jueves, 17 de julio de 2014

El poeta Leopoldo de Luis y el tema de España en la poesía española contemporánea (XIX)




La Mezquita de Córdoba (Córdoba, Andalucía)



¿Por qué buena parte de los españoles que nos declaramos de izquierdas damos la impresión de estar un tanto perdidos en el uso y comprensión de conceptos tales como pueblo, país, patria, gobierno, nación, Estado?... Parecen similares pero no lo son. Para la derecha, sí; todo es lo mismo y va en el mismo saco. Los españoles que nos declaramos de izquierdas deberíamos reivindicar el nombre de España, la patria común que a todos nos acoge y ampara sin vergüenza alguna, sin remordimiento, sin amargura ni complejo de ninguna especie. Y para eso puede servirnos la poesía.

De ahí, mi atrevimiento de traer durante unas cuantas semanas, o mientras el cuerpo aguante, lo que algunos de los grandes poetas españoles contemporáneos, los poetas del exilio exterior e interior, pero españoles todos hasta la médula, han dicho sobre su patria común, sobre la nuestra, sobre España y su añoranza. Y es que, en palabras de Walt Whitman, "el poeta es el instrumento por medio del cual las voces largamente mudas de los excluidos dejan caer el velo y son alcanzados por la luz". 

Hoy traigo hasta el blog al poeta Leopoldo de Luis (1918-2005). Nace en Córdoba en el seno de una familia de abogados e intelectuales. Con un año de edad se traslada con su familia a Valladolid. A los 17 años estudia Magisterio en Madrid en la Residencia de Estudiantes. Se alista voluntario en el ejército de la República al inicio de la guerra civil haciendo amistad con otros poetas como Miguel Hernández, Gabriel Celaya o León Felipe. Encarcelado al final de la guerra, es liberado en 1942. Publica sus primeros versos en revistas como "Garcilaso", "Espadaña" y la "Revista de Occidente". En 1979 obtiene el Premio Nacional de Literatura, y poco más tarde el de las Letras Españolas. Muere en Madrid. Les dejo con su poema: "Mina  oscura": 



España, mina oscura de metales
de llanto y sueño, yacimientos pobres
sobre el que pasan arañando, sobre
elque levantan sombras sepulcrales.

Patria de hierro. Hoja de piñales
cambiada por monedas de agr¡o cobre,
afilada con triste agua salobre
contra desesperados perdernales.

Olla redonda, patria, gran caldero
para cocer el rojo caldo ibero
que envenenan remotos cardenillos.

Secreto corazón deplanta madre.
Guarda tu noche un can para que ladre
a una luna de hoces y cuchillos.

"Mina oscura"
Leopoldo de LuisJ


Y mañana nos vemos con el poeta José García Nieto. Sean felices, por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt




El poeta Leopoldo de Luis






Entrada núm. 2108
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Pues tanto como saber me agrada dudar (Dante Alighieri)

miércoles, 16 de julio de 2014

El poeta Jaime Gil de Biedma y el tema de España en la poesía española contemporánea (XVIII)




Basílica de Santa María del Mar (Barcelona, Cataluña)



¿Por qué buena parte de los españoles que nos declaramos de izquierdas damos la impresión de estar un tanto perdidos en el uso y comprensión de conceptos tales como pueblo, país, patria, gobierno, nación, Estado?... Parecen similares pero no lo son. Para la derecha, sí; todo es lo mismo y va en el mismo saco. Los españoles que nos declaramos de izquierdas deberíamos reivindicar el nombre de España, la patria común que a todos nos acoge y ampara sin vergüenza alguna, sin remordimiento, sin amargura ni complejo de ninguna especie. Y para eso puede servirnos la poesía.

De ahí, mi atrevimiento de traer durante unas cuantas semanas, o mientras el cuerpo aguante, lo que algunos de los grandes poetas españoles contemporáneos, los poetas del exilio exterior e interior, pero españoles todos hasta la médula, han dicho sobre su patria común, sobre la nuestra, sobre España y su añoranza. Y es que, en palabras de Walt Whitman "el poeta es el instrumento por medio del cual las voces largamente mudas de los excluidos dejan caer el velo y son alcanzados por la luz". 

