Mostrando entradas con la etiqueta F.de Azúa. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta F.de Azúa. Mostrar todas las entradas

sábado, 11 de julio de 2020

[ARCHIVO DEL BLOG] Bibliopatía. Publicada el 27 de abril de 2010







Bella palabra "bibliopatía". Del griego "βιβλίον" (libro) y "πάθεια" (sufrir, experimentar). La podríamos definir como "pasión por los libros". La cita el escritor Félix de Azúa en un hermoso artículo en El Periódico, titulado La letra ya no entra ni con sangre, que pueden leer en el enlace anterior. 

Similar pasión por los libros padece la escritora norteamericana Anne Fadiman. Dejó constancia de ella en un precioso librito que ya he mencionado con anterioridad en el blog: "Ex Libris. Confesiones de una lectora" (Alba Editorial, Madrid, 2000). Lo leí por vez primera con inmenso placer hace ahora nueve años, y a él vuelvo con frecuencia. Les recomiendo lo lean si creen que padecen "bibliopatía". No se les curará, pero disfrutarán de su enfermedad doblemente.

Cuenta Anne Fadiman en su libro que hasta pasados cinco años de matrimonio, y ya con un hijo a cuestas, no se propusieron su marido (también escritor) y ella unir sus respectivas bibliotecas. Fue sólo entonces, comenta, una vez que lograron encontrar un sistema uniforme de clasificación de sus libros respectivos, que se consideró verdaderamente ligada a él... ¿Exageración? No lo creo... Lo digo por experiencia propia.

Mi modesta, caótica y abigarrada biblioteca familiar, de apenas unos seis mil libros (cantidad calculada a ojo de buen cubero por las estanterías que ocupa) está repartida entre nuestras casas de Maspalomas, Las Palmas, las de mis hijas, y hasta la de una cuñada. Ya casi he renunciado, por imposibilidad manifiesta, a su clasificación y catalogación, de la que sólo he llevado a cabo las de unos 2000 títulos. No me gustaría morirme sin llevarla a cabo, pero no se si lo conseguiré. Me faltan paz y sosiego para ello.

El escritor Félix de Azúa, en el artículo mencionado, comenta que en el futuro será cosa de locos o de millonarios reunir en casa más de mil libros; que su generación es la última que ha logrado tener al alcance de la mano la totalidad del saber y de la literatura; pero que la electrónica y el precio de la vivienda, aquí y en todo el mundo, matarán las grandes bibliotecas particulares. Creo que tiene toda la razón.

A las tres de la madrugada del 28 de abril, insomne, cuatro horas después de publicar esta entrada, me pongo a ojear de nuevo artículos de prensa por Internet. Me encuentro en él una joya que no había visto hasta hoy. Un delicioso y sentimental artículo de la novelista cubana Zoe Valdés titulado Libros clandestinos, publicado el 29 de octubre de 2009 en el blog elboomeran.com. Es un hermosísimo canto a la "bibliopatía", y pueden leerlo en el enlace de más arriba. Merece la pena hacerlo. A mí me ha emocionado, lo confieso sin pudor, porque en muchas de las cosas que dice me he visto reflejado. Creo que ahora me  va a resultar doblemente difícil volver a la cama y conciliar el sueño. Mal trago, porque mañana (hoy, miércoles ya) me espera un día bastante atareado de compromisos personales. HArendt



La escritora Anne Fadiman


La reproducción de artículos firmados por otras personas en este blog no implica compartir su contenido. Sí, en todo caso, su  interés. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




HArendt





Entrada núm. 6202
https://harendt.blogspot.com
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

martes, 28 de abril de 2020

[A VUELAPLUMA] Moralistas



P. Iglesias, Y. Díaz y J.L. Escrivá, en una videoconferencia. EFE


¿Sirve de algo la corrección política cuando llegan los problemas reales?, se pregunta en el A vuelapluma de hoy martes [Ego te absolvo. El País, 21/4/2020] el escritor Félix de Azúa. 

