miércoles, 19 de agosto de 2015

[A vuelapluma] El caso Matisyahu: antisemistismo, intolerancia y rectificación



El cantante Matisyahu



Pienso que es una buena noticia que el Festival Rototom Sunsplash haya dado marcha atrás en su decisión de excluir al cantante estadounidense Matisyahu. Alegan, con sinceridad, que el boicot organizado por la organización palestina antisemita BDS les impidió gestionar la situación con lucidez. El Rototom ha apelado para rectificar a su trayectoria de veintidós años de compromiso con la cultura de paz y respeto entre culturas, incluida la libertad de creencias reconocida en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en la Constitución Española, pide perdón al cantante por excluirle y le invita a participar de nuevo en el festival que se celebra en la localidad de Benicasim (Valencia).

"Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias", dice el art. 16.2 de la Constitución Española. Creo que es la primera vez que en la historia democrática de España se le pide a un artista, para dejarle actuar, una confesión pública de tal carácter. Eso no es solo antisemistismo descarado, es intolerancia pura y dura. Que a ella se apuntara Izquierda Unida, parece normal, dado que andan más perdidos que un palillo en alta mar. Que lo haya hecho Podemos, un partido supuestamente liderado por intelectuales y profesores universitarios, demuestra que no tienen claro ni lo que son ni lo que pretenden, salvo que esto último se reduzca al clásico aforismo de "nadar y guardar la ropa"..., hasta que se ahoguen.

Decía Karl R. Popper, tan citado por mí estos días, que el conflicto entre racionalidad e irracionalidad no es solo un problema intelectual, sino sobre todo, moral. Quizá el más importante de nuestro tiempo. Un problema que consiste básicamente en admitir que yo puedo estar equivocado y que tú puedes tener razón, y que con un esfuerzo común podemos acercarnos los dos a la verdad.

Lo admito sin ambages: puedo estar equivocado. Y nunca me he arrogado la pretensión de estar en posesión de verdad alguna. Pero en eso consiste una sociedad democrática, en que cada uno exponga su posible verdad sin censuras y sin miedo a que le partan la cara por ello, o le encarcelen o le maten. Es decir, todo lo contrario de lo que han hecho los intolerantes que han pretendido boicotear la actuación de Matisyahu, y que probablemente lleven sangre judía en sus venas, como la llevan un veinte por ciento de los españoles actuales. Tiene que ser terrible descubrirse descendiente de judíos conversos (yo lo soy con orgullo). De ahí su insistencia en pedir pruebas de sangre a todo quisque que no comulgue con su rancia intolerancia. ¿Quizá para hacerse perdonar su origen?

Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt








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[Humor & Poesía] "Sonetos del portugués", de Elizabeth Barret Browning



Elizabeth Barret Browning


Es muy posible que a algún purista la parezca una blasfemia lo que pretendo hacer durante unas semanas: unir en la misma entrada algunos de los más bellos sonetos de amor y a mis viñetistas cotidianos preferidos. Bien, pues lo siento por los puristas, pero un servidor piensa que hay pocas cosas en la vida más serias que el amor y la sonrisa, así pues, ¿por qué no juntarlas?

Continúo la serie con "Sonetos del portugués" de la poetisa británica Elizabeth Barret Browning (1806-1861), una de las más respetadas de la era victoriana. A los catorce años escribió un poema épico sobre la Batalla de Maratón. Fue educada en casa, recibiendo lecciones del tutor de su hermano, el famoso helenista ciego, Hugh Stuart Boyd, vecino suyo, leyendo autores latinos, Milton, Shakespeare y Dante. Su pasión por los clásicos y los metafísicos se compensaba con un fuerte espíritu religioso de fe cristiana. En su adolescencia, contrajo una enfermedad pulmonar, probablemente tuberculosis. Después de un matrimonio secreto y una fuga del hogar paterno acompañó a su marido a la Península italiana, que se convirtió prácticamente en su casa hasta su muerte, y con cuyas aspiraciones políticas de unificación se identificó plenamente. Está considerada como la más grande poetisa inglesa. Sus obras están llenas de ternura y delicadeza, pero también de fuerza y hondura de pensamiento. Sus propios sufrimientos, combinados con su fuerza moral e intelectual, hicieron de ella una defensora de los oprimidos allí donde los encontrara. Está enterrada en el Cementerio Inglés de Florencia.

