viernes, 18 de mayo de 2012

La iglesia y sus demonios: Post scriptum





El teólogo Roger Haight





"¿Puede conseguirse la salvación sólo por medio de un contacto histórico explícito con Jesucristo y con la fe en él? ¿Es Jesucristo la causa de la salvación incluso para aquellos «cristianos anónimos» que no saben que son salvados por él? ¿Es la salvación por medio de Jesucristo la norma, pero no la única vía de salvación? ¿O están todas las religiones al mismo nivel? Haight mantiene que es urgente pasar «de un cristomonismo a un teocentrismo», ya que el Dios de los cristianos no puede concebirse como un Dios únicamente para los cristianos y la trascendencia de Dios descarta el exclusivismo de la experiencia religiosa cristiana. El Santo Oficio replica enérgicamente que cualquier reconocimiento de otras religiones como mediadoras de la salvación de Dios «al mismo nivel que el cristianismo» niega la misión salvífica universal de Cristo y la Iglesia."

Las palabras anteriores contienen en esencia la tesis central del artículo "Cristología posmoderna", artículo del teólogo Henry Wansbrough en el número de Revista de Libros de octubre de 2009. comentando el libro "Jesús, símbolo de Dios" (Trotta, Madrid, 2009), del también teólogo Roger Haight, expresidente de la Sociedad Teológica Católica de los Estados Unidos, apartado por el Santo Oficio de su cátedra de teología en la Western School of Theology, regentada por los jesuitas en la prestigiosa ciudad universitaria de Cambridge, en el estado de Massachusetts.   



Escrita y publicada en el  blog mi anterior entrada, "La iglesia española y sus demonios", me quedó una especie de amargor profundo de que "aquello" se me había quedado cojo. Mi intención primaria no era la que al final quedaba reflejada en ella, bastante superficial y como anecdótica. Quizá debería haber escrito algo sobre las motivaciones que despiertan mi interés por las religiones, especialmente por la cristiana, en alguien que no tiene pudor en confesarse como "no creyente". Si por "creyente" entendemos la afirmación de una entidad superior y pre-existente desde el principio de los tiempos, la vida eterna, la resurrección de los muertos, o la existencia del cielo o del infierno, aunque este último término ya esté tan matizado por la propia jerarquía eclesiástica que resulte de imposible calificación, desde luego no soy creyente. Y ha sido esta tarde que recordé haber leído el artículo de Wansbrough que cité anteriormente y lo que la  condena de Roger Haight por el Santo Oficio tenía de similitud con la del teólogo suizo Hans Kung bastantes años antes.

Todo nació en un verano de mediados de principios de los 70, que me resulta imposible determinar con precisión, durante unas vacaciones familiares en Mallorca. Me había traído desde Gran Canaria un libro de Hans Küng, "Ser cristiano" (Cristiandad, Madrid, 1977) en aquel momento el más prestigioso teólogo católico del mundo, que había participado en el Concilio Vaticano II como asesor a propuesta del papa Juan XXIII. 

No tengo intención de profundizar en lo que ese libro supuso para mí porque eso es algo estrictamente personal. Como el reseñado de Roger Haight, no pretende otra cosa que hacer inteligible al hombre de hoy el mensaje del Cristo histórico y real, pero en todo caso me reveló que religión e iglesia no son lo mismo. Y cuando las sanciones vaticanas comenzaron a llover sobre Küng, especialmente con Juan Pablo II, mi apartamiento de la iglesia fue deslizándose por una pendiente que acabó por ser insalvable y que he asumido con indiferencia y sin preocupación o sentimiento de culpa alguno. 

Yo les recomiendo encarecidamente su lectura si es que tienen interés en profundizar en la fe que dicen profesar o al menos en comprenderla mejor. Quizá así acabarán entendiendo el por qué no fue expulsado de su cátedra de teología en la Universidad de Tubinga por lo que dice en este o en sus otros libros, sino por poner en duda el dogma de la infalibilidad del papado y su supremacía absoluta sobre el Concilio, una controversia que viene de antiguo en el seno de la iglesia y en la que no tengo interés alguno salvo el estrictamente académico sobre Historia de las Ideas o de las Religiones. El por qué lo fue también Roger Haight queda bastante claro en el artículo citado que me ha dado pie a este casi obligado "post scriptum", que pueden leer en el enlace de más arriba, y que complementa mi entrada anterior sobre esos demonios, tan familiares, que atenazan y coartan la libertad de expresión y de pensamiento en el seno de la iglesia católica.


Como complemento de la entrada he puesto un vídeo bajado de YouTube donde se expone el pensamiento de Hans Küng en pro de una teología de carácter universal y ecuménica.


Y sean felices, por favor, a pesar del gobierno. Tamaragua, amigos. HArendt 






El teólogo Hans Küng











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Entrada núm. 1468
"Tanto como saber, me agrada dudar" (Dante)
"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)
"La historia del mundo no es un suelo en el que florezca la felicidad. Los tiempos felices son en ella páginas en blanco" (Hegel)

Hacia una teología universal: El pensamiento de Hans Küng.

lunes, 14 de mayo de 2012

Paz en la guerra: El pensamiento de Simone Weil

sábado, 12 de mayo de 2012

Sobre "La Celestina" de Puértolas y otras lecturas




La escritora Soledad Puértolas


El lunes pasado una amiga me regaló un libro premiado hace unos años con el Planeta. Lo acepté encantado; había oído hablar bien de él y su autor me merecía gran reconocimiento. De vuelta a casa, en la guagua, lo fui ojeando como acostumbro a hacer con todos los libros: primero, la lectura de las solapas para ver de qué va y qué se cuenta de su autor; luego, las páginas iniciales y unas cuantas del interior a la buena de Dios;  y para terminar, las cuatro o cinco finales. Es posible que a algunas personas este método les resulte deleznable pero a mí me funciona muy bien porque me da una idea bastante exacta de si merece la pena continuar la lectura del libro o aplazarla "sine díe". La primera impresión me resultó frustrante y me confirmó en mis reticencias sobre los premios Planeta de novela, al menos los de unos cuantos años atrás para acá. No voy a decir que libro es ni mencionar su autor  que me merece todo respeto por su trayectoria anterior, pero tengo la impresión que la "cosa" funciona a base de elegir previamente un autor de prestigio reconocido y pedirle que escriba una novela de prisa y corriendo con la premisa previa de que el premio va a ser para él. Y así salen...

