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lunes, 20 de julio de 2015

[Pensamiento] Teoría y metáfora del Sur



http://www.dondeviajar.es/files/media/dunas-de-maspalomas.jpg
Dunas (Maspalomas, Gran Canaria)



El poeta granadino Luis García Montero recreaba hace unos años en El País, en un artículo plagado de sentimiento titulado "Teoría del Sur", una bellísima metáfora de cuanto significa el Sur en el imaginario colectivo de los humanos: "Qué mejor estación que el verano para reivindicar el Sur: la lentitud, la sensualidad, la belleza, el cuidado de los otros, la alegría. En el Sur no deben tener prisa ni los pensamientos, ni los coches, ni los desnudos", comenzaba diciendo... 

¡El Sur, que bella palabra!... Y aunque él lo hace para reivindicar el deleite de contemplar la morosa puesta de sol de una tarde de verano en la bahía de Cádiz, sus palabras tienen valor y alcance universales. Yo he vivido en el sur durante veinticinco años. En el extremo sur de una isla situada al sur de España, en medio del Atlántico. En mi isla, en Gran Canaria, mil quinientos kilómetros cuadrados que dan para mucho, no hay nada más que dos puntos cardinales: Norte y Sur. El Este y Oeste no existen en la práctica. Y todo lo que queda por "debajo" del paralelo de la capital, ya es el Sur..., siempre en mayúsculas. Cuando salimos de Las Palmas por la GC-1, la autopista que une la capital con las playas del Sur, "bajamos"; cuando volvemos a Las Palmas, "subimos". Sí, en Gran Canaria se "sube" al Norte y se "baja" al Sur; o "se va" al Centro (al interior de la isla, por, la "carretera del Centro", como no podía ser menos...), y del centro, al centro-centro, que es la Cumbre.

Pero el imaginario es el Sur... Y Juan Manuel Serrat lo elevó a categoría de metáfora universal cuando le puso música a los versos de Mario Benedetti y cantó su inolvidable "El sur también existe", que pueden gozar más abajo. Por eso a los sureños nos duelen los tópicos sobre nosotros: indolencia, ensimismamiento, dejadez, aplatanamiento, ensoñación... En realidad, pienso que tenemos un mejor sentido de "la vida" que los demás, pero eso no deja de ser otro tópico.

Hace años, mi mujer y yo, muchas tardes de verano, cuando vivía nuestro perro, nos sentábamos con él sobre una de las innumerables dunas que enmarcan la playa de Maspalomas, extendíamos un mantel blanco en la arena y nos bebíamos una botella de cava, en copas de cristal, mientras contemplábamos ponerse el sol en el horizonte... Quizá deberíamos volver a hacerlo ella y yo, aunque él ya no esté...

Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt





Joan Manuel Serrat







Entrada núm. 2378
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

jueves, 4 de septiembre de 2014

Autoubicación política: el test-diagrama de Nolan





Diagrama de Nolan de autoubicación política



Dicen los versos de Antonio Machado en una de las estrofas de su poema "Retrato":

Hay en mis venas gotas de sangre jacobina, 
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno...

Si se me permite la presunción, diría que a mí me pasa lo mismo: en algunos momentos me hierve la sangre por las injusticias del mundo y por las que veo a mi alrededor, pero en todo caso mis palabras intentan siempre resultar serenas y ecuánimes como las suyas. Al menos lo intento... Será por la edad, y por aquello que se cuenta, pienso que con razón, de que el joven que a los veinte años no quiere cambiar el mundo es que no tiene sangre en las venas, y el que quiere cambiarlo a los setenta es que es imbécil. Próximo a cumplirlos, me conforme con que el mundo no me cambie a mí. 

¿Tienen ustedes interés en conocer con bastante grado de aproximación cuál es realmente su autoubicación ideológica y política en relación con los problemas del mundo actual? Reedito actualizada una entrada del blog de marzo del pasado año sobre este mismo tema. Si se animan a ello, les propongo contesten las sencillas veinte preguntas que se recogen en el denominado test-diagrama de Nolan, que recibe ese nombre por su creador, el politólogo norteamericano David Fraser Nolan (1943-2010), del Massachussetts Intitute of Technology (MIT).