"Durante unos años -comienza diciendo Azúa- parecía que se había resquebrajado la fortaleza forrada con negras sotanas de la moral inviolable. Por primera vez en siglos los españoles podíamos examinar nuestra conciencia y tomar decisiones sin miedo al manotazo del clero. Fueron los felices años de la Transición, cuando en verdad creíamos que ya éramos capaces de usar nuestro libre albedrío y decidir en razón, como los adultos anglosajones y germanos. Había caído el muro de incienso de la Contrarreforma.

Era un espejismo. De inmediato se ha vuelto a levantar el fortín, sólo que ahora no está formado por una muralla de sotanas sino por otros atuendos no menos uniformados: coletas, rastas, jerséis de la abuela, toda suerte de disfraces que gritan: “Yo soy un moralista que odia la moral del Estado”. Bien es verdad que ese nuevo búnker de la superioridad moral también ha entrado en el Estado y ha comenzado a caer en las inevitables corruptelas y chanchullos. Como los obispos que predicaban castidad y pobreza mientras su vida privada era un escándalo de riquezas y sometimientos, también ahora los moralistas se desmienten una y otra vez a medida que van siendo más ricos y poderosos.

Pero ese no es el asunto que nos ocupa hoy. Dejemos que los nuevos capellanes se corrompan debidamente. Pero sería bueno que explicaran por qué ordenan que nos portemos a su gusto con el lenguaje, con el sexo, con los animales, con el clima… ¿Por qué hemos de ser más virtuosos y no más inteligentes, por ejemplo? ¿Qué ganamos con sus principios morales? ¿Qué clase de humano quieren producir? La Iglesia vivía de abstracciones: bondad, caridad, santidad, amor. ¿Sirve de algo la corrección política cuando llegan los problemas reales? ¿O es otra elegancia burguesa?".

A vuelapluma es una locución adverbial que el Diccionario de la lengua española define como texto escrito "muy deprisa, a merced de la inspiración, sin detenerse a meditar, sin vacilación ni esfuerzo". No es del todo cierto, al menos en mi caso, y quiero suponer que tampoco en el de los autores cuyos textos subo al blog. Espero que los sigan disfrutando, como yo, por mucho tiempo. 





La reproducción de artículos firmados en este blog no implica compartir su contenido. Sí, en todo caso, su  interés. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




HArendt





Entrada núm. 5967
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

viernes, 22 de noviembre de 2019

[A VUELAPLUMA] Una ayuda



Hannah Arendt, fotografía de 1949. Getty Images



A vuelapluma es una locución adverbial que el Diccionario de la lengua española define como texto escrito "muy deprisa, a merced de la inspiración, sin detenerse a meditar, sin vacilación ni esfuerzo". No es del todo cierto, al menos en mi caso, y quiero suponer que tampoco en el de los autores cuyos textos subo al blog. Espero que los sigan disfrutando, como yo, por mucho tiempo. Ellos tienen, sin duda, mucho que decirnos. Les dejo con el A vuelapluma de hoy, un texto del escritor Félix de Azúa, en el que nos recomienda acudir a Hannah Arendt en busca de consejo cuando nos asalta el horror de ver a nuestros vecinos entregados a la destrucción, el odio y la idiotez. 

"Cuando nos domina el agobio de estar viviendo en una sociedad agresiva, codiciosa, desnortada y peligrosa -comienza diciendo Azúa-, conviene acudir a quienes en verdad vivieron situaciones difícilmente soportables. La primera mitad del siglo XX fue, en Europa, una monstruosa fábrica de cadáveres según las palabras de la gran Hannah Arendt. Los totalitarismos usaban a sus poblaciones como materia prima para la ampliación de cementerios. Y los habitantes de aquellos países se volvieron monstruos sanguinarios. Ella, judía alemana, sobrevivió porque pudo emigrar a EE UU y allí escribir una de las reflexiones más profundas sobre la naturaleza del mal. Aturdida y confusa al ir conociendo las carnicerías europeas, dedicó su vida a pensar en una política humana. Al principio, en los años cuarenta, los crímenes alemanes y rusos eran difíciles de creer así que tardó en admitir que los humanos pudieran caer en semejante degradación. Cuando nos asalta el horror de ver a nuestros vecinos entregados a la destrucción, el odio y la idiotez, es bueno acudir a aquella mujer sabia, generosa y lúcida en busca de consejo. Ella vivió lo peor. 