Hace unos días leía con delectación en el diario El País el artículo de la novelista y académica de la RAE, Soledad Puértolas, sobre la versión que en castellano moderno ha realizado para la editorial Castalia de La "Tragicomedia de Calixto y Melibea", la inmortal obra de Fernando de Rojas, más conocida como "La Celestina" por el nombre de su principal personaje. No voy a contarles el argumento porque es de sobra conocido, y aunque me he prometido a mí mismo leerla en la primera ocasión que tenga, de nuevo me surgen reticencias "a priori", con toda seguridad infundadas, sobre la traslación al español de hoy de una obra publicada por vez primera en 1499. Esas reticencias son fruto de mi experiencia académica y de prejuicios personales al respecto como simple lector, pero no quiero adelantar acontecimientos, aunque a mí la edición de Crítica (Barcelona, 2004) me parece, con mucho, la mejor de las que he leído de "La Celestina". Ya les contaré.

Me quedé prendado de la escritora Soledad Puértolas (Zaragoza, 1947) el día que vi por televisión el reportaje que el programa "Esta es mi tierra" de TVE2 le dedicó especialmente con motivo de su elección como miembro de la Real Academia de la Lengua. Es magnífico, y como he conseguido encontrarlo en los archivos de RTVE lo he subido al blog. Se lo recomiendo encarecidamente.

En este enlace de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes pueden acceder al facsimil, completo, de la primera edición de "La Celestina", impresa en Burgos en 1499 por Fadrique Alemán de Basilea. Y en este otro, en el portal de la misma dedicado especialmente a "La Celestina", a ediciones facsímiles de la obra, versiones modernas, adaptaciones, ediciones críticas y todo tipo de información sobre el autor, la obra en sí y su época.

Ya puestos, he subido la película que sobre la obra de Fernando de Rojas llevara al cine en 1996 el director Gerardo Vera, con guión de Rafael Azcona, y con Penélope Cruz, Juan Diego Boto y Terele Pávez como principales protagonistas. No es una obra maestra pero puede disfrutarse.

En una de las secciones del blog, en la columna derecha de la pantalla, voy poniendo desde mediados de 2008 los libros que estoy leyendo, consultando o que anoto para futuras lecturas, clasificados por años. Aunque parezca mentira leo ahora menos que cuando trabajaba, estaba metido en otros fregados académicos, sindicales y políticos, y encima tenía tiempo para la familia. Supongo que son los años, que pesan, como decía Rubén Darío: "La vida es dura, amarga, y pesa / ya no hay princesa a la cuál cantar." O quizá sea la condición de abuelo, que resulta tan gratificante o más para el espíritu que la literatura. Ya lo comprobarán en su momento...

Como le ocurría a mi amigo Michel de Montaigne, mis hábitos de lectura son bastante heterodoxos. Salto de un libro a otro con facilidad, vuelvo al que dejé a medias hace unos días, leo algo que me hace abandonar el que tengo entre manos y comenzar con otro... Supongo que no soy un caso excepcional. 

En estos últimos meses he disfrutado muchísimo con la "Eneida" (Espasa, Madrid, 2004) de Virgilio, y la "Metamorfosis" (Cátedra, Madrid, 1995), el "Arte de amar" (Alianza, Madrid, 2004) y la "Carta de las heroinas" (Gredos, Madrid, 1994), de Ovidio. Por deformación profesional y por gusto, reconozco que leo con mayor placer el ensayo o la obra histórica que la ficción. De ahí que me haya atrevido con la "Historia de la civilización en Europa" (Alianza Madrid, 1966) de François Guizot, todo un clásico que tenía en casa desde hace más de cuarenta años sin haberle hincado el diente, y que me ha encantado. Y que haya terminado de leer con enorme satisfacción el tomo 2 de la monumental "Historia crítica del pensamiento español" (Círculo de Lectores, Barcelona, 1994), de José Luis Abellán, dedicado a la Edad de Oro española, el siglo XVI. Sus capítulos sobre el descubrimiento, conquista y colonización de América por los españoles me ha hecho reflexionar en profundidad sobre nuestro acontecer histórico como pueblo. Su lectura me llevó como en volandas, a ensimismarme con el "Cervantes y los casticismos españoles" (Alianza, Madrid, 1974) de mi admirado Américo Castro. Los estudios contenidos en el mismo sobre Cervantes y el "Quijote", el pasado de los españoles, Fray Bartolomé de las Casas, o lo precario de las relaciones entre España y sus Indias, todos a la luz de la famosa tesis de don Américo, que comparto plenamente, sobre el papel de los españoles descendientes de judíos conversos y moriscos ("cristianos nuevos") en contraposición a los "cristianos viejos", resultan esclarecedores.

El último libro que he leído, lo terminé ayer, ha sido una magnífica biografía: "Carmen Laforet. Una mujer en fuga" (RBA, Barcelona, 2010) sobre la autora de "Nada" y "La isla y los demonios", tan vinculada emocional y vitalmente a la isla de Gran Canaria, escrita por Anna Caballé e Israel Rolón. Me ha gustado muchísimo, pero también me ha dejado un poso de desasosiego ante la cruda exposición de una vida que no quiso ni supo encajar en el mundillo literario de su época y que se fue extinguiendo (murió el año 2004) en una profunda soledad preñada de ensoñaciones, frustraciones y fracasos personales y familiares.