Partidario tanto de las libertades económicas como personales, Nolan consideraba hasta cierto punto reduccionista la división política entre posiciones de derecha e izquierda, y entre aquellos que solo abogan por la libertad personal y los que solo defienden la libertad económica.

Para resolver esa dicotomía, David F. Nolan creó un gráfico en el que situaba en el eje "X" la posición política respecto de las libertades económicas, y en el eje "Y" la posición política respecto a las libertades personales, dando lugar con ello a un cuadrante en el que se sitúa a los que se califican como izquierdistas o progresistas en el cuadrante izquierdo, a los derechistas o conservadores en el derecho, a los liberales  o libertarios en el superior, y a los autoritarios o populistas en el inferior. 

De las respuestas que se den a las veinte preguntas del test, el diagrama ubica ideológica y políticamente a la persona que lo realiza en un punto del diagrama que muestra su proximidad o alejamiento de cada una de las posiciones citadas.

Les invito a realizarlo. No lleva apenas tiempo. Son preguntas sencillas y claras que deben responderse con honestidad, claro está, para que la prueba resulte eficaz. Les aconsejo que previamente lean las notas que figuran al comienzo del test en las que se explica con claridad el procedimiento a seguir.

Yo he vuelto a realizarlo y confieso que me he sentido satisfactoriamente ubicado ideológica y políticamente con el resultado y posicionamiento que el diagrama me otorga, que está adaptado al panorama político español actual. Y si no es así en su caso, pues seguramente es que el test no está bien planteado. En todo caso, estoy seguro que les resultará entretenido e interesante. Pueden acceder al "test" desde este enlace. Disfrútenlo. 


Les dejo más abajo con el emocionado "Retrato" de Antonio Machado en la voz y la canción de Joan Manuel Serrat. Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt





"Retrato", de A. Machado, en la voz de J.M. Serrat



Entrada núm. 2156
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Pues tanto como saber me agrada dudar (Dante Alighieri

viernes, 9 de mayo de 2014

Cinco años sin Mario



Mario Benedetti



Dentro de unos día se cumplen cinco años de la muerte de Mario Benedetti en la ciudad de Montevideo, Uruguay. Espero que la tierra de la capital más al sur de América, a él, uno de los más grandes poetas del Sur, le haya sido leve. Un sur que existe y que vive. Mi amigo Alberto Atienza, un escritor argentino, de la Mendoza andina, me lo recuerda muy a menudo en sus mensajes: "Acuérdate, Carlos, de que el sur también existe", me dice citando los versos de Benedetti. Imposible olvidarlo. Yo soy Sur de nacimiento, de vivencia, por elección. Como Canarias, de donde eran los primeros pobladores y fundadores de la ciudad de Montevideo.

Sí, porque Canarias es también Sur: el sur profundo, atlántico, de España. Sur que es tanto una realidad física como un estado anímico rodeado de agua por todas partes, un sur que tiene los pies que le sostiene en África y la cabeza que lo rige en Europa, pero el corazón, sobre todo el corazón, lo tiene en América... Siempre en América.

Joan Manuel Serrat cantó con amor profundo a ese sur de los versos de Benedetti que pueden leer más adelante. Les dejo con ellos. 

Y ahora sean felices, por favor, y como decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt



