lunes, 14 de agosto de 2017

[A vuelapluma] ¿Existe España?





La pregunta que implícitamente se formula en un artículo de El País el profesor Víctor Lapuente Giné, doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Oxford y profesor e investigador en el Instituto de Calidad de Gobierno de la Universidad de Gotemburgo, puede parecer excesiva, retórica y hasta provocativa, pero, ¿es cierta o no?

Los independentistas creen que España es un artilugio chusquero, pero, paradójicamente, asumen la existencia de una unidad indisoluble entre las fuerzas españolas, comienza diciendo. El Gobierno, la fiscalía, el poder judicial, los medios de comunicación y demás instituciones de ámbito estatal actuarían siguiendo unos protocolos definidos.

Obviamente, esa España no existe. Como no existe unidad de acción en democracia moderna alguna. Cada poder se rige por sus propios códigos. Y, sin duda, puede haber presiones de unos poderes a otros. Pero de ahí a ejecutar un plan coordinado dista un trecho. Toda institución en una democracia —y por ende sus ocupantes temporales— es una especie que busca la supervivencia y vive en permanente tensión con su entorno, luchando por su autonomía contra viento y marea. Porque, perdida la autonomía, un organismo democrático está condenado a la irrelevancia.

A la inversa, muchos constitucionalistas creen que hay una unidad de acción en el independentismo que, en realidad, tampoco existe. Si “España” es un conjunto variado de instituciones con intereses particulares, el independentismo es un agregado de partidos y movimientos sociales diversos. Algunos de esos vectores se condicionan los unos a los otros, pero sus intereses no están alineados. La guerra soterrada entre ERC y el PDeCAT es solo un ejemplo. Los partidos son animales políticos que pueden coaligarse para dar caza a una presa concreta, pero no son hormigas o abejas que sacrifican su individualidad en pos de un objetivo común.

De ello se desprende una consecuencia negativa y una positiva. La mala noticia es la incertidumbre. Es una incógnita lo que vaya a suceder en los próximos meses, pues no habrá un único choque entre dos trenes, sino múltiples colisiones entre muchos trenes y, sobre todo, muchos descarrilamientos.

La buena nueva es que la ciencia política nos enseña que los acuerdos entre dos adversarios internamente heterogéneos son más fáciles que entre dos adversarios fuertemente cohesionados. Hay más puntos de encuentro. Pero, antes de ello, cada uno de los bandos debe entender que el otro no existe, concluye afirmando. 







Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



HArendt






Entrada núm. 3730
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

[Política] XII Legislatura de las Cortes Generales. Agosto, 2017 (II)





Las Cortes Generales representan al pueblo español y están conformadas por el Congreso de los Diputados y el Senado. Ambas Cámaras ejercen la potestad legislativa del Estado, aprueban sus Presupuestos, controlan la acción del Gobierno y tienen las demás competencias que les atribuye la Constitución. 

En los Diarios de Sesiones de las Cámaras se reflejan literalmente los debates habidos en los plenos y las comisiones respectivas y las resoluciones adoptadas en cada una de ellas. Los demás documentos parlamentarios: proyectos de ley, proposiciones de ley, interpelaciones, mociones, preguntas, y el resto de la actividad parlamentaria, se recogen en los Boletines Oficiales del Congreso de los Diputados y del Senado. 

Desde este enlace pueden acceder a toda la información parlamentaria de la presente legislatura, actualizada diariamente. Les recomiendo encarecidamente que la exploren con atención si tienen interés en ello. Y desde estos otros a las páginas oficiales de la

Casa de S.M. el Rey

Congreso de los Diputados
Senado
Presidencia del Gobierno
Tribunal Constitucional
Tribunal Supremo y Consejo General del Poder Judicial
Consejo de Estado
Boletín Oficial del Estado

Parlamento Europeo

Consejo Europeo y Consejo de la Unión Europea
Comisión Europea
Tribunal de Justicia de la Unión Europea
Tribunal Europeo de Derechos Humanos
Diario Oficial de la Unión Europea

Parlamento de Canarias

Gobierno de Canarias
Cabildo de Gran Canaria
Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria

***

Esta semana no ha habido actividad parlamentaria.

***

OTRAS PUBLICACIONES DE LAS CORTES GENERALES

CONGRESO DE LOS DIPUTADOS

MARTES, 8 DE AGOSTO
Comisión de Igualdad. 
Publicación del texto aprobado en su sesión de 28 de julio pasado como Pacto de Estado en materia de violencia de género.