En fin, creo que esta crónica de hoy no da para más. Sean felices, por favor, a pesar del gobierno y de todos los incompetentes que se creen en posesión de la verdad. 

En el otro vídeo que acompaña la entrada pueden ustedes ver y escuchar el solemne acto y discurso de entrada en la Real Academia Española de Soledad Puértolas. Estoy seguro que va a gustarles.

Tamaragua, amigos. HArendt





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Entrada núm. 1466
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Discurso de ingreso en la RAE de Soledad Puértolas

La Celestina (Gerardo Vera,1996)

sábado, 5 de mayo de 2012

La democracia: ¿medio o fin?




Busto romano de Pericles



Democracia y libertad no son términos sinónimos. Alguna vez pueden resultar hasta incompatibles. Por ejemplo, cuando la democracia se convierte en mero instrumento para suprimir la libertad. En ese caso, la cuestión a dilucidar podría ser la siguiente:  ¿Es la democracia un fin en sí misma o solo un instrumento para llegar a un fin determinado?



Hace unas semanas una muy querida amiga bilbaína y compañera de estudios universitarios me envió un artículo publicado en el diario Gara, portavoz de la izquierda nacionalista vasca, que se hacía eco del pensamiento del filósofo esloveno Slavoj Zizek para plantearse nuevas estrategias en el camino a la construcción nacional de Euskal Herría. Se titula "La crisis como oportunidad para crear Euskal Herria junto a Zizek", y pueden leerlo en este enlace.



No tengo la menor intención de entrar en ese debate, que me resulta ajeno y estéril, sino precisamente en lo que para mí es la cuestión central que me lleva a plantearme esta reflexión personal sobre la democracia como medio o como fin, y que se expone al final del artículo citado, con palabras del propio Slovan Zizek: «Hoy por hoy, el enemigo fundamental no es el capitalismo ni el imperio ni la explotación ni nada similar, sino la democracia: es la `ilusión democrática, la aceptación de los mecanismos democráticos como marco final y definitivo de todo cambio, lo que evita el cambio radical de las relaciones capitalistas».



Les confieso con cierto pudor que al leerlas me recorrió el cuerpo un escalofrío de terror: "El enemigo no es el capitalismo, ni el imperio, ni la explotación, ni nada similar, sino la democracia". Cierto es que a continuación matiza sus palabras: parece que el enemigo no es tanto la democracia "como la ilusión democrática, la aceptación de los mecanismos democráticos como marco final", o lo que es lo mismo, la democracia como fin en sí misma y no como medio. Con toda sinceridad, y a pesar de los matices, a mi me parece una declaración lisa y llanamente fascista y totalitaria.



La democracia no es un régimen perfecto, pensar lo contrario sería igual de suicida que admitir que "solo" es un mecanismo, un medio, para obtener un fin: ya sea este la "felicidad", "la igualdad", la "libertad" o la "desaparición de las clases". A mi juicio, "medios y fines" son inseparables cuando hablamos de democracia. Es un medio, pero es también un fin en sí misma. El exprimer ministro británico y premio Nobel de Literatura, Winston Churchill (1874-1965) dijo de ella que era "el peor de los sistemas de gobierno, excluidos todos los demás". No es una mala definición.



El profesor estadounidense Robert A. Dahl, en un libro que es ya un clásico de la literatura política del siglo XX: "La democracia y sus críticos" (Paidós, Barcelona, 1993), analizaba los límites y las posibilidades de la democracia, qué es y por qué es importante, examinando sus presupuestos básicos, las objeciones de sus críticos (de la democracia) y proponía finalmente una reelaboración teórica de sus fines y medios.



Al final de su análisis (pág. 406-408) afirma con rotundidad que sea cual fuere la forma que adopte, la democracia de nuestros sucesores no será ni pueder ser igual a la de nuestros antecesores, y sugiere varios elementos para intentar reducir la brecha que a su juicio existe entre las elites políticas y los ciudadanos corrientes asegurando a estos últimos que: a) la información sobre los programas de acción política les sean accesibles de manera universal; b) se creen para los mismos oportunidades accesibles de participación política; c) que gocen de poder de influencia en la elección de los temas sobre los cuales han de girar los programas de acción política; y d) que participen en forma significativa en los debates políticos.



En el frontispicio de la nonata Constitución para Europa figuraba una frase de la famosa Oración Fúnebre de Pericles, que el historiador Tucídices (460-396 a.C.) dejó reflejada en su "Historia de la Guerra del Peloponeso" (Círculo de Lectores, Barcelona, 1997), que constituye una de las más hermosas definiciones de la palabra democracia (δημοκρατία): Dice así: "Tenemos un régimen político que no se propone como modelo las leyes de los vecinos, sino que más bien es él modelo para otros. Y su nombre, como las cosas dependen no de una minoría, sino de la mayoría, es Democracia." Lástima que no saliera adelante.



Y sean felices, por favor, a pesar del gobierno. Tamaragua, amigos. HArendt





Slavoj Zizek







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"El Discurso fúnebre de Pericles", de Tucídides

jueves, 5 de abril de 2012

Diario de Sesiones de las Cortes de Cádiz: Marzo de 1812





 Las Cortes juran la Constitución de 1812




Concluyo con esta entrada la serie que he venido dedicando a las Cortes de Cádiz y la elaboración y aprobación por las mismas de la Constitución de 1812.

Desde este enlace de la página electrónica del Congreso de los Diputados pueden acceder al Diario de Sesiones de las Cortes correspondiente a marzo de 1812. 