La obra de Arendt es tan extensa que no es fácil elegir uno u otro título, aunque mi favorito siga siendo el monumental trabajo sobre los totalitarismos, porque da información esencial sobre la perversidad de los nacionalismos. Por fortuna acaba de publicarse, bajo la muy docta dirección de Andreu Jaume, una antología, La pluralidad del mundo (Taurus), que resume la doctrina de Arendt y es una introducción eficaz a su pensamiento político. Aun cuando ella vivió el horror absoluto, hay mucho que aprender sobre nuestros mediocres malvados. Sobre todo, un principio de hierro: no hacer nada que nos asemeje a ellos".






La reproducción de artículos firmados en este blog no implica compartir su contenido. Sí, en todo caso, su  interés. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





HArendt




Entrada núm. 5470
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

sábado, 16 de noviembre de 2019

[ARCHIVO DEL BLOG] La maldición monclovita. (Publicada el 23 de marzo de 2009)



Palacio de La Moncloa, Madrid


Da la impresión de que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero ha perdido en norte (y el este, el sur y el oeste). ¿Por culpa de una crisis económica de la que no es responsable directo? Pudiera ser que sí, pero... Les ha pasado a todos los anteriores presidentes salvo a Calvo Sotelo, al que no le dio tiempo a nada. La maldición de La Moncloa ataca de nuevo. No se que le pasa a ese edificio pero vuelve locos a sus inquilinos en cuanto lo habitan durante más de cuatro años. Mi amiga Ana dice que es el PODER, un maleficio del que ninguno de ellos sabe, quiere o puede desprenderse, adherido al cuerpo como una segunda piel... Su próximo ocupante debería volar La Moncloa hasta los cimientos y volver al Paseo de La Castellana. Al menos podrían probar y ver si funciona...

Dos artículos de hoy en El País me hacen temer lo peor. El primero, "Aplastados bajo la lógica", de José Ignacio Torreblanca, profesor titular de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UNED y director de la oficina en Madrid del European Council on Foreing Relations sobre el caso Kosovo, un patinazo más, y van no sé cuantos van, de la errática política exterior del presidente del gobierno. El segundo, "Italia y España, una confluencia", del escritor Félix de Azúa sobre la cada vez más perceptible, extendida y generalizada corrupción de "toda" la clase política española (con las excepciones de rigor). Es como para echarse a temblar. A pesar de ello, disfrútenlos, y sean felices, aunque se emperren en impedírselo. HArendt




Palacio de Villamejor, Paseo de la Castellana, Madrid


"Aplastados bajo la lógica", por José Ignacio Torreblanca
(El País, 23/03/09)

Los políticos suelen ser acusados de ser demasiado pragmáticos. En su defensa, suelen argüir que la realidad es más compleja de lo que parece, que lo deseable no siempre es posible y que su obligación es considerar los costes y beneficios de una decisión antes de tomarla. Pero a lo que no estamos acostumbrados es a la situación contraria, es decir, a que un Gobierno siga una decisión hasta sus últimas consecuencias, independientemente de sus costes, caiga quien caiga, como se dice popularmente.

Algo de esta lógica ciega hemos visto la semana pasada en la decisión del Gobierno de retirar las tropas de Kosovo. No cabe duda de que el presidente tiene razón cuando defiende la medida como "lógica y coherente" con la decisión de no reconocer la independencia. Pero anunciar la retirada a unos pocos días de que el presidente de Serbia y su ministro de Defensa se pasearan por Madrid, ejemplificando lo que Zapatero personalmente describió como prueba de unas relaciones bilaterales "muy estrechas", y a unos pocos días de que el presidente Obama llegue a Europa para participar en una serie de cumbres (entre ellas de la OTAN) cruciales para las relaciones con Estados Unidos, no parece desde luego producto de un cálculo racional. En cualquier caso, puede ser muy mal entendido, como ha quedado demostrado en la cascada de declaraciones negativas que el anuncio ha producido entre nuestros más estrechos aliados, incluyendo Francia y Estados Unidos, así como por parte de la OTAN y la presidencia checa de la Unión Europea. Hay decisiones de una lógica tan aplastante que pueden aplastarle a uno.