Con su ritual de acero
sus grandes chimeneas
sus sabios clandestinos
su canto de sirenas
sus cielos de neón
sus ventas navideñas
su culto de dios padre
y de las charreteras
con sus llaves del reino
el norte es el que ordena

pero aquí abajo abajo
el hambre disponible
recurre al fruto amargo
de lo que otros deciden
mientras el tiempo pasa
y pasan los desfiles
y se hacen otras cosas
que el norte no prohibe
con su esperanza dura
el sur también existe

con sus predicadores
sus gases que envenenan
su escuela de chicago
sus dueños de la tierra
con sus trapos de lujo
y su pobre osamenta
sus defensas gastadas
sus gastos de defensa
con sus gesta invasora
el norte es el que ordena

pero aquí abajo abajo
cada uno en su escondite
hay hombres y mujeres
que saben a qué asirse
aprovechando el sol
y también los eclipses
apartando lo inútil
y usando lo que sirve
con su fe veterana
el Sur también existe

con su corno francés
y su academia sueca
su salsa americana
y sus llaves inglesas
con todos su misiles
y sus enciclopedias
su guerra de galaxias
y su saña opulenta
con todos sus laureles
el norte es el que ordena

pero aquí abajo abajo
cerca de las raíces
es donde la memoria
ningún recuerdo omite
y hay quienes se desmueren
y hay quienes se desviven
y así entre todos logran
lo que era un imposible
que todo el mundo sepa
que el Sur también existe

"El Sur también existe", por Mario Benedetti 





Joan Manuel Serrat cantando a Benedetti



Entrada núm. 2065
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Pues tanto como saber me agrada dudar (Dante Alighieri)

lunes, 5 de diciembre de 2011

Azar y vida






La diosa Fortuna





Desde niño he tenido la firme convicción de que el Azar (así, con mayúsculas) es el elemento fundamental de la existencia y de la vida. Sí, ya se que eso también lo dice la física cuántica, pero es que yo soy de letras y sólo se plantearlo literariamente y no con fórmulas y guarismos… 

Volví a pensar en ello al iniciar la lectura de “Mañana en la batalla piensa en mi” (Random House Mondadori, Barcelona, 2006), la interesante novela de Javier Marías, regalo navideño de mi amiga Ana, en cuyo prólogo de Elide Pittarello encontré la siguiente frase: “Los factores que condicionan lo que pasa o deja de pasar son sumamente variables e incontrolables, por lo que nadie es dueño de su circunstancia, nadie puede tener seguridad de que se van a cumplir sus expectativas. Ese tipo de ignorancia o ceguera  que por inercia llamamos azar está siempre al acecho”. 

Es por esa razón que soy de los que piensan que en las cuestiones fundamentales de la vida: el amor, la búsqueda de la felicidad, la amistad, la familia, merece la pena arriesgarse siempre. Si la experiencia vital nos dice que es imposible saber si vamos a conseguir lo que ansiamos o estrellarnos en el intento, pues intentémoslo… ¿Qué perdemos con ello? Recuerdo haber leído hace muchos años una frase de Joan Manuel Serrat que me impresionó profundamente y que venía a decir que la felicidad consistía en intentarlo todo y conformarse con el fracaso. ¿Se puede explicar el misterio del azar y de la vida de forma más bella? Pienso que no… En todo caso, les deseo de todo corazón, como canta Serrat en el vídeo que acompaña esta entrada, que hoy sea un gran día para ustedes..., y mañana, también. Tamaragua, amigos. HArendt





Javier Marías





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Entrada núm. 1435 -
Reedición de la publicada en el blog el 11/1/2007
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"Tanto como saber, me agrada dudar" (Dante)
"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)
"La historia del mundo no es un suelo en el que florezca la felicidad. Los tiempos felices son en ella páginas en blanco" (Hegel)

"Hoy puede ser un gran día" (J.M. Serrat, Viña del Mar, 2009)

domingo, 27 de noviembre de 2011

Pasiones...