Las viñetas son las habituales de Morgan, en Canarias7; Padylla y Montecruz, en La Provincia; Forges, Peridis y Ros, en El País; y Ricardo y Litus y Puñales, en El Mundo. Todas del día de hoy. 

Espero que disfruten de unos y otras. Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt



SONETOS DEL PORTUGUÉS

Si has de amarme que sea solamente
por amor de mi amor. No digas nunca
que es por mi aspecto, mi sonrisa, el modo
de hablar o por un rasgo de carácter

que concuerda contigo o que aquel día
hizo que nos sintiéramos felices...
Porque, amor mío, todas estas cosas
pueden cambiar, y hasta el amor se muere.

No me quieras tampoco por las lágrimas
que compasivo enjugas en mi rostro...
¡Porque puedo olvidarme de llorar

gracias a ti, y así perder tu amor!
Por amor de mi amor quiero que me ames,
para que dure amor eternamente.


Elizabeth Barret Browning



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martes, 18 de agosto de 2015

[A vuelapluma] ¿La jerarquía católica española es de este mundo?




El papa Francisco



Desde que Agustín de Hipona (354-430 d.C.) escribiera "La Ciudad de Dios", los cristianos saben que en la lucha secular que se dirime en el mundo entre la Ciudad Celestial (la Iglesia) y la Ciudad Pagana (el Estado o la Sociedad), solo habrá un ganador final, y ese ganador es la Iglesia. Lógicamente eso da una enorme fuerza y esperanza a los creyentes en que todas las penalidades de esta vida tendrán una feliz recompensa eterna. Es la misma esperanza y fuerza que el marxismo, una religión secular, dio a los parias del mundo a la espera de esa sociedad sin clases y sin Estado cuya consecución se emplaza para un momento sine díe que no sabemos si llegará.

Aunque los tiempos en la iglesia católica se miden por siglos y no por años, la llegada al trono pontificio de Jorge María Bergoglio, el 265 sucesor de Pedro al frente de la iglesia bajo el nombre de Francisco haya levantado una enorme expectación por su acercamiento y sensibilidad a los problemas reales y no solo espirituales del mundo, las soluciones se vislumbran lejanas y las esperanzas de cambio remotas. Y en defensa de la la ortodoxia más estricta se destaca, como no, una buena parte de la jerarquía católica española, tan anclada en su pasado de privilegios, que más que de este mundo, parecen extraterrestres. Las zancadillas, discretas como no (peligra el puesto y eso sí que sería malo para ellos, aunque siempre tengan asegurado su rinconcito en el cielo) al papa Francisco, son continuas. Eso sí, esas críticas se hacen siempre a-o-por persona interpuesta pues ninguno se atrevería a enfrentarse directamente al jefe, más o menos como ocurre en la sociedad civil, es decir, en la Ciudad Pagana que tan bien describió Agustín de Hipona.

En una crónica que hoy escribe en El País el periodista Juan G. Bedoya, se da cuenta de la andanada que dos obispos españoles, en concreto los de San Sebastián, José Ignacio Munilla, y de Getafe, José Rico Pavés, le sueltan estos días al sacerdote Pablo D'Ors, nombrado por el papa Francisco consejero del Pontificio Consejo de la Cultura, al que acusan lisa y llanamente de hereje.

D'Ors, madrileño, de 52 años, es nieto del ensayista Eugenio D’Ors y estudió teología y filosofía en Nueva York, Praga, Viena y Roma. Sacerdote desde 1991, ejerció en una misión claretiana de Honduras y ahora está incardinado en el arzobispado de Madrid. Quienes jalean en medios religiosos muy conservadores las tesis de Rico Pavés y Munilla están reclamando que intervenga en contra del sacerdote su arzobispo, Carlos Osoro, y, sobre todo, la Conferencia Episcopal, de la que Osoro es vicepresidente. Las voces que reclaman un castigo, dice el autor de la crónica, están condenadas al fracaso si la Conferencia Episcopal se atiene a lo indicado por Francisco para estos casos, aconsejando prudencia y comprensión. 

Y todo eso, porque hablando de los sacramentos, Pablo d’Ors sostiene que para que puedan significar algo, los sacramentos han de entenderse, al menos en alguna medida. De lo contrario, añade, no sacramentalizan nada, que es lo que sucede hoy en nuestros templos. Nadie entiende nada, concluye. A lo que más me recuerdan nuestras misas es al teatro del absurdo de Beckett.

