviene mirar lo que está ocurriendo como simple afán de hacer justicia y no venganza. Y el emotivo artículo de Ridao creo que pone perspectiva y mesura en su tratamiento. Es lo que personalmente vengo defendiendo desde siempre: todos fueron víctimas y todos fueron responsables, aunque cueste admitirlo.

Y unos días antes el filósofo y profesor de la Universidad de Zaragoza Daniel Innerarity, había escrito también un artículo titulado "El retorno de la incertidumbre", en el que desde un punto de vista más filosófico que político o económico, examinaba la crisis financiera internacional que nos asola. ¡Y ya va para cinco años!... Decía Innerarity que mientras estuvo vigente el modelo de la certeza, el mundo estaba configurado por decisiones soberanas que se adoptaban sobre la base de un saber asegurado. Que ahora tocaba acostumbrarnos a la inestabilidad y la incertidumbre, tanto en lo que hace referencia a las predicciones de los economistas, el comportamiento del mercado o el ejercicio de los liderazgos políticos. Nuestro principal desafío, decía, es la gobernanza del riesgo, que no es la renuncia a regularlo ni la ilusión de que pudiéramos eliminarlo completamente, y se preguntaba si los gobiernos del mundo podrían decidir bajo condiciones de incertidumbre, incertidumbre que había venido para quedarse y para convertirse en regla y no excepción... ¿Sabrían hacerlo? Esperábamos que sí pero da la impresión de que no. Y a mí, de momento, y siento confesarlo, me pueden el cansancio y el desasosiego.

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sábado, 28 de septiembre de 2013

Lo que antaño odiamos: Del blog Pensando en la estación









Dicen algunos que todo tiempo pasado fue mejor, y yo discrepo bastante. El Renacimiento florentino tuvo que ser fascinante, pero muy a su pesar no tenían electricidad, agua corriente y la carne preparada en bandejas. Puede que esto último resulte chocante para alguien, pero eso de tener que matar un animal y después comérmelo..., prefiero pensar que la carne viene en bandejas y sale así de la fábrica, porque si no me haría vegetariana. Por lo que yo me quedo con la época actual, aunque por ahí no van los tiros del pensamiento de hoy... (sique aquí).



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viernes, 27 de septiembre de 2013

UE, USA, China: A cada cuál, peor... ¡Triste consuelo!...






"Mutti" Angela



Al reputado historiador y analista político británico Timothy Garton-Ash le gustan, como a mí, las metáforas. Por ejemplo, la que le sirve de título a su artículo de hoy en El País: "La tortuga, el águila y el dragón", en el que analiza con escepticimo (ya saben, un optimista chamuscado por la realidad) la actual situación de caos político y económico que sufren las tres grandes potencias mundiales: China, Estados Unidos y Unión Europea, que cito por orden alfabético para no provocar. Por supuesto, es fácil imaginar a quién se refiere cuando habla de la tortuga, el águila y el dragón. Por cierto, a doña Angela Merkel la define como la "Mutti" (mamá; en alemán los sustantivos se escriben con mayúscula inicial) de la UE, y como una mamá dirige los destinos de una Unión cada vez más "hecha" a su medida.

Para Garton Ash, un euroescéptico inteligente y nada antieuropeista, la tortuga va a seguir siendo tortuga durante mucho tiempo, pero como en la fábula de Esopo, dice, no está nada claro quien ganará al final la carrera, pues tanto el águila como el dragón no están mucho mejor que nuestra tortuga. ¡Triste consuelo!, la verdad. Eso de "mal de muchos, consuelo de tontos", es filosofía popular, pero mala filosofía. Espero que les resulte interesante su análisis.

Sean felices, por favor, y como decía Sócrates: "Ιωμεν", vámonos. Tamaragua, amigos. HArendt




Timothy Garton-Ash





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jueves, 26 de septiembre de 2013

El equinoccio de otoño (2013) en Gran Canaria








La palabra equinoccio, del latín "aequinoctium", significa noche igual. Es el momento del año en que el Sol está situado en el plano del ecuador terretre; ese día, para un observador en el ecuador el Sol alcanza su cenit. Ocurre dos veces por año: entre el 20 y 21 de marzo (equinoccio de primavera) y el 22 y 23 de septiembre (equinoccio de otoño). En esos momentos los dos polos de la Tierra se encuentran a igual distancia del Sol y la luz solar cae por igual en ambos hemisferios, razón por la cual el día tiene una duración igual a la de la noche en todos los lugares de la Tierra. Cuando en el hemisferio norte se produce el equinoccio de otoño en el hemisferio sur tiene lugar el equinoccio de primavera.

Las fotos de la bahía de San Cristóbal, en Las Palmas de Gran Canaria, que acompañan la entrada están tomadas el día 25 de septiembre de 2013 entre las 7:50 y 7:55 (hora de Canarias) desde la ventana de nuestra casa. El Sol apareció a la altura del paralelo 28º04'54,20"N. con una declinación de 108ºE.

Sean felices, por favor, y como decía Sócrates: "Ιωμεν", vámonos. Tamaragua, amigos. HArendt




















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lunes, 23 de septiembre de 2013

Walt Disney: "The Perfect American", desde El Palco




Walt Disney, en 1946



Lo menos que se puede decir de Walt Disney es que fue un personaje controvertido. Un repaso a su biografía lo deja bastante explícito. No creo que fuera el desvelarla la intención de Peter Stephan Jungk cuando escribió la novela "El americano perfecto" (2001) sobre los últimos meses de su vida, pero es cierto que en ella se destacan algunos de los aspectos más oscuros que se forjaron sobre él.