JUEVES, 10 DE AGOSTO
Comisión de Hacienda y Función Pública. 
Publicación del proyecto de ley de Contratos del sector público, aprobado por la comisión con competencia legislativa plena el pasado 27 de julio, por el que se trasponen al ordenamiento jurídico español las Directivas del Parlamento Europeo y del Consejo de 26 de febrero de 2014.

***

Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



HArendt






Entrada núm. 3729
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

domingo, 13 de agosto de 2017

[Humor en cápsulas] Para hoy domingo, 13 de agosto de 2017





El Diccionario de la lengua española define humorismo como el modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Pero también como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios. Yo no soy humorista, así que me quedo con la primera acepción, y en la medida de lo posible iré subiendo al blog cada día las viñetas de mis dibujantes favoritos. Las de hoy con Morgan en Canarias7; Idígoras y Pachi en El Mundo; Forges, Peridis y Ros en El País; y Montecruz y Padylla en La Provincia-Diario de Las Palmas. Disfruten de ellas. 





Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



HArendt






Entrada núm. 3728
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

[A vuelapluma] Actúa: ¿Una sigla más en la izquierda?





Resulta lógico que quienes reniegan de la mezcla de maniqueísmo primario y de subordinación orgánica a Podemos de la izquierda española se sumen a la aventura de Actúa, escribe en El País Antonio Elorza, historiador, ensayista y catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid.

“Los viejos rockeros nunca mueren”, cantaba Miguel Ríos. El tema viene de inmediato a la mente al leer la lista de firmantes del manifiesto presentado por el movimiento político Actúa como paso previo a su reciente fundación, señala Elorza. En torno al exlíder de Izquierda Unida, encontramos a personajes inscritos bajo distintas siglas en aquella izquierda democrática que el PCE cobijó primero, y destruyó más tarde, pero que en cualquier caso desempeñó un papel de primer orden de cara a nuestra transición a la democracia. Ahí están Cristina Almeida, Teresa Aranguren, el exrector Carlos Berzosa, Antonio Gutiérrez, el ex secretario general de CC OO, tras un dignísimo paso por el socialismo, y una pareja de escritores siempre leales a sus ideas, Almudena Grandes y Luis García Montero. El fichaje estrella, como no podía ser menos, es el juez Baltasar Garzón, una baza atractiva para la política anticorrupción (y para retomar con rigor el tema de la memoria histórica).

Son los restos de un naufragio, o de varios naufragios, pero a lo largo de las pasadas décadas supieron al menos mantener una actuación coherente, firme y sin estridencias, a partir de la cual resulta lógico que busquen una vía autónoma frente a la mezcla de maniqueísmo primario y de subordinación orgánica a Podemos que ha determinado la muerte política de Izquierda Unida. Desde su nacimiento en 1986, como lancha de salvamento del hundimiento del PCE, IU tropezó con un problema de liderazgo: pensada por Nicolás Sartorius, la puesta en práctica de su estrategia acabó absurdamente en manos de Julio Anguita, promotor de una política binaria, de regreso al clase contra clase, inspiradora de la actual de Alberto Garzón. Llamazares puso buen sentido en sus años de gestión y es lógico que ahora encabece el necesario y difícil intento de reconstrucción.

El intento forma parte de la pléyade de movimientos que van surgiendo de la desintegración de la socialdemocracia (Francia) o de los sucesores del comunismo democrático (Italia). La crisis de la democracia social se inició en los años 70, con el paso a una coyuntura económica depresiva que culminó en la crisis de 2008. Sin nada que repartir, ante el fracaso de todo intento keynesiano, la conversión en partido de profesionales integrados y el giro defensivo de la mentalidad obrera, su única baza fue capitalizar el rechazo a una derecha impopular (Hollande 2012, Sánchez 2017). Con el riesgo de que más dura sea luego la caída.

Queda en pie una exigencia: la lucha contra una creciente e inaceptable desigualdad, que constituye la primera vocación de Actúa. A su lado, prioridad al desplazamiento del PP, ecología y anticorrupción. Es un bosquejo que toca ahora desarrollar, en cuestiones capitales (economía, Europa, política internacional). Una compleja andadura, concluye diciendo el profesor Elorza



El exjuez Baltasar Garzón



Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



HArendt






Entrada núm. 3727
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

[Tribuna de prensa] Lo mejor de la semana. Agosto, 2017 (II)






Les dejo con los Tribuna de prensa que durante esta semana pasada he ido subiendo a Desde el trópico de Cáncer. Espero que les resulten interesantes, y que como decía Hannah Arendt les inviten a pensar para comprender y comprender para actuar. La vida, a fin de cuentas, no va de otra cosa que de eso. Se los recomiendo encarecidamente.