Eva (A. Durero, Museo del Prado)





Ya he dejado dicho en alguna anterior ocasión que la política, o mejor la Teoría política, es una de mis pasiones… En mi anterior “digresión íntima” me tomé el atrevimiento de entrar en ese viejo debate que se suscita tan a menudo entre si debe primar la libertad sobre la seguridad o la seguridad sobre la libertad… Un falso debate en el que es posible que si entramos sin las debidas cautelas acabemos por perder ambas: libertad y seguridad… Así que comencé a escribir sobre los últimos retortijones judiciales y el bochornoso espectáculo de esa cosa denominada Consejo General del Poder Judicial y del impresentable de su presidente, pero no me gustó lo que salió. Me animé entonces con el PP, pero no pude seguir porque me quedaba sin argumentos ante la brillantez de exposición de los suyos. Bueno, pensé, vamos a meternos un poquito con el sector reaccionario de la Conferencia Episcopal y su oposición a la asignatura de Educación para la Ciudadanía, pero la verdad es que me salió un comentario bastante chusco que los venerables “Padres” quizá no se merezcan… Y justo en ese momento, cuando la sequía mental y la desesperación ante la pantalla en blanco hacían presa de mi recordé una frase que había leido ayer, y que también habla de pasiones… Mucho más nobles que la teoría política, por supuesto. La tomo del último número de Revista de Libros, página 50, que trae un artículo de Fernando R. Lafuente, profesor de Crítica Literaria en la UCM, titulado “Las máscaras del tiempo”,  comentando el libro de Mario Vargas Llosa “Travesuras de la niña mala”. La frase es de Kierkegaard, uno de esos grandes moralistas ateos que la humanidad nos depara de vez en cuando -gracias a Dios, y a pesar de los curas- y, pienso, no tiene desperdicio: “Quien se pierde por su pasión pierde menos que quien pierde su pasión”. Y no se porqué me ha venido inmediatamente a la memoria la ejemplar sentencia de Agustín, otro gran pecador, éste sí, reconvertido: “Ama y obra como quieras”. Y es que el amor, aun equivocado, siempre nos salva…

Complemento la reedición de la entrada con un hermoso vídeo que recrea con la música y voz de Joan Manuel Serrat los inolvidables versos de Mario Benedetti en homenaje a la mujer, a todas las mujeres, y mejor, desnudas y en lo oscuro... Espero que lo disfruten. Y sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt





Benedetti, por Andrés Cascioli






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Entrada núm. 1429 -
Reedición de la publicada en el blog el 11/10/2006
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"Tanto como saber, me agrada dudar" (Dante)
"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)
"La historia del mundo no es un suelo en el que florezca la felicidad. Los tiempos felices son en ella páginas en blanco" (Hegel)

"Una Mujer Desnuda y en lo Oscuro", por Joan Manuel Serrat

"Palabras de amor", por Ana Belén y Joan Manuel Serrat

"Si la soledad es el sentimiento que surge cuando se constata que no soy nada, ni nadie para un alguien, el antídoto eficaz será la experiencia de importar a otro, y de importarle mucho. En una palabra, la soledad muere cuando nace el amor". (Anónimo).

Buenas noches. Les dejo con las palabras de amor de Ana Belén y Joan Manuel Serrat. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt










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Entrada núm. 1428 -
"Tanto como saber, me agrada dudar" (Dante)
"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)
"La historia del mundo no es un suelo en el que florezca la felicidad.
Los tiempos felices son en ella páginas en blanco" (Hegel)

domingo, 28 de noviembre de 2010

El más bello desnudo de El Prado




"Eva", de Alberto Durero




No sólo lo dice Serrat; también lo pienso yo: no hay espectáculo más bello en la Naturaleza que una mujer desnuda. Y fíjense, esta vez no voy a recurrir a la autoridad de Montaigne, que lo comparte, para ratificarlo... Cada vez que visito el Museo del Prado, y lo hago sin excepción en cada ocasión que vuelvo a Madrid, encamino mis pasos a la contemplación de cuatro cuadros que para mi constituyen las joyas del museo y de la pintura universal: "La Anunciación", de Fray Angélico, italiana; "El descendimiento", de Van der Weyden, flamenca; "Las hilanderas", de Velázquez, española; y la "Eva", de Durero, alemana.