Suena fuerte, desde luego, pero no está nada mal que la Santa Madre Iglesia Católica comience a asumir que la "iglesia" no es una finca privada de la jerarquía sino que está al servicio de los fieles, al igual que el Estado no es propiedad de los gobiernos sino de los ciudadanos. Y sobre el triunfo final en la lucha entre la Ciudad Celestial y la Ciudad Pagana, pues la verdad es que queda tan lejos que no merece la pena preocuparse por ello.

Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt





Pablo D'Ors





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[Humor & Poesía] "La cita", de Delmira Agustini




Delmira Agustini


Es muy posible que a algún purista la parezca una blasfemia lo que pretendo hacer durante unas semanas: unir en la misma entrada algunos de los más bellos sonetos de amor y a mis viñetistas cotidianos preferidos. Bien, pues lo siento por los puristas, pero un servidor piensa que hay pocas cosas en la vida más serias que el amor y la sonrisa, así pues, ¿por qué no juntarlas?

Continúo la serie con el soneto "La cita" de la poetisa modernista uruguaya Delmira Agustini (1886-1914). Niña precoz, compuso versos desde los diez años y estudió francés, música y pintura. Su obra se caracteriza por una fuerte carga erótica. Sus poemas están llenos de feminismo, simbolismo, sensualidad y sexo, expresando el erotismo femenino en una época en la que el mundo estaba dominado por el hombre. Rubén Darío llegó a compararla con Santa Teresa, diciendo de ella que era la única, desde la santa, en expresarse como mujer. Divorciada a los pocos meses de su matrimonio, murió asesinada por su exmarido, que se suicidó después. 

Las viñetas son las habituales de Morgan, en Canarias7; Padylla y Montecruz, en La Provincia; Forges, Peridis y Ros, en El País; y Ricardo y Litus y Puñales, en El Mundo. Todas del día de hoy. 

Espero que disfruten de unos y otras. Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt



LA CITA


En tu alcoba techada de ensueños, haz derroche
De flores y de luces de espíritu; mi alma,
Calzada de silencio y vestida de calma, 
Irá a ti por la senda más negra de esta noche.

Apaga las bujías para ver cosas bellas;
Cierra todas las puertas para entrar la Ilusión;
Arranca del Misterio un manojo de estrellas
Y enflora como vaso triunfal tu corazón.

¡Y esperarás sonriendo, y esperarás llorando...!
Cuando llegue mi alma, tal vez reces pensando
Que el cielo dulcemente se derrama en tu pecho...

Para el amor divino ten un diván de calma,
O con el lirio místico que es su arma, mi alma
Apagará una a una las rosas de tu lecho!



"La cita", de Delmira Agustini



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lunes, 17 de agosto de 2015

[Humor & Poesía] "Pasión", de Alfonsina Storni



Alfonsina Storni



Es muy posible que a algún purista la parezca una blasfemia lo que pretendo hacer durante unas semanas: unir en la misma entrada algunos de los más bellos sonetos de amor y a mis viñetistas cotidianos preferidos. Bien, pues lo siento por los puristas, pero un servidor piensa que hay pocas cosas en la vida más serias que el amor y la sonrisa, así pues, ¿por qué no juntarlas?

Comienzo la serie con el soneto "Pasión" de la poetisa modernista argentina Alfonsina Storni (1892-1938). Su prosa es feminista, y según la crítica, poseía una originalidad que cambió el sentido de las letras latinoamericanas. Tiene obras de corte romántico, que tratan el tema desde el punto de vista erótico y sensual y muestra resentimiento hacia la figura del varón, y otras en las que deja de lado el erotismo y muestra el tema desde un punto de vista más abstracto y reflexivo. Enferma de cáncer, se suicidó en Mar del Plata arrojándose al mar desde la escollera del Club Argentino de Mujeres. 

Las viñetas son las habituales de Morgan, en Canarias7; Padylla y Montecruz, en La Provincia; Forges, Peridis y Ros, en El País; y Ricardo y Litus y Puñales, en El Mundo. Todas del día de hoy. 

Espero que disfruten de unos y otras. Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt



PASIÓN


Unos besan las sienes, otros besan las manos,
otros besan los ojos, otros besan la boca.
Pero de aquel a este la diferencia es poca.
No son dioses, ¿qué quieres?, son apenas humanos.

Pero, encontrar un día el espíritu sumo,
la condición divina en el pecho de un fuerte,
¡el hombre en cuya llama quisieras deshacerte
como al golpe de viento las columnas de humo!

La mano que al posarse, grave sobre tu espalda,
haga noble tu pecho, generosa tu falda,
y más hondos los surcos creadores de tus senos.