Lo curioso es que Kosovo es, bajo cualquier criterio, un asunto menor desde el punto de vista de los intereses de España. Y sin embargo, va camino de convertirse en uno de los legados más visibles de la política exterior de Zapatero. Aznar también cometió un error similar al magnificar un incidente como el de Perejil, un islote sin importancia y de disputada soberanía pero que acabó trastocando su política europea haciéndole ver enemigos por todas partes.

Si Kosovo fuera una política, se hubieran valorado desde un principio los costes y beneficios de adoptar uno u otro curso de acción. Pero Kosovo es simplemente un instinto, un reflejo condicionado, lo que hace imposible todo análisis racional de las acciones del Gobierno. Así, desde que hace un año Pristina declarara la independencia, el Gobierno se ha ido encerrando en un callejón sin salida.

Primero, adoptó una decisión que pretendía lograr de una tacada dos cosas incompatibles entre sí: negar con toda rotundidad que la declaración de independencia de Kosovo constituyera precedente alguno para, a continuación, conceder el precedente negándose a reconocer la independencia. Desde esta lógica original, tan singular como defectuosa -"no constituye precedente, pero me niego a reconocerlo"-, el Gobierno ha ido adoptando sucesivas decisiones, todas tan lógicas y coherentes como costosas para la política exterior. Primero fue intentar justificar su argumentación desde el derecho internacional, cuando era el derecho interno lo que preocupaba. Luego fue votar en la ONU para que el Tribunal Internacional de Justicia examinara la legalidad de la declaración de la independencia, aunque hubiera que votar con los no alineados y en contra de todos nuestros aliados de la OTAN y de la UE. Y ahora, retirar las tropas aunque nuestros aliados de la OTAN y de la UE se queden boquiabiertos.

Todo ello a cambio de qué, cabe preguntarse. Me confieso ignorante de las sutilezas de la política vasca y catalana, pero al menos me consolaría que, dado que el coste de las decisiones del Gobierno sobre Kosovo pesa como una losa sobre nuestra política exterior, hubiera beneficios tangibles en el ámbito doméstico. Pero si sirve o no a Patxi López o a la unidad patria la retirada de tropas es desde luego un enigma para el cual carezco de respuesta.

Más allá de los dudosos beneficios, es innegable que los costes serán elevados. Kosovo no es Irak, pero dos retiradas son muchas como para ser una coincidencia. Lógicamente, algunos se preguntarán qué problema tiene España. Si Irak era Administración Bush cien por cien, Kosovo es un claro producto de la Administración de Bill Clinton, incluida una guerra con Serbia en la que (por cierto) España participó a pesar de carecer de una resolución de la ONU que la refrendara. Un aliado es alguien que arrima el hombro, no alguien que constantemente imparte lecciones de principios. Por eso, Grecia, Rumania y Eslovaquia, que tampoco reconocen Kosovo, mantienen sus tropas allí. Desde luego, si el plan era seducir a Obama, presidente de un país nacido de una bellísima declaración (unilateral) de independencia, ZP va a tener que trabajar mucho más de lo inicialmente previsto.




El profesor José Ignacio Torreblanca


"Italia y España, una confluencia", por Félix de Azúa
(El País, 23/03/09)

Cuando el presidente Zapatero aseguró públicamente, con ese énfasis suyo tan inseguro, que habíamos superado a Italia y que pronto alcanzaríamos a Francia, me eché a temblar. No sólo por el disparate (evidente para cualquiera que haya viajado un poco), sino porque sin la menor duda el presidente estaba persuadido de lo que decía. Un amigo bien situado en Asuntos Exteriores me comentaba su desazón.

Hay que tener en cuenta que nuestros vecinos de la bota están bien informados: todos los grupos mediáticos españoles, menos uno, están controlados por empresas italianas, y sus carcajadas se oyeron en Pekín. Ahora ya empiezan a quedarse con la energía, ese sector llamado estratégico.