El País del pasado día 25 publicaba un precioso reportaje sobre la restauración llevada a cabo en los "Adán" y "Eva" de Alberto Durero, que alberga el museo. Quizá sea excesivo para algunos decir de su "Eva" que es el más bello desnudo de la pintura universal. Sobre gustos no hay nada escrito y no seré yo quien contradiga a mayores autoridades al respecto, pero la "Eva" de Durero de El Prado, ha sido y seguirá siendo mi musa, y la más bella metáfora, de nuevo una metáfora, de la belleza femenina y de la pureza innata de un desnudo de mujer. Sin duda alguna, el más bello espectáculo de la Naturaleza... Sean felices. Tamaragua, amigos. HArendt





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Entrada núm. 1323 - 
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"Pues, tanto como saber, me agrada dudar" (Dante)
"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)

Vídeo: Una mujer desnuda, de J.M. Serrat

lunes, 4 de octubre de 2010

¿Y tu favorito, cuál es?




Portada de "Dioses, tumbas y sabios"





Creo que mi padre no ha medido las consecuencias de abrirme casi de par en par las puertas de su blog. Dice que le falta voluntad "escribidora", pero que no quiere abandonarlo a su suerte. Yo pienso que es una pose estética por su parte, pero mientras recupera fuerzas, y un poco para animarle, me gustaría iniciar mi colaboración en el blog con un asunto poco conflictivo como es el de aquellos libros, películas o músicas que nos han dejado huella en algún momento de nuestras vidas. Espero que les resulte interesante y poder repetir y compartir con ustedes la experiencia.

Seguro que en más de una ocasión a todos nos han preguntado por nuestro favorito, nuestro preferido, ya sea un libro, una película o una canción. Cuando oigo responder con tanta rapidez a esas preguntas se me plantea el siguiente pensamiento: esa persona se mueve en un ambiente cultural pobre y muy poco variado, o es un fanático. De lo primero, no es la única responsable; de lo segundo, puede que sí.

 Yo soy incapaz de decidir entre todas las películas que he visto una favorita. Tengo varias predilectas, según el género; otras, las guardo en un rincón de la memoria envueltas con mucha dulzura. Si le preguntaran a mis padres cual es mi película favorita creo que dirían: "Hoy en día no sé, pero cuando tenía ocho años, nos tenía fritos con "Los hijos del Capitán Grant" Todavía recuerdo partes enteras de diálogos. A fecha de hoy me sigo decantando por "El club de los poetas muertos", y por mucho que la vea, siempre me muerdo los labios con el ya famoso: "¡Oh capitán, mi capitán!"  Adoro "Muerte entre la flores"; me encanta, por muy absurda que sea, "The Rocky Horror Picture Show", con una jovencísima Susan Sarandon, Y "Sin Perdón", o "Cinema Paradiso". Me dejó sin aliento "Beautiful boxer", y me pondría en el papel de Richard Dreyfuss en "Encuentros en la tercera fase", y sería "gato" en "Desayuno con diamantes". Así, mil más, cada una para un momento adecuado.

 ¿Y tú libro? Ahora sí que la hemos fastidiado. Cuando tenía unos once años era "El faro de Barlovento", de J.L. Martín Vigil, una novela juvenil-romántica que cuenta la historia de dos hermanos gemelos. ¿Me lo leería veinte veces? Puede que sí. Con los estudios mis gustos literarios mejoraron bastante, aunque me siguen enganchando algunos "best seller" y sigo siendo fiel a todo lo que haga Matilde Asensi porque, simplemente, me entretiene. Pero pongámonos en esa duda de test de revista de aeropuerto: si te fueras a una isla desierta, ¿cuál te llevarías? Muy fácil, un ebook con la memoria cargada hasta los topes. Es lo bueno de la tecnología, y eso que no tengo ninguno porque para mi gusto le quitan todo el placer a la lectura: mirar cuantas páginas te quedan para terminar el capítulo y así saber si lees más o te bajas del autobús, doblar la esquina de la página o marcar esa frase que te dejó pensando. De lo primero que cogería sería "Dioses, tumbas y sabios", de C.W. Ceram, debido a las malas influencias de un padre historiador, y a la propia historia del arte. Mi colección de "Tintín": lo descubrí con 30 años, pero oye, tanto CSI, Navy y Bones, pues claro... una se queda con los orígenes detectivescos. El haber cursado asignaturas de Filología me lleva  a mi pasión por el teatro clásico, y como no, a "La vida es sueño", también el  "Quijote" y la "Numancia" cervantinas. Y no, no me llevaría ni loca "El Código da Vinci": es un libro que me irrita, porque parece que antes de él nunca se había hablado de los templarios ni de la jodía Magdalena. ¿Nadie recuerda a Peter Berling? Pues a rebuscar un poco en las bibliotecas que su narrativa es cien mil veces mejor que la de Dan Brown, cuyo libro sólo tuvo éxito por meterse con el Opus ligeramente.