La novela de Jungk ha sido el libro de que ha partido Philip Glass para la composición de la ópera homónima, que tuvo su estreno mundial en el Teatro Real de Madrid el pasado 21 de enero, bajo la dirección musical de Dennis Russel, e interpretada entre otros por Christopher Purves, David Pittsinger y Janis Kelly.

Ayer domingo la retransmitió integramente la 2 de TVE en su programa El Palco. Pueden verla en este enlace.

De la importancia mediática de este evento musical puede dar idea que el diario El País le dedicara nada menos que seis artículos en los quince días que siguieron a su estreno en Madrid. Su lectura es un complemento extraordinario para comprender el complejo entramado que ha rodeado esta magnífica composición:

6. Un himno para una crisis (8/2).

Disfrútenla, que merece la pena. Y sean felices, por favor, y como decía Sócrates: "Ιωμεν", vámonos. Tamaragua, amigos. HArendt



Cartel anunciador de "The Perfect American"




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domingo, 22 de septiembre de 2013

Humo, máscaras, humor..., y salvamos el día






Máscara teatral griega



La primera vez que leí esa palabra: "prosopon" [πρόσωπον] fue cuando cursaba el bachillerato superior, a comienzos de los 60, en uno de aquellos libros que se utilizaban para impartir la asignatura de Formación del Espíritu Nacional. El espíritu nacional no se si lo formaban, tengo la impresión de que no, pero algunos eran bastante buenos, y este que cito lo era, en trasladar nociones básicas de sociología, economía y política sin excesivas dosis de adoctrinamiento.

"Prosopon" es palabra griega y con ella se designaba a la máscara que los actores usaban en el escenario para representar un personaje en las tragedias clásicas. De allí pasó al etrusco como "phersu", y de éste al latín, ya convertido en "persona". Es decir, que los antiguos ya tenían claro que ser "persona" lo que significa es representar un papel en la vida. Nada más, o nada menos..., según se mire. 

El número de mayo-junio de 2008 de "La Luna del Cuyás", la excelente revista bimensual del Teatro Cuyás de Las Palmas, traía la reseña de una de las obras programadas para los días finales de ese mes de mayo: "Humo", de Juan Carlos Rubio. No se quien la escribió pero me parece que merece la pena reproducir sus primeros párrafos porque se pueden aplicar al ámbito general de la vida y no sólo al del teatro. Dice así:

"El escenario es un ámbito mágico donde se descubren dimensiones escondidas de la existencia: sueños pesadillas, ilusiones, anhelos, recuerdos, deseos ocultos, esperanzas y temores... El enigma de la vida, que se escapa tantas veces a los argumentos de la razón, se muestra en el escenario con toda su grandeza. En ese gigantesco espejo tratamos de reconocernos y, al actuar, sentimos que existimos. Lo mismo hace cada ser desde que nace hasta que muere; repetir concienzudamente su papel durante toda su vida. Apariencia y simulacro, eso es "Humo". Si alguna vez llegamos a comunicarnos con los demás es sólo por azar. La máscara es la existencia posible. Sin ella los tigres del pasado que esconden nuestra conciencia nos comerían por dentro. Sólo si nos alejamos de nosotros mismos podemos ver, y burlarnos, como representamos ante el mundo nuestro absurdo y tonto papel. Algunos incidentes aparentemente triviales marcan nuestro destino, nos guste o no, y después dedicamos el resto de nuestra vida a defendernos como víctimas, haciendo el papel de culpables, ante el gran jurado del mundo. La única forma de sobrevivir sin caer en la locura es reirnos de nosotros mismo." 

O escribirlo, pienso yo..., aunque sólo lo leamos nosotros... Por eso, en momentos y días en que la imaginación no da más de sí, a pesar de todo nos imponemos la tarea de ir tiñendo de signos y letras la blanca pantalla del ordenador. Y es entonces cuando el recurso al humor puede salvarnos el día, aunque sea un humor ácido como el de las viñetas de Peridis, Romeu y Forges que pueden ver más adelante. A mi me lo han resuelto hoy, como hace cinco años, junto a la reseña del comienzo.

Sean felices, por favor. Y como decía Sócrates: "Ιωμεν", vámonos. Tamaragua, amigos. HArendt




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Peridis (El País, 07/05/08)



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Romeu (El País, 07/05/08)



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Forges (El País, 07/05/08)





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sábado, 21 de septiembre de 2013

Privacidad frente a derecho a la información




Telma Ortiz



A pesar de que mi asidua participación en las redes sociales generadas por internet pueda inducir a pensar lo contrario, soy un decidido defensor de la privacidad como derecho fundamental; no solo de la mía, claro está, también de la de los demás.

En el verano de 2008 saltó a la luz pública un asunto, aparentemente banal que suscitó una gran repercusión mediática. Me refiero a la denuncia interpuesta por Telma Ortiz, hermana de la princesa de Asturias, contra varios medios de comunicación en demanda de protección a su derecho a la intimidad

No recuerdo en que acabó la denuncia, pero tampoco me interesa en exceso ahora porque lo que quería traer hasta el blog es que ese "incidente" fue utilizado como fundamento de un magnífico artículo: "Telma Ortiz y la libertad de los modernos" por parte de la catedrática de Historia Contemporánea de la Universidad de Valencia, Isabel Burdiel, en el que reclamaba el derecho a la privacidad como fundamento de las libertades públicas que, paradójicamente, no solo no implica un apartamiento de la vida pública por parte de los ciudadanos, sino por el contrario su decidida participación en ella.