Y en este otro, de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, de la Universidad de Alicante, al documento original del Diario de Sesiones del día 19 de marzo de 1812, en el que quedan registrados los discursos del presidente de las Cortes y el de la Regencia del Reino proclamando la Constitución y la jura de la misma por parte de los Diputados.

Les remito a mi entrada del 19 de marzo pasado, "Cádiz, 1812: Nación española y Constitución", y al enlace que desde la misma pueden realizar al portal especial que a la celebración del bicentenario de las Cortes de Cádiz y de la Constitución de 1812  ha elaborado la citada Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, donde pueden encontrar una abundante información al respecto

Por último, desde este otro enlace pueden acceder al programa especial que Informe Semanal, de RTVE, dedicó hace dos semanas a la efeméride.

Espero que esta serie de entradas mensuales que durante más de un año he venido dedicando a la génesis e historia del nacimiento de la nación española y de su primera Constitución les haya resultado interesante.

Y sean felices, por favor, a pesar de los gobiernos que padecemos y de la dictadura invisible pero absolutamente tangible de eso que llaman, eufemísticamente, los mercados. Tamaragua, amigos. HArendt







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Bicentenario de la Constitución de 1812 (Informe Semanal, RTVE)

sábado, 31 de marzo de 2012

La ley de Transparencia y la responsabilidad de los políticos







Mariano Rajoy, Presidente del Gobierno español





No tengo muy buen concepto de la clase política actual. Ni de la nuestra, la española, ni de la europea. Creo, sinceramente, que no dan la talla ni por aproximación. Hace unos días, revolviendo papeles, me encontré con un informe de gestión que hice en noviembre de 1999 para el órgano de control del sindicato en el que militaba. Lo encabezaba con una frase del profesor de la Universidad de Stanford (EUA) y actualmente de la European University Institute de Fiésole (Italia), P.C. Schmitter, que decía lo siguiente: "Sin individuos que inviertan en democracia hasta el punto de orientar sus trayectorias vitales alrededor de la aspiración de ocupar sus puestos claves, existen serias dudas para la supervivencia de cualquier democracia. La cuestión central no es si existirá o no una élite política o incluso una clase política, sino la composición de ese grupo de representantes y si después se les podrá hacer responsables de sus acciones". Y es que resulta que esa es la clave de la democracia: la exigencia de responsabilidades, y no solo políticas, a los que nos gobiernan, por los actos que realizan o dejan de realizar en nuestro nombre mientras ocupan el cargo para el que han sido elegidos o designados.

El mundo es un pañuelo, dicen, y la clase política los mocos que lo infestan. Conviene lavarlos, el mundo y el pañuelo, a menudo para retirar la podredumbre, o mejor, tirarlos a la basura (solo el pañuelo), como los clínex, y comprarse unos nuevos... Espero que se me perdone la ordinariez de la expresión, pero es lo más suave que se me ocurre decir sobre los políticos a la luz de los últimos acontecimientos.

No creo que el anteproyecto de ley de transparencia sometido a información pública por el gobierno español del partido popular vaya a dar para mucho. En el acceso al mismo que figura en la página electrónica de La Moncloa solo dan para opinar a los ciudadanos un espacio de 1024 carácteres. Por generosidad y espacio que no quede..., y espero que no se bloqueen los mensajes posteriores que se envíen desde una misma dirección de correo electrónico. En honor a la verdad confieso que no lo he leído todavía, aunque pienso hacerlo con detenimiento y opinar sobre él en la medida que me dejen. Si he leído la referencia al informe sobre el mismo presentado por la vicepresidenta del gobierno al Consejo de Ministros del pasado día 23 de marzo, pero no he llegado a ninguna conclusión salvo la de la buena voluntad o una cierta dosis de cinismo por su parte dado el grado de cumplimiento que el partido y el gobierno del PP hacen de su palabra dada. Ahí lo dejo, de momento.

Curiosamente, y de nuevo deformación profesional como historiador, la lectura del informe me ha hecho recordar una vieja institución del Derecho de Indias español que, con las actualizaciones pertinentes, podría tener cabida en la elaboración del anteproyecto de ley citado. Me refiero al denominado "Juicio de Residencia", un procedimiento que consistía en que al término del desempeño de sus funciones todos los cargos públicos, incluidos los virreyes, y antes de abandonar la residencia del lugar en el cual habían ejercido sus cargos, estaban obligados a someterse a un proceso en el que se analizaba el grado de cumplimiento de sus obligaciones a lo largo del mandato, reuniendo cuanta información fuera precisa a través de diferentes testigos, documentos, denuncias y pruebas aportadas en su contra. Terminado el juicio, si era positivo, la autoridad podía ascender en el cargo; en cambio, si había cometido errores o ilegalidades, podía ser sancionado con una multa o la prohibición de por vida de ejercer de nuevo un cargo. Interesante, ¿no es verdad?

¿Cómo aplicar esta añeja institución española a la época actual? Una posibilidad sería la de recurrir, ahora, a otra antigua institución del derecho anglosajón, y más específicamente estadounidense, que aún funciona a pleno rendimiento como instancia judicial en la gran república norteamericana: el Gran Jurado. ¿Cómo?, haciendo que todo cargo público de relevancia: alcaldes, parlamentarios regionales, diputados y senadores nacionales; miembros de la administración de libre designación por los gobiernos respectivos, cualquiera que sea su ámbito territorial, etc., etc.; y todos los responsables de empresas sostenidas o subvencionadas con fondos públicos se sometan a un proceso informativo ante un Gran Jurado popular conformado al respecto, elegido al azar entre las listas de ciudadanos con derecho a voto, y ante los cuales, durante el plazo que se determinara, y en audiencia pública, se sometería a su escrutinio la labor desempeñada por el mismo durante el ejercicio de su mandato, una vez concluido éste, o cuando en el ejercicio del mismo se presentara contra él una petición en tal sentido avalada por un determinado número de ciudadanos.