 La música como todo, depende de la edad que tengas, del día que haga y del humor con el que te levantes. Serrat siempre, Sabina cuando tenía voz, y cientos de melodía que no sé el nombre pero las tarareo y me hacen suspiar, ponerme de buen humor o melancólica. Triste aquel que sólo escuche a la Paulina Rubio y no sepa quien es Bonnye Tyler o Bob Dylan. Porque ni que decir, que pena tan grande, aquellos que se pierden la música clásica y no disfrutan intentando descubrir que instrumentos suenan en las obras de Grieg, cuales son los que hacen sonar las gotas de lluvia en Vivaldi, o viendo con los ojos cerrados el ballet de "El Cascanueces". La mejor respuesta: Ufff no sé, ¿sólo uno? ¿Y tú preferido?, ¿cuál es? Nos vemos. Ruth





Carátula de la película "Los hijos del capitán Grant"




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Entrada núm. 1313 -
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"Pues, tanto como saber, me agrada dudar" (Dante)
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domingo, 17 de agosto de 2008

*Tópico y metáfora del Sur





El poeta granadino Luis García Montero recrea hoy magistralmente en El País ("Teoría del Sur"), una bellísima metáfora de cuanto significa el Sur en el imaginario colectivo de los humanos.

¡El Sur, que bella palabra!... Y aunque él lo hace para reivindicar el deleite de contemplar la morosa puesta de sol de una tarde de verano en la bahía de Cádiz, sus palabras tienen valor y alcance universales.

Yo vivo en el sur, en el extremo sur de una isla situada al sur de España en medio del Atlántico. En mi isla, en Gran Canaria, mil quinientos kilómetros cuadrados que dan para mucho, no hay nada más que dos puntos cardinales: Norte y Sur. El este y oeste no existen en la práctica. Y todo lo que queda por "debajo" del paralelo de la capital, ya es el Sur..., ahora con mayúsculas. Cuando salimos de Las Palmas por la GC-1, la autopista que une la capital con las playas de la zona turística, "bajamos"; cuando volvemos a Las Palmas, "subimos". Sí, en Gran Canaria se "sube" al norte y se "baja" al sur; o "se va" al Centro (al interior de la isla, por, la "carretera del Centro", como no podía ser menos...)

Pero el imaginario es el Sur... Y Serrat lo elevó a categoría de metáfora universal cuando le puso música a los versos de Benedetti y cantó su inolvidable "El sur también existe". Por eso a los sureños nos duelen los tópicos sobre nosotros: indolencia, ensimismamiento, dejadez, aplatanamiento, ensoñación... En realidad, pienso que tenemos un mejor sentido de "la vida" que los demás, pero eso no deja de ser otro tópico.

Hace años, mi mujer y yo, muchas tardes de verano, cuando vivía nuestro perro "Parchís", nos sentábamos con él sobre una de las innumerables dunas que enmarcan la playa de Maspalomas, extendíamos un mantel blanco en la arena y nos bebíamos una botella de cava, en copas de cristal, mientras contemplábamos ponerse el sol en el horizonte... Quizá deberíamos volver a hacerlo ella y yo, aunque él ya no esté... HArendt




"Teoría del Sur"

Qué mejor estación que el verano para reivindicar el Sur: la lentitud, la sensualidad, la belleza, el cuidado de los otros, la alegría. En el Sur no deben tener prisa ni los pensamientos, ni los coches, ni los desnudos.