El triunfo de los botarates, por Rosa Montero.
El castrismo, enfermedad infantil del izquierdismo, por Héctor E. Schamis.
Donald Trump, la política como instinto básico, por Manuel Vicent.
Veranos con robots, por Valentí Puig.
La canción del vereano suena más que la Eneida, por Javier Rodríguez Marcos.
Las ilusiones perdidas, por Mario Vargas Llosa.
La City estornuda, por Xavier Vidal-Folch.
La UE choca en Libia, por Alberto D'Argenio.
Supervivientes, por Ana Merino.
El Rif, una hidra pacífica, por Mohamed El Morabet.
50 años, por David Trueba.
El juego de la guerra al Isis, por Óscar Gutiérrez Garrido.
Sánchez, con el pueblo, por Arcadi Espada.
Necesaria limitación de mandatos, por Jorge de Esteban.
Reaccionarios con boletín oficial, por Berta González de Vega.
Tiene un deber, por Xavier Vidal-Folch.
Técnicos y políticos, por Sandra León.
Apuntando maneras, por Pere Vilanova.
Por las malas, por Alberto Penadés.
Populismo y dignidad humana, por Arthur Brooks.
El olvido de la cultura, por Francesc de Carreras.
Conectoma, por Javier Sampedro.
País de precarios, por Jorge Galindo 
Alfonso Guerra, por Luis María Ansón.
Dejadme que sueñe, por Fernando Lázaro.
El difícil encaje de Cataluña, por Gabriel Tortellá.
Entre la impunidad y el mito, por Jorge Eduardo Benavides.
Turismo y progreso, según ETA, por Patxo Anzueta.
Caudillos, por Jorge M. Reverte.
El relato plurinacional, por Manuel Arias Maldonado.

Y desde los enlaces de más abajo pueden acceder a algunos de los diarios y revistas más relevantes de España y del mundo, actualizados continuamente. Espero que los disfruten:

The Washington Post (EUA)
El País (España)
Le Monde (Francia)
The New York Times (EUA)
The Times (Gran Bretaña)
Le Nouvel Observateur (Francia)
Chicago Tribune (EUA)
El Mundo (España)
La Vanguardia (España)
Los Angeles Times (EUA)
Canarias7 (España)
El Universal (México)
Clarín (Argentina)
L'Osservatore Romano (Vaticano)
La Voz de Galicia (España)
NRC (Países Bajos)
La Stampa (Italia)
Frankfurter Allgemeine Zeitung (Alemania)
Le Figaro (Francia)
Tages Anzeiger (Suiza)
Komsomolskaya Pravda (Rusia)
Excelsior (México)
Die Welt (Alemania)
El Nuevo Herald (EUA)
Revista de Libros (España)
Letras Libres (España)
Claves de Razón Práctica (España)
Cuadernos para el diálogo (España)
Litoral (España)
Jot Down (España)
Real Instituto Elcano (España)
Centro de Estudios Políticos y Constitucionales (España)
Der Spiegel (Alemania)
The New Yorker (EUA)
Política Exterior (España)
Cidob (España)
Concilium (España)
Le Monde Diplomatique (Francia)
Le Nouvel Afrique (Bélgica)
Time (EUA)
Life (EUA)
Revista Española de Ciencia Política (España)
Cambio16 (España)
Jeune Afrique (Francia)
Tiempo (España)
Historia y Política (España)
Newsweek (Estados Unidos)
Nature (Estados Unidos)
Historia National Geographic (España)
Paris Match (Francia)
Instituto Nacional de Estadística (España)
Para terminar, les dejo con los reportajes de El País con las mejores imágenes del 2016, las treinta fotos más representativas de los 40 años de vida del periódico, las fotos ganadoras del World Press Photo 2017, y las 12 fotos del año de National Geographic. Y como siempre, las mejores fotos de la semana que termina en El País. 