Citando a un tiempo a Benjamin Constant e Isaiah Berlin, a los que yo añadiría sin menoscabo alguno a Philip Pettit, la profesora Burdiel construyó un formidable alegato en defensa de la privacidad, hoy vulnerada hasta el sarcasmo en nombre de un sacrosanto derecho a la información que parece no conocer límite moral o jurídico alguno. Pueden leerlo más abajo.

Leyendo, viendo u oyendo las "cosas" que se dicen para justificar el acoso mediático a la privacidad de las personas me han venido al recuerdo las palabras de uno de los personajes de la novela de Javier Marías que estaba leyendo por aquellas fecha, que ya he citado con  anterioridad: "Casi todo lo que decimos y comunicamos todos es filfa, relleno, es superfluo, es vulgar, aburrido, intercambiable y trillado, por mucho que sea nuestro y que la gente, como se repite ahora con cursilería extrema, sienta la necesidad de expresarse". Y aunque me sea aplicado a mí el razonamiento con toda justicia, no deja de tener razón.

Sean felices, por favor. Y como decía Sócrates: "Ιωμεν", vámonos. Tamaragua, amigos. HArendt





La profesora Isabel Burdiel




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viernes, 20 de septiembre de 2013

Placas callejeras









Quizá sea solo deformación profesional y académica; o quizá, no. Y solo sea curiosidad. En todo caso, disfruto leyendo las placas conmemorativas que me encuentro en las calles, plazas y edificios y monumentos de las ciudades que visito. Recuerdo con especial cariño algunas de París, Roma, Florencia, Barcelona... Cuando vuelvo a Madrid me encanta recordar las que tan profusamente se encuentran en el barrio de los Austrias, que fue escenario emocionado y emocionante de mis años juveniles.

Recuerdo especialmente una en la Cuesta de la Vega, en la trasera de la catedral de Nuestra Señora de La Almudena, por donde se cuenta que entró a galope el Cid en la ciudad musulmana de Magerit. Y otra, a pocos metros de allí, en la calle Mayor, que recuerda el lugar desde el que el anarquista Mateo Morral, lanzó una bomba que causó varios muertos en el cortejo nupcial del rey Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battenberg. Esta última tiene un factor doblemente emotivo para mí pues ese mismo día, y a la misma hora, en un modesto templo también de Madrid, se casaban mis abuelos maternos; y por otro lado, porque se dice que la bomba para el atentado se la proporcionó a Mateo Morral el poeta, militar y político grancanario Nicolás Estévanez.

En Las Palmas, donde vivo, había hasta hace poco una -felizmente retirada- que recordaba que del caserón del parque de San Telmo donde se ubica el cuartel general de la agrupación de tropas de Gran Canaria, salió el general Franco para ponerse al frente del "glorioso alzamiento nacional". 

Hace unos años, viajando por el sur de la Península con una de mis hijas y su marido, encontramos dos que nos llamaron poderosamente la atención por motivos completamente diferentes.

Una, en la ciudad de Huelva, en la fachada de la espléndida iglesia de La Concepción, recordando el incendio y saqueo de la iglesia por la "barbarie de las hordas marxistas" en julio de 1936. No me parece mal que se recuerden esos hechos, o cualquier otro hecho histórico, pero me parece desafortunado mantener a estas alturas de los tiempos textos propios de otras épocas felizmente superadas.

Otra, en la ciudad de Sevilla, recordando que en la Taberna Las Escobas, junto a la majestuosa torre de La Giralda, y en funcionamiento desde hace siete siglos, comieron personajes como Cervantes, Lope de Vega, Becquer o Lord Byron. Nosotros también lo hicimos... Una recomendación: si pasan por allí, no dejen de pedir los pimientos rellenos de merluza... Ambas placas son historia, pero la verdad es que prefiero la segunda.

Sean felices, por favor. Y como decía Sócrates: "Ιωμεν", vámonos. Tamaragua, amigos. HArendt









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domingo, 15 de septiembre de 2013

Independentismo: Las quisicosas de "El Día de Tenerife" y su inefable editor





Eris, la diosa de la Discordia



En las islas Canarias, como en otros lugares de España, hay independentistas honestos, independentistas listos, independentistas tontos, independentistas utópicos, independentistas a secas, independentistas inteligentes, independentistas obtusos, y luego, como "rara avis" dentro de la fauna citada, está el dueño y editor del periódico "El Día", de Santa Cruz de Tenerife, don José Rodríguez Ramírez (don Pepito para los canarios).

Don Pepito, como se le llama cariñósamente en Canarias, defiende con vehemencia la independencia del archipiélago de España. Por ejemplo, en su editorial de hoy domingo, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y que Cataluña acaba de celebrar su "Diada" y se encamina imparable, según muchos, hacia la independencia.

Nada que objetar al respecto. Pero sobre todo, la característica que mejor le define como individuo, es su obsesiva ansia por la aniquilación, exterminio y desaparición física de la isla de Gran Canaria (la "tercera isla", la llama el susodicho) y de sus habitantes. Aniquilación en la que incluye a cualquier habitante del archipiélago, incluso tinerfeño, que no comulgue con su sagrada cruzada. A tanto llega su odio visceral a Gran Canaria y sus habitantes, que prefiere un archipiélago independiente de España, sin Gran Canaria, a un archipiélago independiente que incluya a dicha isla "maldita, seca y fea".