Y la mirada grande, que mientras de ilumine
te encienda al rojoblanco, y te arda, ¡y te calcine
hasta el seco ramaje de los pálidos huesos!



"Pasión", de Alfonsina Storni



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domingo, 16 de agosto de 2015

[Política] Sahara Occidental: Sin novedad en el frente diplomático







Del interminable contencioso jurídico-político sobre el Sahara Occidental he escrito varias veces en Desde el trópico de Cáncer, la última en agosto de 2013. El conflicto del Sahara Occidental se vive y se ha vivido siempre en Canarias con una especial intensidad emocional. No en vano, el Sahara Occidental fue durante cinco siglos el "hinterland" natural de las islas Canarias, y sus aguas y costas caladero y refugio de sus pescadores, por citar solo una de las múltiples actividades que histórica, cultural y económicamente vincularon a Canarias con el Sahara Occidental. Una mejor y más inteligente administración del territorio por España podría haberlo convertido en una única entidad jurídico-política, junto con Canarias, dentro del Estado español, pero eso es ya ciencia-ficción política y no vale la pena entretenerse en ello. Sólo lo dejo expuesto como algo que pudo ser y no fue y que curiosamente, al menos a mí me llama mucho la atención, es algo reivindicado aun por algún grupúsculo independentista canario que promueve la africanidad "política" (la geográfica no es discutible, pues basta con mirar un mapa) del archipiélago.

El fracaso del mediador y enviado especial del Secretario General de Naciones Unidas para el Sahara Occidental, el diplomático holandés Peter Van Walsum, por estas mismas fechas de 2008, estaba cantado desde hacía tiempo. El periodista Ignacio Cembrero lo explicitó en su día en El País en un artículo titulado "La ONU prescinde del enviado para el Sáhara Occidental", en el que hablaba del desencuentro cada vez más acentuado entre Ban Ki-Moon, Secretario General de Naciones Unidas, y el señor Van Walsum, que llevaron al primero a no renovarle en el cargo de enviado especial. En el mismo número del diario se publicaba también el documento que el hasta aquel momento enviado especial de Naciones Unidas para el Sahara Occidental, Peter Van Walsum: "El largo y complejo problema del Sáhara", había hecho público exponiendo las razones de su fracaso mediador y las responsabilidades que en ese fracaso habían tenido los actores del contencioso sobre el Sahara Occidental: Marruecos, el Frente Polisario, Naciones Unidas y España, a la que acusaba, en su entrevista a El País del día 8 de agosto, de mentir a su "sociedad civil" sobre la realidad del problema del Sahara Occidental y de que un "Sahara independiente era inalcanzable" por culpa única y exclusiva de Marruecos.

Este comentario no es un ensayo jurídico-político. Son, exclusivamente, mis reflexiones como ciudadano español sobre un asunto que me preocupa sobremanera. Dicho ésto, y aunque se que voy contracorriente entre la opinión pública canaria y española, pienso que el señor Peter Van Walsum tiene toda la razón en lo que dice: que el conflicto es insoluble porque ninguna de las partes interesadas tiene el "menor interés" en que se resuelva.

Para mí, y en relación con el reparto de responsabilidades a las que aludía el informe del señor Van Walsum, el primer responsable del actual conflicto fue España, o para ser más concreto, el gobierno de Carlos Arias Navarro, que delegó la administración del territorio en 1976 en manos de Marruecos y de Mauritania sin base jurídica alguna para ello. Como en Guinea Ecuatorial, en 1968, el gobierno engañó a españoles y saharauis haciéndoles creer a ambos que eran ciudadanos iguales de un mismo Estado. Estaba claro que no era así, que el Sahara, como antes Guinea Ecuatorial e Ifni, no eran provincias españolas. Eran meras colonias, y sus ciudadanos, ciudadanos españoles de segunda categoría, meramente nominales, aunque a decir verdad, ciudadanos de segunda éramos todos los españoles en esa época.

Respecto al pueblo saharaui, por el que siento un profundo respeto, pienso que el monopolio de su representación política por parte del Frente Polisario no es precisamente garantía de un futuro democrático. El Frente Polisario se ha hecho con la representación única y exclusiva del pueblo saharaui cuando en realidad no es más que un movimiento político, no "el pueblo saharaui".