El drama nuestro de cada día. Costa de Libia, agosto de 2017



Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



HArendt






Entrada núm. 3726
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

sábado, 12 de agosto de 2017

[Humor en cápsulas] Para hoy sábado, 12 de agosto de 2017






El Diccionario de la lengua española define humorismo como el modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Pero también como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios. Yo no soy humorista, así que me quedo con la primera acepción, y en la medida de lo posible iré subiendo al blog cada día las viñetas de mis dibujantes favoritos. Las de hoy con Morgan en Canarias7; Idígoras y Pachi en El Mundo; Forges, Peridis y Ros en El País; y Montecruz y Padylla en La Provincia-Diario de Las Palmas. Disfruten de ellas.





Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



HArendt






Entrada núm. 3725
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

[Pensamiento] Ateísmo en el islam





Vuelvo a comentar un nuevo artículo de la profesora Ana Soage, doctora en Estudios Semíticos, profesora en Ciencias Políticas en la Universidad de Suffolk y analista senior en la consultoría estratégica internacional Wikistrat. De ella comenté también hace pocos días otro interesantísimo artículo sobre el feminismo en el mundo islámico. En el artículo de hoy, Ana Soage reseña un reciente libro del profesor canadiense de origen paquistaní, Ali Rizvi, titulado El musulmán ateo. Un viaje de la religión a la Razón (St. Martin’s Press, Nueva York, 2016), que trata del crecimiento del ateísmo en el mundo musulmán de hoy, algo que la profesora Soage no comparte del todo.

El ateísmo crece en las comunidades islámicas o, cuando menos, se hace más visible, comienza diciendo la profesora Soage. En la última década han aparecido organizaciones de exmusulmanes no sólo en países occidentales (Gran Bretaña, Francia, Alemania, Bélgica, Holanda, Estados Unidos, Nueva Zelanda), sino también en otros de mayoría musulmana, como Marruecos, Argelia, Pakistán, Irán y Arabia Saudí. Sin embargo, muchos ateos prefieren mantener un perfil bajo para evitar el rechazo de su familia y de la sociedad, la violencia de integristas justicieros y, con frecuencia, la persecución de las autoridades. En efecto, los apóstatas pueden ser condenados a muerte en varios países (Arabia Saudí, Irán, Afganistán, Sudán), y en casi todos los demás existen leyes que castigan la blasfemia con multas y penas de cárcel. Incluso Estados supuestamente moderados como Marruecos, Egipto e Indonesia encarcelan a los críticos del islam.

Además, los activistas exmusulmanes son acusados de formar parte de una conspiración «cruzado-sionista» para destruir el islam, o denigrados como «tíos Tom» u «Oreos» (marrones por fuera, blancos por dentro). En estas circunstancias, no es sorprendente que muchos de los que se han convertido en personalidades mediáticas −como el egipcio Hamed Abdel Samad, el palestino Waleed al-Husseini, el iraquí Faisal Saeed al-Mutar, o el autor que nos ocupa, Ali Rizvi− vivan en países occidentales. Ni que se sientan atraídos por el controvertido y militante «nuevo ateísmo» de Richard Dawkins, Sam Harris, Daniel Dennett o el ya desaparecido Christopher Hitchens. Su principal arma son los medios sociales, que les han permitido difundir su crítica del islam, crear redes de apoyo para otros apóstatas y organizar campañas de concienciación como #ExMuslimBecause, que se hizo viral tras su lanzamiento en noviembre de 2015: en dos semanas, la etiqueta fue utilizada más de cien mil veces.

Con más de 43.600 seguidores en Twitter, Ali Rizvi es una figura prominente del colectivo exmusulmán. Nacido en el seno de una familia pakistaní de clase media en la década de los setenta, pasó varios años de su infancia en Libia y Arabia Saudí, donde sus padres trabajaban como médicos. Él mismo estudió Medicina en Canadá, su país de adopción, pero en los últimos años se ha orientado hacia la escritura, siendo un colaborador habitual de la edición internacional de The Huffington Post. The Atheist Muslim. A Journey from Religion to Reason (El musulmán ateo. Un viaje de la religión a la razón) es su primer libro, y tiene varias lecturas. En primer lugar, es una narración de la experiencia personal del autor, que pretende ser la voz de quienes no pueden hacerse oír. Es, asimismo, un ataque contra la religión desde la perspectiva del «nuevo ateísmo». Finalmente, es un alegato contra dos posturas dominantes en el debate sobre el islam en Occidente tras el 11-S: la xenófoba y la apologista.