Hoy traigo hasta el blog al poeta Jaime Gil de Biedma (1929-1990). Considerado como uno de los autores más importantes de la Generación del 50, nace en Barcelona (Cataluña) en el seno de una familia de la alta burguesía castellana dedicada al comercio de tabacos. Estudió Derecho en las universidades de Barcelona y Salamanca. Su poesía evoluciona del intimismo a la racionalidad y de allí al nihilismo más absoluto. Su condición homosexual y su profundo pesimismo le llevan al límite de una serie de experiencias autodestructivas. En 1974 abandona toda producción literaria. Murió de sida en Barcelona, pero sus cenizas reposan en el panteón familiar de Nava de la Asunción (Segovia, Castilla y León). Les dejo con su poema: "Y era el demonio de mi sueño el ángel":



¡Alúmbrame, fuego último,
hermosura verdadera
en el recuerdo, principio
nuestro y fundación!
¡Oh tierra!

Solamente era un murmullo
y un temblor, algo que inquieta
igual que un claro en un bosque,
una profunda exigencia

de raíz, una palabra
que quisiera ser expresa
y duele..., pero ya subes
por el alma que recuerda

iluminándola, dándote
en esa luz tan serena,
tan hermosa y tan benigna
que hasta ilumina tu ausencia.

¡Qué bien por el firmamento!
¡Qué celestemente llena
toda la noche reluces
alumbrándonos la pena!

Remota, pacificada,
igual a la luna vuelas
con tu dominio de ruinas
mientras abajo golpean

sin sueño, furiosamente,
muerte, asolamiento, guerra,
civil injustica, toda
la historia terrible, fresca

todavía en la memoria
como una fiera que acecha.
¡Ay España, tu hermosura
qué de llantos acarrea!

"Y era el demonio de mi sueño el ángel"
Jaime Gil de Biedma


Y mañana nos vemos con el poeta Leopoldo de Luis. Sean felices, por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt




El poeta Jaime Gil de Biedma





Entrada núm. 2107
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martes, 15 de julio de 2014

El poeta Antonio Aparicio y el tema de España en la poesía española contemporánea (XVII)




Monumento a Gustavo Adolfo Becker (Sevilla, Andalucía)



¿Por qué buena parte de los españoles que nos declaramos de izquierdas damos la impresión de estar un tanto perdidos en el uso y comprensión de conceptos tales como pueblo, país, patria, gobierno, nación, Estado?... Parecen similares pero no lo son. Para la derecha, sí; todo es lo mismo y va en el mismo saco. Los españoles que nos declaramos de izquierdas deberíamos reivindicar el nombre de España, la patria común que a todos nos acoge y ampara sin vergüenza alguna, sin remordimiento, sin amargura ni complejo de ninguna especie. Y para eso puede servirnos la poesía.

De ahí, mi atrevimiento de traer durante unas cuantas semanas, o mientras el cuerpo aguante, lo que algunos de los grandes poetas españoles contemporáneos, los poetas del exilio exterior e interior, pero españoles todos hasta la médula, han dicho sobre su patria común, sobre la nuestra, sobre España y su añoranza.

Hoy traigo hasta el blog al poeta, dramaturgo y crítico teatral Antonio Aparicio (1916-2000). Nacido en Sevilla se da a conocer como poeta en las celebraciones del centenario de Gustavo Adolfo Becker. Lucha del lado de la República durante la guerra civil escribiendo en numerosas revistas y plublicaciones de la época. En 1938 publica su "Elegía a la muerte de Federico García Lorca. Al final de la guerra se refugia en la embajada de Chile en Madrid con la ayuda de Pablo Neruda, de donde se exilia a Chile, con estancias breves en Argentina, Brasil, México y Europa. En 1954 se afinca definitivamente en Caracas (Venezuela), donde muere. Les dejo con su poema: "Esperando patria":



Golpeo contra los muros,
llamo a las puertas gritando.
Y me contesta el silencio,
callando.

De año en año, de dolor
en dolor, siempre buscando.
Y me contesta el silencio,
callando.

Interrogo al caminante,
pregunto a la piedra, al árbol.
Y me contesta el silencio,
callando.

Alzo los ojos al cielo
y a Dios que no escucha, emplazo.
Y me contesta el silencio,
callando.