Es solo un esbozo y aparco los detalles de la propuesta para otro momento, pero dejo la exposición a juicio de los amables lectores del blog por si estiman interesante comentarla. Y sean felices, por favor, a pesar del gobierno. Tamaragua, amigos. HArendt 





Durao Barroso, presidente de la Comisión europea








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Entrada núm. 1460
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domingo, 25 de marzo de 2012

La izquierda resiste en España y reacciona en Europa






Hollande (PSF) y Gabriel (SPD)



He esperado hasta conocer los primeros datos fiables de las elecciones regionales en Andalucía y Asturias para darle a la tecla del intro y llevar hasta "Desde el trópico de Cáncer" esta nueva entrada: ¡La izquierda resiste! No solo en España... Y en Europa comienza a reaccionar. A esta reacción de la socialdemocracia europea se dedica este comentario preferentemente. Sobre la resistencia de la izquierda española, nada que añadir a lo que dicen los ciudadanos con su voto.

Es evidente que algo comienza a moverse en el seno de la izquierda europea, pero tan lentamente, que algunos tenemos la impresión de que lo hacen a la misma velocidad, casi intemporal, de las placas tectónicas. Un artículo en El País de hoy, domingo, de la periodista Soledad Gallego-Díaz, cuenta con detalle que está pasando en la socialdemocracia europea. ahíta de su prolongado desencuentro con la ciudadanía del continente y de buena parte del mundo occidental.

Lo primero es convencerse ellos mismos de que el declive no es algo definitivo, dice en su artículo; lo segundo es lograr que el electorado comience a pensar que la derecha no es tan buena gestora de crisis como se cree. Son palabras de Pär Nuder, exministro sueco de Economía, un típico socialdemócrata escandinavo que cree firmemente en la interdependencia entre el crecimiento económico y el desarrollo, por un lado, y la seguridad social y la igualdad, por otro; la crisis europea es mucho más que un asunto de déficit y de deudas, tiene mucho que ver con la falta de confianza social, advierte. La socialdemocracia redistribuye poco, menos de lo que promete, pero los liberales redistribuyen mucho menos, afirma, Ernest Stetter, secretario general de la Fundation for European Progressive Studies (FEPS). El laborista Bob Carr, ministro de Asuntos Exteriores australiano, propone que dejemos de pensar en grandes ideas y nos dediquemos a resolver los problemas cotidianos de la gente. Los partidos ya no lideran a las sociedades, sino que son instrumentos que ayudan a los ciudadanos, cree Matt Browne, investigador titular del Center for American Progress.

Un primer aldabonazo de esos nuevos tiempos que la izquierda europea propone fue la reunión sostenida el pasado 15 de marzo entre François Hollande, primer secretario del PSF y candidato a la presidencia de la República francesa, el presidente del SPD alemán, Sigmar Gabriel, y el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba para forjar, con el apoyo del primer ministro belga, Elio di Rupo, y del secretario del Partido Democrático italiano, Pierluigi Bersani, una alianza progresista contra el pensamiento único conservador.

He vuelto a releer esta tarde las entradas del blog en las que últimamente he hecho mención al historiador británico Tony Judt, recientemente fallecido, y sus estudios sobre la crisis de la izquierda europea. Quizá por deformación profesional, como historiador, me encuentro mucho más próximo a sus tesis que a las, a veces, grandilocuentes manifestaciones de los líderes políticos. En todo caso, tengo claro que Europa es la solución y no el problema y que hoy más que nunca la unión de la socialdemocracia europea, con un programa común para Europa, es la única posibilidad factible de recuperar la confianza de los ciudadanos y hacer frente a la ola conservadora y reaccionaria que nos asola. La prueba del 9, las próximas elecciones presidenciales en Francia y las generales alemanas del año próximo.

Y sean felices, por favor, a pesar del gobierno, Tamaragua, amigos. HArendt






El Parlamento europeo (Estrasburgo)




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Entrada núm. 1459
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miércoles, 21 de marzo de 2012

El amargo don de la mediocridad

Un día te levantas y dices en alto eso que llevas tiempo dándole vueltas a la cabeza:  "Soy mediocre. No destaco en nada ni sirvo para más". Al no decirlo muy alto no esperas que te digan: "Eso no es verdad. Tú vales mucho y haces cosas muy bien." Tus sueños no se han cumplido, ni se van a cumplir ya; el tiempo pasó y no retrocede.No vas a pasarte esa temporada viviendo en Florencia; se te acabó el tiempo y las ganas de estudiar. Hasta los amigos desaparecen según te vas alejando, cada vez más, de los círculos. Estás rodeado de un círculo intenso y familiar que es lo que te mantiene a flote, pero el círculo único del "yo" se desvanece.

Tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro; si no lo haces no eres nada. No hace falta que sean esas tres cosas exactamente; cada uno tiene sus metas, o las tenía. Ya no hay fuerzas ni para tenerlas: total, soy mediocre y no haré ninguna cosa que le interese a nadie. No escribiré un "best seller", ni ganaré el Pulitzer de fotografía; un quinceañero tiene más talento y creatividad. La gran mayoría de la condición humana es mediocre y es feliz, será la falta de ambición personal. No hablo de fama ni de dinero, sólo de reconocimiento, pero no sirvo ni para "pelo pantene", que no te piden ni el más mínimo
signo de inteligencia bajo tanto cabellera.