En una decisión sin precedente alguno en la historia parlamentaria del archipiélago, España, la Unión Europea y el mundo civilizado, el Parlamento de Canarias aprobó hace justamente cinco años por unanimidad de todos sus miembros (valga la redundancia) una resolución en la que condenaba explícitamente los ataques del dueño y editor de El Día a la isla de Gran Canaria, a sus ideas xenófobas y a la incitación a la subversión del orden constitucional.

Creo que el Parlamento de Canarias se pasó una vuelta de rosca, que se dice. Y no porque don Pepín no se mereciera una buena patada en sus "mismísimas" partes nobles. Sobre todo, porque sus editoriales ofenden al buen gusto, la educación más elemental, la verdad y la historia; consideraciones que al citado le importan un huevo y la mitad del otro. Lo digo, sencillamente, porque con esta declaración unánime del Parlamento de Canarias lo único que se hizo fue facilitarle cancha para seguir diciendo gilipolleces durante una década más. La prueba es que ya ha pasado la mitad de esa década y sigue erre que erre, gilipollez tras gilipollez, domingo a domingo. Pienso que lo normal, si alguna institución o persona se siente aludida ante la sarta de tonterías que dice este individuo un día sí y otro también, es meterle en los tribunales y que se las apañe como pueda.

Yo, de momento, y por razones completamente distintas: una, porque su elegancia escribidora y humor crítico me alegra el día (me refiero a la columna dominical de Elvira Lindo); y otra, porque reconforta comprobar que hay gente bastante más estúpida que uno mismo, lo primero que hago cada domingo, aun en pijama, es leer a don Pepito (en El Día) y a Elvira (en El País). Y así sigo.

El asunto de la condena unánime del parlamento generó en la prensa canaria de aquellos días un debate muy interesante, del que son reflejo los artículos de opinión que reproduzco más adelante. También incluyo la respuesta de don Pepín en su "pastoral" de aquel domingo y un editorial suyo de hace unos meses, para general admiración y asombro del pueblo llano sobre la profundidad de pensamiento de tan insigne prócer tinerfeño

Decía el filósofo francés Voltaire, en pleno siglo XVIII, uno de los máximos exponentes del pensamiento ilustrado, refiriéndose a otro escritor enemigo suyo: "No estoy de acuerdo con tus ideas, pero defiendo tu sagrado derecho a expresarlas". No soy filósofo, y aunque me gusta la frase -que encuentro admirable- prefiero recurrir al más positivista argumento jurídico que establece la Constitución en su artículo 20: "Se garantiza el derecho a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción (.../...) sin otro límite que el derecho al honor, la intimidad, la propia imagen y...". Pues eso: mi profundo respeto para quienes mantengan ideas completamente distintas de las mias sin recurrir a la extorsión, la amenza o el insulto; dicho lo cual, eso no quiere decir que las comparta y mucho menos que las vote o vaya a dejar de combatirlas..., con la palabra.

Sean felices, por favor. Y como decía Sócrates: "Ιωμεν", vámonos. Tamaragua, amigos. HArendt





Eirene, diosa de la Paz y la Concordia





"El pleno del Parlamento rechaza los editoriales de 'El Día'". (Agencia EFE. Santa Cruz de Tenerife)

El pleno del Parlamento de Canarias manifestó este miércoles su rechazo a los ataques a la unidad de los canarios y a la dignidad de la isla de Gran Canaria y a las ideas xenófobas y a la incitación a la subversión del orden constitucional que, agrega, de forma reiterada defiende el editorial del periódico El Día.

En una manifestación institucional leída ante el pleno del Parlamento se indica que el estado de derecho garantiza que todas las opiniones y posiciones ideológicas se expresen libremente siempre que observen el respeto debido a las leyes y a la dignidad de las personas e instituciones.

Agrega que cualquier línea de opinión o actuación cuyo objetivo sea fomentar la división y colisión dentro de la sociedad canaria, trunca el camino decidido de una ciudadanía "que defiende la convivencia y el buen entendimiento entre los habitantes de las siete islas".

Sin embargo, agrega la declaración, recientemente se han producido una serie de opiniones descalificatorias, "amparadas en el insulto, la ofensa y xenófobas en muchos caos, que atentan contra la convivencia y el carácter conciliador". (Canarias Ahora, 25/09/08)

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"La libertad de 'El Día'", por Carlos Sosa

Los grupos parlamentarios canarios condenaron este miércoles la línea editorial del periódico tinerfeño El Día en una decisión que considero lamentable. Vaya por delante que rechazo de plano los planteamientos de ese diario, tanto los que manifiesta en sus artículos editoriales como los que vierten algunos de sus más señeros colaboradores. Pero es mi obligación como periodista y como ciudadano defender la libertad de todos ellos a que expresen libremente sus ideas, por muy extravagantes o rechazables que puedan parecer.

No conozco a ninguna institución del Estado español que haya producido en su día una declaración institucional contraria a la línea editorial del diario El Mundo cuando éste dedicaba páginas y páginas a intoxicar y a opinar acerca de la autoría de los atentados del 11-M, poniendo en peligro no sólo la concordia y la convivencia entre los españoles, sino la credibilidad y el buen funcionamiento de unas cuantas instituciones del Estado.