Te busco por la esperanza,
los recuerdos reanimando.
Y me contesta el silencio,
callando.

Silencio contra esperanza,
silencio helado de espanto.
¡Muros de la patria mía,
callando!

"Esperando patria"
Antonio Aparicio



Y mañana nos vemos con el poeta Jaime Gil de Biedma. Sean felices, por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt



El poeta Antonio Aparicio




Entrada núm. 2105
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lunes, 14 de julio de 2014

Y París fue una fiesta...




Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789)



Hoy hace justamente treinta y tres años que estaba en París con mi mujer, mis dos hijas pequeñas y una sobrina que nos acompañó desde Las Palmas. Por la mañana habíamos paseado por los Campos Elíseos, preparados para el desfile conmemorativo del 14 de julio, y un poco más tarde visitando el Louvre, en el que nos colamos, sin pagar entrada, y por una puerta lateral. No fue algo intencionado; estaba abierta, había mucha cola esperando en la puerta principal, nos acercamos a ver, y, como no había nadie, pasamos... Así de sencillo. Y por la noche, o más bien al atardecer, vimos desde el Trocadero el espectáculo de fuegos artificiales y comimos unos impresionantes bocadillos de embutidos en "baguettes"... Por cierto, nos ilusionamos con comprarnos un apartamento en la Place Vendôme, pero la economía familiar no daba para ello. A pesar de lo cual, París, aquel día, fue una fiesta...

Como lo fue exactamente tal día como hoy de hace 225 años, con el asalto del pueblo a la prisión real de La Bastilla, que significó el inicio de la Revolución Francesa y el colapso del Antiguo Régimen. No voy a hacer ningún panegírico de ella. Solo sé que su divisa de "Libertad, Igualdad, Fraternidad", ha alumbrado e incendiado desde entonces los corazones de miles de hombres que vieron en ella la redención de siglos de opresión.

Si la Revolución Americana, de la que escribí hace unos días en el blog, producida trece años antes, alumbró el derecho de los pueblos a vivir conforme a las leyes que ellos mismos se otorgaran libremente, la Revolución Francesa promulgó ese mismo año de 1789 la primera declaración de los derechos del Hombre y del Ciudadano con pretensiones de validez universal. La Revolución Francesa trajo muerte, destrucción, terror... Pero también una esperanza para los pueblos de esta vieja y cansada Europa.

Les dejo con ese monumento al racionalismo político universal que fue la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadado, adoptada por la Asamblea Constituyente francesa entre el 20 y el 26 de agosto de 1789, y aceptada por el rey de Francia, Luis XVI, el 5 de octubre de ese mismo año. Dice así: 

"Los representantes del pueblo francés, que han formado una Asamblea Nacional, considerando que la ignorancia, la negligencia o el desprecio de los derechos humanos son las únicas causas de calamidades públicas y de la corrupción de los gobiernos, han resuelto exponer en una declaración solemne estos derechos naturales, imprescriptibles e inalienables; para que, estando esta declaración continuamente presente en la mente de los miembros de la corporación social, puedan mostrarse siempre atentos a sus derechos y a sus deberes; para que los actos de los poderes legislativo y ejecutivo del gobierno, pudiendo ser confrontados en todo momento para los fines de las instituciones políticas, puedan ser más respetados, y también para que las aspiraciones futuras de los ciudadanos, al ser dirigidas por principios sencillos e incontestables, puedan tender siempre a mantener la Constitución y la felicidad general.

Por estas razones, la Asamblea Nacional, en presencia del Ser Supremo y con la esperanza de su bendición y favor, reconoce y declara los siguientes sagrados derechos del hombre y del ciudadano:

Articulo 1
Los hombres han nacido, y continúan siendo, libres e iguales en cuanto a sus derechos. Por lo tanto, las distinciones civiles sólo podrán fundarse en la utilidad pública.

Articulo 2
La finalidad de todas las asociaciones políticas es la protección de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre; y esos derechos son libertad, propiedad, seguridad y resistencia a la opresión.

Articulo 3
La nación es esencialmente la fuente de toda soberanía; ningún individuo ni ninguna corporación pueden ser revestidos de autoridad alguna que no emane directamente de ella.