Respecto de Marruecos, una monarquía semifeudal donde las libertades reales brillan por su ausencia, pienso que se equivoca no admitiendo la posibilidad del referéndum auspiciado por Naciones Unidas. Y lo pienso, precisamente, por las mismas razones que critico al Frente Polisario, por confundir un grupo político con un pueblo entero. Es posible que los primeros sorprendidos por el resultado de un hipotético referéndum de autodeterminación fueran los que lo promueven.

Mi crítica a Naciones Unidas es un reflejo fiel de las reflexiones mismas del señor Van Walsum, así que les ahorro la exposición de las mismas. Las sinrazones de unos y otros hacen que se eternice un conflicto que debería estar resuelto hace mucho tiempo. En todo caso, quiero dejar clara mi apuesta de futuro por un Sahara libre, pacífico y democrático. Sobre todo, por la cuenta que nos trae a los canarios, pero siete años después todo sigue igual.

Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt




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Peter Van Walsum




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[Literatura] Cuentos para la edad adulta. Hoy, "Funes el memorioso", de Jorge Luis Borges








Desde hace unos meses estoy trayendo hasta el blog algunos de los relatos cortos más famosos de la historia de la literatura universal. Obras de autores como Philip K. Dick, Franz Kafka, Herman Melville, Guy de Maupassant, Julio Cortázar, Alberto Moravia, Juan Rulfo, Jorge Luis Borges, Edgar Allan Poe, Oscar Wilde, Lovecraft, Jack London, Anton Chejov, y otros... 

Hoy continúo la serie con "Funes el memorioso", de Jorge Luis Borges (1899-1986). Su autor, argentino, considerado como uno de los eruditos más reconocidos del siglo XX, fue también uno de los autores más destacados de la literatura del mismo. Publicó ensayos breves, cuentos y poemas. Su obra, fundamental en la literatura y el pensamiento universales, además de objeto de minuciosos análisis y múltiples interpretaciones, trasciende cualquier clasificación y excluye todo tipo de dogmatismo. Ontologías fantásticas, genealogías sincrónicas, gramáticas utópicas, geografías novelescas, múltiples historias universales, bestiarios lógicos, éticas narrativas, matemáticas imaginarias, dramas teológicos, invenciones geométricas y recuerdos inventados son parte del inmenso paisaje con el que las obras de Borges impresionaron tanto a los estudiosos como al lector casual. Y sobre todas las cosas, la filosofía, concebida como perplejidad, el pensamiento como conjetura, y la poesía, la forma suprema de la racionalidad. Siendo un literato puro pero, paradójicamente, preferido por los semióticos, matemáticos, filólogos, filósofos y mitólogos, Borges ofrece —a través de la perfección de su lenguaje, de sus conocimientos, del universalismo de sus ideas, de la originalidad de sus ficciones y de la belleza de su poesía— una obra que hace honor a la lengua española y la mente universal. Ciego desde los 55 años, su polémica personalidad y sus posturas políticas le impidieron ganar el Premio Nobel de Literatura al que fue candidato durante casi treinta años. 


Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt




Jorge Luis Borges





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viernes, 14 de agosto de 2015

[A vuelapluma] ¿Por qué me declaro socialdemócrata?




Viñeta de Forges



En la página de presentación del blog, a la derecha de sus pantallas, hay una barra vertical en la que tras una brevísima explicación sobre la foto que encabeza la portada del mismo, se hace una reseña, también breve sobre el autor en la que él mismo se reconoce como heredero del pensamiento de la Ilustración, monárquico y socialdemócrata, añadiendo a continuación que entiende la política como ejercicio virtuoso de la cosa pública, el federalismo como el marco idóneo en el que desenvolver el autogobierno de los pueblos y los Estados y la democracia como procedimiento y fin en sí misma. No creo necesario justificar esa declaración, pero si me gustaría explicar porque me declaro socialdemócrata en un momento, todo hay que reconocerlo, en que la socialdemocracia no levanta cabeza en el mundo, ni siquiera en este Occidente que la inventó.

Hace unos días, en la entrada titulada "¿Son incompatibles mayor libertad y mejor democracia?", recordaba una frase pronunciada por el que fuera secretario general del partido socialista y presidente del gobierno de España, Felipe González, en la que decía que él era socialista porque era demócrata, y demócrata a fuer de liberal. Algo que suscribo totalmente. 