Lo tenía muy fácil el Parlamento de Canarias este miércoles: hubiera bastado con instar al Gobierno de Paulino Rivero a cumplir con el decreto por el que se conceden subvenciones a las empresas editoras de periódicos de pago en el Archipiélago, que dice muy a las claras que tales ayudas tienen como objetivo fomentar la cohesión de las Islas. Parece acreditado que el diario El Día no cumple con esa finalidad, y sin embargo este Gobierno le sigue inyectando gran cantidad de dinero público por esa vía y por la de la publicidad institucional.

De paso, que Paulino Rivero explique por qué se le concedió a El Día una frecuencia de TDT, por qué el presidente en persona invitó al dueño de esa editora a participar en el concurso de informativos de la Televisión Canaria y por qué le acaban de contratar un programa para esa cadena por importe de 200.000 euros.

Tóquenle a don Pepito los dineros y ya verán qué pronto se le acaban las zarandajas soberanistas. Pero que a nadie se le ocurra atentar contra la libertad que tiene para expresarse. Y si insulta, veja, injuria o calumnia a alguien, ahí están los tribunales para juzgarle. (Canarias Ahora, 25/9/2008)

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"Una pintadera en la frente", por José Antonio Alemán

El Parlamento "manifiesta su firme rechazo ante los ataques a la unidad de los canarios y la dignidad de la isla de Gran Canaria, y sus ciudadanos, así como a las ideas xenófobas y a la incitación a la subversión del orden constitucional que reiteradamente se defienden en 'el editorial' de el periódico El Día". Así terminaba la declaración institucional que la cámara aprobó ayer por rara unanimidad.

Y ayer mismo el periódico seguía destilando lo suyo. En el comentario "Caterva de desagradecidos" arremetía contra los hombres y las mujeres de la cultura canaria en Tenerife que no están de acuerdo con su línea. Los calificó por ello de "parásitos" y de "personajillos que han sido algo en esta sociedad gracias al espacio que, año tras año y cada vez que lo pedían, se les daba en estas páginas".

Salvo superior opinión facultativa, creo que esta loquinaria reacción refleja la manera de entender el periodismo del editor al afirmar que esos "intelectuales" y "artistas" (el entrecomillado es suyo) lo son porque al periódico le dio la gana promocionarlos, pues antes de tan providencial acogida "sólo los conocían en sus casas a la hora de comer". De nada valen, por lo visto, el trabajo y las aportaciones de cada uno de ellos. Ha llegado a creer El Día que manda sobre vidas, haciendas y famas y que todo el mundo en Tenerife está obligado a someterse a sus dictados. Al punto de denunciar como sobornados por los "pérfidos dirigentes canariones" a "personajillos" como Cristino de Vera, Olga Ramos, María Orán, Ramón Trujillo, Elfidio Alonso, Carlos Pinto Grotte, Nilo Palenzuela, Rubens Henríquez, Manuel Hernández González, Mari Carmen Mulet, Jose Abad, Benito Cabrera, Eliseo Izquierdo, Rodríguez Placeres, etcétera. No estar de acuerdo con el periódico los convierte en "ratoncillos hipnotizados por la lengua bípeda (sic) y la mirada envidiosa de la serpiente" (Gran Canaria, por supuesto) y pone de manifiesto que "la maldición de Tenerife no es solo Canaria, sino los infiltrados canariones que ahora se han destapado como felones".

Remata filípica joseantoniana con la amenaza de que "en una próxima edición publicaremos dos páginas con las fotos de los sobornados por la tercera isla". Ya puestos, no sé porqué no les graban en la frente, a fuego que duele más y no se quita, una pintadera cual estrella de David. Por suerte, El Día no es Tenerife y Fyffes sólo existe ya en sus negras alucinaciones. (Canarias Ahora, 25/09/08)

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"El día' feliz de Don Pepito", por Juan García Luján

El editor de El Día, José Rodríguez Ramírez, tiene razones para sentirse traicionado. Después de 20 años utilizando sus páginas para machacar a cualquier persona o colectivo que cuestionara los planes de la gran burguesía chicharrera y sus representantes políticos áticos, después de haber sido el principal altavoz de los intereses políticos de Manuel Hermoso, Adán Martín, Miguel Zerolo, Ricardo Melchior, Ana Oramas y Paulino Rivero, después de su entrega a la causa insularista, Don Pepito tuvo ayer que ver cómo se leía en el Parlamento canario una declaración institucional que criticaba su línea editorial.
Don Pepito se siente víctima de una injusticia porque después de haber utilizado su periódico para campañas estratégicas como la oposición a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, la defensa de los aguatenientes, del puerto de Granadilla, de las carreteras de Tenerife y la oposición a la investigación de las tramas de corrupción vinculadas a instituciones gobernadas por Coalición Canaria en Tenerife... Después de haber sido distinguido con la medalla de Oro de Tenerife otorgada por el cabildo de la isla, de tener una calle con su nombre en La Laguna y varios municipios tinerfeños, de haber sido nominado para el Premio Canarias por el cabildo de Tenerife con el apoyo de CC, PP y PSOE, de ser llamado como pregonero de las fiestas más señeras, después de haber sido elegido por el actual gobierno de Rivero y Soria junto a otros dos periódicos para formar una productora de televisión para realizar los informativos de Televisión Canaria, después de lograr una de las dos licencias de TDT que dieron en Tenerife Paulino Rivero y PP Manolo, después de todas esas prebendas, se ha encontrado con un castigo simbólico en forma de moción parlamentaria.