Articulo 4
La libertad política consiste en poder hacer todo aquéllo que no cause perjuicio a los demás. El ejercicio de los derechos naturales de cada hombre, no tiene otros límites que los necesarios para garantizar a cualquier otro hombre el libre ejercicio de los mismos derechos; y estos límites sólo pueden ser determinados por la ley.

Articulo 5
La ley sólo debe prohibir las acciones que son perjudiciales a la sociedad. Lo que no está prohibido por la ley no debe ser estorbado. Nadie debe verse obligado a aquello que la ley no ordena.

Articulo 6
La ley es expresión de la voluntad de la comunidad. Todos los ciudadanos tienen derecho a colaborar en su formación, sea personalmente, sea por medio de sus representantes. Debe ser igual para todos, sea para castigar o para premiar; y siendo todos iguales ante ella, todos son igualmente elegibles para todos los honores, colocaciones y empleos, conforme a sus distintas capacidades, sin ninguna otra distinción que la creada por sus virtudes y conocimientos.

Articulo 7
Ningún hombre puede ser acusado, arrestado y mantenido en confinamiento, excepto en los casos determinados por la ley, y de acuerdo con las formas por ésta prescritas. Todo aquél que promueva, solicite, ejecute o haga que sean ejecutadas órdenes arbitrarias, debe ser castigado, y todo ciudadano requerido o aprehendido por virtud de la ley debe obedecer inmediatamente, y se hace culpable si ofrece resistencia.

Articulo 8
La ley no debe imponer otras penas que aquéllas que son evidentemente necesarias; y nadie debe ser castigado sino en virtud de una ley promulgada con anterioridad a la ofensa y legalmente aplicada.

Articulo 9
Todo hombre es considerado inocente hasta que ha sido convicto. Por lo tanto, siempre que su detención se haga indispensable, se ha de evitar por la ley cualquier rigor mayor del indispensable para asegurar su persona.

Articulo 10
Ningún hombre debe ser molestado por razón de sus opiniones, ni aun por sus ideas religiosas, siempre que al manifestarlas no se causen trastornos del orden público establecido por la ley.

Articulo 11
Puesto que la comunicación sin trabas de los pensamientos y opiniones es uno de los más valiosos derechos del hombre, todo ciudadano puede hablar, escribir y publicar libremente, teniendo en cuenta que es responsable de los abusos de esta libertad en los casos determinados por la ley.

Articulo 12
Siendo necesaria una fuerza pública para dar protección a los derechos del hombre y del ciudadano, se constituirá esta fuerza en beneficio de la comunidad, y no para el provecho particular de las personas por quienes está constituida.

Articulo 13
Siendo necesaria, para sostener la fuerza pública y subvenir a los demás gastos del gobierno, una contribución común, ésta debe ser distribuida equitativamente entre los miembros de la comunidad, de acuerdo con sus facultades.

Articulo 14
Todo ciudadano tiene derecho, ya por sí mismo o por su representante, a emitir voto libremente para determinar la necesidad de las contribuciones públicas, su adjudicación y su cuantía, modo de amillaramiento y duración.

Articulo 15
Toda comunidad tiene derecho a pedir a todos sus agentes cuentas de su conducta.

Articulo 16
Toda comunidad en la que no esté estipulada la separación de poderes y la seguridad de derechos necesita una Constitución.

Articulo 17
Siendo inviolable y sagrado el derecho de propiedad, nadie deberá ser privado de él, excepto en los casos de necesidad pública evidente, legalmente comprobada, y en condiciones de una indemnización previa y justa".

Sean felices, por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt





Litografía de la prisión de La Bastilla (Paris 1789)


Entrada núm. 2104
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El poeta Victoriano Crémer y el tema de España en la poesía española contemporánea (XVI)




Catedral de Santa María (Burgos, Castilla y León)



¿Por qué buena parte de los españoles que nos declaramos de izquierdas damos la impresión de estar un tanto perdidos en el uso y comprensión de conceptos tales como pueblo, país, patria, gobierno, nación, Estado?... Parecen similares pero no lo son. Para la derecha, sí; todo es lo mismo y va en el mismo saco. Los españoles que nos declaramos de izquierdas deberíamos reivindicar el nombre de España, la patria común que a todos nos acoge y ampara sin vergüenza alguna, sin remordimiento, sin amargura ni complejo de ninguna especie. Y para eso puede servirnos la poesía.