Si uno pone la palabra "socialdemocracia" en el buscador de Google en español saldrán reflejados unos 623.000 enlaces. A falta de otra definición más académica, creo que podemos quedarnos con la que da la Wikipedia, que no es muy extensa. En ella podemos leer que la socialdemocracia es una ideología política cuyo objetivo es el establecimiento del socialismo democrático a través de métodos reformistas y gradualistas, que procura un Estado de bienestar universal dentro del marco de una economía capitalista, y que se diferencia de otras concepciones del socialismo por la manera que interpreta el significado e implicaciones de ese término, especialmente en materias políticas. 

Las palabras claves, a mi juicio, son reformismo, gradualismo y capitalismo. Muchos ismos son esos pensarán algunos, pero es que eso es así, y lo demás son utopías que no llevan a ningún lado por mucha voluntad que uno quiera ponerle. La otra clave del pensamiento socialdemócrata, que parece olvidada por la mayoría de sus dirigentes, es la prevalencia de la política sobre la economía. 

Me ha resultado enormemente curioso encontrar en el libro que estoy leyendo ahora mismo y que ya he citado en entradas recientes: "La sociedad abierta y sus enemigos" (Paidós, Barcelona, 2010), del sociólogo británico de origen austríaco Karl R. Popper (1902-1994), un párrafo esclarecedor al respecto (página 341), que dice así: "El poder político es fundamental y puede controlar al poder económico. Esto representa una inmensa ampliación del campo de las actividades políticas. Podemos preguntarnos qué deseamos lograr y como lograrlo; podemos, por ejemplo, desarrollar un programa político racional para la protección de los económicamente débiles; podemos sancionar leyes para restringir la explotación; podemos limitar la jornada de trabajo; y si bien todo esto no es despreciable, todavía podemos hacer mucho más. Mediante las leyes, podemos asegurar a los trabajadores (o mejor aun, a todos los ciudadanos) contra la incapacidad, la desocupación y la vejez. De esta manera, haremos imposibles aquellas formas de explotación basadas en la desvalida posición económica de un trabajador que debe aceptar cualquier cosa para no morirse de hambre. Y cuando podamos garantizar por ley un nivel de vida digno a todos aquellos que estén dispuestos a trabajar -y no hay ninguna razón para que esto no se logre- entonces la protección de la libertad del ciudadano contra el temor y la intimidación económicos será casi perfecta. Desde este punto de vista, el poder político constituye la llave de la protección económica. El poder político y su control lo es todo. No debemos permitir que el poder económico domine al político; y si es necesario, deberá combatírsele hasta ponerlo bajo el control del poder político".

Escrito en 1943, en plena II Guerra Mundial, y publicado por vez primera en 1945, "La sociedad abierta y sus enemigos" es, como dijera de ella el filósofo Bertrand Russell, "una obra de primerísima importancia que debe ser leída por su magistral crítica de los enemigos de la democracia, antiguos y modernos". Quizá convendría que la releyeran algunos dirigentes socialdemócratas europeos de hoy. Y que pusieran en práctica sus enseñanzas. Entre ellas, que la política nunca puede estar supeditada a los intereses económicos, de nadie, por poderosos que se crean.

Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt





Emblema de la socialdemocracia





Entrada 2407
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[Pensamiento] Religiones, iglesias y totalitarismos







Como mi padre, aunque no creo que la genética tenga nada que ver en esto, soy un ateo bonachón y escéptico, en nada beligerante con los creyentes siempre que estos respeten un pacto tácito de solo dos puntos: 1. Usted crea en lo que quiera pero déjeme a mí tranquilo con mis no-creencias; y 2. Usted crea en lo que quiera pero no pretenda imponerme ni a mí ni a nadie sus creencias.

Acabo de terminar de leer en estos días un interesante libro titulado "Ciencia y creencia. La promesa de la serpiente" (Turner, Madrid, 2015) escrito por el famoso divulgador científico y genetista británico Steve Jones (1944). Dice en la introducción del mismo (páginas 15-16 y 19): "Aunque las herramientas de la ciencia han demostrado ser poderosas, son muchas las personas que ponen en tela de juicio sus hallazgos apoyándose en sus creencias; en cambio, otros rechazan las afirmaciones basadas en la fe porque niegan la verdad o porque son imposibles de demostrar. Aun así, la actitud de los aproximadamente mil millones de agnósticos y ateos del planeta hacia las doctrinas de la mayoría creyente tienen mucho en común con las posturas de los devotos ante el testarudo universo de los hechos, pues cada parte contempla a la otra con una melzca de fascinación y repugnancia. La idea de que la simple convicción puede iluminar el mundo físico carece de interés para los biólogos, geólogos y demás científicos. Por su parte, muchos de los que se aferran al dogma tienen una actitud igual de negativa hacia la ciencia, pues rechazan lo que ven, y niegan que sirva para explicar completamente lo que les rodea. En consecuencia, muchos científicos sienten un interés furtivo por los asuntos de los fundamentalistas, mientras que los literalistas bíblicos a menudo se ven fascinados por la ciencia, aunque solo sea para denunciarla".