Antes de que saque las dos páginas con las fotos de los traidores antipatriotas, don Pepito debe saber que sus columnistas Cristina Tavío y Miguel Zerolo, y su candidato a presidir la futura república independiente de Bananaria, Paulino Rivero, intentaron hasta el último minuto que en la moción contra su periódico no se nombrara a su periódico. Tavío lo hizo desde su puesto en la Mesa del Parlamento, Zerolo desde su ausencia calculada y Rivero mandando el recado de no mencionar a El Día con el majorero en excedencia de origen grancanario José Miguel Barragán. Pero los socialistas se negaron y amenazaron con proponer incluso que le cortaran el grifo del dinero público. Y el actual pacto de gobierno no quiere jugar con la comida de Don Pepito, por eso sus diputados al final tuvieron que ceder y apoyaron la moción de 20 líneas reprobando los editoriales de El Día.

El periodista Luis María Ansón, nada sospechoso de ser militante de la izquierda abertzale, y combativo defensor de la unidad de España y de su monarquía, se opuso siempre al cierre del diario Egin y del periódico Egunkaria, aunque rechazaba frontalmente su línea editorial. Decía Ansón que "los periódicos no delinquen, si lo hacen alguno de sus redactores, articulistas o empresarios la ley debe caer sobre ellos, pero no sobre el periódico". Comparto el planteamiento de Ansón, y creo que el Parlamento canario inició ayer un peligroso camino de reprobación a la línea editorial de un periódico. A lo mejor Don Pepito ha incumplido el artículo 510 del Código Penal por sus editoriales xenófobos. Pero si Don Pepito es un delincuente racista lo podremos comprobar gracias a la denuncia que presentó Ben Magec contra El Día en los tribunales por un artículo xenófobo. La valentía de los ecologistas podría servir para poner a Don Pepito en su sitio. Esa valentía contrasta con la cobardía de unos parlamentarios que no se atrevieron a parlamentar, o sea, a debatir públicamente la moción, sino que se limitaron a discutirla a puerta cerrada en la Mesa del Parlamento y la Junta de Portavoces. Ese es el nivel que tenemos en la cámara de Teowaldo Power. Pero la moción parlamentaria no ha sido inútil, creo que ha servido para demostrar las ataduras políticas del partido que preside el gobierno canario desde hace 15 años, y también servirá para aumentar las ventas del periódico El Día y de los otros diarios que han descubierto en este tema un filón para incrementar el número de visitas a sus ediciones digitales. Don Pepito se mostrará hoy cabreado contra los antipatriotas parlamentarios, pero el gerente de su empresa debería convencerlo de que ayer fue un día feliz para el diario fundado por Leoncio Rodríguez, porque las ventas van a aumentar en estos tiempos de crisis y el gobierno de Paulino y Soria continuarán patrocinándole suplementos e invitándolo a beneficiarse de subvenciones públicas. (Canarias Ahora, 25/09/08)

***


"Escuche la noticia", por Carmen Merino


El lector avispado se preguntará por qué utilizar el pasado en el titular -«El editor que quiso reinar» cuando, en realidad, el editor-director al que nos referimos, don José Rodríguez Ramírez, don Pepito en el argot periodístico y popular, mantiene en el presente de indicativo las infulas de dictar lo que se hace en esta Comunidad Autónoma y, en especial, en la Isla de Tenerife. Tal vez el titular debiera haber sido «El editor que quiere reinar», pero esa definición no habría hecho justicia a la realidad. A pesar de la potencia que tiene el periódico propiedad de tan ambicioso personaje, El Día, las campañas emprendidas por su dueño nunca han conseguido el objetivo perseguido, a no ser que no hayan tenido en realidad otro fin que intentar crispar la vida política y social de Canarias.

Entre sus grandes batallas solo cabe citar espectaculares derrotas. Ocurrió con Ley de Aguas y con la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, batallas en las que don Pepito coincidía, imponía o seguía las consignas del insularismo tinerfeño ejercido por ATI, y ocurrirá sin duda en las batallas que tiene en marcha. A saber. Una reforma del Estatuto de Autonomía que renombre a la Isla de Gran Canaria para quitarle el Gran que tan morbosamente le obsesiona, que modifique el nuevo escudo de la Comunidad Autonóma para aumentar el tamaño de Tenerife y eliminar la Corona de Castilla, y que haga el relato de las islas que componen el Archipiélago en orden alfabético, de manera que Tenerife cierre y adquiera mayor visibilidad.

Leña al mono: Pero esta es solo una batalla preliminar. A dónde quiere llegar el editor-director es a la descolonización de Canarias por parte de España y la creación de un país soberano. Y de esta segunda incursión deriva la tercera: el empeño de don Pepito de que Coalición Canaria le secuende en sus delirios. Cada vez que el editor-director se empecina en una u otra cuestión y no encuentra el eco y el respaldo que él supone que se le debe en funcion del poder que su potente empresa mediática le proporciona, comienzan los ataques furibundos, la total falta de respeto para las opiniones ajenas, las descalficaciones, los discursos insultantes y los insultos mismos.

Los rayos de destrucción personal y colectiva que salen de sus airadas editoriales han caído sobre todos aquellos que no se han plegado a sus caprichos y manías.