Ciertamente, hace años que se va produciendo una deriva española hacia Italia (que no lo contrario), pero en el ámbito de la trama económico-política y la infiltración mafiosa. En todo lo demás, educación, preparación técnica, iniciativa empresarial o civilización urbana, nos dan ciento y raya.

Hubo un tiempo en que los políticos españoles parecían salvarse de la arraigada delincuencia a la italiana. Aquel país ha sido destruido por una clase dirigente chulescamente ajena a la población que les paga. Parecía que eso no iba a suceder en España, pero los últimos meses han puesto al descubierto cómo se extiende también aquí la cleptocracia.

En Italia, según dicen los expertos, el caos político se debe a la pésima construcción constitucional, tras la Segunda Guerra, que propicia la desintegración de partidos, y la presencia de jefes mafiosos en la Democracia Cristiana desde las primeras elecciones. De entonces a la fenomenal corrupción de la etapa socialista y el exilio de Craxi, la trama se fue espesando y los intereses mafiosos han acabado por devorar la vida parlamentaria sin distinción de derechas e izquierdas.

Aún faltaba la llegada de Berlusconi, uno de los más siniestros dirigentes europeos, sólo comparable con los de algunos enclaves balcánicos. En este momento Italia es un país con una inseguridad jurídica próxima a la de las satrapías latinoamericanas.

Cuando comento con los profesionales de la política su progresiva deriva hacia el modelo italiano, suelen negarlo con vehemencia. A los pocos días aparecen tres ayuntamientos, cinco diputados, once concejales y un presidente autonómico pillados en corruptelas, fraudes o corrupciones. De cada diez casos, la proporción viene a ser de cinco del PP por dos del PSOE. Los tres restantes suelen afectar a los asuntos regionales, como el famoso 3% de Maragall, que jamás se esclarecen dado el espe-sor clientelar que han generado las autonomías, auténticos paraísos de las oligarquías locales.

Este paralelismo con Italia creo que es explicable, no sólo por la chapuza jurídica o por la inveterada deshonestidad de las sociedades mediterráneas, sino también porque los italianos sufrieron sólo unas pocas décadas menos de fascismo que los españoles. El fascismo, además de una ideología ridícula, es un sistema que nacionaliza la totalidad de los recursos para repartirlos luego entre los fieles del régimen.

Así se crea una nube de particiones jerarquizadas que hace prácticamente imposible la supervivencia en el exterior de la adhesión incondicional. La necesidad cotidiana y la falta de escrúpulos de los ambiciosos logran que una enorme proporción de la sociedad quede atrapada por el sistema y se conforme con él.

Si en Italia o en España se hubiera procedido a una depuración de todos aquellos que se enriquecieron con el fascismo, nos habríamos quedado sin clase dirigente. Y fueron ellos quienes decidieron si había o no depuración. Como en Italia, los colaboracionistas españoles se incorporaron a diversos partidos, desde Alianza Popular a Convergència i Unió, del mismo modo que los estalinistas se lavaron la cara en las múltiples izquierdas más o menos democráticas que se fundaron entonces y que han ido derivando hacia grupos de vaguísima ideología y sólido oportunismo. Nunca habrá memoria histórica para este proceso.

El resultado ha sido una clase política que, con las consabidas excepciones, desde el principio ignoró por completo el sentido de la expresión "dinero público", y que además se considera impune. Un partido político español se parece más a la Renfe o a Telefónica que a un partido inglés o alemán. Y suelen actuar con igual zafiedad e inoperancia. De vez en cuando un político va a dar en la cárcel, pero nunca, que yo sepa, por dilapidar inmensas cantidades en actividades estériles o en obras ruinosas.