Rizvi repasa los episodios que marcaron su periplo «de la religión al ateísmo». Recuerda una visita a familiares en Londres para despedirse de su prima de tres años, que se moría de leucemia, y su cólera infantil contra ese Dios supuestamente «clemente y misericordioso» por someter a la niña a semejante suplicio. Evoca una inspección de la escuela para hijos de expatriados en que estudiaba en Riad, durante la cual un funcionario advirtió que los copos de nieve de papel que habían hecho los pequeños para las decoraciones de Navidad tenían seis puntas (¡como la estrella de David!) y procedió a cortar una de las puntas de cada uno de ellos. Y señala que sus padres intentaron convencerlo de que los aspectos más inaceptables del islam saudí son costumbres locales, pero no tardó en descubrir que el Corán los sanciona, imponiendo castigos como la decapitación de los infieles (8:12-13) y la amputación de la mano del ladrón (5:38), autorizando la violencia doméstica (4:34), aconsejando evitar la amistad de cristianos y judíos (5:51) y un largo etcétera.

El joven Rivzi decidió que son los musulmanes moderados, y no los extremistas, quienes interpretan la religión de manera selectiva. Observó que, desde la perspectiva extremista, las ambigüedades y contradicciones desaparecen, puesto que el islam predica la solidaridad hacia otros musulmanes y la hostilidad hacia los no musulmanes. Y llegó a la conclusión de que su familia y amigos no son buenas personas debido a su fe, sino a pesar de ella, puesto que en la práctica adaptan los textos sagrados a su sentido moral, y no al revés. Por otra parte, su interés por la ciencia lo llevó a ver en la religión un vestigio del pasado y un obstáculo al progreso. Por fin, abandonó el islam «por honestidad intelectual», y tras el 11-S decidió que denunciarlo se ha convertido en una necesidad apremiante porque, en su opinión, el terrorismo es una consecuencia «inevitable» de seguir sus mandatos.

The Atheist Muslim presenta una crítica acertada, aunque no demasiado original, de la religión en general y del islam en particular, desmintiendo ciertos mitos que difunden los apologistas. Revela, por ejemplo, sus manipulaciones de los textos, como la aleya «Quien matara a una persona es como si hubiese matado a toda la humanidad» (5:32), que se cita a menudo para ilustrar la naturaleza pacífica del islam. La misma aleya puntualiza «a menos que [esa persona] hubiera matado o sembrado la corrupción en la tierra», mientras que la siguiente proclama: «La retribución a quienes hacen la guerra a Dios y a Su enviado y siembran la corrupción en la tierra es que sean muertos, o crucificados, o amputados de manos y pies opuestos, o desterrados del país» (5:33). Rizvi afirma que esta y otras muchas aleyas explican las acciones de los terroristas. Reconoce que la fe no es el único factor que los empuja a la violencia, pero la juzga fundamental.

No obstante, el autor concede que la inmensa mayoría de los musulmanes no practican ni apoyan el terrorismo, y en su día a día consiguen compatibilizar el islam con su realidad cotidiana dondequiera que vivan. Para ello, realizan una lectura selectiva de sus fuentes y justifican sus mandatos más controvertidos como apropiados para una época determinada que ha quedado en el pasado. El proceso es similar al que se produjo dentro del judaísmo y el cristianismo, cuyos textos sagrados no tienen nada que envidiar del Corán en términos de violencia, misoginia e intolerancia. La tendencia global hacia el individualismo, que no excluye al mundo musulmán, convierte la religión en un asunto privado y opcional que muchos retienen como fuente de inspiración o consuelo. ¿Qué inconveniente tiene esta acomodación a nuevas realidades y valores? Rizvi opina que tal «disociación cognitiva» es insostenible, aunque tenga su utilidad porque representa una admisión tácita de que existe un problema con el islam.

En cualquier caso, Rizvi mantiene que la solución de ese problema no es la reforma, que no sería posible debido a los dos dogmas centrales de la religión musulmana: el Corán es considerado divino e infalible, y el profeta Muhammad, el ser humano más perfecto que jamás haya vivido. Para ilustrar este último punto, relata que en Arabia Saudí no puede argumentarse a favor de una edad de consentimiento sexual que proteja a las menores, porque ello implicaría una crítica del profeta, que se casó con Aisha cuando esta tenía seis años y consumó el matrimonio cuando tenía nueve. Olvida mencionar que la mayoría de los países musulmanes han establecido edades de consentimiento sexual comparables a las de los países occidentales1y que, además, no implementan los castigos corporales que ordena el Corán (azotes, amputaciones, crucifixiones, etc.). Eso los hace menos literalistas, pero, ¿son menos musulmanes? ¿Debemos entender el islam como algo rígido e inmutable?