Tres páginas después sigue diciendo: "Por lo que atañe a lo sobrenatural, ni la ciencia ni este libro pueden decir nada. Suscribimos lo que, según se cuenta, les respondió el matemático Laplace a Napoleón cuando el emperador le preguntó por qué no había ninguna mención a la deidad en su volumen sobre mecánica celeste: "No necesito esa hipótesis". Apelar a un poder supremo no aportaba nada a su conocimiento. A pesar de ese valioso consejo, sigue diciendo, los cristianos a menudo intentan amoldar los últimos avances a sus creencias: desde el universo heliocéntrico a la teoría de la evolución, los nuevos descubrimientos se entretejen con la fe y se usan para reafirmar la propia religión (el big bang, por ejemplo, tuvo que ser desencadenado por Dios). Los argumentos teológicos de este tipo se basan en la idea de que la existencia de una causa final detrás del universo nunca pueden refutarse. A fin de cuentas, tal y como señaló Laplace, este tipo de misterios, imposibles de demostrar, solo interesan a quienes están decididos a creer en ellos".

Mucho más beligerante con la religión, y más concretamente con el cristianismo, se muestra el escritor y crítico literario español Rafael Narbona (1963) en un reciente artículo en su blog Viaje a Siracusa, titulado "¿Es el cristianismo una forma de totalitarismo?", que publicaba Revista de Libros en su último número. 

Dice en él Narbona que lo malo de ser un católico escéptico es que puedes llegar a pensar que la institucionalización del sentimiento religioso es una catástrofe para el espíritu. Ser católico se identifica hoy en día con una oposición numantina al preservativo, el matrimonio gay, el aborto y la eutanasia. No entiendo la condena moral de los métodos anticonceptivos, salvo que se atribuya a Dios un poder medieval, donde se incluye un derecho ilimitado sobre el cuerpo de los otros. Me parece grotesco reducir el cristianismo a unas posiciones tan primarias y esquemáticas. Sin embargo, no creo que esa actitud surja de una perspectiva estrictamente teológica, sino de consideraciones de naturaleza política. El control sobre el cuerpo es uno de los principios básicos del poder totalitario. El objetivo es cortar de raíz la libertad del individuo, regulando las distintas etapas de su desarrollo: concepción, nacimiento, identidad sexual, paternidad y óbito. La socialización de la sexualidad puede ser una forma de educar al instinto o una estrategia de dominación. 

El aborto, añade, plantea un espinoso dilema, pues la medicina, la biología y el derecho se enfrentan al problema de definir claramente qué es una persona o, más exactamente, cuándo puede hablarse de vida plenamente humana y no de simples células embrionarias. En las sociedades libres y democráticas se han fijado plazos para interrumpir un embarazo no deseado. Establecer analogías entre el aborto y las políticas genocidas constituye una insensatez y una grave ofensa a la verdad. No parece menos descabellado criminalizar la homosexualidad o clasificarla como una aberración. La homosexualidad es tan antigua como nuestra especie y expresa una parte de nuestra naturaleza. En cuanto a la eutanasia, el derecho a elegir una forma digna de morir, sin sufrimientos innecesarios, parece tan innegociable como la libertad de expresión. ¿Por qué la Iglesia católica se muestra tan inflexible en estas cuestiones? Su intransigencia parece inconsecuente con el mensaje evangélico, que destaca como valores esenciales el perdón, la reconciliación y la fraternidad. En el Evangelio de Juan, Jesús perdona a la adúltera, desviándose de la ley de Moisés, que ordenaba su lapidación. Su interés por la dimensión corporal del ser humano es pura biopolítica, pues expresa la voluntad de crear una sociedad que reduce al individuo a una deplorable minoría de edad. Los sacramentos (bautismo, penitencia, eucaristía, confirmación, orden sacerdotal, matrimonio y unción de enfermos) se despliegan como una gigantesca malla que contiene todos los aspectos de la vida humana. No son ritos que constituyan al hombre como persona, sino mecanismos que liquidan la autonomía de la sociedad civil.

