Es muy posible que a algún purista le parezca una blasfemia lo que pretendo hacer durante unas semanas: unir en la misma entrada algunos de los más bellos sonetos de amor y a mis viñetistas cotidianos preferidos. Bien, pues lo siento por los puristas, pero un servidor piensa que hay pocas cosas en la vida más serias que el amor y el humor, así pues, ¿por qué no juntarlos? Todo ello sin mayores pretensiones, aun reconociendo que meter en el mismo envoltorio un soneto de amor y unas viñetas humorísticas, por muy preñadas que estén de crítica social y realidad cotidiana, puede no resultar una fórmula afortunada. En cualquier caso, espero que sean de su agrado.
El soneto es una composición poética compuesta por catorce versos de arte mayor, endecasílabos en su forma clásica, que se organizan en cuatro estrofas: dos cuartetos y dos tercetos. En el primer cuarteto suele presentarse el tema de la composición, tema que el segundo cuarteto amplifica. El primer terceto reflexiona sobre la idea central expresada en los cuartetos. El terceto final, el más emotivo, remata con una reflexión grave o con un sentimiento profundo desatado por los versos anteriores. De Sicilia, el soneto pasó a la Italia central, donde fue también cultivado por los poetas del "dolce stil nuovo" (siglo XIII). A través de la influencia de Petrarca, el soneto se extiende al resto de literaturas europeas.
Continúo hoy la serie de sonetos de amor con el titulado Esposas dulces, lazo deseado, de Luisa Carvajal y Mendoza (1566-1614), una de las mejores poetisas místicas española. De familia noble extremeña, a la muerte de sus padres, con seis años de edad, fue enviada a Madrid a vivir con su tía abuela materna, María Chacón, aya de las infantas Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela, hijas de Felipe II. A la muerte de esta, con diez años de edad, va a vivir a Soria con su tío materno, Francisco Hurtado de Mendoza, marqués de Almazán. Allí recibe una educación intelectual esmerada: latín, lectura de los clásicos, conocimientos cristianos y la práctica de la caridad, una de las ocupaciones más importantes de las mujeres nobles. Cuando su tío es nombrado virrey de Navarra se traslada con él a Pamplona. En 1592 fallecen sus tíos y Luisa reclama su herencia paterna, que la dona a la Compañía de Jesús, con quienes había estrechado lazos. En 1595, conmovida por la ejecución en Inglaterra del jesuita inglés Henry Walpole, decidió dedicar su fortuna a la creación y mantenimiento del Colegio Inglés de Jesuitas en Lovaina (Bélgica). Comienza a escribir acerca de sus experiencias místicas y desarrolla la mayor parte de su producción poética. El 24 de enero de 1605 parte hacia Londres, a donde llega justo antes de la llamada Conspiración de la Pólvora (Gunpowder Plot), en que un grupo de católicos intentó volar por los aires el Parlamento inglés para derrocar el Gobierno del rey Jaime I, y allí se dedica a la peligrosa tarea de proteger a estos acusados. En 1608 fue encarcelada pero pudo salir indemne gracias al apoyo de la embajada española en Londres. En 1613 es encarcelada por segunda vez, por supuesta conspiración, pero el rey Felipe III la obliga a volver a España. No existen ejemplares originales de sus poemas. En el Real Monasterio de la Encarnación, en Madrid, se conservan 178 cartas, así como todos sus manuscritos, incluido su testamento. La temática de toda su obra es eminentemente religiosa. En poesía, ensayó todas las formas que se usaban en el barroco.
Acompañan la entrada una selección de viñetas de los dibujantes habituales en el blog.
Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt
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ESPOSAS DULCES, LAZO DESEADO
¡Esposas dulces, lazo deseado,
ausentes trances, hora victoriosa,
infamia felicísima y gloriosa,
holocausto en mil llamas abrasado!
Di, Amor, ¿por qué tan lejos apartado
se ha de mí aquella suerte venturosa
y la cadena amable y deleitosa
en dura libertad se me ha trocado?
¿Ha sido por ventura haber querido
que la herida, que al alma penetrada
tiene con dolor fuerte y desmedido,
no quede socorrida ni curada
y, el afecto aumentado y encendido,
la vida a puro amor sea desatada?
Luisa de Carvajal
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