Hasta tal punto los políticos ignoran que el dinero público no es suyo ni está al servicio de su ideología, que hace unos días José Montilla recomendaba a los empresarios catalanes que no subieran los sueldos de sus trabajadores. No se le pasó por la cabeza que él cobra más que el presidente español. Que sus camaradas del Parlament gozan de sueldos colosales fijados (y aumentados) por ellos mismos. Que tras dos legislaturas los conservan toda la vida. Que sus gastos son en buena parte opacos y que, por ejemplo, niegan a la oposición la documentación que les reclama y no pasa nada. Que también es secreto el número y el sueldo de los asesores. Y que la famosa institución para controlar la malversación pública se ha quedado en una burla a los ciudadanos.

Según la última encuesta del Centro de Estudios de Opinión, un 74,3% de los catalanes está insatisfecho o muy insatisfecho con sus políticos. ¿Y a ellos qué les puede importar? Mientras les protejan sus jefes... Lo suyo es callar y bajar la testuz.

A mediados de mes vi por la televisión nacional catalana a Carod Rovira, vicepresidente de Cataluña, con los indios shuars del Ecuador. Ha dedicado un millón de euros a propiciar el bilingüismo entre estas curiosas tribus indias. Seguramente el presidente del Ecuador acepta gustoso el dinero de los catalanes para una finalidad que le importa un pimiento. Es obvio, en cambio, que este asunto, a saber, que los indios aprendan su propia lengua, es de la mayor importancia para los obreros de la Seat. Pero si pude ver unos segundos a Carod en funciones paternales fue porque le acompañaba un equipo de la televisión nacionalista. La imagen del vicepresidente aceptando la lanza india que le ofrecía el jefe shuar en perfecto castellano y medio en cueros ha costado a los catalanes bastante más que cien ternos de sastre valenciano.

No obstante, es seguro que Carod cree estar haciendo lo mejor para su país. Y seguirá haciéndolo porque la clase política catalana no quiere controlar el gasto público. Es su único poder, ya que la población le es cada día más desafecta. Ellos son el único valor de Cataluña, del mismo modo que Carod está persuadido de ser, él en persona, Cataluña. El dinero de Cataluña es, por lo tanto, suyo. Resulta muy difícil (y tedioso) tratar de hacerle entender que esa Cataluña suya se reduce a un grupo de amigos, una televisión y un par de cientos de miles de votos en decadencia. Y que el resto, hasta siete millones, lo miramos como Nani Moretti miraba a los parlamentarios italianos. Gordos moscones girando sobre el inmenso pastel del dinero público, satisfechísimos, ajenos a todo, ebrios de retórica barata, de egoísmo y de impunidad.

Sí, es cierto: como dijo Zapatero, llevamos camino de superar a Italia, pero no exactamente en algo que merezca la pena. Por el camino que vamos, para alcanzar la seriedad de Francia harán falta algunos siglos.




El escritor Félix de Azúa



La reproducción de artículos firmados en este blog no implica compartir su contenido. Sí, en todo caso, su  interés. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt






HArendt




Entrada núm. 5450
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

lunes, 4 de noviembre de 2019

[A VUELAPLUMA] Los muertos



Jacques Prévert, en 1955. Fotografía de Doisneau/Rapho


A vuelapluma es una locución adverbial que el Diccionario de la lengua española define como texto escrito "muy deprisa, a merced de la inspiración, sin detenerse a meditar, sin vacilación ni esfuerzo". No es del todo cierto, al menos en mi caso, y quiero suponer que tampoco en el de las autores cuyos textos subo al blog. Espero que los sigan disfrutando, como yo, por mucho tiempo. Ellos tienen, sin duda, mucho que decirnos. Les dejo con el A vuelapluma de hoy. 

"No creo que haya canción más otoñal que Las hojas muertas, de Jacques Prévert, -comienza diciendo el escritor Félix de Azúa-. La versión de Yves Montand ha marcado a tres generaciones. Tiene el inconveniente de que no es fácil de traducir. Les recuerdo el tema: Les feuilles mortes se ramassent à la pelle, les souvenirs et les regrets aussi. El cantante piensa en los años juveniles cuando anduvieron juntos él y su amiga. En aquel tiempo, dice, la vida era más bella y el sol más ardiente que hoy. Pero (y aquí entran las palabras terribles) los recuerdos y los lamentos, como las hojas muertas, se recogen con una pala y el viento del norte se los lleva a la fría noche del olvido. Y ese es el problema, “con una pala” rompe por completo la musicalidad del francés. En español son cinco sílabas; en francés son tres.