El cristianismo, continúa, se convierte en totalitarismo cuando litiga contra las libertades y repudia derechos que se han incorporado al ordenamiento jurídico de los países más avanzados en materia de moral y costumbres, dice más adelante. De acuerdo con las palabras del teólogo Hans Küng, el Dios cristiano es «el buen Dios que se solidariza con los hombres, con sus necesidades y esperanzas. Que no pide, sino que da; que no humilla, sino que levanta; que no hiere, sino que cura. […] Dios quiere la vida, la alegría, la libertad, la paz, la salvación, la gran felicidad última del hombre, en cuanto individuo y en cuanto colectividad. […] El cristianismo es un humanismo realmente radical, capaz de integrar y asumir lo no verdadero, lo no bueno, lo no bello y lo no humano: no sólo todo lo positivo, sino también –y esto es lo que decide el valor de un humanismo– todo lo negativo, incluso el dolor, la culpa, la muerte, el absurdo».

Algunos han intentado conciliar marxismo y cristianismo, sigue diciendo, pero se trata de una combinación imposible. El marxismo no es un humanismo, pues su visión escatológica de la historia rebaja al individuo a una variable intrascendente. La utopía socialista no apunta hacia la libertad y la igualdad, sino hacia una dictadura totalitaria y burocrática con una política exterior expansiva, imperialista. Los carros blindados de la Unión Soviética paseándose por Praga reflejan la esencia del marxismo-leninismo, que no reconoce ningún derecho al enemigo de clase ni admite el pluralismo político. El humanismo revolucionario alumbró la deshumanización del hombre, con niveles de represión desconocidos desde el nazismo. El capitalismo sin rostro humano no ejerce la violencia institucional, pero no es menos deshumanizador, pues abandona a su suerte a los más débiles y vulnerables. 

Me parece una crítica del catolicismo bastante razonada y aceptable, pero echo de menos en ella un excurso más radical sobre los fundamentalismos de buena parte del cristianismo protestante, del judaísmo ortodoxo y no digamos del islamismo, al lado de los cuales el catolicismo casi parece un ágora de libertad.

Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt









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martes, 11 de agosto de 2015

[Literatura] Cuentos para la edad adulta. Hoy, "Exilio", de Edmond Hamilton







El cuento, como género literario, se define por ser una narración breve, oral o escrita, en la que se narra una historia de ficción con un reducido número de personajes, una intriga poco desarrollada y un clímax y desenlace final rápidos. Durante los próximo meses voy a traer hasta el blog algunos de los relatos cortos más famosos de la historia de la literatura universal. Obras de autores como Philip K. Dick, Franz Kafka, Herman Melville, Guy de Maupassant, Julio Cortázar, Alberto Moravia, Juan Rulfo, Jorge Luis Borges, Edgar Allan Poe, Oscar Wilde, Lovecraft, Jack London, Anton Chejov, y otros... Espero que los disfruten.

Continúo hoy la serie con el cuento "Exilio", de Edmond Moore Hamilton (1904-1977), polifacético escritor estadounidense de ciencia ficción, que abarcó diferentes géneros literarios como el horror, el realismo y la fantasía. Hamilton fue uno de los primeros autores en ganar un premio de literatura fantástica, el año 1933, acreditándose con el premio Julio Verne por su historia "The Island of Unreason". La gran depresión influenció en gran medida en su carrera. Durante esos años las temáticas que trataba en sus escritos se fueron enfocando cada vez más a historias de detectives y asesinos, más cercanas a lo que luego sería llamado como la literatura negra. En el año de 1940, Hamilton fue uno de los principales precursores de "Capitan Future", uno de sus más recordados trabajos. Las historias de Hamilton se caracterizaron por presentar los grandes escenarios espaciales en medio de las aventuras de esos héroes surcando el espacio, descubriendo nuevos mundos cargados de misterio, horror y fantasía. Además de su gran carrera en el mundo literario, Hamilton también fue uno de los principales escritores de las historias de DC Comics durante más de 20 años. En el año de 1946, Hamilton comenzó a escribir varias de las aventuras de Superman y Batman. Una de las historias más memorables fue el cómic titulado “Superman Under the red sun”. Además de esto, fue uno de los precursores en las historias de la Liga de Super Heroes de D.C., siendo el primero de los escritores regulares de esta serie. Por otra parte, fue Hamilton quién ingresó varios de los conceptos que aún se ven hoy en el universo de cómics de D.C.

Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt




Edmond Hamilton




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