De ahí, mi atrevimiento de traer durante unas cuantas semanas, o mientras el cuerpo aguante, lo que algunos de los grandes poetas españoles contemporáneos, los poetas del exilio exterior e interior, pero españoles todos hasta la médula, han dicho sobre su patria común, sobre la nuestra, sobre España y su añoranza.

Hoy traigo hasta el blog al poeta y novelista Victoriano Crémer (1906-2009). Nacido en Burgos, publicó su primer poema con 16 años. Trabajó como vendedor de periódicos, mancebo de botica, periodista clandestino y como secretario del Ateneo Obrero Leonés, de carácter anarcosindicalista. Durante la guerra civil cofunda con Eugenio de Nora la revista de poesía "Espadaña". Su obra abarca desde la poesía desarraigada al existencialismo y la poesía social. En 2009 recibe la medalla de oro al mérito en las Bellas Artes. Muere en su casa de León a los 102 años de edad. Les dejo con su poema: "Elegía del regreso":



Después de tanto andar y tantos vientos
recogidos al paso,
vuelvo a la casa, a la familia, al hombre 
de mi costumbre. Al claro
atardecer bajo la comba
del firmamento largo,
detrás del fúlgido aleteo
de los chopos.

Alargo
los brazos, la mirada, echo la sangre
a los ríos delgados
que van midiendo la cintura
de la Patria, y canto
alegremente mi regreso;
airosamente me rescato
para la vida que vigilo,
para la humilde anécdota que hago
viviendo, hablando, siendo
hombre cocido en este barro...

¡España! ¡España! ¡España abierta!
Repetido milagro
de luz dorada, de encendidas lunas
amorosas sobre la brasa del tejado
oscuro de los cielos.
Te repito
como el niño en lo oscuro de los campos,
con miedo y con amor.
Te tengo,
concreta y fiel entre los brazos,
sintiéndote, doliéndote, sacándote
ternura de lo hondo...
Alcanzo,
si pongo el corazón junto a tus piedras,
el alentar lejano
de tu sangre... Y si contemplo,
levantado el mirar y el corazón en alto,
te veo reflejada, esbelta y pura
cetedral de la sangre, en el quebrado
clamor del firmamento.

Vuelvo
con más amor entre las manos,
después de tanto andar y tantos vientos
recogidos al paso,
a ser en ti costumbre, a hacerme
a tu medida... Deseado 
refugio, que me ofreces
la palabra sabida y el milagro
previsto cada día...

Te hablo
como el amigo que se encuentra camino del hogar
y, andando,
se van diciendo las cosas que nos saben
a costumbre: el pan, el tiempo, los trabajos
del vivir...

¡España! ¡España! ¡España abierta!

tus calles, luego existo...

Y canto.


"Elegía del regreso"
Victoriano Crémer


Y mañana nos vemos con el poeta Antonio Aparicio. Sean felices, por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt



El poeta Victoriano Crémer




Entrada núm. 2103
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Pues tanto como saber me agrada dudar (Dante Alighieri)

domingo, 13 de julio de 2014

El cumpleaños de "Desde el trópico de Cáncer"





Caricatura de HArendt




Dentro de unos días cumple "Desde el trópico de Cáncer" sus primero ocho años de vida. Y hoy, con esta, su entrada 2101. No sé si eso es mucho o poco tiempo. En cuanto a tiempo, creo que no está mal. Hace falta cierta voluntad y ánimo para mantenerlo. En cuanto a número de entradas, conozco varios, muy buenos, mucho mejores que el mío, que las superan. Pero esta es mi criatura y le tengo un cariño especial, así que no pienso renegar de ella.

El contador de visitas del blog lo instalé hace justo cuatro años, en mayo de 2010, y desde entonces, han curioseado por él 270.000 personas. Algo que no puedo negar me llena de satisfacción. 

En cuanto al origen nacional de esas visitas, el contador recoge únicamente las de los diez primeros países en número de visitas, que suponen el 85% de las mismas. Son, de mayor a menor: España (36%), Estados Unidos (13%), México (9%), Argentina, Colombia y Alemania (4% cada uno), Francia, Chile y Perú (2% cada uno), y Rusia (con un 1%).