La belleza del otoño pide exactitud. En el poema no se esclarece cuál era la relación de quien canta y su amiga. ¿Eran amantes? ¿Amigos de infancia? ¿Sería un amigo? Tantas posibilidades abren un abanico grande que toca el corazón de cualquiera que haya amado alguna vez y sepa que los recuerdos y los lamentos se los lleva el frío viento del olvido. Por eso Prévert comienza la canción con una entrada emocionante. Lo primero que dice el cantante es: “¡Cuánto me gustaría que recordaras aquellos días felices, cuando éramos amigos!”. Forzar el recuerdo no es otra cosa que exigir el regreso de aquel amor desaparecido. Traerlo de nuevo a la presencia atemporal de quien conserva la memoria. No sabemos si han pasado tres, diez o cincuenta años. Ni siquiera sabemos si la amiga ha muerto. Solo sabemos que fueron tiempos dichosos y queremos que regresen, aunque solo sea en forma de canción. Porque para eso tenemos la música, para rescatar del infernal olvido a Eurídice, como hizo Orfeo".






La reproducción de artículos firmados en este blog no implica compartir su contenido. Sí, en todo caso, su  interés. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



HArendt




Entrada núm. 5414
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

viernes, 6 de septiembre de 2019

[A VUELAPLUMA] Simpleza generalizada



Carrera de caballos. San Lúcar de Barrameda. Foto de Juan Carlos Toro


Vamos a una cultura de militante simpleza en las artes, en las letras, en la política, en la economía, en las actividades que antes traían una cierta complejidad, dice el escritor Félix de Azúa. Si un elemento impone alguna dificultad o exige concentración, reflexión y juicio, es eliminado sin piedad. Son los coros y danzas de la simpleza generalizada.

Me fui a las carreras de Sanlúcar, comienza diciendo Azúa. Pocas escenas son tan cautivadoras como una potrada a galope loco aplastando la arena ribereña del Atlántico. Pasan en tromba ante la tribuna y se dirigen hacia el sol rojo que se va poniendo despacio, no vaya a perderse el final de la lucha. Unas olas mansas se suceden como caricias en severo contraste con los caballos desbocados. Es el coro que va diciendo cuán locos estamos los humanos.

Hace unas décadas esta era una fiesta casi doméstica frecuentada por las familias de la bahía y algunos curiosos entre los que figuraba, claro, Fernando Savater. Es ahora un espectáculo de masas. El taxista me dijo que se calculan unos 10.000 los que se apiñan en la gran playa. La belleza equina y el paisaje siguen siendo soberbios, pero la fiesta es ya tan prosaica como un partido de fútbol.

Esta ha sido la mejor escena de un verano en el que he podido constatar cómo se disuelven en el aire los escenarios complejos. Todo va alcanzando su nivel masivo de simplicidad. Si un elemento impone alguna dificultad o exige concentración, reflexión y juicio, es eliminado sin piedad. Vamos a una cultura de militante simpleza en las artes, en las letras, en la política, en la economía, en las actividades que antes traían una cierta complejidad como el sexo o la disputa de ideas. La meta es el aprobado general.

A ese mundo simple se va amoldando la máquina política en las democracias que hace unos años aún proponían programas esforzados o de alguna hondura. Hoy solo apuestan por el más mezquino nacionalismo, justo cuando todas las naciones se igualan. Al llegar a Madrid me entero de que desaparece la gran Revista de libros. A los de mi quinta se les ofrece un mundo dirigido por gente en traje folclórico.