Desde los socialistas en la primera época de Jerónimo Saavedra, a las secciones grancanarias de todas las formaciones políticas, los empresarios grancanarios identificados como el sanedrín y, muy especialmente en la última etapa, los nacionalistas tinerfeños de la antigua ATI, han pasado por su trituradora de infieles. Pero también los presidentes del Gobierno y del Parlamento, otros periódicos y sus responsables y hasta el personal de su propia empresa que ha tenido la osadía de cambiar de bando, han tenido que sufrir en sus carnes las invectivas del editor que quiso reinar y solo consiguió crispar.

Peligro: Pero si se puede decir con toda tranquilidad de don Pepito que es un gran perdedor de batallas políticas, la tristeza es inevitable al constatar la posibilidad de que llegue a ganar batallas en el ámbito de la sociedad civil. Sin duda, el desprecio que destila hacia la Isla de Gran Canaria no puede sino generar un sentimiento de igual o similar naturaleza hacia Tenerife entre aquellos que cometan el error de confundir a la Isla con este delirante editor-director. Eso es lo que él pretende. Que no lo logre sería la más patética de sus derrotas.

Moción del Cabildo: Los grupos del PSC-PSOE y de NC-NGC del Cabildo de Gran Canaria, hicieron pública ayer la moción que presentaron el pasado día 17 en la que solicitan la reprobación de el periódico El Día ante los insultos de su propietario y editor a la isla de Gran Canaria y sus ataques a la unidad del Archipiélago. Los grupos políticos que gobiernan el Cabildo de Gran Canaria solicitan en la moción que se debatirá en el próximo pleno que otras instituciones se manifiesten rechazando los insultos del editorialista. En concreto piden al presidente del Gobierno de Canarias un pronunciamiento en contra. En la moción se recoge en la exposición de motivos que los insultos del periódico El Día a la isla de Gran Canaria y sus ataques a la unidad del Archipiélago no constituyen, desgraciadamente, novedad alguna. Tampoco la enorme tolerancia y mesura con la que la sociedad grancanaria ha reaccionado ante semejantes dislates. Por ello se solicita el rechazo ante las ofensas perpetradas a la isla de Gran Canaria, así como a sus habitantes e instituciones. (Canarias7, 25/09/08)

***

El Día, Santa Cruz de Tenerife. Editorial. 

"ESTA BATALLA LA TIENES PERDIDA, Pepe", le dijo hace algún tiempo al editor de EL DÍA, durante una cena celebrada en Tokío, un empresario de Las Palmas vinculado a un diario de la tercera isla. El mismo diario que ayer jaleaba, a cinco columnas y con toda saña, un acuerdo del Parlamento de Canarias contra nuestro periódico y su director. Acuerdo que, tristemente, por fin adoptó ayer la Cámara legislativa autonómica, en un ataque sin precedentes a la libertad de expresión. Sabíamos que la campaña del "gran" no gusta en Canaria. No pensábamos, en cambio, que una institución que dice representar a todos los canarios, se sometiera a los dictados no ya de una sola isla, sino de los poderes fácticos de esa Isla. No lo pensábamos incluso a sabiendas, porque eso lo sabe todo el mundo, que nuestra opinión acerca de sus señorías regionales es manifiestamente mejorable.

En el breve espacio de unas pocas semanas, el Parlamento de Canarias ha cometido dos infamias políticas. Una, subirse los sueldos en plena crisis, cuando otras instituciones canarias y españolas congelaban salarios y reducían gastos; la otra, gravísima, atacar la libertad de expresión de un medio de comunicación como no lo había hecho hasta ahora ningún organismo de la Administración del Estado. Porque la declaración aprobada ayer, por unanimidad y con aplausos, es similar a las que se han venido produciendo contra los terroristas. Ninguna otra se asemeja en dureza.

¿Por qué ahora?, nos preguntamos. Nuestra campaña para que Canaria se llame Canaria y no Gran Canaria -nombre engañoso; lo diremos cuantas veces sea preciso- no es de ayer. Llevamos mucho tiempo manifestando que dicha denominación es engañosa. ¿Por qué ahora?, insistimos en la pregunta. ¿Qué les duele a sus señorías canarias? Permítannos nuestros lectores que seamos nosotros, y no los diputados y diputadas regionales, quienes respondamos. Les molesta que hayamos denunciado su vergonzosa subida de sueldos. ¿Saben ustedes cuánto cobra, por ejemplo, cada uno de los cinco miembros de la Mesa del Parlamento sólo por hacer acto de presencia en la Cámara? Sólo por ir a trabajar, ya que el sueldo lo cobran aparte. ¿Saben ustedes, hombres y mujeres del pueblo canario, agobiados por la situación actual, cuánto han cobrado ayer de dietas sus "señorías" regionales por ir a la calle Teobaldo Power a condenar la sagrada libertad de un medio de comunicación a expresarse libremente? Hablamos sólo de las dietas, los sueldos van por otro lado.

Comprendemos el enfado de las diputadas y diputados. Están demasiado acostumbrados a periodistas dóciles que se portan bien con ellos para que no les pongan mala cara; para que no dejen de soplarles de vez en cuando alguna noticia anodina con la que cubrir el expediente diario. Son como los canarios enjaulados en el amor a la españolidad, que se conforman con el alpiste que les echan y la lechuguita que les ponen para que picoteen. No es ese el periodismo que practicamos en esta Casa. Con todo respeto a las opiniones ajenas, porque en EL DÍA se publican artículos de todas las tendencias, en nuestro periódico decimos que Canarias es una colonia, y que Las Palmas es la gran beneficiada de esta situación. El hablar con claridad nos granjea las simpatías de muchísimos lectores. Por eso somos el diario de más difusión en el Archipiélago. Al menos hoy; mañana, Dios dirá. Un dato insoportable para nuestra competencia, que nos quiere hundir con la difamación pues no puede hacerlo en cuanto a lectores.