Muchas gracias, una vez más, a todos los lectores que hacen posible esta apasionante aventura que supone "Desde el trópico de Cáncer". Gracias, de todo corazón.


Sean felices, por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt




Paisaje de Gran Canaria



Entrada núm. 2101
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El poeta Max Aub y el tema de España en la poesía española contemporánea (XV)




París (Francia)



¿Por qué buena parte de los españoles que nos declaramos de izquierdas damos la impresión de estar un tanto perdidos en el uso y comprensión de conceptos tales como pueblo, país, patria, gobierno, nación, Estado?... Parecen similares pero no lo son. Para la derecha, sí; todo es lo mismo y va en el mismo saco. Los españoles que nos declaramos de izquierdas deberíamos reivindicar el nombre de España, la patria común que a todos nos acoge y ampara sin vergüenza alguna, sin remordimiento, sin amargura ni complejo de ninguna especie. Y para eso puede servirnos la poesía.

De ahí, mi atrevimiento de traer durante unas cuantas semanas, o mientras el cuerpo aguante, lo que algunos de los grandes poetas españoles contemporáneos, los poetas del exilio exterior e interior, pero españoles todos hasta la médula, han dicho sobre su patria común, sobre la nuestra, sobre España y su añoranza.

Hoy traigo hasta el blog al poeta Max Aub (1903-1972). Nace en París (Francia) en una familia judía de origen germano-francés. En 1916 se traslada a vivir a España, a la ciudad de Valencia, donde se naturaliza español. En 1928 se afilia al PSOE e inicia una intensa labor literaria que incluye teatro, novela, poesía y guiones cinematográficos. Como diplomático de la República en París gestiona la ejecución y compra del "Guernica" de Picasso para la Exposición Universal de 1938. Exiliado en Francia al finalizar la guerra civil, por su origen judío es internado en el campo de concentración de Djelfa (Argelia), pero en 1942 consigue embarcar desde Casablanca a México, en cuyo país obtiene la doble nacionalidad española-mexicana y donde residirá hasta su muerte. Volvió temporalmente a España en 1969. Les dejo con su poema: "¿Dónde estás, España?":



¿Dónde estás, España? Por el mundo abierta.
¿Dónde estás, España? Mía,desparramada.
¿Dónde estás, España? Monte. río, meseta.
¿Dónde estás, España? Tierra en tierras,alma.
¿Dónde estás, España? Viejísima meta.
¿Dónde estás, España? Cresta desierta.
¿Dónde estás, España? ¿Es tuya este hierba?
¿Dónde estás, España? ¿Seré yo el que sueño?
¿Dónde estás, España? ¿Es tuyo este suelo?
¿Dónde estás, España? Donde sea te veo.
¿Dónde estás, España? En llano, en montaña...
¿Dónde estás, España? Siempre, siempre, España.
Este llano, León. Esta aguanieve, Ávila.
Aquel alto, Burgos. Ese albor, Medina.
Este cielo jándalo y esta cal de Játiva.
Cante de Cádiz... Lejos, Algeciras.

"¿Dónde estás, España?"
Campo de concentración de Djelfa, Marzo 1942
Max Aub



Y mañana nos vemos con el poeta Victoriano Crémer. Sean felices, por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt




El poeta Max Aub




Entrada núm. 2100
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sábado, 12 de julio de 2014

El poeta Rafael Alberti y el tema de España en la poesía española contemporánea (XIV)




Iglesia Mayor de El Puerto de Santa María (Cádiz, Andalucía) 



Parece como si una buena parte de los españoles que nos declaramos de izquierdas estuviésemos un tanto como perdidos en el uso y comprensión de conceptos tales como pueblo, país, patria, gobierno, nación, Estado... Parecen similares pero no lo son. Para la derecha, sí; todo es lo mismo y va en el mismo saco. Quizá convendría buscar un punto de encuentro y despolitizar la cuestión un poco reivindicando para todos el nombre común de España que a todos nos acoge y ampara. Sin vergüenza alguna, sin remordimientos, sin amarguras de ninguna especie. Y para eso puede servirnos la poesía.