El tener tiempo libre no es bueno para la salud, el ocio es malo en demasía. Y en un país con tanto parado y con tan pocas de trabajar, la fiesta "typical spanish" se va a ir al carajo. Los que nunca han aspirado a nada, sino a vivir el día a día son los felices. Ellos no se preguntan para que  han pasado años formándose, teniendo un buen cerebro, imaginación y miles de dotes que hoy en día no sirven. "Más feliz que un tonto", di que sí. La ignorancia nos libera. Y no promuevo el catetismo, al contrario. Hay toda una generación a la que nos educaron diciendo que podíamos aspirar a más, que no fuésemos solo básico, que había que estudiar, tener ideas y pensar; y aquí estamos, comiéndonos los mocos, viendo el techo y poniendo velas a Buda, a la Macarena y a Kali, porque tenemos una media de edad que no es rentable para las empresas, o menor de 30 o mayor de 45. Todos mediocres, todos con estudios, todos con ambiciones, todos preguntándonos porque no hicimos el curso de fontanería en lugar de la licenciatura. Todos siendo buenos en algo que ya no recordamos que es...

Hasta otro día de mejor humor. Nos vemos. Ruth Campos



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Entrada núm,. 1458
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sábado, 17 de marzo de 2012

Canarias, unida contra el petróleo




 
Canarias desde el espacio


Al flamante ministro de Industria, Energía y Turismo del gobierno de España y presidente del Partido Popular de Canarias, don Jose Manuel Soria, le llaman en su tierra, las islas Canarias, el "Macho Soria". No por su apolínea figura y su bigotillo de corte clásico a lo charro mexicano, sino por su peculiar talante político más propio de un macho cabrío, y por su forma de embestir a todo aquel que no piensa como él, incluso entre sus "amigos" de partido. De sus "machadas" están las hemerotecas tan llenas que dan para una tesis doctoral. En las islas lo ha sido todo o casi todo: exalcalde de Las Palmas de Gran Canaria, la más populosa ciudad del archipiélago, expresidente del Cabildo de la isla de Gran Canaria, y exvicepresidente del gobierno de Canarias y consejero de Hacienda del mismo. Amigo personal del presidente del gobierno de España, don Mariano Rajoy, su nombramiento como ministro ha sido para él una bendición del cielo, o de la diosa Fortuna. pues su historial pendiente de querellas judiciales múltiples, de haber perdido el PP las elecciones, podrían haberle dejado, literalmente, con el trasero al aire y al pie de los caballos tribunicios.  

Contra la opinión de todas las instituciones representativas de Canarias, el Consejo de Ministros del gobierno de España aprobó ayer la autorización a la petrolera REPSOL para iniciar prospecciones en aguas canarias, en concreto en las proximidades de las islas de Fuerteventura y Lanzarote. La prensa del archipiélago destaca, críticamente, como no podía ser menos, la noticia. En "Canarias Ahora", recalcando el menosprecio del ministro y del gobierno de España a Canarias y los canarios; en "La Provincia", con una entrevista al propio ministro en cuyas respuestas queda meridianamente expuesto el porqué del cariñoso apelativo de "Macho Soria" con el que sus desgraciados paisanos (por tenerle a él como ministro) le reconocemos.

Pero quien le pone la guinda crítica al pastel de la machada soriana es el periodista José Antonio Alemán en su artículo de hoy en "Canarias Ahora", titulado "Una cuestión de dignidad". Porque efectivamente, de eso se trata, de una cuestión de dignidad. Canarias, cuyo único efectivo de supervivencia es el turismo, y en la medida de lo posible, de un turismo de calidad, no puede arriesgar ni hipotecar su futuro en base a unos hipotéticos beneficios futuros de un futuro petróleo cuyos únicos futuros beneficiarios nunca serían los ciudadanos canarios sino los intereses espurios de una compañía petrolera y de sus amigos políticos.

No tengo una especial sensibilidad hacia los ecologistas si por ecología se entiende. únicamente, las disparatadas disquisiciones pseudocientíficas con las que nos obsequian a menudo. Siento un profundo amor y respeto por la Naturaleza, pero la Naturaleza no tiene sentido alguno por sí misma sino la relacionamos con el Hombre (lo siento, el lenguaje políticamente correcto no va conmigo), que es, en feliz expresión de Hannah Arendt, el único que le da sentido al mundo.   

Por una vez, y sin que sirva de precedente, como canario que soy, me pongo del lado del Gobierno de Canarias y de la mayoría de los canarios y en contra del Gobierno de España, y no de los españoles, que lo padecemos.

Les invito a ver los videos que acompañan la entrada. Y sean felices, por favor, a pesar de los gobiernos. Tamaragua, amigos. HArendt





José Manuel Soria




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"Tanto como saber, me agrada dudar" (Dante)
"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)
"La historia del mundo no es un suelo en el que florezca la felicidad. Los tiempos felices son en ella páginas en blanco" (Hegel)

Islas Canarias, un paraíso en el Atlántico

Campaña contra las prospecciones petrolífera en Canarias

Canarias, región ultraperiférica de la Unión Europea

sábado, 3 de marzo de 2012

Todos los hombres del Rey: La Zarzuela, por dentro





"Todos los hombres del Rey" es el título que el diario El País ha dado al interesantísimo reportaje publicado el pasado 25 de febrero sobre el día a día de la Casa Real en el entorno del Palacio de La Zarzuela y de las persona al servicio de la misma y de S.M. el Rey. No dejen de leerlo, les aseguro que merece la pena, ni de ver el magnífico reportaje fotográfico  sobre la "fontanería" de La Zarzuela que acompaña el artículo porque no son personas que prodiguen mucho su imagen.


"Todos los hombres del rey" es el también el título de la novela por la que el poeta y escritor norteamericano Robert Penn Warren (1905-1989) obtuvo el premio Pulitzer en 1946. La historia, que  se desarrolla en Luisiana, narra la vida de un político idealista, que alcanza el poder, pero cuya carrera se verá truncada por la corrupción en la que acaba cayendo. Como ahora... Con base en la novela de Penn, el director Robert Rossen realizó en 1949 su película "El político", que ganó el Óscar tanto para ella como para su protagonista, el actor Broderick Crawford. Y en 2006, el director Steven Zaillian realizó una nueva versión de la novela de Penn, con el mismo título de ésta, protagonizada por Sean Penn y Kate Winslet, que no llegó a estar a la altura de su predecesora, de la que pueden ver un avance en el vídeo  con el que acompaño esta entrada.