La reproducción de artículos firmados en el blog no implica compartir su contenido, pero sí, su  interés. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





HArendt




Entrada núm. 5228
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

viernes, 2 de agosto de 2019

[A VUELAPLUMA] La especie



Bassin de la Villete, París. Foto de Ángel Calvo para El País


En las piscinas de los grandes hoteles se junta una muestra exacta del género humano en versión democrática, comenta el escritor Félix de Azúa. Hacía un siglo que no pisaba una piscina populosa, comienza diciendo Azúa. Este año pude hacerlo y me ha quedado un cálido sentimiento de ternura. En las piscinas de los grandes hoteles se junta una muestra exacta del género humano en versión democrática. Casi desnudos, sin máquinas que los distingan, los teléfonos son todos iguales y los clientes del hotel, también.

El espectro es antropológico. Van primero los niños chiquitos, sin movilidad, frágiles, agarrados a sus madres y con los ojos muy abiertos. Vienen luego los niños propiamente dichos, lo mejor de la especie, los cachorros prístinos, perfectos, vivísimos. Son originales, imprevisibles y escandalosos. No lo hacen adrede, pero molestan todo cuanto pueden. Sus padres sueltan incoherencias como: “¡Ven aquí, que te voy a dar un azote!”, y los niños van, aunque sea haciendo mohines. ¡Como lluvia de estío!

Lo que sigue son los adolescentes, arrogantes, tímidos, incompletos, soberbios, aplastados por su inseguridad y por la obligación que les ha caído de golpe: seducir. Lo intentan, aterrados por el fracaso, pero cuando sosiegan son la belleza misma. Sus padres, que se los miran con temor y orgullo, soportan ahora la carga más desgraciada, tienen que dar de comer, vestir, cobijar y contentar a toda la familia. Tarea ímproba y sin reconocimiento. Todos son iguales, aunque ciertos caracteres secundarios distingan a un ruso (un tercio de carne más) de un italiano (fino, moreno, peludo), son diferencias triviales. Y luego ya, en el último tramo, los abuelos, tipos sin futuro, sin agobios, sin angustias, a quienes todos ignoran menos los niños, y eso les basta.

Hay que reconocerlo. La especie humana es admirable y magnífica solo cuando está en pelotas. Gocen de la piscina y hasta septiembre.






La reproducción de artículos firmados por otras personas en el blog no implica que se comparta su contenido, pero sí, y en todo caso, su interés y relevancia. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. 

Hoy, 2 de agosto, cumple este blog trece años de vida. Gracias de todo corazón por compartir esta aventura con nosotros. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





HArendt




Entrada núm. 5118
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

viernes, 26 de julio de 2019

[A VUELAPLUMA] Epistolario





Con cierta frecuencia se producen seducciones en la Red que acaban de modo violento, comenta el escritor Félix de Azúa. Suelen aparecer en los papeles como “crimen machista”. Sin embargo, la seducción epistolar tiene una fecunda tradición, casi nunca con un final pérfido mientras las palabras iban en papel. Es como si el medio decretara la maldad del mensaje actual. Aquellos que poseen instinto predatorio han encontrado en Internet un cazadero ideal.

He leído que hace pocos meses se han editado las cartas que remitió Rilke a una desconocida de 18 años, Erika Mitterer, como respuesta a un primer envío de la muchacha en 1924 (Insel Verlag). Rilke, residente en el sanatorio de Valmont, en Suiza, sabía que estaba muriendo de leucemia. Contaba 48 años y duraría unos pocos meses. La diferencia de 30 años no intimidó a la muchacha y el intercambio fue cada vez más abiertamente erótico por ambas partes. Sin duda Erika habría deseado entregarse a Rilke, pero este, por su exigua salud, por respeto a la inmadurez de Erika, o quizás porque en realidad solo le seducía una relación poética, nunca permitió el encuentro. Gracias a esa tensión, en una de sus cartas escribió Rilke el que quizás fuera su último gran poema. No obstante, nada puede oponerse a la terquedad de la pasión, así que en noviembre de 1925 Erika se presentó en el sanatorio sin avisar. Rilke la acogió con agrado, dieron paseos, hablaron, rieron, dice Erika, como niños, y se despidieron para siempre dándose la mano.




Fotografía de Getty Images para El País



Los artículos con firma reproducidos en este blog no implica que se comparta su contenido, pero sí, y en todo caso, su interés y relevancia. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





HArendt




Entrada núm. 5096
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)