La elección fundamental es la democracia, el estado de derecho, la justicia social y la igualdad de derechos políticos versus el nacionalismo cristiano masculino blanco, escribe en Substack (19/12/2025) Robert Reich, profesor en la Universidad de California en Berkeley.
19 de diciembre de 2025
Amigos, hoy, tras casi un año del segundo régimen de Trump, quiero hablar sobre el desafío que Trump y su régimen representan para el propósito moral de Estados Unidos. La mejor manera de abordar el tema es, creo, plantear algunas preguntas sobre lo que ha estado sucediendo y luego ofrecer una respuesta a todas ellas.
Preguntas:
— ¿Por qué la última Estrategia de Seguridad Nacional de Trump, publicada este mes, no hace distinción entre despotismo y democracia?
— ¿Por qué Trump abandona Europa y se pone del lado de Putin en el asunto de Ucrania?
— ¿Por qué Trump también se muestra atento con el príncipe heredero de Arabia Saudita, MBS, con Viktor Orban de Hungría y con Benjamin Netanyahu?
— ¿Por qué el régimen de Trump está tan empeñado en detener o deportar a personas indocumentadas en Estados Unidos que no han cometido ningún delito y han sido miembros productivos de sus comunidades durante años?
— ¿Por qué el régimen de Trump prohíbe el ingreso a Estados Unidos a personas cuyos países de origen son predominantemente musulmanes o cuyos habitantes tienen mayoritariamente piel negra o morena?
— ¿Por qué el régimen de Trump permitió que Andrew y Tristan Tate —arrestados en Rumania en 2023 acusados de trata de personas, violación y formación de un grupo criminal organizado para explotar sexualmente a mujeres— vengan a Estados Unidos?
— ¿Por qué el régimen de Trump admite en Estados Unidos a sudafricanos blancos como refugiados, pero no a personas negras o morenas que están en grave peligro en todo el mundo?
— ¿Por qué el régimen de Trump ha tomado medidas enérgicas contra las iniciativas de diversidad, equidad e inclusión en las universidades, el sector público y el sector privado?
— ¿Por qué Trump ha perseguido o intimidado a tantas mujeres de color que ocupan o han ocupado recientemente puestos de poder en Estados Unidos?
Responda a todas las anteriores:
Trump y su entorno no están interesados en proteger los ideales democráticos estadounidenses de sus enemigos globales. Rechazan el progreso que Estados Unidos y el resto del antiguo "mundo libre" han logrado en el avance de la democracia, el Estado de derecho, la justicia social y los derechos humanos.
El mundo que buscan es el de la supremacía blanca, el dominio masculino, la superioridad de la tradición judeocristiana sobre todos los demás credos y el nacionalismo que prioriza a Estados Unidos.
El nacionalismo cristiano masculino blanco se centra en el poder. Busca otorgar a los hombres cristianos blancos poder sobre las personas negras y morenas, sobre las mujeres, sobre las personas no judeocristianas, sobre las personas nacidas fuera de Estados Unidos y sobre cualquiera que no se ajuste perfectamente a la estructura y los roles de una familia tradicional.
El nacionalismo cristiano masculino blanco tiene más en común con Vladimir Putin, que condena a las personas LGBTQ+ y se burla de los derechos humanos; con Arabia Saudita, que confina a las mujeres a un estatus de segunda clase y asesina a los críticos del régimen; y con Viktor Orban, que ve a los inmigrantes musulmanes como amenazas directas a los valores cristianos de Europa, que con los aliados tradicionales de Estados Unidos.
Así pues, cuando Trump y su régimen se refieren a la "seguridad nacional" de Estados Unidos, no se refieren a la seguridad contra regímenes autoritarios que ignoran la democracia, el Estado de derecho y los derechos humanos. Su visión de la "seguridad nacional" se refiere a la seguridad contra fuerzas —tanto dentro como fuera de Estados Unidos— que defienden la democracia, el Estado de derecho y los derechos humanos (que describen con desdén como "woke" o "diversidad, equidad e inclusión"), en lugar del nacionalismo cristiano masculino blanco.
El nacionalismo cristiano masculino blanco es un retroceso al mundo anterior a que la Ilustración del siglo XVIII se arraigara en Occidente; anterior a que los ideales fundamentales expresados en la Declaración de Independencia, la Constitución y la Declaración de Derechos sirvieran de faro a Estados Unidos y al mundo; anterior a que Thomas Paine escribiera Los derechos del hombre.
Estados Unidos no siempre ha estado a la altura de estos ideales fundamentales de la Ilustración, pero al menos se ha esforzado por afrontar sus deficiencias y superar sus hipocresías morales. Luchó en una terrible guerra civil que puso fin a la lacra de la esclavitud. Extendió el derecho al voto a las mujeres. Promulgó las Leyes de Derechos Civiles y de Derecho al Voto para garantizar la igualdad de derechos políticos a las personas negras y morenas. Se comprometió con la igualdad de derechos en el matrimonio.
Nuestro sistema de derechos se ha basado en una cultura cívica que exige respeto mutuo, adhesión a los principios igualitarios consagrados en la Constitución y la Declaración de Derechos, rechazo a la intolerancia y al odio, dedicación a la libertad y la justicia y una profunda sospecha del poder centralizado, ya sea en el gobierno o en la economía.
Después de casi un año del segundo mandato de Trump —aún más violento y extremo que el primero— el desafío moral que él y su régimen plantean al alma de esta nación se ha vuelto claro: la pérdida de nuestros ideales fundamentales, el deterioro de nuestros principios fundadores y la abdicación de la autoridad moral de Estados Unidos en el mundo. ¿Qué opinas?


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