Los atardeceres en la playa de Punta Candor, situada en un extremo de la Bahía de Cádiz, son lentos y no tienen prejuicios. Familias de aire tradicional pasean entre mujeres y hombres desnudos sin que nadie pierda el tiempo en indignarse con la piel, el deseo y las costumbres de los demás. Las dunas asaltadas por los pinos son una lección de bienestar y de paciencia. Perder el tiempo está bien, pero conviene elegir los motivos. No es lo mismo un ataque de cólera que un cielo desteñido en rojo, deshilvanado en matices, con la complicidad de alguna nube lejana. La tarde cae como una herencia, igual que un esplendor fatigado, mientras el horizonte parece dispuesto a demostrar la existencia de Dios. El pasado domingo vi a mucha gente cuidar en silencio el espectáculo natural de la luz, el cielo y el mar. Cuando el sol se hundió por fin en el agua, los bañistas rezagados y los paseantes empezaron a aplaudir.

Merece la pena tomar en serio ese aplauso. Como carezco de extremidades religiosas, la plenitud no supone para mí un testimonio de la divinidad. Pero los atardeceres de Punta Candor me han ayudado a recordar que el sol no es una institución con ánimo de lucro y que el derecho a la belleza debería ser el resumen último de los demás derechos humanos. No conviene confundir a Andalucía con el Sur. Andalucía es una realidad geográfica y política, y el Sur es una metáfora. Cuando Luis Cernuda se atrevió a elegir las características de un territorio ideal, escribió una evocación romántica de Andalucía. Pero tuvo el cuidado de advertir que su Andalucía no estaba en ningún sitio concreto, porque sólo existía en las ilusiones y los sueños de algunos de sus amigos poetas. Andalucía era una metáfora que Cernuda identificaba, por agradecimiento personal, y porque siempre conviene darle a las metáforas una indicación geográfica, con las playas de la costa malagueña. Claro que el poeta celebraba recuerdos de los años veinte y treinta. Por eso digo que, en estos tiempos, conviene no confundir a Andalucía con el Sur.

Andalucía es una realidad que puede llenarse de edificios sórdidos, alcaldes corruptos y especuladores decididos a devorar cualquier resto de belleza. Antonio Machado, otro poeta andaluz que buscaba realidades y metáforas, ya nos avisó de que sólo el necio confunde valor y precio. A eso se ha dedicado con una disciplina sombría la Costa del Sol durante los últimos 40 años, a confundir el progreso con la especulación y los puestos de trabajo con las concejalías de Urbanismo. La corrupción costera ha llegado a tales extremos de notoriedad que las causas penales no suponen sólo un problema para los delincuentes sorprendidos con las manos en el ladrillo, sino también para la economía turística andaluza, que paga la factura de su mala fama. Dentro de los cambios estructurales que debemos asumir los poderes públicos y los ciudadanos, quizá no esté de más volver a tomarse en serio la metáfora del Sur. Una metáfora resulta a veces una buena infraestructura, y en Andalucía quedan, más allá de los escándalos urbanísticos, valores reales que considero imprescindibles en la metáfora política del Sur. Me lo han recordado los atardeceres y los aplausos de Punta Candor.

Aplaudir una puesta de sol implica comprender el valor ético de la lentitud. La caricatura social de los andaluces se cebó durante años en su propensión a la pereza. La ilusión paradisíaca de que, al juntarse demasiado, la esencia y la existencia emiten una invitación a la quietud, se transformó en chiste barato sobre la vagancia de unos jornaleros que, sin embargo, demostraban su capacidad de trabajo si emigraban a las ciudades del Norte. El chiste no sólo aludía a la situación histórica de una tierra limitada por la falta de iniciativas económicas, sino a una idea de la existencia marcada por el desarrollismo, la moral productiva, el vértigo triunfalista del dinero y las prisas. Y con tantas prisas en la existencia, no hay esencia que resista.