De ahí, mi atrevimiento de traer durante unas cuantas semanas, o mientras el cuerpo aguante, lo que algunos de los grandes poetas españoles contemporáneos, de izquierdas y de derechas, pero españoles todos, han dicho sobre su patria común, sobre la nuestra, sobre España.

Hoy traigo hasta el blog al poeta Rafael Alberti (1902-1999). Nace en El Puerto de Santa María (Cádiz, Andalucía) en el seno de una familia de origen italiano dedicada al comercio de vinos. En 1917 se traslada a Madrid con su familia donde destaca como pintor vanguardista. En 1920 comienza a escribir sus primeros versos. En la Residencia de Estudiantes de Madrid coincide con la mayor parte de los poetas que van a formar parte de la denominada Generación del 27, la Edad de Plata de la literatura española. Tras una profunda crisis religiosa se afilia al partido comunista . En 1930 se casa con la poetisa y escritora María Teresa León. Durante la guerra civil forma parte de la Alianza de Intelecturales Antifascistas, exiliándose con su esposa, al final de la misma, primero a Francia, y más tarde a Argentina, Chile, y finalmente a Italia. En 1983 obtiene el Premio Cervantes. Muere en 1999 en su casa del Puerto de Santa María. Les dejo con su poema: "Retorno de una sombra maldita":

¿Será difícil, madre, volver a ti? Feroces
somos tus hijos. Sabes
que no te merecemos quizás, que hoy una sombra 
maldita nos desune, nos separa
de tu agobiado corazón, cayendo
atroz, dura, mortal, sobre tus telas,
como un oscuro hachazo.
No, no tenemos manos ¿verdad?, no las tenemos,
que no lo son, ay, ay, porque son garras,
zarpas siempre dispuestas
a romper esas fuentes que coagulan
para ti sola en llanto.
No son dientes tampoco, que son puntas,
fieras crestas limadas incapaces
de comprender tus labios y mejillas-
Han pasado desgracias,
han sucedido, madre, verdaderas
noches sin ojos, albas que no abrían
sino para cegarse en ciega muerte.
Cosas que no acontecen,
que alguien pensó más lejos,
más allá de las lívidas fronteras del espanto,
madre, han acontecido.
Y todavía por si acaso hubieras,
por si tal vez hubieras soñado en un momento
que en el olvido puede calmar el mar sus olas,
un incesante acoso,
un ceñido rodeo
te aprietan hasta hacerte
subir vertida y sin final en sangre.
Júntanos, madre. Acerca
esa preciosa rama
tuya, tan escondidas, que anhelamos
asir, estrechar todos, encendiéndonos
en ella como un único
fruto de sabor dulce, igual. Que en ese día,
desnudos de esa amarga corteza, liberados
de hueso de hiel que nos consume,
alegres, rebosemos
tu ya tranquilo corazón sin sombra.


"Retorno de una sombra maldita"
Rafael Alberti


Y mañana, con el poeta Max Aub. Ahora, por favor, sean felices. Y como decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt





El poeta Rafael Alberti





Entrada núm. 2099
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viernes, 11 de julio de 2014

El poeta Eugenio de Nora y el tema de España en la poesía española contemporánea (XIII)




Las Médulas (León, Castilla y León)



Parece como si una buena parte de los españoles que nos declaramos de izquierdas estuviésemos un tanto como perdidos en el uso y comprensión de conceptos tales como pueblo, país, patria, gobierno, nación, Estado... Parecen similares pero no lo son. Para la derecha, sí; todo es lo mismo y va en el mismo saco. Quizá convendría buscar un punto de encuentro y despolitizar la cuestión un poco reivindicando para todos el nombre común de España que a todos nos acoge y ampara. Sin vergüenza alguna, sin remordimientos, sin amarguras de ninguna especie. Y para eso puede servirnos la poesía.

De ahí, mi atrevimiento de traer durante unas cuantas semanas, o mientras el cuerpo aguante, lo que algunos de los grandes poetas españoles contemporáneos, de izquierdas y de derechas, pero españoles todos, han dicho sobre su patria común, sobre la nuestra, sobre España.