De todas formas, tengo la impresión de que los autores del reportaje de El País tenían más presente en el momento de realizarlo la película "Todos los hombres del presidente", dirigida por Alan J. Pakula en 1976, y protagonizada por Robert Redford y Dustin Hoffman, basada en el libro homónimo de Bob Woodward y Carl Bernstein (1974) que relata la historia de la investigación periodística que condujo al famoso escándalo de "Watergate" y que obligó a Richard Nixon a dimitir como presidente de los Estados Unidos. Una película que 2010 fue incluida entre los filmes que preserva el National Film Registry (Registro Nacional de Filmes) de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, por ser considerada «cultural, histórica, o estéticamente significativa» y de la que acompaño igualmente un vídeo de avance.

Espero que les resulte interesante. Y sean felices, por favor, a pesar del Gobierno. Tamaragua, amigos. HArendt


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"Todos los hombres del rey" (S. Zaillian, 2006)

"Todos los hombres del presidente" (J.A. Pakula, 1976)

viernes, 2 de marzo de 2012

Diario de Sesiones de las Cortes de Cádiz: Febrero de 1812




Mapa de España (1816)



El pasado 4 de febrero el diario El País publicaba un interesante artículo del catedrático de Historia en la Universidad Complutense de Madrid, José Álvarez Junco, titulado "Cultura y libertad" sobre la Constitución de 1812: el primer esfuerzo democrático de la España contemporánea. Un esfuerzo, se dice en él, que sin embargo no cuajó hasta la Transición aunque entre 1808 y 1814 naciera una nueva cultura política a la que se llamó “liberal”, y que marcaría todo el siglo siguiente. La celebración del bicentenario, añade, es un momento propicio para revisar el relato canónico. Un texto que, como buen relato mítico, continúa, se ha cargado de héroes, mártires, hazañas, que encarnan valores que deberían seguir sirviendo a nuestra sociedad, pero que conviene poner al día.

Desde ente enlace de la página electrónica del Congreso de los Diputados de España se accede al Diario de Sesiones de las Cortes de Cádiz correspondiente al mes de febrero de 1812, durante el cual las Cortes precisan y reelaboran el título de las mismas dedicado a la figura del Rey, sus competencias y las normas de sucesión de la Corona, y acuerdan la composición y elección definitiva de los miembros del Consejo de Estado, máximo órgano consultivo del Reino.

La presidencia de las Cortes la ostentarán durante este periodo Antonio Payán de Tejada y Figueroa, abogado de la Real Audiencia de Galicia y diputado por la ciudad de La Coruña, entre el 24 de enero y el 23 de febrero de 1812, y Vicente Pascual y Esteban, canónigo de la colegiata de Mora de Rubielos (Aragón) y diputado por la ciudad de Teruel, entre el 24 de febrero y el 23 de marzo de 1812.

En América, el 27 de Febrero de 1812, el general Belgrano, al frente del cuerpo de ejército contra los realistas que se armaban desde Montevideo, inauguró una batería en las barrancas del Paraná, a la que llamó “Independencia”. Allí hizo formar a sus tropas frente a una bandera con los colores celeste y blanco de la escarapela que ya había sido oficializada días antes por el Primer Triunvirato, que se convertirá en la bandera de la actual república argentina.

Espero que les resulte interesante. Y sean felices,por favor, a pesar del Gobierno. Tamaragua, amigos. HArendt




Sello de las Cortes (1820)



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miércoles, 29 de febrero de 2012

Manuel Fraga: ¿ángel o demonio? Una anécdota personal






Manuel Fraga





El malogrado historiador británico Tony Judt, sobre el que ya he escrito varias veces en el blog en estos meses, decía en uno de sus últimos libros ("Algo va mal". Taurus, Madrid, 2010) que hay que tener mucho cuidado con las palabras que utilizamos para calificar los hechos y los personajes políticos, si es que queremos darnos a entender y que nos entiendan correctamente. En ese sentido, y en referencia a la figura del recientemente fallecido Manuel Fraga Irirbarne, fundador del Partido Popular, expresidente del gobierno gallego, ministro con Franco y en el primer gobierno de la monarquía, profesor universitario, triunfante opositor de todo a lo que se presentó salvo la presidencia del Gobierno de España, creo que se han dicho muchas cosas de él, a favor y en contra, de evidente exageración, cuando no falsedad.

No voy a hacer un panegírico en su memoria, pues nunca fue santo de mi devoción, pero tampoco denostarlo con calificaciones como las de fascista que le han atribuido desde la extrema izquierda. En mi opinión fue un político conservador y autoritario a la vieja usanza, más del periodo de entreguerras, que de la segunda mitad del siglo XX, con un concepto bastante restringido del liberalismo y de la democracia, arisco y prepotente en lo personal, pero en un ningún caso un extremista de derechas y mucho menos un político fascista. Se ha dicho de él, como un elogio, que tenía el Estado en la cabeza; otros, con intención contraria, han dicho que lo que tenía era la obsesión del poder. En resumen, y parodiando el título de la deleznable novela de Dan Brown, no fue ángel, pero tampoco demonio.

De entre todo lo que he leído sobre él a raíz de su muerte, los dos artículos que más me han gustado y que pienso que mejor reflejan su personalidad y trayectoria política, son los escritos en el diario La Voz de Galicia por el que fuera su vicepresidente en el gobierno gallego, primero, y adversario político después, el profesor Xosé Luis Barreiro.   