Estas son las claves del brutal ataque a la libertad de expresión que sufrimos desde hace algún tiempo, y que tuvo ayer su máximo exponente en la Cámara regional. Una campaña iniciada en el ámbito parlamentario por María del Mar Julios; persona que ha fracasado en política, y que aspira a méritos tardíos para que CC no termine de desaparecer en Canaria. Si esta diputada, que por lo demás siempre ha podido expresar libremente sus ideas en EL DÍA, o cualquier otro miembro del Parlamento, ya sea a título individual o como representante de la Cámara legislativa, considera que los editoriales de EL DÍA ofenden a alguien, insultan a una institución o degradan a una isla por decir que es fea y seca, puede acudir a los tribunales para defender sus derechos. Lo que de ninguna forma cabe en una democracia es una decisión como la adoptada ayer por el Parlamento.

Asunto distinto son las acusaciones de xenofobia y racismo lanzadas contra EL DÍA y su editor por algunos periodistas, políticos y ahora también el Parlamento en sesión plenaria. Suponemos que los servicios jurídicos de la Cámara han hilado fino, pues la xenofobia y el racismo son delitos tanto en España como en Canarias, y acusar de un delito sin pruebas constituye a su vez un delito de calumnias. Sin embargo, no sería la primera vez que dichos servicios jurídicos se equivocan. ¿Se acuerdan de lo que ocurrió con las expropiaciones para la ampliación del edificio? Lo dicho: esperamos que sus señorías y quienes los asesoran no hayan errado otra vez, porque este asunto no queda así; esto se hincha.

Al final, resulta que tenía razón aquel señor en su premonitoria advertencia durante la cena de Tokío. Ni podíamos imaginar que su poder llegase a tanto, ni que sesenta diputados terminasen por seguirle el juego mientras continúan asegurando que encarnan la voluntad del pueblo canario. (El Día, 25/09/08)

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"La vergüenza del Archipiélago", (El Día, Santa Cruz de Tenerife, Editorial)

CON QUÉ DESCARO maltratan a Tenerife dos consejeras del Gobierno de Canarias. Nos referimos, por supuesto, a la titular de Turismo, Rita Martín, y a la de Sanidad, Mercedes Roldós. La actitud de esta última no nos extraña. Como canariona, la señora Roldós está genéticamente condicionada a barrer para su casa. La actitud de Rita Martín, en cambio, resulta menos comprensible. Al ser natural de Lanzarote -lo decíamos ayer-, carece de sentido su excesiva dadivosidad con Canaria, la isla tercera en extensión pero la primera en fealdad. Un territorio desangelado. No nos extraña que el turismo vaya cada vez menos a ella, mientras aumenta en Tenerife. Los visitantes que acuden a Canaria lo hacen engañados. Son infinitos quienes manifiestan su sorpresa apenas se bajan del avión y contemplan un paisaje desértico y sucio. Sólo por este motivo, la consejera de Turismo no debería malgastar el dinero público con inversiones inútiles. Sin embargo, concurre la circunstancia añadida de que Lanzarote, la isla de Rita Martín, sufre también la prepotencia asfixiante de Canaria. ¿Por qué mima usted tanto, señora consejera, a quienes sólo lo quieren todo para ellos?

La isla redonda pierde turistas con razón. Los visitantes con los que cuenta se los debe a las bellezas de otras islas, que atraen a este Archipiélago a doce millones de personas cada año. A eso, y a las políticas estúpidas como las que desarrollaron las niñas de Adán Martín, que favorecieron a una isla paramera y anodina con la nefasta marca única, debe Canaria su cuota de turistas. ¿Por qué un solo destino? ¿Se puede comparar el majestuoso Teide, hoy Patrimonio de la Humanidad, con el ridículo Roque Nublo? Nunca. Pero los canariones lo hacen porque son, además de envidiosos, atrevidos. La isla tercera no es sólo amarilla por sus secarrales, sino también por la envidia. Cualquier parte de Canarias exhibe muchísimas más bellezas.

También nos cansa ya la mentira de la hermandad entre Tenerife y Canaria. Los tinerfeños sólo podemos ser enemigos políticos de aquellos que se empeñan en someternos; de aquellos que, además, perpetúan a conciencia la condición de colonia del Archipiélago, para favorecerse con la presencia en su territorio de las sedes de los partidos españoles. Así prolongan su latrocinio y su expolio permanente a Tenerife.

Canaria debería reprimirse porque como isla es la vergüenza del Archipiélago, que pretendemos unido y armonioso. Lo decimos sin rodeos: estamos hartos de Las Palmas, y ansiamos la soberanía para que la capital esté en la isla más grande, más poblada, más bella y de mayor peso específico, que no es "Gran" Canaria sino Tenerife. La tercera isla sólo sobrevive gracias a sus políticos rapaces. Lobos con piel de cordero e hipócritas predicadores de la unidad interinsular que, a pesar de todo, son capaces de infundir miedo a los ratones de Tenerife.




José Rodríguez, editor de El Día





Entrada núm. 1969
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Pues tanto como saber me agrada dudar (Dante Alighieri)