El principal reproche que puede hacerse a The Atheist Muslim es precisamente que reduce la religión musulmana a su versión más literalista, conservadora e intolerante, y pasa a declararla incompatible con los valores del mundo moderno. Aunque no debemos juzgar a Rizvi demasiado duramente: en las últimas décadas se han difundido interpretaciones islamistas y salafistas del islam que Estados como Arabia Saudí o Qatar han visto en su interés promocionar, y que se caracterizan por el literalismo, el conservadurismo y la intolerancia. Pero también han aparecido lecturas alternativas, especialmente entre los musulmanes asentados en Occidente, que no deben responder ante las autoridades religiosas y políticas que dificultan el cambio en países de mayoría musulmana. Así, por ejemplo, utilizan la exégesis para realizar interpretaciones del islam compatibles con la igualdad entre los sexos. Quizás el enfoque de Rizvi nos parezca más honesto, pero, ¿es más productivo? ¿Acaso podemos pretender que todos los musulmanes lo imiten y abandonen su fe?

Rizvi recurre a una metáfora médica para responder a esta cuestión: su objetivo, explica, no es hacer que los fumadores dejen el tabaco, sino prevenir que los jóvenes adquieran el hábito. En otro punto, afirma que el mundo musulmán vive un Siglo de las Luces y compara a aquellos que defienden la libertad de expresión, desafían a las autoridades religiosas y desmontan los dogmas del pasado con los revolucionarios de la Europa del siglo XVIII que se alzaron contra la teocracia, la irracionalidad y la superstición. Y es indudable que está produciéndose un gran cambio debido a la globalización y las nuevas tecnologías, que exponen a los musulmanes a más información y nuevas ideas. Como consecuencia, muchos aspiran a obtener los derechos y las libertades que se disfrutan en los países occidentales y, en ocasiones, adoptan una actitud más crítica hacia la religión. Sin embargo, la experiencia de Occidente muestra que el ateísmo no es un prerrequisito para el cambio social, ni resulta automáticamente del mismo.

En relación con el debate sobre el islam en Occidente, Rizvi rechaza las dos posturas que considera dominantes. La xenofobia de la derecha populista es éticamente repugnante, puesto que culpa a toda una comunidad de los crímenes de una pequeña minoría y amenaza a cualquiera cuyo aspecto físico se asocia con los países musulmanes. En el otro extremo está la postura apologista de ciertos sectores de la izquierda, que se basa en otro populismo: el de atribuir todos los males del mundo al imperialismo occidental y ver a los terroristas musulmanes como víctimas que reaccionan al mismo. La denominada «izquierda regresiva» apoya incluso a grupos o regímenes islamistas que tienen un discurso antioccidental, a pesar de sus posiciones contrarias a valores fundamentales de la izquierda como la libertad de expresión, la libertad de conciencia y la igualdad entre los sexos. Rizvi denuncia, asimismo, a quienes utilizan el término «islamofobia» como arma arrojadiza para acallar cualquier crítica del islam, por legítima que sea, y defiende una postura laica y liberal que permita practicar el islam libremente, pero también atacarlo.

The Atheist Muslim da voz a un colectivo a menudo desconocido, y no es difícil simpatizar con su autor, aplaudir su trayectoria intelectual y creer en sus buenas intenciones, concluye diciendo la profesora Soage. Pese a ello, podemos cuestionar su lectura reduccionista del islam, que no refleja la práctica de la mayoría de los musulmanes, y su insistencia de que la religión musulmana es irreformable. La apertura del mundo musulmán a los debates contemporáneos ha provocado tensiones y conflictos, pero es bastante improbable que se produzca un abandono masivo de la fe. Si la cuestión principal es la promoción de los derechos universales, ¿por qué desdeñar los esfuerzos de quienes los buscan en los textos religiosos, por muy poco convincentes que nos parezcan sus argumentos? Por otro lado, Rizvi señala con acierto que proteger a los musulmanes del racismo no significa que no deban criticarse ciertos aspectos del islam. Y un grupo de lectores, los jóvenes de origen musulmán que se plantean preguntas sobre la religión, encontrarán en la lectura de la obra aliento y guía.





Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



Harendt





Entrada núm. 3723
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)