En el primero de ellos: "El día en que Manuel Fraga perdió el poder", dice de él que fue un hombre más devoto del poder que de la política, al que le sobraba autoridad, y le faltaban sosiego, humanidad y estética. En el segundo, publicado unos días después en el mismo períódico: "Manuel Fraga: sinfonía de poder en cuatro tiempos", traza un pormenorizado análisis de la trayectoria política vital de Manuel Fraga durante el franquismo, la transición, el periodo ya plenamente constitucional, y finalmente, el de su vuelta a Galicia como presidente del gobierno autónomo, periodo este del que dice que fue para Fraga lo mismo que la isla de Elba para Napoleón: un imperio chiquitito en el que podía jugar a lo que quiso ser; un acelerador de nostalgias más potente que el acelerador de partículas del CERN; y un lugar para preparar el regreso hacia una España y una Europa que padecía los mismos desenfoques que la Francia y la Europa a la que quiso volver Napoleón. La única diferencia es que Fraga, al contrario de Napoleón, percibió muy pronto la irreversibilidad de su último destino, y por eso pudo evitar su Waterloo.

Conocí a Manuel Fraga, el todopoderoso ministro de Información y Turismo del régimen, en el verano de 1963, durante mis vacaciones escolares. Yo tenía 17 años recién cumplidos y bastantes pájaros en la cabeza, lo que me llevó a escribirle una carta pidiéndole una bandera de España. No recuerdo muy bien que alegaba en mi misiva para justificar la petición. En todo caso, sabía que mis padres no me la iban a comprar si se la pedía y que yo no tenía dinero para ello. 

El caso es que casi a vuelta de correo, recibí un escrito de la Secretaría del Ministro en el que se me comunicaba que había accedido a mi petición y que pasara por el ministerio en una fecha y hora determinada para hacerme entrega de la bandera. Y allí me fui, hasta el inmenso edificio del Ministerio de Información y Turismo en el Paseo de la Castellana, muy cerca de la Plaza de Castilla, y a pocos minutos a pie de la casa de mis padres. 

No espero que se imaginen la cara de pasmo que pusieron los funcionarios del Ministerio cuando vieron acudir al despacho del Ministro a un crio con una carta en que se le citaba para una entrevista con el Sr. Ministro; supongo que la misma que se me puso a mí cuando su secretario me hizo pasar al despacho del Ministro. Y allí estaba todo sonriente y jovial el Sr. Fraga Iribarne; recuerdo que me saludó con efusión, me preguntó por mis estudios y mis padres, y eso sí, me despachó con celeridad una vez que pidió me trajeran la bandera y me la entregara. A decir verdad, me llevé una decepción, porque la bandera, que yo esperaba bordada en seda y con el escudo nacional era en realidad una banderola de esas que se ponían, y ponen, aún hoy, en las calles cuando hay alguna festividad, de dos en dos, sobre las farolas. No tenía escudo alguno y el mástil era un rústico palo pintado de blanco.

En todo caso. aun con cierta innegable decepción, recogí mi bandera y enrollada en su mástil (palo) volví orgulloso hasta mi casa para colocarla en mi habitación. Allí estuvo hasta que me vine a vivir a Canarias, cuatro años más tarde, y en Canarias sigue, en un cajón donde guardo algunos otros recuerdos de épocas pasadas, quizá demasiados recuerdos, pero es que uno, en el fondo, es un sentimental.

El vídeo que he puesto acompañando la entrada de hoy es el del famoso baño del ministro Fraga y del embajador de los Estados Unidos de América en la playa de Palomares, en 1966, a raíz del desafortunado accidente en el que varias bombas nucleares cayeron al mar, sin explotar, en dicha playa andaluza.

Sean felices, por favor, a pesar del Gobierno. Tamaragua, amigos. HArendt





Fraga y Carrillo: respeto mutuo




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Entrada núm. 1453
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El baño de Fraga en Palomares (1966)

martes, 28 de febrero de 2012

El libro como lenitivo





La casa de Marimar, tras el incendio



La tercera acepción de lenitivo en el Diccionario de la Real Academia Española es la de medio para mitigar los sufrimientos del ánimo. Soy de los que piensan que los libros en general, y la literatura en particular, cumplen sobradamente esa noble función de paliar en alguna forma los dolores del alma humana. Quizá sea por ellos que libros y literatura sean uno de los asuntos más recurrentes en Desde el trópico de Cáncer-

Una amiga catalana, de Tarragona por más señas, licenciada en Historia como yo, sufrió hace unos pocos meses el incendio fortuito de su vivienda familiar en dicha ciudad. Por suerte no tuvo que lamentar ninguna desgracia personal, salvo la muerte de su gato, por asfixia, pero la casa quedó muy dañada y en el incendio se perdió para siempre su más que notable y querida biblioteca personal.  

A un grupo de sus amigos se nos ha ocurrido resarcirla de esa perdida, más en lo  sentimental que en lo material, regalándole algunos de nuestros libros, y nos hemos confabulado para movilizar a nuestros amigos y conocidos, a través de las redes sociales, animándoles a enviarle al menos uno de los títulos de sus respectivas bibliotecas personales. Por deformación académica le encantan las novelas históricas, dicho sea de paso, y como pista...

Es la primera vez en los seis años de existencia del blog que formulo a su través una petición tan personal. Me mueven a ello sentimientos de amistad compartida y la confianza en la amable disposición de mis lectores. En cualquier caso, gracias anticipadas a todos, sea cual sea su respuesta. 

Si desean remitirle alguno de sus libros, les ruego lo hagan a la siguiente dirección:

Marimar Pérez
Pza. Imperial Tarraco, 2, Esc. B, 4.º, 2.ª
43001 - TARRAGONA

Y Sean felices, por favor; a pesar del Gobierno. Tamaragua, amigos. HArendt




Mis amigas Marimar y Françesca, en Roma



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Entrada núm. 1452
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