Vivir con prisa es una peligrosa costumbre, porque nos hace dogmáticos al mismo tiempo que nos impide ser dueños de nuestras opiniones. El dogmatismo es la prisa de las ideas, el acomodo a discursos establecidos por encima de nuestra conciencia, el sacrificio de la responsabilidad propia en el altar de una verdad nacionalista, religiosa, partidista o mediática. Quien vive con prisa dice lo primero que se le ocurre, lo que corre al lado de él. Así que anda de cabeza y piensa con los pies. Si tuviéramos tiempo de pensar dos veces lo que decimos y, sobre todo, lo que nos dicen, otro gallo cantaría en el mundo. Sin caer en la caricatura de la pereza, por supuesto, conviene reivindicar la lentitud del Sur como un ámbito de responsabilidad propia, el único ámbito que permite los paseos largos y las buenas decisiones. En el Sur no deben tener prisa ni los pensamientos, ni los coches, ni los desnudos. La sensualidad y la belleza requieren su tiempo.

La falta de prisas resulta imprescindible también para el cuidado de los otros. Cuidar, cuidarse, recibir cuidados, elegir con cuidado, son actos de una vida incompatible con la velocidad. La prisa no hace bien sus tareas, sale del paso por culpa de los acelerones de la ética productiva y del individualismo exacerbado. Quien no quiere deberle nada a los demás, como si los demás fuesen entidades financieras, no puede ser una buena persona. Hay que cuidarse de él. Es verdad que en Andalucía el cuidado del otro nos lleva a las barras de los bares, a los corros en la puerta de la calle, a lo que podemos escuchar en la mesa de al lado, a lo que se ve detrás de los pinos y las dunas. Pero del mismo modo que entre las prisas y la vagancia queda un punto intermedio llamado lentitud, entre la curiosidad desmedida y la soledad calvinista hay un valor importante para el Sur: el cuidado de los otros. Evitar la chismosería no debe confundirse con el aislamiento. Pedir tiempo para pensar en uno mismo, significa aprender a cuidar a los demás.

El buen humor es otro requisito imprescindible del Sur que puede encontrarse también en Andalucía. En este caso, la caricatura ha desquiciado el humor, presentándolo como gracia, salero o alegría costumbrista. Pero la irritación que provocan los chistosos profesionales no debe hacernos comulgar con obsesiones corrosivas, que no permiten ni una sonrisa. Hay territorios que, por su historia, facilitan la conversión de los conflictos en obsesiones, hasta el punto de que hacen perder la cabeza a los que llevan razón en las discusiones. No quisieron caer en la mentira, pero son injustos desde su verdad. En vez de cambiar de aires, los obsesionados cambian de condición, y siempre para peor. El quiebro a tiempo, como una salida ingeniosa o un golpe elegante de humor, ayuda a huir de los dogmas y de las identidades en favor de un pensamiento mesurado. Entre la solemnidad de los sermones y la gracia irritante, cabe una negociación discreta con la alegría.

La metáfora del Sur no es útil sólo en las habitaciones oscuras del invierno, conviene reivindicar la lentitud del Sur como un ámbito de responsabilidad propia. Al narcisismo del conflicto se le puede oponer la sabiduría de vivir la vida. Las metáforas ayudan a buscar un futuro más habitable, son una obra pública. Cuando Luis Cernuda llegó por primera vez a México, después de muchos años de exilio en potentes ciudades anglosajonas, escribió el libro Variaciones sobre tema mexicano, para dar testimonio de una experiencia en la que se mezclaban las sorpresas y el recuerdo. Le dedicó un poema al español, porque para un escritor es importante oír su idioma en la calle. Dedicó otro poema a la pobreza, vivida de niño en Andalucía y reencontrada en México. Se preguntó el poeta si alguna vez sería posible escapar de la miseria sin caer en la prepotencia del lujo. Quizá la respuesta dependa de las metáforas que busquemos. Conviene, en cualquier caso, saber aplaudir una puesta de sol. Luis García Montero (El País, 17/08/08)




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Dunas de Maspalomas