Hoy traigo hasta el blog al poeta Eugenio García de Nora. Nacido en Zacos (León, Castilla y León) en 1923. Doctor en Filología Románica, en 1960 se traslada como profesor a la Universidad de Berna (Suiza). Antes, en 1944, funda con otros poetas la revista de poesía "Espadaña". Desde sus inicios escribió una poesía comprometida social y políticamente, al estilo de la de Gabriel Celaya y Blas de Otero, pero también sobre la condición humana y el amor, con una visión existencialista del mundo. Les dejo con su poema: "Honda es la herida":


Honda es la herida del amor al verte
en mis ojos mortales reflejada;
pero la daga más apasionada
la hunde el recuerdo, España: poseerte

es mirarte en el alma, hecha ya suerte
entrañada y total frente a la nada;
pues en ti está mi vida sustentada,
y en ti mi sangre ha de vencer la muerte.

En el recuerdo y en el pensamiento
cumpliendo voy mi vida y tu memoria.
¡Roca inmortal, límite al mar y al viento:

hecha mi sangre verbo de tu gloria,
arrástrame tu cauce violento
hasta fundir tu sino con mi historia!

"Honda es la herida", de Eugenio de Nora



Y mañana, con Rafael Alberti. Ahora, por favor, sean felices. Y como decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt





El poeta Eugenio de Nora



Entrada núm. 2098
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jueves, 10 de julio de 2014

El poeta Juan Ramón Jiménez y el tema de España en la poesía española contemporánea (XII)




Casa natal de Juan Ramón Jiménez en Moguer (Huelva, Andalucía)



Parece como si una buena parte de los españoles que nos declaramos de izquierdas estuviésemos un tanto como perdidos en el uso y comprensión de conceptos tales como pueblo, país, patria, gobierno, nación, Estado... Parecen similares pero no lo son. Para la derecha, sí; todo es lo mismo y va en el mismo saco. Quizá convendría buscar un punto de encuentro y despolitizar la cuestión un poco reivindicando para todos el nombre común de España que a todos nos acoge y ampara. Sin vergüenza alguna, sin remordimientos, sin amarguras de ninguna especie. Y para eso puede servirnos la poesía.

De ahí, mi atrevimiento de traer durante unas cuantas semanas, o mientras el cuerpo aguante, lo que algunos de los grandes poetas españoles contemporáneos, de izquierdas y de derechas, pero españoles todos, han dicho sobre su patria común, sobre la nuestra, sobre España.

Hoy traigo hasta el blog al poeta Juan Ramón Jiménez (1881-1958). Nacido en Moguer (Huelva, Andalucía), su poesía se adscribe al denominado modernismo vanguardista. Comenzó estudios de Derecho en la Universidad de Sevilla, pero los abandona en 1899 para trasladarse a Madrid donde publica sus primeros libros. Problemas económicos familiares le hacen volver a Moguer en 1905, dando lugar a su época de mayor producción literaria. En 1916 se casa con la también escritora Zenobia Camprubí, con la que traduce al español la obra de Rabandrinath Tagore. En 1936 se exilian ambos a Estados Unidos, y ambos dan clase en la Universidad de Maryland (1942) y desde 1950 en la de San Juan de Puerto Rico, ciudad en la que fallece en 1958. En 1956 obtiene el Premio Nobel de Literatura. Les dejo con su poema: "Dentro":


¡Patria y alma!
Y el alma también es como la patria,
perdidas, dentro, sus orillas dobles
en el oro infinito de lo eterno.

Una abriga a la otra
como dos madres únicas
que fueran hijas de ellas mismas,
en turno de alegrías y tristezas.

Todo y solo está en ellas;
a ellas tan solo hay que entregarlo todo,
de ellas tan solo hay que esperarlo todo,
de la cuna a la muerte.

...Ahora que el cuerpo entró en su patria,
el alma se le entra.
¡Así, bien lleno! ¡Así, todo completo!
¡Con mi alma, en mi patria! 

"Dentro", de Juan Ramón Jiménez



Y mañana, con Eugenio de Nora. Ahora, por favor, sean felices. Y como decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt





El poeta Juan Ramón Jiménez




Entrada núm. 2096
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Pues tanto como saber me agrada dudar (Dante Alighieri)